Capítulo 5
"¿Que es lo que tanto extraño
si ya se que sufriré?"
Valentina
El tiempo se había pasado volando. Tenía que ensayar mi última escena para poder ser libre e ir a entregarle su invitación. ¿Cómo lo haría? Realmente no lo sé. En esta parte la protagonista hacia una cara rara que haría reír a toda la familia. ¿Cómo es que había llegado a obtener el personaje principal? Pues mi grupo optó por escogerme debido a que me identificaban como la chica perfecta para el papel. Luchaba por lo que quería y en estos momentos le tenía un amor al arte, inmenso. Así que accedí.
—Parvana por un momento se quedó callada, negando ante la petición de su padre. Formando una cara ácida haciendo a la familia reír. —El narrador termino de hablar. Mastique el dulce que traía entre mis labios y me dispuse a hablar. Cuando lo ví pasar. Camisa café, pantalón de mezclilla y aquel sobre de color azul con la imagen de Pizarnik.
Me atragante y antes de toser forme una cara extraña.
— ¿Lo viste?—Me susurró Sol y asentí. Golpeo levemente mi espalda para que me pudiera regular. Sentía pasar aquel caramelo por mi garganta.
El timbre nos interrumpió, salí despavorida hacia mi salón. Tome la invitación y fui directo escaleras abajo.
— ¿Hoy tampoco te juntaras con nosotros?— Sara me miró y yo asentí. —Será otro día, perdón.
— ¡Hey, profe!—sonreí y recibí esta vez atención.
— Hola, hace tiempo que no te vía por aquí.
—Esto es suyo. — le entregué la invitación y me miro curioso.
—Ya habíamos hablado de esto. No podré ir.
— Lo sé pero será como un recuerdo del proyecto.
—Solo te ayude con los signos de puntuación tú hiciste todo lo demás.
— Un punto y una coma hacen la diferencia. — De forma automática me miro riendo.
—Así es.
Hablamos un poco como lo hacíamos antes. Me deseo suerte para que el día de la obra me fuera bien y luego se retractó gritando la frase ¡Éxito, tú puedes! Me daba la seguridad que necesitaba con simples palabras. Me hacías temblar con simples gestos.
—Graba para que me lo enseñes. ¿Está bien?— Asentí y sonreí.
—Suerte con su grupo favorito. —le guiñe el ojo y él solo negó
El 3°A lo volvía completamente loco y a veces a mí también.
Los aplausos del público se hicieron presentes. La sala de usos múltiples estaba a reventar por la gente que había en el lugar. Mi grupo. El 1°E y yo nos pusimos en medio del escenario agradecido.
—Me encantaría felicitar a la señorita Valentina. Quién se encargó del guion, la verdad es que a tu edad has manejado muy bien todos los detalles. — El subdirector me sonrió y miro hacia los padres de familia. — ¿Con ayuda de que profesor? ¿Gany?— negué rápidamente.
—El maestro Víctor.
— ¿Víctor? ¿Ah?, bueno un fuerte aplauso.
Unos minutos después la afluencia de gente disminuyó. Me cambié y con tranquilidad me recosté sobre una de las butacas mientras que todos mis compañeros barrían y acomodaban.
— ¡Maestra Diana, Valentina no está haciendo nada!— Ella solo me miro con una sonrisa en su rostro.
—Déjala y apúrate a barrer Daniel. — Sonreí satisfecha y cerré mis ojos con cansancio. Hasta que la campana sonó. Yo caminé como de costumbre hacia el pino.
— ¿Cómo te fue?—Le entregué el celular y sonreí. —Júzguelo. — Respondí y notaba como sus gestos variaban en cuestión de segundos.
— Ese telón se les estaba cayendo...
— ¡Amiga!¿Tu cabello es real?—Un grupo de chicos se nos acercaron intentaron tocar mi cabello y con rapidez corrí detrás de Víctor mientras él reía.
—Sí. Si, lo es. —los mire y estos sonrieron.
—Es como algodón, que hermoso está. Bueno. Adiós. — se fueron mientras que yo miraba mal al docente por aquel cinismo suyo de burlarse de mí.
—Que cruel. — Se carcajeo negando.
— Sabe con esto mi diez esa asegurado.
—Vamos a ver si lo conservar en español el siguiente año.
Pasó el receso, ambos regresamos a nuestros respectivos trabajos. Dio la noche y por fin pude concentrarme en el detalle que iba a darle por su cumpleaños además del del día del maestro.
- Su cumpleaños <3
Así era como tenía el recordatorio de esa fecha importante. Mayo está lleno de días importantes.
— Queremos conocerlo hija.— Mi padre asintió.
— ¿Pero por qué?.— preguntaba extrañada. Mis padres habían interrumpido mi trabajo en la cocina.
— Queremos darle esa seguridad, para que no haya rumores de que son novios. Así tú seguirás con tus estudios y el con su trabajo.— Confirmo mi padre.
— Además tú le estás haciendo una galleta, y es raro en ti que tengas ese tipo de detalles. ¿Qué le darás?.
—Un reconocimiento de galleta, llevará su nombre con chocolate negro.—Me arrepentí por un momento por confesar mi idea.
—Perfecto, mañana en la firma de boletas nos presentaremos he dicho.
Valentina
Jamás debí permitir que se conocieran, quizás debieron de haberse dado las cosas de otra manera.
— ¿A qué te refieres?
— Mi madre es manipulada por mi padre, para hacer muchas cosas. La verdad no sé si es un tipo de violencia, pero aquí el punto es que cuando uno de ellos está enojado conmigo decide usar artimañas tan crueles que me hacen desconocer el lugar de donde vengo.
—Pero son tus padres, lo hacen porque te quieren.
— Eso es el argumento más común, pero cuando le cuente lo que realmente paso se dará cuenta que me arrebataron lo que más amaba en ese momento por celos, por un berrinche de ellos. No por algo que yo hubiera hecho realmente.
Cuando llegó el receso él me vio, movió sus cosas a un lado dejándome un espacio para que me sentara.
—Profe, mis padres quieren conocerlo. —Solté rápidamente cerrando los ojos y unos segundos después abriéndolos para poder verlo.
— ¿A mí?—Dijo algo alarmado y tragando duro de su galleta emperador.
— Si, pero tranquilo. Además le tengo un regalo. — sonreí juguetona. Intentando sonar menos nerviosa.
— Pues no creo verlos.
— ¿Eh?
—Nada. Solo, sorpréndeme. — Asentí y seguimos platicando de cosas triviales.
Al día siguiente la junta se alargó, ya tenía mi carta de felicitación estaba ansiosa por verlo. Faltaban pocos minutos para que llegara, pensé que mis padres no lo conocerían.
—Vamos al cuadro de honor. —Mi padre sugirió. Trataban de hacer tiempo, sabían que tenía diez cerrado de calificación final. Estaba temblando de los nervios. Pero los gritos de mis compañeros y sus golpeteos en la ventana se hicieron presentes.
— ¡YA LLEGO! ¡Valentina!—
Volteó la mirada, traía una camisa azul marino y un pantalón de vestir.
Mis padres estaban saludándolo, observé un poco de nervios en el rostro de Vic, como pude corrí a su lado.
—Me gustaría agradecerle, por inculcar la literatura en nuestra hija.—Mi madre con serenidad hablo.—Especialmente por el libro, y para decirle que estamos atentos a pues su trabajo.
—Ah, bueno pues yo ayudaré a Valentina con todo lo que esté a mi alcance.
—Y aquí un pequeño presente.—rápidamente lo entregue haciendo una reverencia.
—Disculpe usted es el profesor ¿Ruiza?—la prefecta nos interrumpió.
—Ruiz, es mi apellido.—Oh, en dirección me piden que por favor entregué estos papeles.— Le mostró una hoja que casi no pude notar.
—Me permite tomarle foto, en estos momentos estoy ocupado.—saco su celular y al terminar esta se retiró.
—Bien, fue un gusto profesor.—se estrecharon la mano.
—Sabe que cuenta con nosotros.—finalizó mi mamá.
—Lo veo en receso. — susurre, asintió.
El primer año se me había pasado volando. Los rumores sobre cuál sería la mejor muestra pedagógica se habían hecho notar. El año pasado la sala de español había sido todo un éxito. Suponía que Víctor estarías en usos múltiples con el grupo de profesores de la materia. Dijo que tenía una sorpresa para este año. Veamos que sucede.
La mañana se me pasó volando, me había desvelado y a penas dormí unas tres horas. Tenía que entregar unas cosas pero los nervios me estaban traicionando. Exponer para el maestro Javier y Para la maestra Gabriela de biología.
Todo era un desastre en mi cabeza.
Al ingresar a la escuela, espere que el timbre suene para dirigirme al laboratorio de biología. Dejar las cosas y poder acomodarlas. Pero la maestra Roxana fue demasiado injusta y cruel.
—Señorita usted debe ser deficiente como su profesora. —Respiré hondo y mantuve la cabeza fría.
—Disculpe maestra, pero por algo me otorgaron el mando de la exposición.
—Pero va a ser como en un museo, además eres del E. — asqueada subió y bajo la mirada.—Usted tiene su parte, la cual será respetada pero en donde yo estoy a cargo se explicara a los padres de familia.
—Su lado será un fracaso.— se dio media vuelta y se fue. Mi grupo de compañeros entró en crisis.
— A ver todos, hice varias tarjetas con algunas explicaciones que pueden dar.
— ¡Pero y si se rompe algo!¡Si se nos olvida!
—Confió en que podemos, vamos a demostrarle a esa señora que somos los mejores.
A cada uno de mis amigos y compañeros les di una estación junto con una tarjeta.
—Estaré con el maestro Valencia, pero estaré bajando para ver cómo está todo, queda claro. —
Todo había sucedido muy rápido. Me encontraba en el salón de clases porque momentos antes la maestra Roxana nos había prohibido el paso debido a que la profesora Gabriela no era mucho de su agrado. Fue ahí donde el maestro Javier me pidió que lo ayudara. Él se veía bastante bien de traje completo. Cuando me iba a disponer a trabajar la maestra Roxana dijo que disponíamos de poco tiempo para acomodar nuestra parte. Sí. Ahora estaba enredada en dos exposiciones al mismo tiempo
—Confió en ti, eres mi gallo. No me decepciones.
— Pero no voy a leer, eso no se hace y menos en una exposición. — moví mis manos alterada.
— Si te trabas yo estaré aquí apoyándote.-— Usted siempre me apoya, pensé. Valencia le dio un bocado a su sopa.
—Está bien, está bien...—Caminé hasta la entrada pude ver a Víctor un salón a lado de la que era nuestra exposición.
—Valy prepárate...
Oh no.
Entre tantos padres de familia los primeros tenían que ser los míos...
—Y-ya comienzo. —Me levanté, comencé a caminar a mi estación.
—Anda...—Impulsó mi profesor.
—Es que son mis padres. — baje la mirada y este rio
Al parecer se llevaban bien, mis padres son bastante serios.
—Es una buena alumna, tiene potencial pero a veces se distrae. — pude escuchar de su parte.
La gente comenzó a venir, cada uno de nosotros explicaba por tandas. El profesor Valencia comenzaba a contar a la gente que llegaba, casi al último decidí salir a descansar.
—Mira ahí está la exposición de tu profesor favorito. — Emiliano me lanzó hacia ahí.
Era pequeña no lo iba a negar, libros de distintos estilos pude observar y claro sus alumnos en bolita comenzaban a cantar.
— ¡Profe!—saludé.
—Hola
—Así que este era el gran secreto. —lo mire de reojo.
—Algo así.—un estruendo se escuchó del 3°A, sus alumnos hacían bullicio.
—Puedo.—señale un pequeño libro en forma de dona.
—Adelante, de hecho si eres mi alumna trabajaré lo mismo con ustedes.—
Al igual que yo, revisaba con la mirada los libros. Pude observar momentos antes que la bocina estaba conectada a su celular, no teníamos unos gustos tan diferentes.
—Oh por dios, en serio. —Me queje al escuchar la canción.
—¿Qué?,¿No te gusta?
—No es eso, pero suelo escucharla siempre.
"Quiero ver bailar tu pelo
Quiero ser tu ritmo."
—Que le enseñes a mi boca. — Observé fijamente y rápidamente guardo silencio.
—Está cantando profe.—reí
—Si, sentí tu mirada.—Su sonrisa de lado, esa jamás la voy a olvidar...
"Tus lugares favoritos (Favorito, favorito baby)"
"Déjame sobrepasar tus zonas de peligro
Hasta provocar tus gritos
Y que olvides tu apellido"
La canción siguió, por un momento nos quedamos mirando directamente a los ojos. Podía sentir como mi corazón latía rápidamente, rompí con la tensión.
Cómo muchos sabían el escribía poesía, y la pequeña amistad que se había formado entre nosotros nos había permitido comenzar a enviarnos correos electrónicos con poemarios.
—Profe este poema está mal.—saque mi celular, se acercó a mi.
—Pero si es una I
—Es un 1 y no concuerda con su frase.—reproche.
—No, dice IGUALA.
—Estoy ciega.
— ¡Valentina!, Valencia te necesita.—
Asustada deje mi celular en sus manos, y salí disparada al salón de la exposición.
—Hey, pero tú celu...—No pude escuchar más.
—Regrese Profe. —Sonreí
—Ya. — Me entrego mi celular.
—Escucha eso, es un karaoke. —por unos momentos nos mantuvimos en silencio. Un terrible intento de coro de escuchaba entre los pasillos.
— ¡Ay!—Dijimos al mismo tiempo.
— ¿Se anima a cantar?—reí y mire abajo.
—No, yo no sé cantar. —negó.
—Si profe, yo sería su público.
—No, por supuesto que no...— Dijo avergonzado.
—Está bien, está bien por cierto, mañana le traeré el comentario que me falta.
—Un trato es un trato.—
Los minutos pasaron.
La muestra término, estaba agotada quería descansar le ayude a componer y me retire al salón.
—Ya ví por quien me dejaste. — Me tense al escuchar a un Valencia un poco molesto y a la vez cansado.
— Ah, pero ya casi no había padres de familia.
— Vale...— me habló desde el marco de la puerta. — Tú no puedes componer algo que está roto, tú necesitas experimentar con alguien completo, de tu edad. — Mordí mi labio inferior. — No eches en saco roto mis palabras, piénsalo antes de que sea tarde.
Debí de haber hecho caso...
Al día siguiente
Era la exposición de talleres, prácticamente era como el día de ayer pero de prácticamente cinco maestros, como yo era de dibujo técnico y mi maestro se había jubilado me la pasaría paseando con mis amigas, posteriormente con mis padres
Necesito verlo y entregarle así el comentario.—Mencione a mis amigas.
—¿Cuantos comentarios llevas?.—Melissa confundida, me miro
—Cuatro contando el del libro.
—Mis ojos se iluminaron, me obsesione con sus versos. Bueno, no solo con sus versos.
Espera, ¿Qué?
— ¿Donde, donde estará?—Mire hacia todos lados hasta que lo vi salir de artes plásticas y creación cultural
— ¡Profe!— Me miro algo sorprendido pues a un lado suyo estaba la que hoy día sería mi maestra de historia.
—Buenas tardes. —Me regreso el saludo, ella se adelantó un poco, así que aproveche para entregarte el sobre rojo. —Gracias Valentina. —Guardo la carta en la bolsa de su pantalón trasero y la siguió.
—¿Quién será ella.—Pregunte a mis amigas.
—Da historia a terceros—Ariadna resolvió mi duda.
—¿Pero por qué no te quedaste con él?
—No quiero entrometerme. —sonreí
Estuvimos pasando por toda la escuela mis padres y yo.
Algunas veces nos topamos pero a diferencia de otros días él no hablo.
—¡Es una falta de respeto!
—Me cae mejor Valencia.
—Mamá, papá quizás solo está presionado y ocupado quizás no los vio.—levanté mis hombros.
Quién diría que desde aquel día quedaría fichado con mis padres, con las personas que dicen conocerme pero realmente no saben nada de mí.
1103 feliz cumpleaños a mí!
Okey sigamos.
Muchas gracias por su paciencia, de verdad trató de hacer un buen y mejor capitulo. Espero que les haya gustado, hasta la próxima
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top