Mi primera pelea escolar.

Jimin.

De nuevo este silencio incómodo en esta horrible limusina.

Pero está vez es diferente, me siento sofocado y avergonzado por lo sucedido anoche. Puedo cortar la tensión con una tijera. ¡Saquenme de aquí!

-Estuve en ese internado cuando era más joven, vas a estar bien, solo no dejes que te intimiden con sus trajes caros y zapatos relucientes. - aconsejo el castaño para romper el silencio.

Yo solo pude asentir sin hacer contacto visual, solo observando la ventana.

Él volvió a guardar silencio. Dios, este viaje es eterno, ese hombre nos obligó a vestirnos y empacar muy temprano desde esta mañana y seguimos de camino.

¿Al menos seguimos en Seúl?

Goldenleonar se verá muy desprotegido si no estoy, menos mal Namjoon sabe manejar la pandilla mucho mejor que yo, y mis adoradas joyas serán de gran ayuda.

Tener un harem de hombres no fue un capricho mío, fue una idea de mi mano derecha, cada una de mis joyas fue un regalo de las pandillas vecinas para establecer vínculos, compartir recursos y ayuda en caso de amenazas externas.

Sé que durante mi ausencia todo va a estar bajo control, pero nunca estuve tan lejos de mi territorio durante tanto tiempo. Si algo sucede, no podré intervenir.

-¡Hyung! - me gritó Jungkook, ya estando fuera del auto.

Le mire, confundido.

-¿Estás tan nervioso? Estuve llamandote durante un minuto, ¿De verdad no me escuchaste? - preguntó genuinamente preocupado.

Él intento ayudarme a bajar de la limusina, pero yo pasé de largo de su mano y bajé solo.

El chófer abrió la cajuela y pronto apareció una señora de canas junto a un sinfín de uniformados que no tardaron en bajar nuestro equipaje.

-Mi nombre es Kim Bok Ri, y soy... - dejé de prestarle atención.

Mi vista se paseó por la enorme entrada de piedra, arriba de mi cabeza se encontraba el típico letrero hecho de barras de hierro con el nombre de la institución.

“Maeneowa haengdong” que se traduce como Modales y Comportamiento; en mi opinión, algo anticuado.

Me pregunto si tendrán zoológico y una biblioteca enorme, como en las películas.

Observé trás la señora, que aún seguía hablando, el campus lucía hermoso y había estudiantes tratando de observar que es lo que estaba sucediendo.

Jungkook golpeó mi costilla con un codazo para devolverme a la realidad. Funcionó, pero me costó seguir el ritmo de la conversación.

-Los acompañaré a sus habitaciones. - comenzó a adentrarse a las instalaciones y la seguimos.

Las miradas de los estudiantes no fueron disimuladas, es más que obvio que saben quiénes somos.

¿No saben que mirar fijamente es descortés?

Entramos al primer edificio y perdí la cuenta de cuántos pisos subimos, nos detuvimos frente a una de las puertas.

-Esta será la habitación del joven heredero de Eterna. Señorito Park, su estadía será en el edificio A-3. - nos explicó.

-¿Nos van a separar? - preguntó molesto Jungkook.

La señora Ri asintió.

-Son órdenes de su padre, joven Jeon. - explico nerviosa.

-Me niego, hablaré con mi padre para arreglar esto. - Jungkook intentó tomar su celular en el bolsillo de su pantalón, pero antes de que pudiera hacerlo, lo tomé del hombro para llamar su atención.

-Espera, Jungkook, ¿Puedo hablar contigo en privado? - pregunté.

-Seguro, Hyung.

Lo guíe lejos de la señora Ri, se veía emocionado y curioso por saber que es lo que quiero decirle. Sin embargo, se que no le gustarán mis palabras.

-Creo que es buena idea que nos separen. - lance la bomba.

Su sonrisa se borró de inmediato.

-¿Por~por que? - balbuceó.

Suspiré, no me gustaba dar explicaciones, y no sabía que decir exactamente para no hacerlo sentir mal.

-Necesito espació, quiero organizar mis ideas y cuando estoy contigo lo único que haces es revolver mis emociones por completo. Quiero... Quiero decidir nuestra relación estando en mis cabales.

-No... Sabía que te sentías así. Lo siento por haberte hecho sentir que te presionaba... - se disculpó.

Le sonreí, creí que sería más difícil hacerlo entrar en razón.

-Pero, aún así, me niego a separarnos. - fruncí el ceño. - Hyung, eres carne fresca para los estudiantes abusivos de este maldito infierno, y si no estoy cerca, me temo que...

Reí sin tapujos a sus palabras.

-¿Con quién crees que estás hablando? ¿Con el hijo mimado de un diplomático? - me burle. - Crecí en un barrio abundado de ladrones, estafadores y oficiales corruptos. Creo que puedo manejar a cinco chicos que son tan delgados que apenas pueden sostener cadenas de oro en sus cuellos.

-Pero...

-Basta. Dije que voy a estar bien. Te patee el trasero cuando nos conocimos, ¿O no? - le recordé, fue divertido ver su rostro enrojecer.

Jungkook guardó silencio, meditando mis palabras. Ambos sabíamos que yo tenía razón, no voy a compartir habitación con él solo por su capricho.

-Entiendo. Yo~yo... Respetaré tu decisión. - se resignó.

-Me alegra que entres en razón. - le apremie con unas palmadas en el pecho antes de volver con la rectora.

Antes de ir a mi habitación, la rectora se ofreció a darme un recorrido, Jungkook no necesitaba uno pero insistió en acompañarme.

-Ha, casi lo olvido, para graduarse necesita entrar a un club, joven Park. - dijo la señora, deteniendose frente a la cancha de fútbol americano.

-¿Club? - pregunté a Jungkook.

El castaño se inclinó un poco y susurró.

-Son clases extras, parte de unos buenos modales es tener habilidades, como un deporte, un instrumento, un idioma o cualquier otra cosa. - me explicó.

Su acercamiento alteró mi corazón, y el aroma de su shampoo es la fragancia más dulce que he conocido.

-¿Tiene alguna idea de un club que le interese, Señorito Park? - interrumpió la rectora mi pequeño momento con Jungkook.

El castaño se alejó de mí y guardó distancia, lo cual me enojó.

-He... ¿Hay aquí... Un club de pelea? - pregunté.

Sus ojos salieron de sus órbitas, creo que mi pregunta la asustó.

-Que... Excelente sentido del humor, Hyung. Jajajaja, es tan cómico, jaja. - disimulo Jungkook, salvandome el culo.

La rectora pareció creerlo y comenzó a reírse también.

-Eso fue muy ingenioso, señorito Park, jajaja. - una vez que la señora de canas paró de reír, junto sus manos y me miró. - ¿Y bien? ¿Hay un club que en verdad le guste?

-Lo decidiré otro día, quiero ver las opciones que tengo. Gracias por el recorrido, Rectora. - agradecí con una pequeña reverencia.

Ella se despidió de nosotros y se retiró a hacer cosas de rectora, supongo.

Cuando desapareció de mi vista, por fin pude exhalar después de casi dar una primera mala impresión.

-Debes tener más cuidado con lo que dices, todos aquí saben que eres el hijastro de mi padre, esperan mucho de tí. - me recordó el rizado.

-¿Lo dice el chico que se refiere a su hermano mayor como “tu”? - contraataque.

-No te llames a ti mismo mi hermano mayor... Es raro... - me pidió.

Se a lo que se refiere, para mí también es raro, pero me tranquiliza saber que no compartimos sangre.

-¿Conoces algún club que pegue más con mi estilo? - le pregunté, evitando el tema anterior.

Jungkook pensó un poco, dijo que de joven había venido aquí, así que supongo que debe costarle recordar.

-Tiro con arco es lo más parecido que hay a un arma en este lugar. - sé carcajeo un poco.

-Se serio. - le pedí, golpeando su hombro débilmente.

-¿Que tenemos aquí? ¿Acaso dejaron entrar a un vagabundo a las instalaciones? La seguridad en este lugar va en decadencia... - alzó la voz un chico rubio vestido con el traje del equipo de fútbol americano.

Y no venía solo, sus perros falderos venían con él.

Los observé bien, me gustaba recordar los rostros de aquellos que eran mi primera vez en un estilo de pelea. Ellos serían mi primera pelea escolar.

-¿Tu eres el heredero de Eterna? Los rumores no mienten, en serio eres enorme. - comentó uno de los chicos, observando a Jungkook.

-Será mejor que nos dejen en paz, no quiero tener que ir a enfermería en mi primer día. - se lamentó el rizado.

-¡Jajaja! ¿Apenas me presenté y ya súplicas por tu vida? - se burló el rubio.

-No me preocupo por mi, me preocupo por ustedes. - señaló el castaño.

Yo levanté las mangas de este ridículo uniforme y peine mi cabello hacia atrás, no me gustaba despeinarme mientras peleaba.

-¿Ese vagabundo enano quiere problemas? Bien, le daremos pelea. ¡Sin piedad, chicos! - proclamó el rubio.

~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~

La mejilla de ese prepotente rubio se estampó contra el pasto sintético, con la nariz ensagrentada, moretones en su mandíbula y el resto de su cuerpo, cubiertas por la tela del uniforme.

Tomé su brazo y lo estiré, él de inmediato comenzó a retorcerse del dolor.

-Se los dije. No soy lo suficientemente fuerte como para llevarlos a todos a la enfermería. - se lamentó Jungkook.

-¿Deberíamos irnos? - le pregunté, no se las consecuencias de patearle el trasero a siete niños ricos, pero si se que no es bueno.

Jungkook estaba a punto de responderme, hasta que un guardia a la distancia sonó su silbato.

-¡Oigan, detenganse ahí! - exigió el uniformado, corriendo hacia nosotros.

Mi primer reflejo fue levantarme, tomar la mano de Jungkook y huir del polisonte.

Por suerte el guardia era talla XXXXYZ, así que no nos supuso un problema perderle la pista.

Aún así, nos fue tan divertido huir que corrimos sin rumbo, tomados de la mano en medio de carcajadas.

Nos detuvimos a tomar aire cuando por fin llegamos a la habitación de Jungkook, donde el abrió la puerta y me hizo entrar.

Yo me desplomé boca arriba en la cama, jadeante y con la frente llena de sudor.

-Eso... Fue muy divertido. - sé carcajeo Jungkook.

-Lo fue, ¿Cierto? - le pregunté.

Hicimos contacto visual.

Él lucía igual de jadeante que yo, con sus rizos pegados a su frente debido al sudor, al igual que ese ridículo uniforme, que era tan pequeño que resaltaba sus enormes piernas y abultado pecho.

Ups, se me caen los pantalones.

-Hyung... - susurro Jungkook, alejándose de la puerta lentamente y acercándose a mí.

Tragué grueso.

La carne es débil, ¿No?

~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top