Entre nosotros (+18).

~Advertencia: contenido sexual explícito~

La puerta de madera fue cerrada con cautela, Jimin había seguido a su hermanastro hasta su habitación.

-Jimin, ¿Que crees que haces? ¿Te has vuelto loco? - una vez entró a la habitación, quiso pedir explicaciones.

Pero lo tomó por sorpresa el hecho de que Jimin lo tomara por el cuello de la camisa y lo estampara contra la puerta.

-Soy líder de una de las pandillas más temidas de Corea, ¿Crees que puedes evadirme así de sencillo? - le preguntó visiblemente molesto, a centímetros de sus labios. Aunque tenía que pararse de puntitas para alcanzar la altura del castaño, era bastante intimidante.

Jungkook rápidamente desvío la mirada y sintió su rostro arder, aunque Jimin no notará su sonrojo. Estaba... Muy cerca.

Por otro lado, al rubio realmente le carcomía la cabeza que el castaño lo ignorara de esa forma. Hace una par de horas él le había confesado sus sentimientos y ahora... ¿Ahora solamente fingía no haberlo hecho?

-¿Por qué no me miras? - gruñó Jimin. No obtuvo respuesta.

Fastidiado, Jimin le tomó de las mejillas con una sola mano y le obligó a darle la cara, aunque no logró que lo viera a los ojos.

-Te advertí que mis métodos eran horribles, y aún así te quedaste. ¿Y ahora no puedes ni mirarme a los ojos? - apretó su agarré a la camisa de Jungkook.

El corazón de Jungkook latía fuerte contra su pecho, el castaño estaba asustado por la idea de que Jimin pudiera oír su corazón.

-Hyung... - fue lo único que salió de los labios de Jungkook, tomando una de las muñecas del rubio, pidiéndole que lo suelte.

Jimin suspiró profundamente y se apartó de él, cosa que Jungkook agradeció, no habría podido aguantar la cercanía durante mucho más tiempo.

Una vez que la cordura de Jungkook regresó a su cabeza, sacudió su ropa en silencio.

¿Debía ser sincero con él y explicarle que le sucedía?

No quería que su Hyung malinterpretara la situación, pero se sentiría avergonzado si le dijera la verdad. No sabía que hacer.

-No se porqué creí que cambiarías. - susurró el rubio, con un tono de voz que denotaba su decepción.

Jimin quiso salir de aquella habitación, incluso rodeó a Jungkook. Fue entonces que el castaño tuvo que decidir rápidamente; y estaba claro que no lo dejaría ir. Lo tomó por la muñeca y no le permitió irse.

-¡Suéltame! - la fuerza de Jimin para soltarse del agarré de Jungkook fue descomunal.

-Jimin, no es lo que piensas... - quiso explicarle, aunque esa frase era muy cliché.

Cada que vez que Jimin se soltaba de su agarré, el castaño volvía a tomarlo por la muñeca. Era un bucle infinito.

-¡No necesito escucharte! - comenzaba a enfurecerlo que Jungkook no lo dejara ir.

Fue en ese bucle infinito que Jungkook tuvo más que claro que la fuerza de Jimin no era comparable a la suya. Si no hacia algo rápido para detenerlo, el rubio se iría, y volver a tener una oportunidad como está para explicarle sería muy difícil de conseguir.

No tuvo remedio, abrazó fuertemente la cintura de Jimin y debido a que se avalanzó para agarrarlo, estampó el pecho de su hermanastro contra la puerta. Los roles se habían invertido.

-¿¡Que crees que haces!? - exigió saber Jimin, removiendose para intentar zafarse.

-¡Solo escúchame! - le pidió, ocupando todas sus fuerzas para no permitirle sacar los brazos de aquel agarre.

Jimin recargó la frente contra la madera de la puerta, rindiendose.

Cuando el ojiazul dejó de resistirse, Jungkook aflojó el agarre a su cintura, permitiéndole a Jimin respirar.

-Es... Vergonzoso decirlo, pero... No te evito porque me des miedo, sino porque... Me... Gustas mucho. - ahora que lo decía en voz alta, no tenía sentido lo que decía.

Las mejillas de Jimin se tiñeron de rojo, pero ni siquiera él sabía porque, no había entendido las palabras de Jungkook. Solamente entendió "me gustas mucho".

-Permíteme explicarme mejor. Emm... - carraspeo su garganta el castaño. - Es vez, cuando te vi golpeándolo... Me pareció que te veías realmente bien... Haciéndolo.

De algo se había perdido Jimin, porque simplemente no comprendía, ¿No intentaba decir lo que creía que intentaba decir, verdad?

-N~no me pidas que te explique porque ni siquiera yo sé que es lo que me sucede. - le pidió. - Te he estado evitando porque me daba mucha vergüenza que supieras eso.

Jimin le haría un favor, no le pediría explicaciones. Aunque realmente se moría por indagar más en eso, pero creía que sería demasiada humillación para el castaño.

-¿Así que era eso? - preguntó Jimin mientras Jungkook lo soltaba de la cintura.

-Debo estar loco, ¿No? Seguro piensas que soy un pervertido o algo así... - se cubrió el rostro enrojecido.

Jimin se carcajeó un poco, para después acercarse a Jungkook y, gentilmente, quitarle las manos de su rostro.

Después, depositó un suave beso en los labios del castaño, cosa a la que Jungkook sonrió.

En realidad, era un alivio para Jimin que él no lo estuviera evitando por miedo, prefería mil veces esto al miedo.

-¿No te parece raro? - preguntó Jungkook.

El rubio negó con una sonrisa en sus labios, le abrazó el cuello con ambos brazos y lo jaló hacia sí, estampandole otro beso, esta vez más largo.

Aquel acto tranquilizó a Jungkook, quien correspondió a su beso y además, abrazó gentilmente la cintura del más bajito.

Y mientras sus labios danzaban entre ellos, una sola palabra rondaba la mente de Jimin.

"Íncubo"

No había otra respuesta, Jungkook debía serlo.

Porque no había otra explicación al hecho de que un solo beso no bastaba, al hecho de que un roce era más que suficiente para dejarlo sediento de más, de lo bien que se sentía que su lengua se frotara contra sus labios de vez en cuanto.

El agarre de Jungkook a la cintura de Jimin se intensificó, para después llevar sus dedos debajo de la camisa del rubio, y cuando las yemas de sus dedos rozaron su espalda, un escalofrío hizo derretir la razón de Jimin.

El primer genido ahogado salió de sus gordos labios, lo que le dió rienda suelta a Jungkook. Se separó de Jimin apenas unos centímetros de sus labios, dejando entre ellos un pequeño y delgado hilo de saliva que los conectaba, que se rompió en un instante.

-¿Puedo...? - preguntó el castaño, metiéndose sus propios labios a la boca y lamiendolos. Estaba ansioso por la respuesta.

-Puedes. - le respondió. Ya no había vuelta atrás.

~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~°~

Un quejido de lamento y placer salió de los labios de Jimin al sentir los de Jungkook sobre la piel de su cuello.

El menor lo había llevado a la cama y, con un poco de desesperación, le despojó de su camiseta.

Lentamente el castaño fue depositando besitos por todo su cuello y hombros hasta terminar en el pecho de Jimin, cuando pasó su lengua por uno de los pezones, juraría que sintió un temblor recorrer las piernas del rubio.

Se permitió chupar el pezón del mayor un poco antes de erguirse y presenciar de pies a cabeza al hermoso hombre que tenía entre sus piernas.

Ni siquiera habían empezado y el ojiazul ya se encontraba con la vista nublada, jadeante y con una capa de sudor recorriendo su cuerpo.

Definitivamente, Jimin no era de este mundo.

Jungkook se apresuró a quitarse la camiseta y a bajarse los pantalones, todo a vista de Jimin. Quien no se perdió nada de ese espectáculo.

Por último, Jungkook desabrochó el pantalón del ojiazul, con una lentitud impresionante, quería disfrutar el momento. Cuando el mayor se quedó solo en trusas, Jungkook apartó la tela y dejó salir su miembro, el cual ya se encontraba goteando.

Se permitió tomarlo y masturbarlo un poco mientras besaba el frenillo, zona que sabía que Jimin era muy sensible. No tardó en obtener respuesta, pequeños gemidos cortos comenzaron a escucharse.

Después del jugueteo, besando y lamiendo cada centímetro de su miembro, se lo introdujo a la boca.

-¡Ah! - gimió el rubio como acto reflejo.

Jungkook le miró con los ojos bien abiertos, advirtiéndole que no lo hiciera tan alto, ya que podrían escucharlos.

-Es que... - quiso excusarse Jimin, extendiendo su brazo y metiendo sus dedos en el cabello lacio de Jungkook. - No puedo evitarlo.

El castaño comenzó a mover su cabeza de adelante hacia atrás sin dejar de succionar, y en cada movimiento, Jimin no perdía la oportunidad de dejarle en claro que eso le gustaba, gimiendo al compás.

Lo hacía tan bien que cada que jalaba hacia atrás, Jimin juraba y perjuraba que se vendría. Por suerte, solo eran olas de placer que hacían contraer su abdomen.

-Traeré un condón. Ahora vuelvo. - se disculpó Jungkook en cuanto se sacó el miembro de Jimin de la boca.

Se levantó de la cama y corrió a quien sabe dónde, dejando a Jimin jadeante.

-¡Encontré uno! - sonrió contento el castaño mientras volvía a la habitación. - Tsk, hace tanto no hago esto que me olvidé dónde los...

Cuándo volvió su vista a Jimin, lo encontró boca abajo, con el culo alzado y el pecho sobre la cama, tan solo clavándole una mierda penetrante mientras que con una mano jugueteaba con su miembro. El otro brazo lo utilizaba para cubrirse el sonrojo de sus mejillas.

-Jungkook~ah~ - le llamó, con un tono de voz dulce que sabía que a Jungkook le prendía.

El menor no lo meditó tanto, simplemente se arrodilló tras él y, con algo de prisa, se colocó el condón.

La primera vez no tuvo el lujo de ver a Jimin en aquella posición, así que está vez, se lo comió con la mirada.

-¿Que esperas? - le preguntó visiblemente desesperado el rubio.

-Solo... Eres hermoso, Jimin. - le confesó.

El rostro de Jimin se enrojeció a más no poder, se vio obligado a esconder aún más su rostro entre su brazo para evitar la vergüenza.

-No digas cursilerías. - se carcajeó Jimin con una sonrisa en su rostro, sonrisa que Jungkook no podía ver.

Gracias al lubricante que contenía el condón, no fue muy difícil para Jungkook meter la punta. El problema estaba en si quería meterlo todo, necesitaba preparar a Jimin.

Pero conocía otros métodos más divertidos que simplemente meterle los dedos. Sacó su miembro y, con ambas manos se encargó de que el culo de Jimin envolviera perfectamente su miembro. De esa forma, movería sus caderas de forma rítmica, haciendo alusión a una cogida, para frotar toda la extensión de su miembro sobre los labios de Jimin.

-¡Jungkook~ah! - gimoteo el mayor, inconscientemente masturbándose más rápido.

Conforme Jungkook aumentaba la rapidez de sus caderas, más gemidos salían de la boca de ambos.

Para cuándo la preparación terminó, Jungkook se inclinó hacia Jimin y besó su nuca dulcemente.

-Voy a ponerlo dentro... - jadeó el castaño, a lo que Jimin asintió sin poder hacer nada más que gemir.

La punta entró sin problemas, y cuando entró el resto, este se metió tan profundo que tocó la próstata de Jimin, cosa que provocó la inevitable venida del rubio.

-Lo~lo siento... - jadeó Jimin. - No podía aguantarlo más.

Pero fuera de detenerse, el castaño comenzó a moverse dentro de Jimin, dándole un sinfín de puñaladas al punto dulce del ojiazul.

-¡Ah! ¡Ahh! ¡Detente! - gimoteo Jimin, suplicando mientras tocaba el abdomen de Jungkook para intentar detenerlo.

Se sentía raro, si seguía tocando ahí, Jimin creía que podría orinarse. Y no podía permitir eso, si se orinaba frente a Jungkook, moriría de vergüenza.

-¡Jungkook, alto! ¡Ah! ¡En serio! - gimoteo desesperado, las estocadas del castaño solo aumentaban y, con cada presión sobre su próstata, perdía más el conocimiento.

El sonido de los aplausos no tardaron en aparecer después de ahí, Jungkook no parecía escuchar sus súplicas y por alguna razón, eso le gustaba.

Pasaron los segundos y aquellas olas de placer se intensificaban para ambos, estaban al límite. Jimin incluso estaba tan desesperado por gritar del placer que se vio obligado a abrazar y estamparse una almohada contra la boca.

-¡Mhg! - gruñó Jimin, sus piernas temblaban tanto que suponía un esfuerzo increíble mantener el culo alzado.

-¡Hyung! - fue lo último que salió de los labios de Jungkook antes de que se viniera en el condón.

Segundos después, Jimin sintió la urgencia de orinar, y como todo un bebé, no pudo evitarlo. Sin embargo, y mientras ahogaba su largo gemido en la almohada, lo que salió disparado de su miembro no fue orina, sino un líquido transparente que no parecía ser semen.

Jungkook se inclinó hacia él y se recostó en la espalda de su amante, jadeante, despidió besitos en su mejilla y cuello.

-¡No me veas! - escondió su rostro en la almohada.

-¿? ¿Por qué? - frunció el ceño Jungkook, realmente confundido.

-¿A caso no me has visto? Soy un cerdo... Me orine encima... ¡Te dije que te detuvieras! - sollozó lleno de vergüenza.

-Bebé, no te orinaste encima. - lo consoló, sacandole el miembro y sentandolo al lado del desastre en la cama. - ¿Que tanto sabes del squirt?

-Que... Es un líquido que expulsan las mujeres... No sé, soy gay, no conozco de mujeres. - se cruzó de brazos, molesto y avergonzado consigo mismo.

Jungkook se carcajeo, realmente le daba ternura el rubio en este momento.

-¿Sabías que eso también pueden hacerlo los hombres? - le sonrió el castaño.

-...¿Se puede? - preguntó Jimin, incrédulo.

-Bebé, lo acabas de hacer. - señaló Jungkook el líquido derramado en la cama.

Al procesar aquella información, el rostro de Jimin se tiñó de rojo completamente.

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Después de una clase breve de educación sexual, los chicos decidieron quedarse en la habitación de Jungkook, tan solo jugando los videojuegos de la consola.

Incluso habían pedido a una de las mucamas que les preparara unos snacks para pasar el rato. Pero en lugar de que aquella empleada regresara con el bowl de papitas, lo hizo la señora Park.

-Hola, hijos. - saludó la mujer, entrando a la habitación y entregándoles el plato. - Jungkook, ¿Te sientes mejor que está mañana?

-¿He? ¡A~ah, s~si, señora Park! No sé preocupe, su hijo me cuidó muy bien. - sonrió nervioso el castaño, tomando el bowl y poniéndolo en el suelo en medio de Jimin y él.

Jimin sonrió con picardía.

La señora Park sonrió de par en par, realmente le daba mucha alegría ver a los dos convivir de esa manera.

-Bueno, los dejo para que sigan jugando. Diviértanse, muchachos. - la mujer desapareció detrás de aquella puerta.

Los chicos se vieron entre sí con una mirada cómplice, ambos con un sonrojo en sus mejillas.

Ahora que todo se resolvió, estos días van a ser divertidos. Pensó Jimin, sin poder esperar al siguiente día para seguir disfrutando de Jungkook.

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