Estaba en su habitación pataleando y gritando cosas.

—¿Cómo pude hacer semejante estupidez? ¿Qué fue lo que pasó por mi mente cuando hice aquella locura? —se sentó en la cama y las lágrimas salieron de sus ojos—. Seguro que él no volverá a verme jamás —se acostó en la cama y se tapo con la almohada.

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Mientras tanto en la casa de él, estaba en su habitación dando vueltas.

—¿Qué has hecho Anna? ¿Cómo pudiste hacerlo? Pero... lo más sorprendente es... ¿Por qué me gustó? No puede ser que haya pasado eso, ni mucho menos que me haya gustado, soy un idiota.

—¿Qué te pasa? —escuchó la voz de su pequeña hermana.

—¡Tani! —gritó—. ¿Desde cuándo estás ahí?

—Acabo de entrar, solo te oí decir "No puede ser que haya pasado eso, ni mucho menos que me haya gustado, soy un idiota", ¿Por qué lo decías?

—Es algo que no te importa enana.

—Anda, dime no seas malo.

—Ya te dije que no —se sentó en su cama, cruzándose de brazos.

—¿Ah no? —él negó—. Vamos a ver sino —se subió a la cama, hincándose y se acercó a él—. Más te vale que me digas, Logan Henderson.

—Hazte para allá Tani.

—Dime o te voy a golpear.

—Tú no vas a golpear a nadie —ambos voltearon y vieron a su mamá—, ahora ve y has tu tarea señorita.

Ella se fue bufando, haciendo reír a su mamá y a su hermano.

—Muy bien, si a tu hermana no le quisiste decir, me lo dirás a mí, ¿Qué pasó?

—Mamá, ni yo sé que fue lo que pasó, estoy tan sorprendido que simplemente no me lo creo.

—¿Pero que fue lo que pasó? —dijo algo desesperada.

Él suspiró y la miró.

—Bueno... lo que paso fue que Anna me...

⭐⭐⭐

—¡¿Lo besaste?! —gritó Jocelyn a través del teléfono.

—¡Pero no me grites! —dijo Anna seria.

—¡No lo puedo creer! —dijo emocionada—. ¡Al fin lo hiciste!

—Lo malo de todo esto es que él no me va a querer ver de nuevo.

—¿Por qué no?

—Por que para él solo soy una amiga, una hermana, nada más —dijo triste.

—Aún no lo sabes bien, quien sabe que a él le gusto ese beso.

—Lo dudo, cuando lo hice se levantó como si hubiese visto a un fantasma y salió de su habitación, sabía que había hecho una estupidez, cometí el peor error de mi vida Jocelyn.

—Claro que no, así que mañana irás a la escuela y hablarás con él.

—Está bien, lo haré —suspiró.

—Bueno, descansa linda —dijo y colgó.

—Por favor, no me odies —dijo y se acostó a dormir.

⭐⭐⭐

Jocelyn recién colgó cuando se fue a su habitación también a dormir, sin haber notado que alguien más había oído la conversación por el otro teléfono.

—Tengo que actuar ahora, ella no puede estar con él, no puede —dijo haciendo sus manos en puños.

⭐⭐⭐

Al día siguiente Anna se levantó un tanto desanimada, no sabía como reaccionaría él al verla, ¿Por qué había decidido volver a la escuela? Por que Carlos había tenido unos problemas y por eso ya no podría ir él a darle las clases.

Una hora después ya había llegado a la escuela, trataba de no ser vista por él, no quería verlo por el momento, no es por que no quisiera, sino por vergüenza, aún no podía creer que se haya atrevido a hacerlo. Aún recuerda el momento en que paso.

«Ambos tirados en el suelo, él encima de ella, solo provocó que ella mirara sus ojos marrones.

—¿Qué pasa? —le preguntó él.

—Es solo que... nunca me había fijado de tus lindos ojos.

—¿En serio? ¿Crees que son... lindos?

—No solo tus ojos —puso una mano en su mejilla y poco a poco se fue acercando.

—Anna... ¿Qué hac... —fue interrumpido al momento que los labios de ella hicieron contacto con los suyos.

Estaba completamente sorprendido por ese acto, pero más sorprendido aún cuando comenzó a responder ese beso.»

De solo recordarlo, sentía las piernas de gelatina, sentía que en cualquier momento podía caerse al suelo.

—¿Qué haces? —preguntaron detrás suyo.

—¡Jocelyn! —gritó—. ¡Me asustaste!

—Lo siento, pero... ¿Qué estás haciendo?

—Me estoy escondiendo.

—¿De Logan?

—Sí.

—¿Por qué?

—Por que aún no me siento lista para verlo, después de lo que pasó ayer.

—Te apuesto a que él debe estar igual que tú.

—Pues espero que me este evitando, así no lo veré en todo el día.

Jocelyn solo rodó los ojos y se fue, si que estaba loca. Pero lo que Anna no sabía es que Logan, la estaba buscando por todo el instituto.

—¿Dónde está?

—¿A quien buscas? —escuchó una voz suya.

—A Anna, ¿La has visto?

—Bueno...

—Dime Jocelyn —dijo él serio.

Ella suspiró.

—Ella está evitándote.

—Me lo imaginaba.

—Piensa que ya no la vas a querer.

—¿Pero que cosas se le ocurren?

—No lo sé, yo creo que deberías dejarla un rato, ya después hablas con ella.

—Está bien.

⭐⭐⭐

Después de horas, sonó la campana, anunciando que las clases habían terminado. Todos corrían por los pasillos, felices de salir ya. Anna estaba en su casillero dejando sus libros cuando...

—¿Se puede saber por que has estado evitándome? —dijo esa voz que reconocería.

—No estaba haciendo eso —dijo de lo más normal.

—Claro, ahora finges demencia.

—Mira Logan, yo no finjo nada, yo no te estuve evitando, si no me buscaste es por que no te interesa verme.

—¿Qué no me interesa? Anna te estuve buscando toda la maldita mañana, si después deje de hacerlo fue por que Jocelyn me dijo que te dejara sola un rato, ya estuviste sola toda la mañana, así que vamos a hablar —dijo y la jaló del brazo.

—Suéltame.

—No y será mejor que te calles.

—Yo no quiero ir contigo —dijo y se zafó.

—¿Pero que crees? Yo no te pregunté si querías venir —dijo y la cargó como a un costal—. Así que cállate.

—Esto es un secuestro, si no me bajas gritaré.

—Grita todo lo que quieras —dijo él.

—Eres un abusivo Henderson.

—Me vale 3 kilos de pepino.

Una vez afuera del instituto, llegaron al estacionamiento y la acorralo en una pequeña esquina.

—Déjame ir —dijo ella.

—No, hasta que hablemos.

—¿Hablar sobre qué? —dijo nerviosa.

—De lo que pasó ayer.

—¿Qué pasó ayer? Yo ayer estuve en mi casa.

—¿Es en serio Anna?

—Es en serio, estaba mirando Dora la Exploradora mientras me comía una pizza.

—No estoy para tus bromas Anna.

—¿Es que no sé de que quieres hablar? Lo que pasó anoche estuvo más que claro, te bese y a ti no te gusto, por eso te encerraste en tu baño, ¿A caso crees que no supe lo que quisiste decir con eso? Que te di asco.

—¿Qué cosas dices?

—Lo que oíste, no tienes que decírmelo, yo ya lo suponía, así que déjame ir.

—¿Sabes lo que voy a hacer? —dijo desafiándola.

—¿Qué? —dijo de la misma manera.

—Esto —dijo y se acercó a ella, besando sus labios.

Otra vez.

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© Querido Hoyuelos por Fanny Frías. Todoslos derechos reservados.