Carta 32
Sabía que si aprovechaba el tiempo pasándola contigo, nos encariñaríamos aún más y eso haría tan difícil el proceso de nuestra separación y las cosas se complicarían, yo podía soportarlo por ambos.
Pero cuando te vi partir, me di cuenta de lo errada que estuve.
Lloraste cuando te percataste de que no iba a subir al autobús como tal vez imaginabas, por más que quisiera hacerlo... no podía, una vez más eso no estaba en mis manos.
No quería llorar, quería parecer fuerte aunque no lo fuera porque siempre pensé que llorar es de débiles, pero llorar te hace fuerte, demuestra que tienes sentimientos, y entonces... me permití llorar, liberé sentimientos encontrados.
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