La escena se repetía una y otra vez en la cabeza de Anna, miraba como Tani caía por las escaleras, hasta llegar al piso de abajo, justamente cerca de los pies de Logan. Aprovechando Jimena logró zafarse y se fue a su habitación y cerró con seguro la puerta.

—¡Tani! —gritó Jocelyn y bajó corriendo hasta estar junto a la pequeña inconsciente.

—¡Hay que llevarla al hospital! —gritó Bianca—. Vamos mi auto está afuera.

Jocelyn cargó a la chica y salieron de la casa. Tanto Anna como Logan seguían en shock, hasta que él reacciono y volteo a ver a Anna.

—¡¿Qué hiciste?! —gritó molesto, con las lágrimas en sus mejillas. Ella no podía articular palabra alguna—. ¡Si algo le pasa a mi hermana será tu culpa! —dijo y salió corriendo de la casa, quería ver como estaba su pequeña hermana.

—Yo no pretendía hacerle daño —susurró momentos antes de desmayarse ahí en el frío suelo.

⭐⭐⭐

Cuando abrió los ojos, sintió una fuerte luz molestándole en los ojos, cuando su vista se restauro pudo ver que estaba en un hospital.

—¿Qué hago aquí? —dijo en voz baja.

—Oh Anna, estás bien.

Reconoció esa voz, era su padre.

—¿Papá? ¿Cómo llegue aquí?

—Llegue a casa y no había nadie, subí las escaleras y te encontré en el suelo desmayada.

—¡Tani! —gritó sentándose—. ¡¿Papá donde está Tani?!

—Tranquila Anna, ella está bien, Logan y Pamela están con ella.

—Tengo que verla —dijo levantándose de la camilla.

—Hija pero estás débil.

—No me importa, quiero saber como está ella —salió de su habitación encontrándose con Jocelyn—. ¡Jocelyn!

—¡Anna! —gritó y la abrazó—. ¡Que bueno que estás bien!

—Jocelyn perdóname, nunca quise comportarme de ese modo —dijo y comenzó a llorar—, en ese momento no era yo, te lo juro, no fue mi intención.

—Lo sé, sé que nunca le harías daño a nadie, mucho menos a Jimena —dijo de la misma manera.

—Oh Dios, me comporté como una completa lunática.

—Ya no te preocupes, al menos ya volviste en sí —la abrazó.

—¿Dónde está Tani? Quiero verla.

—No creo que sea buena idea —dijo triste.

—¿Por qué no?

— Logan está muy molesto por lo que pasó, no creo que quiera verte ahora.

—No me importa, yo quiero ver como está Tani, no quiero verlo a él, aunque igual le debo una disculpa.

—Bien vamos, pero después no digas que no te lo dije.

—Sí no importa, vamos.

Jocelyn guió a Anna, hacia donde estaba Tani, al llegar, en el pasillo vieron a Logan y a Pamela, quienes esperaban noticias de la pequeña.

—Logan —susurró.

Él volteo y cuando la vio, cerró sus manos en puños y se acercó a ella completamente furioso.

—¡¿Qué haces aquí?!

—¿Cómo está Tani?

—Dudo que te importe, total si ella está aquí por tu culpa —dijo aún furioso.

—Si me importa, yo... lo siento, te juro que no quería hacerle daño y menos a ella —las lágrimas se habían acumulado en sus ojos.

—¿Y lo que dijiste ayer? Que no importaba lo que tuvieras que hacer con tal de recuperar lo tuyo, si eso implicaba lastimar a alguien lo harías de todas maneras.

—En ese momento no era yo Logan, me estaban controlando mis impulsos, lo siento.

—Con un lo siento no arreglas nada —la tomo fuerte del brazo y comenzó a hacer presión en este.

—Lo sé, pero en serio lo pido de corazón.

—Ya no me importa nada Anna, estaba dispuesto a ayudarte, a que todo volviera a hacer como antes, pero ya no, ya estoy harto de tu estúpida actitud.

—Logan me haces daño —dijo adolorida de su brazo.

—Logan suéltala —dijo Jocelyn.

—Hijo cálmate —dijo Pamela.

—No mamá, ya me canse de todo, ya no quiero volver a verte —gritó y la empujo tan fuerte que cayó al suelo. Anna comenzó a derramar sus lágrimas—. Mejor lárgate, solo nos has ocasionado problemas, ya no eres nadie para mí, ¡Lárgate!

Anna se levantó y salió corriendo de ahí.

—¡Anna! —gritó Jocelyn yendo detrás de ella.

—¿Cómo pudiste hacer eso hijo? —dijo Pamela.

—Mamá yo —no sabía que decir, él también sintió algo que controlaba su cuerpo—, no sé que hice.

—Solo que heriste de la peor manera a tu mejor amiga, sé que lo que hizo Anna no estuvo bien, pero tratarla de esa manera no fue la solución.

—Anna —susurró él.

En eso salió el doctor.

—¿Familiares de la señorita Tani Henderson?

—Yo soy su mamá, ¿Cómo está mi hija?

—Ella está bien, solo una pequeña torcedura en el tobillo, pero va a estar bien.

—Gracias a Dios —suspiró aliviada.

—Si quieren pueden pasar a verla.

—Claro, gracias doctor.

El doctor asintió y se alejó de ahí, ambos entraron y vieron a la pequeña.

—Hola mi amor —dijo Pamela llamando su atención.

—Mamá.

—¿Cómo estás hija?

—Bien, aunque si me duele el tobillo.

—El doctor dijo que pronto se curaría.

—Si lo sé —sonrió, entonces vio a su hermano distante a la conversación—. Logan, ¿Estás bien?

—¿Eh? Sí, estoy bien.

—¿Dónde está Anna?

—No sé, ella vino pero se fue.

—¿Se fue? ¿Por qué?

—Ella quiso saber como estabas, pero la trate muy mal y le dije que se fuera.

—¿Por qué lo hiciste?

—No sé, estaba muy molesto y simplemente no supe como reaccionar, mi irá me ganó y por eso le hice más daño que le he hecho.

—Deberías ir a disculparte con ella.

—Después de todo lo que ha pasado, dudo mucho que ella me quiera ver y menos por como la trate ahora.

—Solo haz el intento.

—Bien, pero después, por ahora quiero estar contigo.

—De acuerdo, pero después irás a verla.

—Claro.

⭐⭐⭐

Anna había llegado a su departamento, Jocelyn iba detrás de ella, al llegar la abrazó.

—Tranquila.

—Ahora si Jocelyn —lloraba en los brazos de su amiga—, ahora si perdí a mi mejor amigo.

—Él no lo dijo en serio, al igual que tu él estaba molesto, pero sé que no era verdad.

—Yo sé que lo dijo en serio, nunca lo había visto tan molesto.

—Verás que pronto te pedirá perdón.

—Quiero estar sola.

—¿Segura? No creo que sea conveniente dejarte sola.

—Por favor, si necesito algo te llamo.

—De acuerdo.

Jocelyn salió del departamento, Anna camino hasta su habitación y miro el espejo furiosa.

—¡¿QUE DEMONIOS HICISTE RENATA?! ¡TE DIJE QUE NO HICIERAS NADA!

Entonces vio como su reflejo se convertía en ella, la misma cara, pero con otro color de cabello y ojos.

—Lo siento, no pretendía lastimar a la niña —dijo triste.

—Pero lo has hecho y ahora Logan me odia.

—Bueno, ¿Queríamos hacerlo sufrir no?

—¡No! ¡Yo nunca quise eso! ¡Y menos si es lastimando a terceros!

—Pues lo siento, solo espero que la pequeña esté bien —dijo y su reflejo se desvaneció.

—¡NO SABES COMO TE ODIO RENATA! —dijo ella a gritos.

—Y yo no sabía que estabas loca —dijo alguien a sus espaldas.

—¿Qué haces aquí tú?

—Solo vine a verte.

—¿Qué? ¿Jimena te pidió que me sacaras más información, Terry?

—No, esta vez no vengo por que Jimena me lo haya pedido.

—¿Entonces?

—Lo de anoche me gusto en serio y me gustaría repetirlo.

—¡Estás loco! —dijo molesta.

—Vamos Anna, ¿No me digas que no te gusto? —se fue acercando lentamente a ella.

—¡Vete Terry!

—Me iré pero antes quiero lo que vine a buscar —la abrazó y comenzó a besarla a la fuerza.

—¡Suéltame! —gritaba tratando de zafarse de su agarre.

—Nunca, tú serás mía Anna.

—¡Nooooo! —gritó.

Comenzó a forcejear más hasta que logro zafarse, salió corriendo de la habitación.

—¡Ven aquí Anna!

Anna corrió hacia la puerta pero al tratar de abrirla, noto que estaba cerrada.

—¿Qué pasa? ¡Ábrete maldita sea! —dijo desesperada.

—Nunca podrás salir de aquí —dijo la voz del chico detrás de ella.

—¡Déjame en paz Terry!

—Fuiste mía una vez, ahora serás mía de nuevo.

—¡Nunca demente!

—Ya verás que sí —dijo y saco algo de su espalda, donde tenía sus manos escondidas, era un pedazo de tela, se veía mojada—. Ya verás que sí Anna —se acercó a ella y la tomo con fuerza, ya que ella forcejeaba, pero logro colocarle el pedazo de tela en su nariz, Anna poco a poco fue perdiendo el conocimiento, hasta caer en los brazos del chico—. Te lo dije Anna —cargó a la chica inconsciente y la llevo a su habitación, cerrando la puerta detrás de él.

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© Querido Hoyuelos por Fanny Frías. Todoslos derechos reservados.