Reconciliación.

Las gotas de agua que se desprendían del pantalón de Seokjin empapaban la misma sección de mármol del piso del baño de la familia Jeon Park.

El rubio se había cubierto el cuerpo entero con la toalla más larga mientras Namjoon cerraba la puerta para asegurarse de que nadie interrumpiera.

-¡Achis! - estornudó el mayor, envolviéndose aún más en la toalla.

-Te vas a enfermar si no te secas rápido. - dijo el pelirrojo, tomando una de las toallas pequeñas y colocándola sobre la cabeza de Seokjin para ayudarle a secar el cabello.

La distancia entre ellos no era la más prudente.

Cocoa... Olisqueo Seokjin el aroma de Nam.

Intentaron por todos los medios no mirarse a los ojos mientras el pelirrojo le secaba el cabello, pero solo les bastó conectar sus miradas un segundo para quedarse petrificados viéndose el uno al otro.

Ellos no lo notaron, pero sus latidos aumentaron mientras se sincronizaban.

Ese lunar bajo el ojo... No lo tenía antes. Meditó Namjoon, analizando cada centímetro del rostro perfecto del rubio. Deseaba con todas sus fuerzas volver a mordisquear esas mejillas.

Inevitablemente, ya no se veían a los ojos, sino que ambos colocaron sus ojos en los labios del otro. Sus rostros se enrojecieron.

-Puedo hacerlo desde aquí... - Seokjin empujó suavemente al contrario lejos de él, tomando él mismo la toalla y secándose el cabello. Si no hacia algo para separarlo, tenía el presentimiento de que, más tarde, no sería capaz de responsabilizarse por sus acciones.

Namjoon suspiró con una sonrisa tímida en su rostro, recargandose en el lavabo.

Se mantuvieron en silencio en lo que Seokjin terminaba por secarse por completo. Cuando terminó, colocó las toallas en dónde las había encontrado y se dirigió a la puerta, no sin antes plantarse frente al pelirrojo.

-Muchas gracias por... Ayudarme. - susurró Seokjin, a lo que si ex asintió lentamente. - Bueno, nos vemos.

El mayor quiso salir del baño pero en su lugar, Namjoon le tomó la mano y lo hizo volver.

-Espera. Hablemos. - le rogó el menor.

- ...Te lo dije. No tenemos nada de que hablar. - quiso soltarse del agarre, sin embargo, Namjoon le dió media vuelta para que se vieran a la cara y se aferró a su cintura. Estaba claro que no lo dejaría ir tan fácil.

-¿No hay nada de que hablar? ¿Y que fue todo eso allá abajo, en la piscina? - preguntó Namjoon, visiblemente preocupado por los temas que se tocaron en aquella discusión.

Seokjin bajó la mirada, realmente le incomodaba mucho ese tema, no quería hablarlo, no quería tener que ver con aquellos pensamientos. Quería ignorarlos y hacer de cuenta que no existían. Eran muy vergonzosos para él, le costaba mucho asimilar que él pensaba de esa forma tan ingrata.

-Estaba enojado, realmente no... - quiso excusarse, pero Namjoon le interrumpió.

-¿Siempre creiste que cargabas más peso que yo en nuestra relación? Respóndeme. - le exigió.

-¡Tu también creías que yo sentía vergüenza de salir contigo! - contraatacó el rubio, evitando ese tema a toda costa.

-¡Te presenté a mis padres ni bien pasaron 100 días, y en los 8 meses de relación, nunca me hablaste de tus padres! - remarcó Namjoon ese dato.

Ante aquello, el rubio no pudo decir nada. Se quedó en silencio por un par de segundos eternos. Hasta que decidió dejar de huir de sus miedo.

-... Yo sé que tú... Hacías lo mejor que podías para que nos viéramos o me escribieras. Pero nunca me pareció suficiente, ¿Cómo es posible que un empresario que tiene que ir a tres eventos sociales y cuatro reuniones en un día esté más disponible que la mano derecha de un gangster? - sorbió de su nariz sus mocos, no sabía si tenía mocos porque quería llorar o porque estaba comenzando a resfriarse.

Namjoon lo soltó de la cintura en cuanto Seokjin abrió su corazón para mostrarle sus inseguridades, y se apartó de él en una distancia prudente.

-¿Que tanto sabes del trabajo de un mano derecha? - preguntó sin querer ser grosero. - Tengo que ir a las reuniones en las que él no puede asistir, hacer el papeleo que él no alcanza a hacer, tratar con buscapleitos que él no tiene tiempo para apalear, cuido de las familias que él no puede visitar, charlo con los chicos de la pandilla con los que Jimin no puede tratar seguido. Todo eso en un día, mientras tengo que estar para Jimin, charlando con él para que no se vuelva loco, porque se qué él en verdad quiere hacer todo a la vez.

La enumeración de Namjoon abrió la mente del rubio, que nunca se había detenido a pensar en el peso que el contrario tenía que cargar sobre sus hombros.

-Pero... ¿Está mal que un novio extrañe a su novio y quiero verlo, aunque sea cinco minutos?... - preguntó seriamente Seokjin, porque ahora se sentía la peor mierda de pareja por exigirle a Namjoon tiempo para él.

El pelirrojo negó a su pregunta y se acercó a él, tomandolo de ambas manos y acariciando estás.

-Si en algo tienes razón es en que debí esforzarme más para quedarme más tiempo durante nuestras citas. Después de todo, verte hacia las cosas más fáciles... - le soltó una mano, solo para acariciarle el cabello detrás de la oreja.

Aquel toque suave le hacía entender a Seokjin que Namjoon era completamente sincero con sus palabras.

Volvieron a romper la barrera del espacio personal, estando tan cerca como hace unos momentos, pero esta vez, Namjoon fue más allá.

Aprovechando la caricia, el pelirrojo llevó su mano hasta la nuca del rubio, tomándola con suavidad y acercándolo a él.

Se podía sentir la respiración del contrario sobre sus rostros, y a sus labios solo les faltaba un roce.

-No... - dijo Seokjin, empujando de nueva cuenta al pelirrojo. - No hasta que me digas porque terminaste conmigo.

Namjoon suspiró, ahora tocaban un tema que él no quería abordar. Pero no le quedaba de otra.

Se lo contó todo, con lujo de detalle en el temor que él sentía por la seguridad de él. Y al parecer tuvo efecto, porque la expresión de Seokjin no fue más que una de terror.

Era comprensible, el solo hecho de pensar que gente con malas intenciones podía entrar a tu hogar así de fácil... Podía ponerle la piel de gallina a cualquiera.

-¿Y por qué no me lo dijiste? - preguntó Seokjin. - Tengo el dinero suficiente para buscarme un par de guardaespaldas.

-No quería asustarte. Te lo estoy diciendo después de que pasó tiempo de eso y mírate, estás temblando del miedo. - Namjoon señaló a su ex pareja, quien definitivamente temblaba.

-¡Eso no importa! ¡Debiste decírmelo! ¿Sabes lo mucho que me rompió el corazón que, después de mucho tiempo sin verte, me invitaras a una cita en la que rompiste conmigo? - comenzó a sollozar, recordar aquel dolor le hacía pinzar el corazón. - P~pensé que estábamos bien, que a pesar del poco tiempo que pasábamos juntos, esos minutos eran oro para ambos...

-Y lo eran... - corrigió Namjoon.

-¡Debiste ser sincero conmigo desde el principio! - fue inevitable que salieran lágrimas de los ojos de Seokjin, de inmediato se limpió la cara con sus dedos.

-Estoy de acuerdo. Fue estúpido de mi parte haberte ocultado todo. Me equivoqué, lo siento. - se disculpó Namjoon, realmente arrepentido.

Quiso acercarse al rubio, titubeó pensando que Seokjin lo volvería a alejar. Pero no fue así.

Entonces, ambos se envolvieron en un abrazo gentil.

-... Estás mojado. - se carcajeó un poco Namjoon, refiriéndose a qué Seokjin no se había secado bien la ropa.

El rubio no tardó en encestarle un golpe suave en el pecho.

-¡Shh! ¡No arruines el momento! - se carcajeo de igual forma Seokjin.

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El flash de la cámara tomó por sorpresa a Jimin y Jungkook, ambos dieron un pequeño brinco debido al susto.

-¡En exclusiva! ¡La unida hermandad de Jeon Jungkook y su hermanastro Timmy! - gritó la periodista.

-Es Jimin. - corrigió el rubio.

Por suerte, la cámara apareció mucho después de que los hermanos se alejaran de la fiesta. Les habían tomado por sorpresa mientras bebían y charlaban entre ellos, incorporándose al gentío.

-¡Se dice que el chico Timmy está tras el puesto de CEO que Jungkook toda su vida estuvo esperando para satisfacer la avaricia del gangster, ¿Es eso cierto?! - preguntó la periodista, ignorando por completo la corrección de Jimin sobre su nombre.

El señor Jeon había prohibido grabar a los medios, solo les permitió tomar fotos. Así que la mujer solo contaba con su cámara fotográfica.

La pregunta había sido bastante fuera de lugar, cosa que Jungkook no iba a permitir. Así que simplemente le arrebató la cámara a la mujer, quien de inmediato se crispó del susto.

-¿Kokoa News, cierto? - preguntó Jungkook. - Ya veo porque su noticiero no tiene tantos espectadores cómo antes. Vayan a inventar chismes sobre otros famosos que están esta noche.

La mujer pareció sumamente avergonzada y furiosa, sin embargo, solo pidió de vuelta su cámara y dejó tranquilos a los hermanastros.

-Que alivio. Ya era hora de que alguien pusiera en su lugar a esos tontos. - suspiro con satisfacción Gulia, quien apenas estaba incorporándose a la multitud que se generó alrededor de su prometido y su hermanastro.

Jimin no le dijo nada, la saludó con una pequeña reverencia y la chica hizo lo mismo.

Gulia miró a Jungkook, quien inmediatamente le desvío la mirada. La chica de inmediato comprendió el motivo de ese gesto, así que se vio obligada a acercarse a Jimin sin disimulo alguno.

-¿Podemos hablar un momento? - le preguntó la mujer al rubio.

-¿He...? - se notó confundido Jimin. No comprendía porque la prometida de Jungkook tenía que hablar con él, pero aún así, siguió a la rubia hasta dentro de la casa, dónde no había nadie.

-¿Tienes algo que confesarme, gangster? - preguntó la mujer mientras encendía un cigarrillo.

Ante la pregunta, Jimin entró en pánico, ¿Se había enterado de él y Jungkook?...

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