18.
Faith.
— Madre, ¿puedo invitar a una amiga mañana?
— Claro, es bueno saber que si tienes amigas.
La miré completamente ofendida por su comentario. ¿Quién se creía? Oh si, mi madre.
— ¿No comerás nada? — pregunté mirando su plato aún sin probar.
— De hecho no tengo tanta hambre. ¿Y tú? ¿No comerás?
— De hecho no tengo tanta hambre — la imité.
Asintió poniéndose de pie para después darme un beso en la frente e irse de la cocina hacia su habitación. Inmediatamente me puse de pie y tome su bolso comenzando a indagar dentro de este.
— No tengo hambre — imité nuevamente con voz chillona — veamos si es eso lo que te tiene así.
— ¿Esto es...?
Tome la nota con cuidado de no desordenar algo más dentro del bolso y la extendí.
— Mi nota...
La puerta nuevamente se abrió dejando ver a mi madre quien al instante me miró confundida.
— Faith, ¿puedo saber que ha...
— ¿De dónde sacaste esta nota?
— La encontré por ahí. Mientras caminaba, léela, dice cosas muy bonitas.
Era mentira, yo había dejado la nota en un parquímetro frente a una de las empresas del pueblo, mi madre no trabaja en ese lugar.
— ¿En dónde la encontraste?
— Ya te lo dije, estaba pegada a un parquímetro — en eso no mentía — ¿y sabes? La persona que escribió eso, sin duda es alguien maravilloso.
Reí arrugando la nota y lanzándola a su bolso, ahora ella me mentía. Es imposible que ella encontrara la nota.
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