El piano (+18).

~Advertencia de contenido sexual explícito, si eres sensible a este tipo de contenido, se recomienda ignorar el capítulo~

Ninguno rompió el contacto visual, por el contrario, sus ritmos cardíacos se aceleraron de sobremanera y sus mejillas se calentaron inmensamente, como si sus cuerpos estuvieran sincronizados.

Jungkook fue el primero en avalanzarse y besarlo, por supuesto, sacando su dedo de la boca de Jimin.

Y con ambas manos lo tomó por la cintura, atrayendolo casi forzosamente hacia su cuerpo; por acto reflejo, Jimin colocó sus manos sobre el pecho del rizado.

Aquella danza entre sus labios destilaba lujuria, pasión y deseo, tal como un beso de despedida de dos almas gemelas lo haría.

No pasó mucho tiempo hasta que Jimin sintió la erección del castaño frotandose sobre su pene. Aprovechó la cercanía para frotarse también, entregándole pellizcos de placer a Jungkook.

El castaño se separó de sus labios, tan solo para besar el cuello de Jimin, y no solo besarlo, las mordidas y succiones también estuvieron presentes.

Con cada succión sobre su cuello, Jimin se aferraba aún más a la tela que cubría el pecho de su hermanastro.

-Jungkook... - gimoteo el más bajito cuando sintió la caliente y húmeda lengua del contrario pasarse sobre su piel.

El lugar era tan grande y espacioso que el más pequeño jadeo hacia eco en todo el salón.

Jimin estaba en el quinto cielo, pero eso no le impidió quitarle a Jungkook su cinturón con la habilidad de todo un experto, le desabrochó y bajó su cierre; y cuando por fin lo despojó de la tela del boxer negro, una sonrisa lujuriosa se asomó entre sus labios.

-Adelante, búrlate si quieres. - dijo Jungkook.

-¿Burlarme? ¿Por qué me burlaría? - preguntó realmente confundido el más bajito.

-Se que es pequeño.

-¿¡Pequeño!? - frunció el ceño Jimin, si eso para Jungkook era pequeño, ¿Entonces que seria grande?

-¿No te parece pequeño? - preguntó Jungkook, genuinamente confundido.

-No se quién te mintió tanto, Jungkook. Pero eso no es pequeño. - informó Jimin mientras tomaba con sus dos manos el miembro de Jungkook. - ¡¡Son tres manos mías!!

Al haber dicho eso, Jungkook sonrió, pero no fue una sonrisa aliviada, se trataba de una risa ganadora.

Jimin entendió rápidamente y le propinó un pequeño empujón en el pecho.

-Idiota. Querías que te adulará. - gruñó Jimin.

-No se de qué me hablas... - fingió demencia el más grande.

-Cállate y besame. - ordenó el rubio, tomando del cuello de la camisa a Jungkook y jalándolo hacia él.

Orden que de inmediato fue cumplida. El beso continúo mientras ambos se desvestián el uno al otro.

Y en cuanto ambos estuvieron expuestos, no podían simplemente ir al grano, ambos sabían que tenían que lubricar. Y no les supuso ninguna molestia, ya que Jimin se levantó he inclinó sobre el piano, alzando el culo para otorgarle una excelente vista a su hermanastro.

Jungkook no tuvo prisa alguna, colocó la larga silla detrás de Jimin para poder sentarse sobre ella y le tomó por ambos muslos, apretando y masajeando sus trabajadas piernas.

Se inclinó y besó cada centímetro de él, como si quisiera memorizar cada parte de su cuerpo. Cada contacto de sus labios contra su piel provocaban en Jimin escalofríos en su espalda baja.

-Metela... - rogó Jimin, mordiendo su propio dedo incide para liberar excitación. - Tu lengua...

Una sonrisa apareció en el rostro de Jungkook, ni en sus mejores sueños se imaginó a Park Jimin, un temido y respetado jefe de la mafia rogando de aquella forma.

Pasó su lengua por toda la extensión de su entrada, complaciendo al rubio; esté, de inmediato se retorció de placer.

Y a partir de ahí, Jungkook jugó con todo el repertorio que tenía a disposición: besó los labios, metió la lengua y la hizo frotarse a sus anchas, escupió sus dedos y los frotó intensamente sobre la superficie, y por último, los puso dentro y comenzó a frotarlos contra sus paredes que constantemente se contraían debido al placer.

En todos y cada uno de sus movimientos Jimin estaba por acabar, pero Jungkook no se lo permitió y cambió de estrategias para entregarle un placer tortuoso y lento.

Cuando llegó el momento de meterlo, de unirse al placer junto al rubio, se levantó de aquel banco y lo tomó autoritariamente por la cintura.

-Quiero venirme... - lloriqueo, había estado tan al límite de venirse que era todo en lo que podía pensar.

-Y lo harás. - dijo Jungkook, propinandole un azote sobre su culo. - Pero cuando yo te lo permita.

-Eres cruel~ - se quejó Jimin, para después sentir como el castaño se abría paso dentro de él, y no se detuvo hasta llegar al fondo. - Ahhhhhhhhh~~

Junto a Jimin se unió un gemido igual de placentero por parte de Jungkook, el ícono sexual de los jóvenes empresarios se destacaba por no ser de aquellos que solo gruñían.

-¿Listo? - susurro el castaño al oído de Jimin.

El más pequeño solo asintió en silencio, tenía que si abría la boca tan solo un poco, jadearia tan alto que todos en esa casa le escucharían.

Ante su afirmación, Jungkook no perdió el tiempo y comenzó a taladrar el interior de Jimin tan rápido y rudo como sus músculos le permitían.

El chasquido característico del choque piel con piel no tardó en llegar, y sumado a eso, uno que otro azote a su culo le eran entregados de vez en cuando.

Estaban tan fundidos el uno al otro, tan empapados en el calor del contrario que ya no gozaban de un cabello seco y esponjoso, sino de uno brilloso que se aferraba a sus frentes y nucas con fuerza.

Era gracioso como los gemidos y jadeos de ambos no era lo único que se escuchaba; se trataba del pene de Jimin, que al ser empotrado de tal manera golpeaba frenéticamente las teclas del piano, creando una melodía sin pies ni cabeza, pero rítmica y constante.

Por la forma en la que los gemidos de Jimin habían cambiado de largos y dulces, a cortos y constantes, Jungkook dedujo que estaba por venirse. Así que decidió cambiar de posición rápidamente; se salió de él y se sentó sobre el banco.

-Maldita sea, ¡Quiero venirme! - exigió Jimin, inesperadamente Jungkook lo tomó de la cintura he hizo que se sentará sobre su regazo, colocándolo frente a él.

El rubio rápidamente tomó el pene de Jungkook y se sentó sobre él, sin perder tiempo comenzó a saltar sobre sus piernas.

Jungkook lo tomó del culo y le ayudó cada vez que debía levantarse, otorgándole un plus a las corrientes de placer que recorrían todo el cuerpo de Jimin.

El chasquido volvió a aparecer y con él, los gemidos de los hermanastros retomaban el ritmo de antes.

Pronto, ambos cuerpos llegaron al clímax del placer, y mientras Jimin se venía sobre el abdomen del más grande, Jungkook salió de él y termino de venirse sobre el piso encerado.

Las piernas temblorosas de Jimin fallaron y terminaron por colapsar sobre el regazo de Jungkook. Se aferró a su cuello y escondió su sonrojado rostro dentro de este mismo.

Jungkook rodeo la cintura del rubio cariñosamente.

Ninguno dijo nada, solo se quedaron en silencio, sintiendo como el pecho del otro de inflaba y desinflaba rápidamente debido al cansancio.

Los dedos largos de Jungkook acariciaron agotadamente la espalda baja de Jimin.

-Eso fue... Increíble. - jadeo Jimin contra el cuello de Jungkook.

-Lo fue. - afirmó Jungkook, besando la cabeza sudorosa de su pareja.

-¿Segundo round? - ronroneó el más bajito con una sonrisa.

No necesito pedirlo dos veces, ya que el castaño se apresuró a acostarlo boca arriba sobre el piano.

-¿Ju~jungkook? E~era broma... - tartamudeo nervioso Jimin al ver que el menor iba en serio.

Jimin estaba dispuesto a detener aquella locura, hasta que vio tan de cerca el pecho y abdomen de Jungkook, que contrastaba coquetamente con su pequeña cinturita. Entonces se dejó tomar por segunda vez.

De nuevo comenzó el ritual de lubricación, solo usando su lengua consiguió que las piernas de Jimin volvieran a su estado tembloroso de antes.

Y con ayuda de su mano para estimular el pene del rubio, llevó a Jimin a un estado en el que ya ni siquiera podía hablar, solo lloriquear y jadear incoherencias.

-Jung~Ju~Jung~koooooo~~ - tartamudeo el más pequeño, sintiendo como aquella lengua le recorría todo por dentro.

Una vez que el culo de Jimin estaba que escurría saliva por todos lados, el menor se levantó, puso las piernas de Jimin sobre sus hombros y entró dentro de él.

-Ah~ Siii - gruñó el rubio, ahogandose en el inmenso placer que Jungkook le entregaba con ese espectacular tamaño.

Jungkook se aferró al borde del instrumento, solo asegurandose de tener un apoyo estable al momento de moverse dentro de Jimin como un animal.

La posición era tan perfecta para que el castaño llegará tan profundo que incluso golpeaba la próstata del pequeño Jimin, quien al momento de sentir esa enorme ola de intenso placer, arqueo la espalda y tiró de su cabeza hacia atrás, gimiendo tan rápido como Jungkook se lo cogía.

Jungkook no se quedaba atrás, estaba tan cegado por la lujuria y el placer que le entregaba Jimin que incluso había olvidado que tenía que moderarse para que nadie los escuchase.

Se había convertido en una batalla por ver quién gemia más alto y más rico.

Y llegado al límite, las últimas estocadas de Jungkook fueron tan duras que hicieron temblar todo el piano, antes de que ambos se vinieran en sincronía.

Esta vez, Jimin se empapó con su propio líquido y, de nuevo, Jungkook se vino fuera, pero sobre Jimin.

Conectaron miradas, jadeantes.

Y de manera sincronizada se carcajearon, divertidos.

-¿Crees que alguien nos haya escuchado? - preguntó Jimin, estaba tan embelesado en lo cansado que se sentía que no podía ni siquiera medir el nivel de preocupación que debería estar sintiendo.

-¿Y que problema hay? - preguntó divertido Jungkook, inclinandose hacia su hermanastro y depositando un beso sobre su frente y labios.

El resto de minutos en aquella biblioteca fueron dedicados a un sinfín de besos amorosos y de vez en cuando lujuriosos.

Al salir se aseguraron de limpiar y corrieron al baño de la habitación de Jungkook para "repetir".

Lo que quedaba de la tarde solo se dedicaron a ignorarse el uno al otro, para asi evitar sospechas por parte del personal.

Después de aquella asombrosa tarde, estuvieron condenados a volver a la realidad y fingir.

Fingir que eran hermanos.

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