14
—Jul, tienes que entender que te amo demasiado, esa mujer no significa nada para mí—espetó Matthew, intentando abrazarme.
—No es necesario que sigas con esta farsa—solté con frustración, alejándome de él.
—Por favor, créeme—dijo desesperado, avanzando hacia mí, a grandes zancadas—. Tú, eres la mujer que amo, eres la mujer con la que deseo pasar el resto de mi vida—finalizó, tomándome con fuerza de los brazos para apretarme contra su duro cuerpo.
—No entiendo, por qué sigues mintiendo, es evidente que yo no soy tu tipo.
—No digas tonterías—musitó con molestia—. Quiero que te quede muy claro que no pienso cancelar nuestro compromiso, pase lo que pase, tú y yo nos vamos a casar—remató, esta vez, sosteniendo con firmeza mi mentón para acto seguido besarme de manera violenta, haciendo que yo instintivamente, empezará a golpear su pecho, para que se detuviera, sin embargo, aquello había resultado imposible, pues con agilidad, sostenía mis muñecas, las cuales apretujaba con mayor fuerza, causándome dolor.
—Suéltame, por favor—supliqué, conteniendo mis lágrimas.
Sin inmutarse siquiera, continuo besándome de manera violenta, salvo que ahora sus manos, rasgaban mi blusa, posando sus besos en mi cuello, hasta llegar al nacimiento de mis pechos, mientras yo seguía luchando para que me soltara, por más que intentaba zafarme, todo era inútil, pues me encontraba acorralada contra la pared, el miedo ya se habia apoderado de mí, y aunque deseaba gritar por ayuda, de ante mano, sabía que aquello sería en vano, ya que ninguno de los empleados, a excepción de Daniel, se atrevería a enfrentarse a Matthew Hamilton, sin correr el riesgo de ser despedidos y para colmo con muy malas referencias, implicando con ello que su búsqueda de trabajo fuera imposible, para mi mala suerte la única persona que podía protegerme, se encontraba llevando a mi madre al club. Estaba perdida, abandonada a mi suerte, en mi propia casa, sin nadie que pudiera defenderme, mi vista ya se encontraba nublada, debido a las lágrimas que se concentraban en mis ojos, tomando un poco de fuerza y del valor que me quedaba, le supliqué que se detuviera.
—Por favor, Matthew... detente—dije lloriqueando—. Me estas lastimando, te lo ruego, tú no eres así—rematé dando rienda suelta a mi llanto, esperando lo peor, hasta que un gruñido de frustración y el sonido de su puño estampándose contra la pared, se hicieron presentes. Tras haberme soltado, se alejó tan solo unos centímetros, no sin antes volverme a tomar del mentón con fuerza obligándome a que lo mirara a los ojos.
—Que te quede claro, que eres mía... escuchaste, ¡mía! —finalizo, empujándome—. Si dices algo de lo que acaba de suceder, considérate muerta—amenazo, para después marcharse.
Con el cuerpo temblando, y los ojos hinchados, me deje caer en aquel rincón de mi habitación, quedando en posición fetal, mientras imágenes de lo vivido minutos antes volvían a mi mente.
Ni siquiera supe cuánto tiempo había permanecido en aquella posición, pues había perdido la noción de ello, aquel llanto amargo, se había convertido en tan sólo sollozos, mientras que las lágrimas que antes corrían por mis mejillas se encontraban ya secas, todo mi cuerpo me dolía, con la poca fuerza que me quedaba, logré ponerme de pie, para mirarme al espejo, al hacerlo, un dejo de repulsión se hizo presente, al notar como varios moretones cubrían parte de mi cuello, hombros, brazos y pechos, me sentía sucia, en ese momento deseaba con tanto fervor estar muerta. ¿En verdad, me merecía esto? Finalmente caía en la cuenta de que mi vida al lado de Matthew, sería un completo infierno, ahora ya todo me quedaba muy claro, él jamás habia cambiado, pues seguía siendo el mismo patán de siempre, el mismo que acaparaba las portadas de revistas, el que siempre daba algo de que hablar debido a sus excesos. Había sido una completa estúpida, por haber creído que ahora era diferente, pues tan solo había sabido fingir muy bien.
Me sentía tan miserable, por finalmente haber caído en la cuenta de todo lo que tendría que soportar una vez que me casara con él, no solo soportaría a su madre, sino que también sus maltratos, y sus constantes infidelidades, que aunque me jurara y perjurara, que ellas no significaban nada para él, estaba convencida de que era todo lo contrario, pero lo peor de todo, era que yo no podía decir absolutamente nada, ni mucho menos podía cancelar el compromiso, al menos no por el momento, tenía que ser más inteligente, y pensar en algo, pues lo único que ahora deseaba era el de poder estar con John, que me abrazara, para que pudiera sentirme segura entre sus brazos, y aunque deseaba verlo, simplemente no podía, al menos no en el estado en el que me encontraba, pues tenía miedo que al verme sintiera la misma repulsión que sentía yo, hacia mi persona y que terminara rechazándome. Sencillamente, yo no podría con eso. «Sólo mírate, eres una basura, entiende que te lo tenías bien merecido» «Si John, te viera así, sentiría asco y un poco de lastima» «Apenas te vea así, saldrá huyendo, ¿Enserio creíste que él podría estar al lado de una porquería como tú? Despierta, idiota» nuevamente aquellas voces en mi cabeza volvían a hacerse presentes, solo para atormentarme y recordarme la basura que era, que realmente todo lo malo que me sucedía me lo merecía, y que una perdedora como yo, jamás podría ser feliz.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top