Cuando está en peligro y solo...
◆←¿Quién dará más ternura?
(PARTE 1)
Un niño de cuatro años de cabello verde, mejillas regordetas, con remera verde pastel con pantalones verdes, junto con zapatillas deportivas rojas con blancas, todo tembloroso se había puesto como escudo ante un niño que tampoco se podía defender de las burlas, lo habían empujado y este estaba tirado en el suelo.
—¡p-paren!
—Maldito Deku, muévete.
Un rubio de cabellos rubios, con ojos rubí, su caracter y apariencia advertían peligro, por lo que habían logrado que el pequeño niño tierno temblase aun más como gelatina.
—¡N-no! Yo..
Pero fue interrumpido porque aquel niño de carácter amenazante le había agarrado bruscamente del cuello de la remera, y la tensión era demasiado palpable. Sin embargo, un ronroneo acompañado de un siseo se escuchó muy cerca de aquellos niños, parecía tener el mismo caracter del rubio.
No fueron rápidos y Bakugo ya estaba siendo atacado por un gato de color lavanda de ojos violetas, en su boquita, pancita y patitas eran de color blanco, había saltado directo a la cabellera rubio cenizo del niño.
Consiguiendo las reacciones de defensa y que este empezara con sus explosiones, pero aquel animal no se rendía rasguñaba las manitas de aquel niño con tal de alejar de aquellos niños inofensivos.
Su instinto animal estaba al asecho, pero una explosión le había dado directo en su estomago, y Bakugo al logrando arrojó aquel animal hacia Deku haciendo que este cayera al suelo muy preocupado por el animal, triste por estar temblando y no poder protegerlos.
—¡K-kacchan p-para por favor!
Las lágrimas se deslizaban por las mejillas regordetas de Midoriya Izuku, sintiendo como el animal temblaba y siseaba de dolor, la quemadura se olía mal.
Bakugo Katsuki, tambien apodado por Izuku como lo había nombrado mandó una mirada de advertencia y al ver el daño sus ojos se encogieron con un poco de pánico, nunca había dañado algo por lo que intentando salirse con la suya, mandó a la mierda a todos, yéndose del lugar.
El niño que había sido protegido agradeció pero pronto lo dejó abandonado, solo con aquel animal de color extraño.
—M-maow...
Midoriya Izuku con sumo cuidado la cargó hasta llegar a su hogar, pedir a llantos a su madre para que lo ayudase, por su culpa la gatita estaba malherida, si, gracias a haber agarrado al vuelo pudo ver que era hembra.
Midoriya Inko al ver a su hijo desolado y llorando por la gatita enseguida emprende movimiento para empezar a curarla, era una quemadura bastante notable en la pancita tardaría en curar.
—Tranquilo hijo, se pondrá bien solo necesita reposo.
Una vez dicho aquello dejó a la gatita sobre una almohada comoda, mientras esta le lamía la mano agradecida, Inko le acaricia la cabecita enternecida ante los ojitos brillosos y la imagen de la mínina.
—Voy a buscar comida para ella, te avisaré cuando termine el almuerzo, ¿si?
—M-muchas gracias mamá, e-está b-bien
Una vez dicho esto la madre de Izuku salió dejándolos solos.
La gatita se encontraba quieta mirándolo fijamente, intimidando un poco al peliverde, esta mueve su patita palpando un sitio en el suelo a su lado, muy levemente.
Midoriya Izuku se queda enternecido por el gesto tanto que tímidamente se acerca a ella, pasa suavemente su mano con sumo cuidado para acariciar la pequeña cabecita de la neko, quien ronronea a gusto.
Ambas miradas se conectan una vez coinciden al verse, ambos eran tiernos con las estaturas que portaban, ella por su naturaleza minina y el por la edad de cuatro añitos con la carita tranquila que le regalaba mientras la acariciaba.
—M-me alegra que estes bien... Gracias p-por protegerme.
Susurra avergonzado el pequeño niño dejando un suave beso en la cabecita de la gatita, el ronroneo se hace mas audible y se aleja un poco para verla pero a unos segundos esta ya le esta lamiendo el mentón mimosa, como si fuera que le está agradeciendo también. Sonrojandolo al instante.
Siendo así como una amistad había empezado a dar sus primeros pasos, la gatita había logrado protegerlo aunque tambien estaba temblorosa por el miedo pero haría de todo por salvar a esos niños de los demás. Aunque Midoriya terminó salvandola al llevársela a casa y con la ayuda de su madre, mas claro está.
෴⋆෴
Tiempo después, ya se llevaban de conocer como 6 años y cuatro meses, todo para que Midoriya Izuku sintiera confianza crecer en la gatita hacia él. Aunque un sabado por la mañana luego de estar llorando y enojandose por haber estado cerca de Bakugo pero no pudo salvarlo, pero Allmight si.
—No deberías enojarte tanto.
—¿EH?
Al escuchar la voz femenina Izuku cae al suelo al estar en la orilla de la cama. Mirando hacia la gatita, solo ella era la unica hembra en la habitación.
—Itte...¿T-tu h-hablaste? —se queja tartamudeando ya un poco asustado.
La gatita tímidamente se sale de aquel almohadón para quedarse en un punto alejado de la cosas, mirandolo atentamente mientras lo observaba curiosa.
—Si, p-pero no te asustes.
—L-los gatos n-no hablan... L-listo me estoy v-volviendo loco.
Midoriya Izuku se frota los ojos aun aturdido y tembloroso pero cuando mira de nuevo a la gatita de pelaje lavanda. Pero esta vez se encuentra con una chica con orejas de neko, cabello lavanda mirandolo, por suerte y llevaba ropa, pero las mejillas del peliverde ya eran tomates frescos.
—Maow~ Nu te...alarmes..
La voz suave pero algo ronca hizo volver del ataque de shock y vergüenza a Izuku pero este no logra evitar decir:
—¿AAAAH!? U-UNA CHI-CHICA...
(E-en m-mi cuarto)
Claro que lo último había quedado dicho en su mente porque la chica pelilavanda enseguida se había movido y tapado con sus finas manos delgadas y pequeñas la boca de Midoriya Izuku.
Ambos corazones nerviosos, ambos con un rubor notable, uno por la reacción de la chica y estar rompiendo su espacio personal, y ella porque tuvo que hacerlo cuando no lo planeaba hacer.
—Shhh... No puedo aun hacer cosas exageradas, bakazuku —susurra suavemente mientras sus orejitas se mueven levemente ante cada palabra que dice.
Midoriya al tenerle tan cerca por un momento se marea ante la fragancia tan delicada a cerezas que su próxima y lo que parecía ser su gatita, el aroma provenía de ella al parecer.
Midoriya intimidado y con las mejillas muy caliente asiente nervioso, mientras lentamente ella quita sus manos de encima, y se aleja un poco, para luego suspirar de alivio.
—Soy Brunchi, y si, s-sigo siendo la gatita lavanda que rescataste. —admite algo avergonzada y a regañadientes, ya que su orgullo estaba roto.
Había quedado mas dañada ella, que igual no pudo ayudar mucho al niño, pero al menos no lo habían golpeado, intentaba pensar optimista pero el preocupar a otros siempre le hacía sentir bien y mal al mismo tiempo, bien porque al fin tenía algo que parecía llamarse hogar y mal porque no le gustaba ver triste a Midoriya Izuku.
—¿C-como es que tu...?
—Pues digamos que es mi "quirk" Gatumino, puedo transformarme en cualquier felino, eso creo. Aunque hace tiempo que voy vagando en esa forma, no soy de por aquí.
La joven admite algo timida, con el corazón retumbandole en los oídos, mientras nota como aquello interesa al niño.
—¿Q-que? WAO~ Tienes un quirk, eso es asombroso —dice el pequeño midoriya de 10 años.—¿Pero porque vagando? ¡C-claro si es que p-puedo saber!
Midoriya Izuku estaba muy atento pero nervioso al tener a una chica en su habitación, no le molestaba tanto tener una gatita pero tambien le costó acostumbrarse a tener compañía en su habitación.
—No soy de aquí, de este mundo, no se porque estoy aquí, solo se que estaba hablando sobre una sociedad que tenía quirks y bueno te vi a ti en la tele, y pum, de la nada estaba de un lugar a otro desconocido. —suspira agobiada mientras se frota los ojos algo adormilada.
—Entonces... No eres de este mundo, osea... ¿Como si fuese un cómic? Y t-tu vivías en la realidad, o algo así? —pregunta intentando dejar de lado la incomodidad.
—Exactamente, siempre tan intuitivo Midoriya, ahora la duda está, ¿como me voy? Claro que no me molesta estar contigo, pero... Hay personas que me estarán buscando en el otro lugar y yo... —bajo las orejitas algo triste, no sabía donde había dejado a su amiga con la que hablaba de él.
Todo había comenzado con la idea de que Brunchi sería muy buena pareja de Midoriya Izuku, pero de la nada su celular empezó a alumbrarla, cegandola tanto que solo había escuchado el grito de susto de Missi.
Midoriya Izuku se había propuesto y determinado en pensar que no estaría mal si le daba un abrazo para animarla, pero su cuerpo ni siquiera se movía de la verguenza.
—Tranquila, m-mientras buscamos ayuda, p-puedes quedarte aquí, Brunchi-san.
Sin lugar a dudas esas simples palabras habían hecho que los ojos violetas se le cristalizaran y Brunchi saltara para abrazarlo, matando del sonrojo a Midoriya, aunque aquello solo había sido otro paso en esta aventura.
Conforme fue pasando el tiempo Brunchi iba a todos lados en su forma gatuna acompañando a Midoriya Izuku, sin embargo, un día por no estas atenta se había perdido, y ya no lo veía cerca. Claro está que tenía el collar por si ocurriera esta situación para que la acercasen a la morada de los Midoriya pero, ya estaba anocheciendo y no quería pescar otro resfriado, aunque al darse la vuelta e intentar buscar un refugio se tropezó con alguien.
—Kyaaa~ que linda, ¿te perdiste? ¡Yo te ayudaré, pero primero debemos llegar a casa o mi madre se preocupará! —dijo la voz femenina.
Y esta chica era nada mas ni nada menos que de color rosa, con aquellos ojos negros, con el cabello enrulado en color rosa, ¡era Mina Ashido! Lo cual, por primera vez en aquella oscuridad, Brunchi se había pegado un susto de muerte pero claro se recuperó al reconocerla, pero tan solo se dejó llevar ya se hacía una idea de cuánto tardaría en volver junto a Midoriya, solo esperaba no volverse femenina con la presencia efusiva de Mina.
෴⋆෴
Como máximo un día y medio estuvo con Mina, ya que esta parecía nunca querer soltarla, tanto que tuvo qur intentar asustarla para que la dejase de perder el tiempo en tonterías y pudiese llegar con Midoriya Izuku. Y sí, tuvo que salir de su forma neko a humana, logrando asustar un poco a Mina para tranquilizarla en su forma de ser tan activo y pegajoso hacia ella, aunque claro, intentó volverla mas linda al pensar que Izuku era la pareja de Brunchi.
¡¿Pero cómo sería su novia si tan solo tenían 10 años?! Claramente que mutuamente en estado físico, porque mentalmente Brunchi no estaba ni sabía porque se había vuelto niña también ante esta extraña situación pero ella estaba segura de tener mas de 20 años de edad.
Despues de mucho intentar, lo logro, pero tuvo que prometer a Mina que le presentaría a Izuku, ella decía que si ahora no estaban juntos ella los ayudaría. Y el secreto de que ella fuese la simple gatita que estuviera de ahora en adelante cerca de ellos, se mantendria en eso, secreto.
Porque si no Mina Ashido se tendría que olvidar de sus cuernitos, y el cabello largo rosa.
Logrando que ella fuese fiel a no decir nada de aquello con nadie.
Al llegar a la morada de los Midoriya y que el peliverde saliera a recibir, la situación se volvió sumamente tierno. La gatita lavanda que estaba en brazos de Mina se arrojó sin pensarlo dos veces a los brazos de Midoriya, quien con una loca agilidad que por poco no le funciona, la agarra en vuelo pero caen torpemente al suelo.
Los ronroneos, las lamidas, y los roces mimosos de la minina hacia Izuku, lograban enternecer a Mina Ashido por los tiernos que se veían.
Brunchi como una linda, mimosa, y adorable neko hacia su dueño, o tal en cubierto, su amado, aunque esta le negase, Mina estaba decidida a unirlos.
Mientras que Midoriya Izuku, tal como había sido descripto por Brunchi, pelo verde, mejillas regordetas con pecas y ojos verdes, de su misma edad, también era lindo y tierno.
Tanto fue así su conclusión que comenzó una nueva confusión. ¿Quién de los dos era realmente mas tierno? Llevando así a nacer una apuesta, que haría saber ahora mismo a sus víctimas de aquel juego que tenía una misión que no revelaría por el momento.
—Awww, cositas, son tan tiernos~ —chilla emocionada Mina, rompiendo un poco el ambiente de mimos.
Ambos se miran, luego reaccionan y la gatita se baja de encima suyo para luego convertirse en forma humana, con cabellera lavanda larga que le llegaba un poco despues del cuello con aquellas orejitas del mismo color junto con su colita moviendose nerviosa.
—No soy tierna/no soy tierno.
Ambos habían dicho al mismo tiempo, avergorzandose también, mirándose un poco extrañados.
—Cuando nos volvamos a ver de nuevo, haré una encuesta con todas sus acciones y aventuras para ver algo en ustedes.
—¿Q-que cosa? Por cierto, g-gracias por devolver a mi gatita. —dice midoriya apenado.
—Oh descuida, lo hice con gusto. Se ha vuelto tambien mi amiga, ¡lo puedes creer! Ups... Lo siento, uhm... Respondiendo a tu duda, la pregunta a esa encuesta sería:
... —dijo pensativa pero con una mirada divertida.
—¿Quién dará mas ternura? Y bueno, se verá con el pasar del tiempo, luego decidiré si la encuesta ya tiene su resultado definitivo, ¡Y sé que les encantará jugar esto conmigo!
—P-pero... No me gusta jugar estas cosas Mina. —dice avergonzada y algo tensa, Brunchi no era tonta, esa mirada ya la había visto en Missi al decir que ambos se verían lindos juntos.
—JAJAJAJ Brunchi-san solo sigueme la corriente, al final me lo agradecerán. ~
—Y-yo... No entiendo.
—Después te lo explicaré, hasta entonces, ¡nos vemos!
Una vez dicho y hecho, la amiga rosada escapó antes de que su amiga nueva pudiera atacarla o algo así por lo dicho. Comenzando así una apuesta que ninguno de los aludidos sabían bien como terminaría.
◆◇◆◇◆◇◆◇←
Primer capítulo de esta loca aventura! Al fin puesta en marcha, siempre Mina y una mejor amiga se ponen a trabajar juntas, vaya con las cosas que nos meten en locuras JJAJAJA.
¿Les gustó este capítulo?
¿Se lo esperaban?
Nos leemos pronto! Los quiero y gracias por darme otra oportunidad de compartir nuevas aventuras con ustedes.
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