Plan de escape.
Sin pensarlo dos veces, Jimin dió zancadas grandes hasta la mesa, los chicos a su espalda, reconociendo enseguida a Jungkook, supieron al instante que sucedería a continuación. Sabían que su “jefecito” podía cuidarse solo, pero vieron prudente seguirlo para evitar una masacre.
-¿Que te parece la sopa? - susurro un chico que derramaba la comida sobre los preciosos rizos de Jungkook.
-¿Hyu~hyung? - tartamudeo Jungkook, levantandose de la mesa inmediatamente al verlo.
En un abrir y cerrar de ojos, Jimin derribó al enorme chico y en el piso le propinó una golpiza de la que no se recuperaría jamás.
-¿¡Que le pasa a este lunático!? ¡Suéltalo! - gritó un cómplice, quien intentó acercarse a Jimin, pero los nuevos “guardias” del rubio se interpusieron.
-¡Lo va a matar! - se alarmó una chica, que convenientemente no había saltado a proteger a Jungkook, pero si al agresor.
-¡Hyung, suéltalo! - Jungkook se apresuró a levantar al mayor, quien se encontraba con el uniforme empapado en sangre.
-¡¡Maldito imbécil!! - se levantó como pudo el agresor, jadeando y con la boca ensangrentada.
-¡Suéltame! - se resistió Jimin al agarré de Jungkook.
-No lo empeores, Jimin. Déjalo así. - susurro el más grande.
-¡¡Él te agredió!! ¿¡Se lo vas a permitir!? - Jimin golpeó repetidas veces el pecho de Jungkook, dolido por la sumisión del castaño.
-¿Y tú quién eres de él? ¿Su noviecito? - interrumpió un chico que se estaba encargando de mantener en pie al agresor.
-¡Tenemos otro marica en esta escuela! - anuncio un segundo chico.
-¡Me gusta el pito, ¿Y que!? ¿¡Quieres que te meta mi puño en el culo, bastardo!? - reclamó Jimin, a lo que apareció un silencio prolongado.
-¿Que está sucediendo aquí? - preguntó una voz que resonó en toda la cafetería.
Sus zapatos de tacón hicieron eco hasta que apareció entre la multitud, la rectora parecía no muy feliz con el escándalo que se había provocado.
-¡Usted! - grito Jimin. - Debería sancionar a estos salvajes.
Jimin señaló a la banda de chicos que sostenía al que estaba por desmayarse.
La señora observo la escena, para después volver su mirada a la de Jimin.
-Señor Park y Joven Jeon, vengan conmigo a la dirección. - pidió la señora.
Jimin no debió sorprenderse, sabía que parecía desde una perspectiva externa, pero creyó que al menos llamarían a la rectoría a los agresores también.
Jus Min y el resto se quedaron para esparcir a los alumnos y callar rumores.
Cuando ambos entraron a aquella oficina, justo detrás de la rectora, Jungkook se encargó de cerrar la puerta a sus espaldas.
-Solo lleva en esta institución dos días, Joven Jeon, y ya provocó dos escándalos. ¿Su única misión es la ruina de esta prestigiosa escuela? - preguntó la señora mientras tomaba el expediente del rizado.
-Él es la víctima, seño. - alzó la voz Jimin, quien de inmediato recibió una mirada fría por parte de la rectora, y otra mirada preocupante dirigida por Jungkook.
-¿Disculpa? - la señora se bajó los lentes por debajo de los ojos, dándole otra oportunidad al rubio para arrepentirse.
-Que. Jungkook. Es la. Víctima. - le explicó como una adulto lo haría con un bebé de tres años.
La señora carraspeó la garganta, y sin disimular un poco, tomó el expediente de Jimin también.
-Debería hacer su trabajo he investigar que sucedió realmente, y no solo dejarse llevar por sus prejuicios. - continuo Jimin, mostrando una postura que reflejaba seguridad.
-De acuerdo... - dijo la rectora mientras leía el expediente de Jimin. - Joven Jeon, ¿Me hace el favor y me explica que sucedió?
- ... Solo le pido que no meta a Jimin en esto. No ocurrió nada, rectora. - respondió Jungkook mientras bajaba la cabeza.
-¿Que? E~eso no... - frunció el ceño Jimin, dirigiéndose a Jungkook.
-Bien, ya que no sucedió nada, seré indulgente con ustedes y les daré una advertencia. - tomó el bolígrafo y se dispuso a tachar un mal comportamiento en los expedientes de ambos.
Pero antes de que pudiera acercar la tinta a las hojas, una mano le detuvo la muñeca. Obviamente se trataba de Jimin.
-Joven Park, suelteme. - forcejeó la señora, pero Jimin solo apretó más su muñeca.
-Usted sabe que Jungkook no hizo nada, ¿Que le a echo él para tacharlo de delincuente? - gruño el rubio, haciendo forcejeó con la rectora.
-Si es cierto lo que usted dice, dígame, Joven Jeon, ¿Tiene alguna objeción con esta sanción? - le dirigió la palabra la rectora.
De inmediato sintió la mirada de Jimin, la punzada de impotencia y decepción consigo mismo le hizo cerrar los ojos y responder con una negación con la cabeza.
-Ya lo vio usted, ahora suelteme. - pidió la señora.
Jimin la soltó, pero debido a la sorpresa que sentía por la respuesta de su hermanastro.
-Solo a mi, rectora. Yo soy el que provocó el incidente, Jimin no tiene nada que ver. - posiblemente fueron las únicas palabras que salieron de su boca desde que llegó a la oficina.
La recorra asintió y tachó el expediente únicamente de Jungkook.
Después de eso, el rizado tomó la muñeca de Jimin y lo arrastró hasta afuera.
-¿Que diablos te pasa? ¿Te volviste loco? ¿Fumaste mota o algo así? - interrogó Jimin mientras era arrastrado por Jungkook fuera del edificio.
-No quiero... - susurro Jungkook, tartamudeando mientras intentaba buscar las palabras correctas.
-¿No quieres que? ¿Tener huevos?
-¡No quiero involucrarte en esto! - respondió Jungkook en un grito.
-¡Pues adivina algo, genio! ¡¡No te estoy pidiendo permiso!! - le respondió de igual manera, a lo que Jungkook se quedó callado.
Jimin le plantó cara, a lo que de inmediato su contacto visual fue evitado.
-¿Por qué insistes en qué no me meta en problemas? ¿Crees que no me puedo cuidar solo? ¡Nací entre drogas y jodidas armas! - le empujó suavemente el pecho. - ¿Quien vergas crees que eres para cuidarme? ¿Mi padre?
-No es eso, Hyung... - respondió con los ojos cristalizados.
-¿Entonces que es? ¿¡Puedes tan solo dejar de rebajarte ante tu padre y otros idiotas!? ¿Te gusta ser pisoteado o algo así? - exigió saber Jimin, detuvo sus gritos cuando Jungkook lo tomó de ambas muñecas y le miro directamente a los ojos, mostrándole su quebradiza alma.
-No se trata de que me gusta que me pisoteén... - hizo un esfuerzo por no cortarse la voz debido a las ganas de llorar. - Es solo que... Este mundo esta tan jodidamente destruido, que ya no me quedan fuerzas para repararlo.
Jimin suspiró, sabía a lo que se refería, se había sentido así cuando era más joven, pero le enfurecía saber que Jungkook no hacía nada para, al menos, no dejarse rebajar de tal forma.
Pero lo entendía. Así que no le quedó otra opción más que comprenderlo, abrazarle el cuello, ponerse de puntillas y besar su frente.
-Vamonos a casa, Jungkook. - susurro contra sus rizos, olisqueando el aroma de su shampoo.
-Pero no podemos irnos... - dijo confundido el castaño.
-Lo haremos. - le aseguró, para después separarse de él y mostrarle el teléfono que según le habían quitado el primer día que llegó aquí. - Solo es cuestión de una llamada...
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-¡Jefecito! - corrieron los chicos hacia Jimin, a lo que Jungkook se alarmó enseguida.
-Tranquilo, estos tontos no podrían ni tocarme un pelo. - le calmó Jimin.
Ambos hermanastros habían vuelto al campus, después de haberse dado una ducha y cambiarse el uniforme. [No, no en la misma ducha]
-Ahora son... - suspiró de vergüenza Jimin. - Mis “guardaespaldas”.
-Jefecito, ¿Que sucedió? - preguntó Xiang.
-Olvidense de eso. ¿Que sucedió con el idiota y sus amigos? - preguntó Jimin, cruzándose de brazos.
-Lo llevaron a la enfermería. - respondió el de cabello rubio oscuro. Su nombre era Hwan. - Pero no se preocupe, Jefecito. Al salir de la enfermería lo interceptamos y en menos de tres minutos volvió a la enfermería.
Jimin sonrió satisfecho, al menos estos chicos no eran tan inútiles.
-Escuchen. - les pido atención el rubio, a lo que los chicos le prestaron toda su atención. - Van a llegar en...
-Estamos a seis horas de Goldenleonar. - calculo Jungkook.
-Van a llegar en seis horas, así que resguardense en sus habitaciones y no salgan. - sugirió el ojiazul.
-¿Q~quienes van a venir?... - frunció el ceño Jus Min, sorprendido.
-Solo ocultense en sus habitaciones, ¡Vayanse! - el último grito fue suficiente para que los chicos corrieran hacia su edificio.
Jimin suspiró de alivio, no quería que nadie saliera lastimado.
-Tenemos seis horas... - susurro Jimin, a lo que Jungkook se inclinó hacia él.
-¿Seis horas para esperarlos? - preguntó inocentemente.
-No, querido. - sonrió Jimin. - Seis horas para poner en su lugar a esa bruja....
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El plan “escape” se puso en marcha, y su autor: Park Jimin no podía esperar para concluirlo.
Si hay una habilidad con la que se debía nacer para ser jefe de una mafia, esa era la habilidad calculadora. Planear incluso que desayunarias por la mañana era necesario en este tipo de trabajos.
Y por algo Jimin se encontraba en la cima, ¿No?
El rubio sacudió con orgullo un tupper lleno de onigiris delante de Jungkook, quien de inmediato quiso probar de la preparación.
-No. - le alejó el tupper de sus manos.
-Pero... Los preparaste tu, déjame probar uno. Me hace mucha ilusión... - hizo un puchero el castaño.
-No. Son para la cena de hoy. - dijo Jimin mientras le entregaba el tupper a las cocineras de la cafetería. - Por favor, guardelos para cuando sea la hora de cenar.
-De acuerdo. ¿Esta escrito su apellido, joven? - se aseguro la cocinera de apartar la preparación en la nevera.
-Si, son para Park y Jeon. Gracias. - le sonrió el rubio, a lo que la chica asintió en respuesta.
-Nunca les pedí que me apartaran comida a las cocineras, ¿Estás seguro que es buena idea? - preguntó Jungkook a su hermano mayor mientras lo seguía hacia afuera.
-Creeme, todo está fríamente calculado. - le guiñó el ojo el más bajito.
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6 pm.
A una hora del “escape”.
En cuanto Jimin y Jungkook entraron a la cafetería, está vez si fueron víctimas de innumerables ojos curiosos.
Jungkook pensó que se acercarían a las cocineras para pedir los onigiris, pero en lugar de eso, Jimin solo se sentó en la mesa que estaba justo al centro del edificio.
-¿Que estás esperando? - susurro Jungkook, sentandose a su lado.
Jimin señaló un punto en concreto a la lejanía, Jungkook siguió la dirección de su dedo y se topó de frente con aquel chico que le había tirado la sopa y sus amigos, obviamente se dirigían hacia ellos.
-Va~vamonos de aquí. - pidió Jungkook, levantándose de la mesa.
-No seas cobarde, Jungkook. - se burló Jimin, tomándole de la manga de su chaleco.
-¡¡Tu!! - resopló el adolorido chico mientras se acercaba.
-¿Has venido por otra paliza? - preguntó Jimin mientras se levantaba de la mesa.
Y en cuanto vieron que se había levantado, instintivamente detuvieron sus pasos.
-Tuviste suerte porque me tomaste desprevenido. - gruñó el adolorido chico.
-Bien. ¿Ahora no estás desprevenido? - preguntó Jimin.
-¿Que? - preguntó el chico, nervioso porque cada vez se acercaban más alumnos a mirar.
-Pregunte si ya no estás desprevenido, así ya no tienes excusa y te vuelvo a desfigurar la cara “justamente”. - se burló Jimin.
Los chicos alrededor no tardaron en susurrar entre ellos, enfureciendo al chico con el vendaje cubriéndole el ojo izquierdo.
-Maldito hijo de puta... - resopló el chico.
-Adelante. Te permito dar el primer golpe. - permitió Jimin, a lo que el contrario no tardó en enfurecerse y avalanzarse hacia él.
Intento propinarle un puñetazo directo a la cara, pero en cuanto estuvo a medio metro de Jimin, en un parpadeo ya lo había derribado, le tomó del mismo brazo con el que intento golpearlo y con el pie le hizo perder el equilibrio. Inevitablemente cayó sobre su hombro contra el suelo.
-Idiota maldito... - se quejó el musculoso chico.
Jimin estaba tan aburrido que incluso dejó que el chico se levantará he intentará darle un segundo golpe.
El contrincante intento taclearlo, pero le tomó de la cabeza y le encestó una patada contra su estómago que incluso escupió sangre en cuanto cayó al suelo.
-¿¡Que están esperando!? ¡Maten a este hijo de puta! - grito el gran chico en cuanto recupero la voz.
Sus amigos se vieron entre ellos, estaba claro que no querían terminar como él.
-Adelante. Matenme. - sonrió Jimin, incluso se quitó plantar frente a ellos, pero en cuanto dió un paso, los chicos huyeron. -Que aburrido...
Rodó los ojos el rubio, para después darse media vuelta y observar al agresor de Jungkook. Seguía en el piso y al parecer muy asustado por encontrarse solo.
- ¿De verdad no puedes darme ni un solo golpe? Patético. - se burló Jimin.
-¡¡Joven Park!! - se escuchó una voz a lo lejos.
Ya está aquí. Celebró Jimin.
El chico en el piso sonrió ampliamente al ver a la rectora acercarse.
-¡¡A mí oficina, ahora!! - indicó la señora, el cabello que supuestamente tenía recogido en un chongo, se había soltado de su liga, dejando ver lo estresada que se encontraba.
Fase 1: completada. Tachó mentalmente el rubio.
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