Alonso

Jos me había citado en un parque que quedaba como punto medio a ambos. Había tenido un día bastante complicado, había procrastinado mis tareas que me sentía agotado mentalmente, pero con el hecho de saber que vería a mi novio me llenaba de energía.

Llegué al lugar, lo vi sentando en uno de las bancas, se veía impaciente. El día estaba nublado, hacía mucho frío por lo que no habían niños en el parque, ni gente en la calle, esperaba que propusiera ir a su departamento o a mi casa.

—Hola —saludé al llegar con él— Perdón por tardar, amor —me acerque para darle un beso, pero él se alejó.

—No te preocupes, igual no llevo mucho esperándote.

—¿Todo bien? ¿De que quieres hablar? —pregunté confundido por rechazar el beso.

—Alón eres muy importante para mi, ¿lo sabes, no? —asentí temeroso— Me has hecho muy bien, pero —calló

—Pero... —dejé que él continuara.

—Quiero que terminemos —expresó con seriedad.

En mi cabeza no procesaba esa palabra, pero mi corazón ya lo había hecho, latía con fuerza, sentía como todo comenzaba a darme vueltas. Lo miré y él seguía sin expresión alguna, quise buscar en su rostro algo que me dijera que estaba bromeando, pero nada, sentí mi boca secarse.

—¿Qué clase de broma es esta?— intenté reír.

—No es ninguna broma, hablo en serio, Alonso. Yo... Yo ya no te amo

—Jos por favor, no estés jugando así, no tuve un buen día, ya dime qué pasa —mi voz se entrecortaba

—¡Entiende, no estoy jugando! —habló enojado sin embargo él evitaba mirarme— Ya no quiero nada contigo, no me busques y déjame en paz, por favor

Jos se levantó y se fue, se fue dejándome solo y sin importarle que había hecho trizas mi corazón. No entendía que había sucedido, un día antes me había demostrado lo mucho que me amaba. Estábamos bien... Me sentía confundido y herido.

Mi cara comenzó a empaparse al igual que mi cabello y ropa... El cielo lloraba conmigo.

Después de casi dos horas volví a casa, mis papás se sorprendieron al verme en ese estado, comenzaron a atacarme con preguntas, pero estaba muy dolido y sabía que en cuanto abriera la boca volvería a llorar, así que los ignoré. Fui hasta mi habitación y al cerrar la puerta, de nuevo me derrumbé. 5 años de relación terminaron de la forma más extraña. Necesitaba que Jos me explicara sus razones, no un simple "Ya no te amo" y más cuando un día antes habíamos hablado de nuestros planes a futuro y en todos estábamos como pareja. Le llamé sin parar, pero todas me mandaban a buzón, le mande muchos mensajes hasta que me bloqueó.

Lloré, lloré como nunca lo había hecho, lloré hasta quedarme seco y lo peor fue que las lágrimas no se llevaron el dolor que sentía.