🎄¡UNICO!🎄

19 de diciembre 2010

"Querido Santa, creo que sabes muy bien lo difícil que a sido para mi soportar estos años junto a la familia que tengo, no puedo decir que sean malos, pero si pudiera elegir no estaría junto a ellos. Debido a esto quisiera pedirte un novio."

— ¿Un novio? Ya no se en que estoy pensando. — La idea de dejarlo escrito se desvaneció cuando ya había tachado sobre la palabra una gran "x". — Algo más sutil...

"ROPA SANTA, tráeme toda la ropa de marca que tengas en el universo, y tal vez...una buena familia."

20 de diciembre 2010

"Viaje familiar navideño" así denominaba su padre al viaje de negocios que debía hacer cada año a Canadá, y que solo por la festividad ocurrida en esas fechas se llevaba a toda la familia Byun, para poder ocultar, según Baekhyun, el cargo de conciencia que tendría de dejar a sus hijos en Corea del Sur cuando el disfrutaba de las hermosas vistas de Canadá, aún de esa manera el prefería quedarse en su habitación encerrado a estarlo, de igual manera, con sus hermanas en el hotel, no era la mejor diversión que podía tener un joven de 17 años, pero no podía hacer más que callarse y aceptar montarse en el avión tal como lo ordenaba su querido padre. Lo único que podía rescatar del vuelo fue el número de boleto alejado de sus chillonas hermanas, la ventana era lo único que necesitaba para que todo fuera perfecto.

— Que buen viaje. — Observo a través de las gafas de sol que adornaban sus ojos, todo el camino de personas haciendo fila en los pasillos de el avión, acomodando estas al momento de sentir una ráfaga de frío atacar a su cuerpo mientras esperaba para llegar a su asiento. Lo menos que quería era darle la razón a su hermana quien le había comentado el frío que sentiría por sus ropas tan delgadas, la moda estaba antes de los cambios de temperatura . — Una mierda... — Susurró junto a un pequeño salto que dio al ser golpeado en el brazo por su padre.

— Deja de decir groserías Baekhyun, si quieres quejarte hazlo de otra manera, no poniendo en duda la educación que te dimos junto a tu madre para ser un niño de bien. — Hablo a su hijo en el oído con la intención de no alarmar al resto.

— Papá, me has traído aquí por la fuerza como cada año, si piensas que eres un buen padre por mostrarle el mundo a tus hijos sin siquiera estar presente estás muy equivocado, jamás lograrás ocupar el puesto que tenía mamá.

Sabía que sus palabras calarían en el corazón de su padre, podría no prestarle atención a sus hijos pero no le creía un insensible, estaba cansado de que mientras sea su opinión todos en su familia la ignoraban, por lo que no callaría al ver la oportunidad de sacarle en cara todo lo mal que hacía su progenitor. Con atención se dedicó a buscar su número de asiento en la parte posterior de estos, descubriendo de inmediato al encontrarlo la presencia de hombre sentado junto a la ventana, eso solo significaba para el náuseas en todo el viaje. Debatió contra sus pensamientos sobre preguntarle, no parecía ser alguien amable, por lo que subió su pequeño bolso de mano en el lugar requerido mientras formulaba las palabras que diría.

Decidido a preguntarle mostró su más adorable sonrisa, antes de comenzar a hablar.— Hola, buenas noches... — Saludó a un chico sentado en el centro de los asientos y a su objetivo un tanto anciano a su lado, sentándose para no ser empujado por la cantidad de gente que seguía buscando lo mismo que el hace un par de segundos, ya un par de miradas le indicaban que dejara de estorbar levantado. — Deseaba preguntarle si le molestaría cambiar de asiento con el mío, sufro de mareos al momento de viajar y la ventana es lo único que logra calmarlos, lo agradecería mucho si existiera la posibilidad de cederlo.

— Si sufres tanto en el viaje debía ver tu boleto antes de comprarlo, o sencillamente... — Tomo un poco de aire antes de seguir respondiendo hacia el chico. — No viajar si tanto daño te hace.

— Se lo pido por favor, fue mi padre quien los compró , no tenia como saber que... — suplico entrecerrando sus ojos.

— No lo haré, y preferiría que no me dirigiera la palabra otra vez. — Este tapó sus ojos con aquellos antifaces para dormir ignorando lo que fuera a decir el joven.

Un poco aturdido por la respuesta del otro se acomodó en su asiento abrochando el cinturón, no entendía cómo existía tanta mala voluntad en una sola persona quien rechazó de tal mal educada manera el favor que pedía.

— ¿Te mareas mucho? — Giró su cabeza para asentir a quien le hablaba, su compañero de asiento en el centro. — Mi hermana solía marearse en los viajes, así que cuando las náuseas llegaban apretaba la mano de quien estuviera a su lado y escuchaba la Vaca Lola por sus auriculares — soltó una pequeña risa ante lo dicho por este, creyó que le estaba tomando el pelo con sus palabras. — ¡Es cierto! Según ella le funcionó un montón de veces, deberías intentarlo.

— Lastima que no tengo una mano que tomar. — Le contestó observando sus ojos mientras batía con aire inocente sus pestañas, un poco de coqueteo no era pecado para nadie. — Podría probar tu experimento.

— Puedes tomar la mía. — Ruborizado, no esperaba esa respuesta de su parte a pesar de morirse de ganas por aceptarla, pero como persona con dignidad esperaba no utilizar su amable ayuda. — ¡Por si la necesitas! No me tomes por un raro extraño, solo quería ayudar.

— Entiendo tu punto tranquilo, tomare tu mano en caso de necesitarla. — Le dijo guiñando su ojo derecho. — Buen viaje.

Se dedicaron una sonrisa entre ambos, antes de cada uno perderse en el mundo musical, con sus audífonos alumbrando en cada oreja. Las canciones le traían recuerdos que al despegar el avión aparecieron en su mente como fotos con miles de historias por detrás, esos anteriores viajes navideños relucían, tal como descubrió el medicamento de la ventana junto a su madre, quien se encargaba de tratarle con dulzura e amor enseñándole sobre las cosas bellas que tenía la vida. Había algo muy característico de ella que siempre se encargó de no hacerle sentir solitario, y es que al ser el hermano de en medio tenía el cuidado de no hacer diferencias entre los tres, lo menos que deseaba era hacerle sentir infeliz.

Nueve años de vida y segunda vez montado en un avión, ese era Baekhyun quien temblaba en los brazos de su madre intentando relajar su mente de los mareos que tenía y querían hacerle vomitar frente a todo el resto. La mujer acariciaba sus cabellos buscando desesperada alguna alternativa para calmar a su pequeño hijo nervioso por el vuelo.

— ¡Mira Baek! ¿Conoces la historia de los frijoles mágicos? — Tembloroso elevó su mirada hacia su madre quien le sentó en sus piernas mostrando por la ventana el camino de nubes formadas en el cielo. — dice que pasando un montón de nubes hacia arriba descansa un gigante junto a los huevos de oro dejados por su gallina especial, siendo solo un terrestre debes conseguir los frijoles mágicos que te ayudarán a sembrar una gran planta, que te llevará a los cielos a encontrar el tesoro.

El medicamento de la ventana, en cada viaje era acompañado de fabulosas historias que guarda en su mente como el verdadero tesoro de oro que se prometió jamás olvidar.

Si solo supiera que su esposo es el culpable de lo mal que lo pasa, que provoca la sensación de ser el olvidado hermano de en medio.
"Si tan solo ella estuviera aquí." Pensó antes de caer dormido.

•••

Unas turbulencias provocaron que se despertara del maravilloso sueño que estaba teniendo, constaba de un viaje a la playa con ese idol que revolucionaba todo su ser, Choi Siwon, su amor famoso y platónico, odiaba aún más el viaje en esos momentos. Desvío su mirada al chico a su lado, quien a pesar del movimiento caótico del avión dormía plácidamente como un perfecto clon de la bella durmiente, por lo bello y difícil de despertar.

Cuando el movimiento cesó, aparecieron las náuseas que inundaron su cuerpo, tapando su boca para no soltar ningún sonido extraño al sentir y observar cómo giraba todo a su alrededor, se sentía ahogado a pesar de aún no soltar lo que su sistema quería hacer, iba a explotar en algún minuto, pero sintió una mano bastante grande como gruesa apretando la suya y de repente la Vaca Lola apareció en su cabeza.

— Tranquilo.

El chico con sus nauseas quedó estático mientras escuchaba la canción, guardando aún silencio para calmarse y soltar una pequeña risa cuando ya no habían rastros de fatiga.

— ¿Funcionó? — Pudo escuchar hablar al chico a su lado.

— Aunque pareciera tonto, no puedo mentirte que si me quito todo. — Le dedicó una dulce sonrisa, pensando unos minutos si preguntarle o no. — ¿Cómo te llamas?

— Park Chanyeol, aunque seguro me recordarás como el chico vaca lola — Ligeras risas acompañaron el chiste de este, callándose ambos por las quejas del señor junto a ellos. — ¿te digo chico nauseas o chico ventana?

— Preferiría ser Byun Baekhyun ese es mi nombre, lo único bueno que fue elegido por mi querido padre. — Guiño su ojo derecho hacia el mientras acomodaba el audífono que aún seguía en su oreja. — Dime que tienes mi edad, sería incómodo estar charlando con un anciano.

— Voy para los diecisiete años, pero aún tengo dieciséis supongo que eres menor que yo.

— No es posible, yo tengo diecisiete ¿que hice mal en mi anterior vida para verme así de pequeño? — preguntó mirando hacia el techo del avión moviendo sus manos en círculos. — Te ves mucho más mayor de la edad que tienes.

La química entre ambos resultó ser un gran factor para llevar una larga conversación durante la hora restante del viaje que quedaba, las charlas iban desde mascotas al tipo de calcetines que les gustaba utilizar, por primera vez Baekhyun descubrió a alguien que no se interesaba por el tipo de material en ellos, diría que era un pecado pero le resultó interesante.

Al aterrizar, las filas se formaron por el pasillo para bajar del avión, pero el decidió esperar unos minutos para no esperar de pie caminando tal como una tortuga. Giró su vista a Chanyeol quien al parecer tomó su misma decisión, deseaba pedir su número pero el miedo de recibir una mirada extraña de respuesta le hacía sudar sus manos "¿Que es lo peor que pasaría? Si dice que no...no le volveré a ver en mi vida." Se criticaba en su mente, hasta que sintió un papel en sus manos que le obligó a salir de sus pensamientos para mirarle con sorpresa.

— ¿Que es esto? — Ojeó tratando de soñar desinteresado pero al divisar unos números escritos tuvo la necesidad de sonreír. — Vaya.

— Solo si te parece podríamos salir un día por la ciudad, visitar a mis abuelos es aburrido cuando voy solo. — Le escuchó atento, emocionado por aceptar a lo que decía guardando el papel en su mano cerrada. —

— Estaría encantado, agendare tu número a penas llegue, suelo pasar encerrado toda la semana en el hotel. — admitió a este mientras se levantaba al dispersarse más la gente. —

Un chico tan guapo como Chanyeol le había dado su número telefónico, no era algo extraño para quien en su escuela en Corea del Sur recibía miles de cartas al mes de sus admiradores, pero no tenia conocimiento sobre la orientación sexual de ese chico, le causaba curiosidad pero no se atrevería a consultarle algo tan personal. Caminaron juntos fuera del avión donde pararon su andar para despedirse como debían.

— Esperare tu llamado. — Escuchó decir de él.

— ¡No dudes que lo haré! — Se despidieron con una sonrisa, juntándose con su familia Baekhyun a penas los divido en el centro de maletas.

— ¿Cómo fue tu viaje? — Preguntó su padre acercándose a él.

— Como primer punto mi padre me deja en un asiento a kilómetros de mi familia como si fuera un bicho raro y encima como no me conoce, no reserva el lado a la ventana ¿que buen viaje no?

— Ya no eres un niño para cumplir tus caprichos de una ventana.

— Como no eres Mamá nunca entenderás que lo necesitaba. — arrugando el papel en sus manos camino para buscar su maleta en riel.

—¿Que tienes en la mano? — Escuchó decir a su hermana escondiendo de inmediato el papel tras su espalda.

— No tengo nada. — Solo eso bastó para que su hermana menor quisiera quitárselo, mientras el lo alzaba con la intención que no fuera agarrado por ella. Acto seguido como en un pestañeo el papel cayó en el patio de carrillos donde las maletas giraban esperando a ser llevadas por sus dueños, y el papel revoloteaba sobre estos como si quisiera escapar de él.

"Seguramente seré la deshonra de la familia si hago lo que pienso hacer, pero mas oveja negra no se puede ser, perdóname mami." Pensó antes de lanzarse sobre el riel, comenzó a correr sobre este cayendo más de una vez al estar a una ligera velocidad junto a lo resbaloso que tenía, se esforzó por alcanzarlo pero cuando llego al sector fuera de la mirada juzgadora de la gente, le vio caer al vacío, se quedó sentado en riel mirando como este desaparecía por el lugar, observando que se parecía a la escena emblemática de toys story 2 solo que el no logro su objetivo. Había perdido la oportunidad de salir con un chico tan lindo como lo era Chanyeol, ya que encontrarlo en Canadá no sería algo fácil.

— Esa es mi maleta. — escuchó decir a su padre antes de agarrarlo por su oreja para sacarlo de ahí — ¿tienes cerebro?¿¡Como se te ocurre subirte como un loco a esto?! Un hombre como yo debe cuidar su imagen ¿por qué siempre te empeñas en destruirme?

Una punzada en su corazón hubiera dolido menos de todo lo que le dijo, sabía que solían tratarse mal pero jamás le había restregado en la cara lo fracasado que era para ser su hijo.

— No planeo destruirte, pero veo que no te das cuenta de que la ausencia de mamá y la tuya no ayuda en que quiera comportarme como un chico educado cuando estoy cerca tuyo, ¿te a llegado alguna queja sobre mi algún día en mi escuela? Jamás, por qué soy el hijo ideal que cualquier padre quisiera tener, pero tú no me valoras y por ende no tengo que valorarte a ti, así que cuando estoy cerca me olvido de todos esos modales que debo tener, lo siento. — sonríe travieso, aunque sabe que lo único que desea es desplomarse en el piso. — Ademas si tan importante eres, debiste pagar un avión privado así tú hijito no te haría pasar vergüenzas. — A penas vislumbró el auto que como siempre les esperaba a las afueras del aeropuerto abrió la puerta y ingresó en este. — Buenas noches. — Dijo antes de utilizar sus audífonos para desconectarse de su alrededor, en especial para no escuchar a su padre y las canciones navideñas que le hacían recordar la "hermosa" familia que tenía. Se sentía el ambiente, comenzaba a odiar esa ciudad.

21 de Diciembre 2010

Al otro día por la mañana se levantó agotado para darse una ducha, no planeaba salir del hotel pero podría quedarse en el balcón escribiendo tal como le gustaba con el aire en el rostro, era más divertido que salir solo por ahí y recordar el número que perdió junto a su oportunidad.

— ¿no te cansas de llevarle la contra a papá? Debes entender que todo lo que trabaja es por nosotros, no estaríamos aquí si fuéramos pobres. — Escuchó a su hermana mayor observando hacia ella para escucharla. — Simpatiza con su dolor, no eres el único que sufre por la muerte de mamá.

— Desde que mamá murió nos deja con las mucamas, somos un estorbo al que le da lujos para no criticarlo, creí que tú más que nadie entendería mi comportamiento, sabes muy bien que mamá jamás hizo eso y no lo hubiera hecho, se preocupaba por nosotros.

Con un suspiro tomo una fresa del desayuno para saborearla, creyó que la conversación había terminado pero le tomó por sorpresa las palabras que escucho.

— Eres igual de mal agradecido que mamá, ya veo por qué te llevabas tan bien con ella. — Sus manos temblaron jamás creyó escuchar eso de su parte.

— ¿Sabes? Al contrario que ustedes tres yo no me preocupo por el dinero, tenemos la suerte de nacer en un lugar así pero no por eso debemos olvidar nuestras prioridades como ser humano, ¿te acuerdas que eso nos enseñó mamá? ¿O te han lavado el cerebro...? ¡Con sus putos viajes y lujos! — Golpeó la mesa molesto mirándole desafiante a los ojos. — Y no me digas que miento, si fuera tan buen padre estaría desayunando con nosotros, pero ahí estás sola como un perro, o una perra ahí verás tú cómo te ves.

Molesto cerro la puerta de un portazo al salir, había soltado todo lo que tenía retenido en el pecho y juraba que mucho más guardaba dentro, no creyó escuchar esas palabras de su hermana, pero solo le hizo caer en cuenta que estaba solo, ninguno de los Byun entendería el dolor que tenía en su pecho. No sabía dónde ir, pero no estaría encerrado junto a ella todo el día, prefería perderse por ahí, tal vez de compras, de algo debe servir la tarjeta de su padre.

— ¡cuidado! — Escuchó un grito cerca de él sin tiempo de reaccionar.

Cayó de boca hacia el piso junto con bolitas pequeñas que suponía eran las de algún árbol de navidad. Termino con la nariz un tanto enrojecida pero dispuesto a ayudar a la persona que pegó el grito antes de caer.

— ¿Quieres ayuda? — preguntó extendiendo su mano para que se levantara del piso quien ordenaba las esferas en una caja donde suponía ya estaban antes de caerse. — Lo siento mucho, no veía por donde caminaba. — tomó algunas con la intención de meterlas en la caja antes de descubrir de quien se trataba. — ¿Chanyeol?

Perplejo le observó, aún no asimilaba que pudo volverlo a encontrar, algunos dirían que fue el destino aunque el creía un tanto cliché así de fácil toparse con este, parecía la novela de las 20:00.

— ¡Baekhyun! Espere tu llamado ayer, asumí que llegaste cansado del viaje. — ayudó a que se levantara dándole su mano mientras le escuchaba hablar. —

— Perdí tú número, si supieras la manera trágica en que se fue...jamás pensé encontrarte en esta ciudad tan grande. — Admitió hacia el sacudiendo su ropa la cual tenía un poco de polvo del piso provocado por la caída.

— ¿Y qué haces por aquí?

— Me hospedó, es tan lujoso pero tan aburrido, ¿tu qué haces? — preguntó emocionado al pensar en la posibilidad que también se hospedará ahi. — ¿También te hospedas?

La pregunta causó un ambiente incómodo, quedándose atento por la respuesta de él que tardó unos segundos en darla, cosa que le hizo fruncir el ceño extrañado por ello.

— Mi abuela trabaja aquí, hoy me pidió que la acompañará así que aquí estoy.

— ¿Administradora? — Consultó, y ante las mejillas sonrojadas del otro pudo entender el motivo del cambio de su actitud. — Tengo dinero pero...no es que me incumba en que trabaja la gente a mi alrededor, mientras sean buenas personas yo estoy feliz de convivir con ellos.

— En extraño encontrar a alguien así por estos lugares, suelen mirar en menos a quien trabaja limpiando las habitaciones. — admitió sintiendo un poco de pena por aquellos seres inconscientes.

— No puedo negarte eso, las personas creen que por tener mas dinero son más importantes que otros, mi familia es así. — avergonzado agachó su mirada, no podía negar que las actitudes de su familia no le acomodaban. — ¿te parece ir por algo de beber o no lo se algo divertido? No conozco muchos lugares en la ciudad pero...

— ¿Te va lo extremo? Podemos ir a un lugar que conozco muy bien. — Ante la emocionada palabra del otro se encogió un poco dudando por la respuesta.

— ¡Extremo es mi segundo nombre!

•••

Sus ojos se dilataron del miedo mientras miraba asustado la cascada bajo sus pies, el "parque de la chuté-montmorency" era donde se encontraban en esos momentos, aunque para el mal gusto de Baekhyun no daban un paseo por la naturaleza si no que estaban a punto de lanzarse por una tiroleza sobre la gran cascada del lugar.

— Te prometo que una sola vez que decidas subirte quedarás amándolo con ganas de hacerlo una vez más. — Escuchó al otro que su emoción se notaba a kilómetros, contrario de a su rostro de horror. — Pensé que querías conocer la ciudad.

— A conocerla me refería a un lugar menos extraordinario, ¿Donde está mi chocolate navideño? — Sus manos jugaban con la pulsera que colgaba de su muñeca y los gritos de las personas al subirse no ayudaban a su tranquilidad. — No me siento capaz de hacerlo solo...

— ¿Ese es el problema? — desesperado miraba como la fila avanzaba dejándole pronto de los primeros en ella, mientras que Chanyeol hablaba con los encargados sin entender que tanto les explicaba a ellos. — Vamos a subir juntos.

— ¿Que? No chanyeol, voy a morir de un paro al corazón, tendrás que devolverme al inútil de mi padre en un cajón todo tieso... — Comenzó a hablar nervioso mientras sentía los arnes en su cuerpo rodeándole, sintiendo una sensación extraña en su espalda. — ¿Que hay? — extrañado tocó hacia atrás con su mano descubriendo al tocar un bulto, ¿De que se trataba?, o más bien ¿De quien?. — ¡Lo siento! — gritó avergonzado hacia Chanyeol apegado a él.

— Entiendo el error. — Respondió el con sus mejillas ardientes tosiendo un poco para aliviar su garganta. — Tú solo grita, suelta todo eso que tienes retenido.

1...2...3...fue soltado.

— ¡Ayuda mamá! — gritó con fuerzas al asustarse ya que no estaba preparado. — ¡Por culpa del Imbecil de mi padre me encuentro haciendo estas cosas...!¿¡por qué no viene el a tirarse?!,¡así tal vez reaccionen los tontos sentimientos que tiene! — tomó aire con su pecho agitado antes de decir lo último. — ¡La primera vez que tocó un pito y encima no es mío! — molesto abrio los ojos, temiendo por ello hasta sentir la brisa suave golpear su rostro junto a pequeñas gotas regadas por la cascada bajo sus pies, lo cual le hizo quedarse en un pequeño trance de tranquilidad.

El cable terminó y por ende dejaron de moverse, esperando para que Baekhyun reaccionara y bajaran de ahí.

— ¿Estas bien? — ante la nula respuesta de Baekhyun aún cuando ya habían retirado todo amarre, causó preocupación en el lo que le llevó a tomar el hombro de este comenzando a caminar. — Lo siento fue arriesgado de mi parte obligarte a subir cuando no te sentías preparado, ni siquiera nos conocemos ni tenemos la confianza para tomarme esa atribución. — Detuvo su caminata al ser detenido por este mirándole con preocupación. — ¿Me golpearás?

— Fue...asombroso, ¡La existencia de esto me hubiera quitado antes toda la angustia que tenía acumulada! Eres el mejor desconocido que pude conocer. — La radiante sonrisa adornaba su rostro mientras emocionado daba saltos de alegría por el sitio.

Caminando hacia el hotel pudieron descubrir diferentes cosas sobre la parte contraria que no tenían el mínimo de idea de conocer, hasta que fue el momento de pisar la sala del sitio de hospedaje.

— ¿Fue suficiente de mi presencia por hoy? — Escuchó decir a Chanyeol, negando ante su pregunta.

— Te invito a comer es lo mínimo que puedo hacer por ti — Pensó unos segundos antes de sonreir. — a cambio que en estos días me lleves a conocer por aquí.

— No tengo problema, estuve pensando que haría pasando solo esta visita a Canadá.

— ¿Baekhyun? — Un revoltijo en su estómago hizo comprender de quien se dirigía hacia el. — ¿Quien es este jovencito?

Sus manos temblaron ante la presencia de su padre, no quisiera que insultara a Chanyeol como solía hacerlo con las personas que no estaban dentro de su tan asqueado círculo social, era muy pronto para conocerlo debía prepararlo con la intención de que tuviera conocimiento sobre cómo era su querido progenitor.

— Un amigo que hice en el avión, iremos a la cafetería, vamos. — jalando el brazo de Chanyeol tuvo que detenerse ante la negación sobre el otro de moverse. — ¿mmh?

— Park Chanyeol señor, es un gusto. — Observó con sorpresa la reverencia de el hacia su mayor, jamás creyó ver a alguien hacer eso.

— El placer es mío joven. — Respondió su padre con su tono altanero de siempre. — Baekhyun almorzarás con nosotros, es una cena familiar así que despide a tu amigo. — este se retiró al elevador cerrando las puertas de este al instante.

Dio un leve quejido pataleando un poco antes de dirigirse a él quien preguntaba, solo agradecía que no haya cometido algún acto mal educado frente a tan adorable chico.

— ¿Es tu padre?

— El mismo, siento que haya dicho eso...suele salir con almuerzos de la nada, de verdad quería salir contigo.

— No te preocupes, entiendo que quiera pasar tiempo con su familia, después de todo para eso vinieron.

— No lo conoces, si supieras las verdaderas intenciones que tiene con este viaje. — Respiró profundo con la intención de relajarse antes de extenderle su celular. — ¿Puedes agendar tu número? Así no lo perderé a menos de arruinar mi teléfono. — el chico anotó lo pedido y luego se lo entregó para que agregara el nombre. — chico margaritas. — Dijo en voz alta guardándolo ante la mirada extraña del otro. — por tus hoyuelos.

Sus mejillas estaban ruborizadas, el silencio entre ambos no fue incómodo si no más bien cálido al ninguno saber cómo responder ante lo dicho por Baekhyun.

— ¡Con permiso!

Aquel llamado de advertencia hizo a ambos reaccionar de donde estaban, Chanyeol tomando de inmediato la mano de él quien sería sepultado por la cantidad de cajas que traía aquel joven.

— Gracias, creo que me perdí en otra galaxia por unos segundos, Bastante fantástico,¿no crees? — "Y por galaxia me refiero a tus lindos ojos, guapo." Pensó. — Debería subir, te hablaré luego para que me digas cuál será el panorama de mañana.

Al despedirse por unos minutos se dispuso a pasar una cena agradable junto a su familia, pero todo terminó arruinado cuando no era más que una cena de negocios con ellos de acompañantes, debió de esperarlo y no ilusionarse con algo divertido.

— Tanto tiempo Baekhyun, estás muy grande y guapo, igual a tu madre eso si. — Una sonrisa sincera se le escapó de los labios cuando escucho eso, nadie solía mencionar a su madre en las cenas. — ¿heredaste lo revolucionaria de ella?

— Veo que sabe mucho de mi madre, ¿podría saber el por qué? — preguntó con curiosidad ante las palabras dichas por ese señor un tanto anciano a sus ojos.

— Fuimos compañeros en la facultad de derecho, tú madre era conocida por no callarse ante nada que sucediera, estaba en el centro de alumnos por eso mismo.

— ¿Mamá era genial?

— Tú madre si que lo era.

Gustoso con sus palabras dio una pequeña reverencia con su cabeza mientras degustaba nuevamente el plato que sirvieron hacia el solo unos minutos antes de la conversación. "Mamá no tuvo la oportunidad de contarme sobre su época universitaria."

•••

Junto a un par de bolsas entraron al pequeño apartamento del cual eran dueños sus abuelos, aquel sitio era su lugar de descanso del mundo exterior, sabía que junto a sus abuelos tenía su espacio seguro.

— ¡Estamos en casa! — Dijo al ingresar junto a su abuela, tosiendo por aquel humo de cigarro proveniente del adulto. — Abuelo, te he dicho que el cigarrillo te terminará enfermando.

— Soy de acero inoxidable yeol, tendrás abuelo para mucho tiempo más, no debes preocuparte. — negando tomó asiento junto a él, se sentía impaciente por el mensaje del chico que no sabría en qué momento mandaría, junto con la duda de qué tal vez no lo hiciera.

— ¿Alguna chica? — Preguntó el adulto mayor, recibiendo una mirada penetrante de parte de su esposa a lo que tuvo que corregir lo dicho.— o un chico claro.

— Es un chico abuelo, lo conocí en el avión y nos hicimos amigos, ¡se hospeda en el hotel! Se los presentaré un día seguro estará feliz de conocerlos. — Con sorpresa observó la reacción de desconfianza que tomaron ellos, entendiendo el porqué de inmediato. — Tranquilos, el no es como todos esos niñatos engreídos del hotel ¡de verdad!, es humilde y se fija en los sentimientos de las personas se los aseguro. — Sonrió unos segundos al recordar la emoción que tuvo en la tiroleza ese día. — No me miren de esa manera.

— Es difícil creer qué hay gente humilde que se hospede en ese sitio, muy bien sabes que miran en menos a todo lo que camina, aún no lo conoces bien, no confíes tan pronto.

Iba a responder hacia su abuela antes de escuchar una vibración en el bolsillo que le hizo averiguar de inmediato si era lo que pensaba. Un mensaje de número desconocido alumbraba la bandeja de entrada de su celular, el cual supo de inmediato de quien se trataba.

"¿Sabes quien soy chico margaritas?"

Solo ese mensaje bastó para que la conversación se extendiera por horas, las cuales constaban de pequeñas cosas triviales que hacían divertida la charla, pudieron conocerse un poco más por mensaje teniendo por seguro que al próximo día tendrían más cosas por compartir y conocer de el otro.

•••

22 de Diciembre 2010

Siendo las 16:30 la hora de su encuentro esperaba Chanyeol con su elegante y casual ropa en la sala del hotel, el "distrito petit champlain y place royale" sería su destino del día. Aún no contaba con el conocimiento si al chico le gustaba la moda o vestirse junto a las temporadas, pero bien sabía la tradición junto a su hermana de que no puedes irte de Canadá sin llevarte una prenda de esas tiendas.

— ¡Hey! — Aquel llamado le hizo asegurar de quien se trataba, observando cómo se acercaba a él. — ¿Aún no me dirás dónde iremos? — negó con su cabeza recibiendo un puchero de su parte, fue un sentimiento extraño que se le instaló en el estómago se observaba demasiado dulce. — Bien, supongo que deberé confiar en ti, no creo que me secuestres o algo parecido, recuerda que soy un pobre extranjero ten piedad de mi.

Entre risas iniciaron su caminata hacia el lugar donde se detuvo para ver la reacción de este, deseaba ver esa sonrisa del día anterior nuevamente pero se encontró con melancolía al parecer en este.

— ¿Todo bien? — Nervioso se acomodó con su brazo sobre los hombros contrarios esperando su respuesta. — Debí consultarte si te gustaban las compras, podemos buscar otro lado no te preocupes con eso...

— Solía venir con mi madre. — Respondió mientras iniciaba una caminata entre la gente a su lado.

— ¿Ya no vienes con ella? — Preguntó preocupado, tal vez preguntaba mucho sin conocer la respuesta.

— No lo hago, por qué esta muerta. — dijo, notando las palabras trabadas que solía pasar al querer llorar. — Yo amaba venir con ella a este lugar, era tan divertida.

— Vamos a disfrutar todo eso que te gustaba, no soy tu madre pero puedo resultar un buen acompañante. — Asintió con su cabeza junto a una ligera sonrisa de por medio, sabía muy bien lo doloroso que era recordar, no todos encuentran el lado sencillo de superar.

El chico no le respondió, pudo notar la sensación de duda en el, no podía culparlo seguramente aún se sentía atrapado en esos recuerdos sombríos que te atrapan al miedo y la inseguridad. Superar la muerte de alguien pasa por diferentes etapas, y claro que transitar por lugares donde miles de anécdotas tuviste al lado de esa persona no ayuda a olvidar. El ya había llegado a la etapa donde recordaba con felicidad en vez de tristeza los momentos junto a sus seres amados y perdidos.

Se quedó pensando unos minutos dando un salto cuando el chico tomó su mano y comenzó a correr al tumulto de gente.

— ¡quien encuentre un producto rojo gana al otro! — Sorprendido por lo dicho solto su mano y ambos iniciaron su búsqueda.

No tenía conocimiento de que estaban jugando el solo se arriesgaba a correr siguiendo las indicaciones de color del mayor. Por alguna razón se sentía extraño hacia el, esa sonrisa que desaparecía de vez en cuando quería mantenerla no deseaba que desapareciera de sus bellos labios, no estaba de acuerdo a ver a Baekhyun triste.

— ¡Me rindo! No puedo correr más. — El más bajo agotado se recostó en una de las bancas por el sitio, regulando su respiración mientras sacaba un pañuelo blanco. — ¡Paz!, tienes las piernas muy largas, he perdido mi título de ganador contra a ti.

El juego pudo terminar pero solo fue el inicio de la sesión de compras que esperaba Baekhyun, quien luego de tres horas contaba con 20 bolsas diferentes dejadas en el piso de una cafetería donde decidieron ingresar para pasar el rato.

— Necesitaba renovar mi closet, allá en corea hace mucho no salía de compras, no podía seguir utilizando la misma ropa.

— Me he dado cuenta de eso. — Ante la mirada de prejuicio de Chanyeol tuvo que sonrojarse, tosiendo un poco para evitarla.— Tantas vueltas que me hiciste dar, creo que me merezco un café.

— Lo pediré entonces. — elevó su mano para pedir al amable mesero lo que requerían, cuando este se retiró observó al más alto por unos segundos, sentía que podía llegar a gustarle pero aquel miedo de sufrir una disolución amorosa le retenía a intentar algo más, teniendo en cuenta lo poco que se conocían entre ambos.

— ¿Baekhyun? — se giró ante el llamado frunciendo el ceño al ver de quien se trataba, no podía tener tanta mala suerte de encontrarla ahi. — ¿Que haces aquí? Con...

— Soy Park Chanyeol, es un placer, creo suponer que eres la... — No pudo continuar la frase al ser interrumpido.

— Hermana de Baek, que no sabía de la existencia de amigos tan guapos de mi hermano. — Irritado por lo dicho alejo a su hermana de este al ver sus intenciones de acercarse. — ¿No quieres salir conmigo por la noche? Te aseguro que soy más divertida que este chico.

Abrió sus labios en forma de reproche, no podía creer que su hermana una vez más estuviera decepcionándolo, no se cansaba de empeorar la relación que tenían siempre encontraba algo para hacerle abrir los ojos sobre cómo era realmente.

— Perdóname, pero no creo que sea pertinente cuando no nos conocemos y yo estoy aquí con baekhyun. — Respondió hacia ella. — Siendo sincero con el si quiero salir, contigo no.

Estático al escuchar sus palabras observó el rostro deformado con enojo de su hermana quien salió corriendo fuera del local ante la mirada de todos. "¿Quien lo diría? Alguien que no soy yo puso en su lugar a mi hermana, compruebo lo que decían en la escuelita sobre ella, meneadora de cola."

— Te pido disculpas.

— No te preocupes, creo que debes ser mucho más divertido que ella.

Le dedico una sonrisa, estaba emocionado por cerrarle la boca a su hermana, había ganado contra ella por primera vez.

— ¿Recuerdas el juego? Mi madre fue quien me lo enseñó, siempre que estábamos aquí hacíamos lo mismo, era tan divertida...

— Debo agradecerle a ella. — Frunció el ceño ante lo dicho por chanyeol, esperando alguna explicación de su parte. — Gracias a como te educo puedo estar contigo hoy.

Pequeños saltitos de por medio le llevaron a la habitación del hotel, donde había sido dejando segundos antes por Chanyeol, la hora había pasado volando tanto que las estrellas ya alumbraban el cielo.

— ¿Es por lo menos de una familia importante? — exaltado por la pregunta repentina observó a su hermana con una sonrisa socarrona.

— No lo es, y aunque lo fuera ya no tienes oportunidad ¿no lo ves? — Sacó su lengua antes de cerrar la puerta y encerrarse a revisar su celular, solo minutos pasaron desde que se separó del otro pero deseaba hablarle.

"MAÑANA, ¿Donde vamos?"

"Debo ayudar a mi abuela :(, pero no tendría problema en ir al día siguiente donde tú quieras. "

23 de Diciembre 2010

La rápida costumbre que tomó a pasar su día con el chico le llevó a despertarse tarde por la mañana y solo gracias a golpes en la puerta al tener que partir a abrir.

— Buenos días señor, es el horario de limpieza y me acerco a preguntarle si podría pasar. — Escuchó de la señora frente a él.

— Claro, adelante. — Dejó que ella entrará recostando su cuerpo en el sofá para revisar sus redes sociales antes de darse un baño.

Se perdió entre las redes por varios minutos, logrando su estómago al rugir que se levantara en busca de algo para comer, observando a la señora de la limpieza agotada a simple vista. — Con permiso. — pidió, asomándose al refrigerador para sacar un fresco jugo que sirvió en dos vasos transparentes. — Tenga, la noto exhausta. — le dijo con una dulce sonrisa tendiéndole un vaso.

— Agradezco su gentileza, pero si se enteran que bebí algo de un cliente me pueden despedir. — Escuchó decir.

— Recíbalo y siéntese conmigo, será nuestro secreto. — Hizo sus ojos medias lunas en una sonrisa tomando asiento esperando que hiciera lo mismo. — ¿Hace mucho trabaja aqui?

— 30 años, si fuera por este empleo no tendría nada de lo que tengo a estos años de mi vida. — Escuchó decir, sorprendido por la cantidad de años trabajando en un solo lugar. — ¿Puedo preguntar qué edad tiene?

— Tengo 17 años, pero suelen decirme que me veo más pequeño. — Respondió, iniciando una amable conversación entre ambos antes que ella debiera retirarse.

El día pasó más lento de lo que creyó tuvo ganas de salir por algunos adornos para la escalera del lugar, pero la simple sensación de lejanía en su familia le hacía desechar la idea de hacerlo.

— ¿Y?¿Ya le contaste a papá sobre ese noviesito tuyo? — Se quedó sin palabras hacia lo dicho, observando a su dirección con sorpresa, tenía la mejor hermana del mundo ¿si se nota la ironía?. — No es hijo de una familia importante papi ¿que harás?

—¿Es cierto eso Baek?

— Lo es, y no veo el problema de que no sea un chiquillo engreído, como todos con los que se acuesta ella. — Sintió esta vez la mirada penetrante de ella en el. — ¿No estábamos diciendo verdades? Ups, creo que fallé en el juego, ¡una disculpa!

— ¿De qué habla tu hermano?

— Ay papá, tu ausencia no beneficia la educación de ella, solo logra que más chicos ingresen a la casa todas las semanas, diferentes por cierto. — Sonrió tomando su celular en las manos para caminar hacia la puerta. — Voy a salir, no me esperen.

— No hemos terminado de conversar sobre...

— No necesito conversarlo, tengo el derecho de elegir con toda libertad a quien quiera como amigo o novio, no tienes voz en ello. — Salió de la suite con rapidez, la sala vacía del hotel sólo logró incrementar su sentimiento de soledad, le dolía el solo pensar como todos los días sucedían peleas tontas que terminaban con solo el dañado.

— ¿Baek? — Con solo escuchar la voz pudo sentirse agradecido de la presencia de quien más necesitaba en esos momentos, abrazando su cuerpo de inmediato. — ¿Que pasó?, ¿Baek?, ¿Te hicieron algo?

— Odio a mi familia, si es que se puede llamar a ese trío de engreídos así...extraño a mamá, debí irme junto a ella.

— Como huérfano no creo ser el correcto de aconsejarse aquello cuando no tuve muchas posibilidades de enfrentar una situación similar, con sólo mi perro en Corea y mis abuelos aquí, creo que no sabría ayudarte. — Fue sincero hacia el acariciando su espalda que aún seguía cercana.

Sus ojos se abrieron sin entender a lo qué este se refería. — M-mamá fue quien me enseño a ser una buena persona, que no debía mirar en menos o despreciar a alguien por su trabajo o la vida que lleva la persona a mi lado, se encargo de recalcar que si bien nacimos los tres con el beneficio de tener todo lo que deseamos también podemos perderlo, ella me inculcó esos valores, mejor dicho a los tres, lastima que pareciera que soy el único que las entendió y que la extraña, nadie en esa casa la menciona.

— ¿Sabes? Creo que mientras tú la recuerdes está bien, ella debe estar orgullosa de ver la persona en la que te convertiste gracias a todo eso que te enseñó, yo también tuve a alguien así en mi vida, mi hermana mayor, cuando fallecieron nuestros padres ella tenía solo 18 años mientras que yo 10 años, me llevarían a un centro de menores si no venia aquí con mis abuelos, pero ella tomó mi custodia y comenzó a cuidar de mi, desde ahí podía ver como trabajaba, se esforzaba para que nada me faltara, me crió con buenos valores qué tal como tú recordaré toda la vida. — Tomó aire antes de soltar su cuerpo y sentarse. — A ella la asesinaron, metio las narices entre tipos ricos al ser estudiante de periodismo descubriendo cosas que no debía saber. — Baekhyun tenía sus lágrimas detenidas tapando con sus manos la boca escuchándole. — Cuando la vi en el hospital juré vengarme de esos tipos, puede que solo tuviera quince años pero deseaba matarlos con mis propias manos por dañar a mi hermana, pero me detuve al escuchar sus palabras, " no llenes tu lindo corazón de odio, desde arriba no quiero ver cómo tanto sacrificio no sirvió de nada, se feliz y vive todo lo que debi yo hermanito, te amo." Tengo una sonrisa en mi rostro gracias a eso, así que te digo solo sé feliz, estoy seguro que ella espera que lo seas.

No tenía palabras para todo lo expresado por el chico, lo que había pasado le hacía darse cuenta de cómo el no sería capaz de sobrevivir si le pasara lo mismo.

— No se que decirte...

— Dime que quieres recorrer las calles conmigo, en navidad se regalan dulces a los pequeños, podemos pedirle a algún anciano que nos comparta para dar.

— Aceptaré con la condición de que me invites a dormir hoy, no pienso subir esta noche.

— Hecho, mis abuelos estarán encantados de recibirte, no es muy grande su casa pero es acogedora.

Las calles de Quebec eran alumbradas por las luces navideñas, canciones resonaban por los alrededores que ambientaban la navidad en cada uno de sus detalles, hace mucho tiempo no tenía ese placer en sus ojos, de escuchar risas a su alrededor y diversión en todos.

— ¡Ven aquí!

Corrió junto al chico con rapidez, quien pedía un par de dulces a un señor mayor quien regalaba a los niños antes de que llegaran, recibiéndolos a penas acepto, así comenzando a darle un pequeño puñado a cada niño. En un pestañear de ojos sintió que los sonidos a su alrededor se apagaban en sus oídos, quedando de inmediato con su mirada detenida hacia el chico al cual las luces alumbraban su cabello liso que lograba que fuera aún más encantador. Jamás creyó en el supuesto flechazo a primera vista, las películas se encargaban de vender romances adolescentes que nunca en tu vida serías capaz de encontrar, pero en ese momento le hacía dudar de si había encontrado a su media naranja, amor de su vida, hilo rojo, entre otros más apodos que suelen aparecer en las escenas cinematográficas de amor. Cuando su corazón latía de manera alocada con solo conocerse hace menos de una semana le hacía creer en ello, le gustaba el chico, no podía evitar eso, pero las ganas de contarle sobre su sentimiento desaparecían al no saber que tipo de atracción sentía hacia el, podría ser una dulce amistad que arruinaría con sentimientos ilógicos habitados en su corazón.

— ¡Ven! — Escuchó al chico llamándole, cosa que le hizo reaccionar para acercarse, se había quedado mucho tiempo en sus pensamientos.

Junto a una sonrisa ambos entregaron el resto de dulces que quedaban en la bolsa despidiéndose a penas pudieron para ir a la casa del más alto, con nervios en el más bajo.

— ¿Estas seguro de que puedo quedarme? No quisiera ser un estorbo, tal vez están molestos por qué no me conocen y ya dormiré aquí...

— Pues ahora te conocerán, entra.— Tomo su mano y dejo entrar al chico a la casa. — ¡Estoy en casa! — Dio un pequeño salto al ver a sus abuelos tan cerca en la sala apretando la mano de este. — El es mi amigo Baekhyun de quien les comenté.

— Buenas noches, es un gusto en conocerlos y que me reciban en su hogar esta noche. — Se presentó con una pequeña reverencia sintiendo el sudor en sus manos mientras les observaba.

— Jovencito, tú eres el de esta mañana. — Abrió su boca sorprendido al escuchar lo que está decía, efectivamente era la señora que mantuvo una agradable conversación junto a él, no se arrepentía de haberlo hecho.— Acomode un colchón para que duerman más cómodos en tu habitación Chanyeol, nosotros nos iremos a dormir pero ustedes pueden hacer lo que deseen, siéntete como en casa Baekhyun.

— Muchas gracias por su recibimiento. — Al ver que Chanyeol se movilizaba camino tras de él ingresando a lo que suponía era su habitación. Había un pequeño colchón en el piso recostándose apenas se vistió con el pijama que le prestaron. — Dulces mantitas...

— ¿Quieres pasar navidad aquí? — Preguntó repentinamente a Baek, quien se levantó emocionado con una sonrisa en el rostro de oreja a oreja. — Claro, solo luego de pasar unas horas con tu familia.

— ¿Es necesario? Seguro que no les importará si estoy o no. — Con un suspiro desvió su mirada a sus manos que nerviosas jugaban entre sí, hasta que todo se detuvo al sentir una mano en su mentón que le obligó a mirar hacia arriba. — ¿s-si?

— Pude escuchar diferentes leyendas y mitos sobre la verdadera magia de la navidad, no pierdes nada con intentarlo, podrías comprarles algún presente y ver que sucede. — Asintió con su cabeza un poco ido. — ¿Que dices?

— ¿No será que esa magia ya fue utilizada? Es sorprendente como cambio de parecer con solo escucharte. — negó con su cabeza entre risas. - Lo haré, con la sola condición de que la primera nevada la pasemos juntos si llega mañana.

— Promesa Baekhyun.

Junto a un agradable "Buenas noches" se durmieron de inmediato, era algo nuevo para ambos, con poco tiempo de conocerse se encontraban durmiendo en la misma habitación, y como no esperaban no existía ningún tipo de pensamiento lujurioso más bien se sentían cómodos junto al otro, a pesar de sentir como sus corazones latían desorbitados en su pecho.

24 de Diciembre 2010 🎄

Temprano por la mañana Baekhyun decidió ponerse en marcha para comprar todo lo que quería y planeó entre sueños por la noche, con un beso en la frente se despidió del bello durmiente que dormía a su lado. Tuvo que ir de compras por los pequeños regalos que compraría y algunas cosas para disfrutar una agradable cena con su familia, quienes esperaba no hicieran un desastre nuevamente como suelen hacerlo.

Cuando llego al hotel no estuvo extrañado de que nadie estuviera presente, sentía unas ganas enormes de rendirse y dejar todo donde estaba para no sufrir un rechazo más de parte de ellos, pero las palabras de Chanyeol se repetían en su cabeza como si fuera un disco rayado que no para de sonar. Agitando su cabeza se dispuso a cocinar lo que traía y arreglar un par de cosas para dejarlo listo para el almuerzo, no era el mejor ambiente navideño pero se entendía el propósito.

A la hora de cambiarse de ropa tuvo un gran dilema consigo mismo, quería verse guapo para Chanyeol ese día, y aunque compro prácticamente tiendas enteras seguía con su mente en blanco. Más de tres outfit pasaron por su cuerpo hasta dar con el indicado, una boina roja junto a una camisa blanca y jeans negros, sabía que le gustaría al chico cosa que más emoción le causaba. Así listo tomó asiento para esperar a su familia apoderándose los nervios nuevamente en el, pensando en la posibilidad que ninguno llegara. Dos horas pasaron en la que nadie apareció así que estuvo dispuesto a mandar todo a la basura, pero la puerta se abrio dejándoles ver a los tres.

— ¿Baek? Veo que regresaste. — Escuchó decir a su padre mientras el se levantaba un poco temeroso. — ¿Que es todo esto?

— Pensé en que...podríamos almorzar los cuatro juntos, después de todo estamos en navidad, prepare todo. — Contestó temblando con una pequeña sonrisa en los labios. — Creo que por un día deberíamos dejar las discusiones a un lado, mama hubiera querido que hiciéramos esto, iré por el pavo.

Con rapidez se levantó a la cocina con la intención de llevarles el pavo servido que tenía dispuesto para cada uno, trayendo consigo los regalos que compro para ellos.

— Papá, me gustaría que dejáramos de pelear y intentemos llevarnos bien, se que no me he portado bien contigo pero todo es por las acciones que tienes y como te comportas con nosotros, debí sentarme a hablar contigo antes de ponerme como un rebelde a tu lado.

— Niños, yo soy el que les debe una disculpa. — Los tres miraron con sorpresa al mayor que hablaba. — Cuando falleció su madre...pude sentir como la realidad golpeaba mi rostro, estaba solo junto a tres pequeños que dependían de mi, no sabía cómo criarlos más que con mano firme y tarjetas libres, los mejores colegios para brindarles una buena educación, pensé que me libraría de cuidarlos yo mismo y arruinarlo, pero creo que con todo lo que me a dicho Baekhyun...me equivoqué, ¿saben? A ningún padre les entregan un manual sobre cómo educar a nuestros hijos, cómo enfrentar sus hormonas, sus arrebatos o rebeldía, lo vamos aprendiendo con el camino y tuve miedo...de ello, se muy bien que su madre no lo hacía y se lanzaba junto a ustedes a enseñarles sobre la vida, tal como me lo recuerdas siempre. — Se refirió a su único hijo varón frente a él. — No soy tu madre ni jamás lo seré, no puedo reemplazarla y tal vez tampoco lo intente como debí hacerlo, perdónenme.

Los tres jóvenes quedaron plantados con sus pies al piso, no procesaban aún el hecho de que su padre se abriera de esa manera, todos sintieron el dolor de perder a su madre solo que algunos lo evitaban mientras que otros le recordaban día a día.

— Papá, creo que yo también debo disculparme, Baekhyun, me e comportado como la peor hermana mayor del mundo, y se muy bien que has llegado a odiarme en cierta manera. — La chica tomó asiento en la mesa observándolo. — Solo no soportaba la idea de escuchar como repetías a mamá todo el día, yo también la extraño y pase mucho más tiempo con ella que tú, y con lo que decías no lograba encontrar un poquito de paz para dejar de llorarle. — Suspiro comiendo un poco de pavo antes de volver a hablar. — Perdón, ¿si?

Sin creer lo que sucedía se acercó para abrazar a su hermana con cuidado, sintiendo como los cuatro terminaron en un abrazo familiar que les hacía sentir bien, no lo creía aún, pero lo disfrutaría, no quería llevarse mal toda la vida con ellos, las cosas necesitaban hablarse, poner las cartas en la mesa para entenderse uno a uno, solo se necesitaba aquello. La familia es difícil de entender, pero finalmente llega un momento donde, aunque suene redundante, que no entenderás jamás y aprenderás a vivir con ello, así es la vida.

— Papá, el chico que conoces...Chanyeol, me invitó a pasar las navidades con el en su hogar, yo acepté y quisiera saber si puedo ir. — Preguntó mirándole, ya había llegado el mensaje del chico que le indicaba que estaba abajo.

— ¿Mi Baekhyun pidiendo permiso? Ve, aunque cuando lleguemos a Corea los regularas un poco.

Se despidió de todos con una sonrisa para bajar por el elevador, pasando por recepción donde le esperaba el otro, con solo verlo sabía que las cosas no podían terminar de una mejor manera en aquel día, en navidad.

— Te ves lindo hoy, siempre estás lindo la verdad. — Sus mejillas se colorearon por lo dicho y comenzó a caminar fuera del hotel con una cajita en sus manos. — ¿Cómo fue con tu familia?

— Tenias razón, cumplí mi parte del trato y salió genial...solo falta la tuya. — Comentó mirando hacia el cielo en busca de algún copo de nieve que cayera sobre ellos. — Mi padre reaccionó, solo espero que las cosas ahora comiencen a ir bien para nosotros.

— Si todos ponen su granito de arena te aseguro que dará resultado, son una familia yo se que pueden. — Sonrio y abrazo al chico por los hombros mientras caminaban. —

La conversación había cesado, mientras ambos caminaban sonrojados por la cercanía que tenían, era muy extraño pero a pesar de eso la incomodidad no existía y el cálido abrazó calaba en sus corazones. Unos minutos bastaron para que la nieve comenzara a caer sobre ellos como pequeños copos que parecían destellos.

— ¡Es la nieve Chanyeol! Por fin está nevando. — entre risas dio una pequeña vuelta dando saltos de emoción. — Creo que la magia de navidad está ayudándome mucho hoy, es extraño ver cosas buenas en mi vida.

— ¿Que tienes ahi?

— Eres alguien muy observador Chanyeol. — Habia comprado algo que sentía era un tanto estupido, pero de todas maneras pensó en que sería un detalle único para el contrario en caso de no volverse a ver nunca más en la vida, que esperaba no fuera así. — Compre un regalo para ti, ¿Te gustaría abrirlo?

— ¿No será mala suerte antes de las 00:00? — preguntó tomando la cajita en sus manos observándola con cierta curiosidad para averiguar desde fuera que era.

— Quiero decirte que estas vacaciones fueron geniales gracias a ti, eres la mejor persona que pude encontrar en ese avión tan agobiante...el regalo demuestra eso. — abrió la cajita de este en sus manos y le entregó una cadena con una Vaca animada. — La Vaca Lola, creí al verla que no solo recordaría cómo nos conocimos, si no también a tu hermana. — A penas recibió un abrazo no pudo hacer más que sonreírle y aceptarlo. — Dime chanyeol...¿Estas saliendo con alguien?

— ¿Por que la pregunta?

— Solo responde.

— No estoy saliendo con nadie, aunque estoy interesado en una persona que no se si sentirá lo mismo por mi.

— ¿Es una chica? — Se separó del abrazo jugando con sus manos un poco nervioso.

— Es un chico, y lo estoy mirando en estos momento. — elevó su mirada ilusionado sin saber cómo responder ante aquella declaración. — Espero que sienta lo mismo por mi...

— ¿No deberías lanzarte para averiguarlo? — con temor sus ojitos pasaron a ser brillosos iluminados por las luces de la noche en espera de algo que deseaba. — Adelante.

El miedo estaba en ambos sin saber si hablaban en la misma sintonía con las respuestas y preguntas, pero no lo averiguarían si se quedaban esperando que algo pasara. Baekhyun dio un paso adelante junto a un salto que le llevó a tomar su cuello y besarle con cuidado, fue torpe, pero ambos entendieron cómo llevar el ritmo, nadie los apuraba, nadie los juzgaría, solo su corazón entregado a amar.

La magia de la navidad había hecho efecto en la vida de Baekhyun, le salvó del agujero negro en el que estaba cayendo y le enseñó lo más importante de estas épocas, pasarla con la familia y junto a los seres que se ama. Le entrego a Chanyeol, quien le enseño a ver la vida de una manera diferente, que le abrió los ojos a la realidad y a la felicidad.

— ¿Cómo le dire a mis hijos que me enamore de su padre en cinco días?

— Baek, es la magia de la navidad.

🎄

Holisss aquí la creadora de este tierno one shot navideño, espero que haya sido de su agrado y que rieran o disfrutarán de cada párrafo. Si tiene bueno recibimiento tal vez haga algún tipo de continuación de un pequeño capítulo más ♥️.

Besitos 🌷

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