Capitulo 8: Boggart inesperado.

Los días fueron pasando, y llegó el dia en el que Harry tenía que ir al ministerio para la cita "formal", que le habían hecho por defenderse ante los dementores. Yo, lógicamente, ya sabía que iba a salir absuelto de todos los cargos, pero no le dije nada a nadie. Harry no debía de ir muy confiado, ya que podría causar una mala impresión, y si alguien le comentaría algo en plan "relajado", podría confiarse demasiado, también.

Cuando me desperté, no daba credito a lo que veían mis ojos. Según un reloj recientemente añadido a la mesita de noche, eran las cinco de la mañana.

Resignada, quise seguir durmiendo, cuando me acordé que Harry se levantaba sobre esta hora y bajaba a desayunar al comedor, donde ya estarían algunos miembros de la orden.

Asi que, (sin despertar a Sarah) arrastrandome hasta la puerta, y poniendome una bata, bajé al comedor. Allí, estaban, como ya sabía yo; Remus, Sirius, Tonks, y los señores Weasley. Arthur acompañaría a Harry al ministerio.

Cuando llegué, Molly me sentó al lado de Harry ( y en frente de Remus), y me sirvió mucha comida, que yo no negué. Intenté comer poco a poco, pero me resultó imposible. Los libros no mienten, Molly Weasley cocina increíble. Quisieron averiguar si a Harry le iría bien, pero me negué a decir algo. Harry y Arthur se fueron (el primero bastante... Cagado), y yo ayudé a Molly a recoger la mesa, y prepararla para los demás. Al principio se negó, pero no me fui hasta que terminamos de montar juntas la mesa.
Me senté a esperar, y me volvieron a mirar interesados.

- No os diré nada de lo que pasará con Harry hoy.

- Es por otra cosa, Olivia.- miré curiosa a Remus.- Verás... Seguimos sin tener indicios de... Bueno, quienes son... Tus padres.- lo miré sorprendida.

- Tu sabes que yo tampoco lo sé, Remus. Podrían ser tanto muggles como magos, y la verdad es que ignoro ese hecho. Lo que está claro es que soy bruja, iré a Hogwarts, y si eso ya, ahí con Albus, puede que averigue algo.- dejamos la conversación ahí, ya que los chicos Weasley, y Hermione bajaron a desayunar.

Hablamos bastante rato, y noté como alguien se escaqueaba arriba: Sirius. Me excusé, y lo seguí escaleras arriba.

Paró delante de mi puerta, y entró en mi habitación. Me acerqué sigilosamente, y me asomé. Sirius estaba sentado en la cama, mirando a Sarah dormir.
Negué con la cabeza, triste.
Quien iba a decir, que el hombre que en su juventud decía que no se ataría a ninguna mujer, y que aún menos tendría hijos, se enamoró de una que murió en un accidente de coche, y que tuvo una hija por su cuenta. Dí unos golpecitos en la puerta, y entré. Casi ni se inmutó.

- Sirius... ¿Que haces aquí?- miró una vez más a Sarah, y se levantó. Lo seguí hasta fuera.

- Mira... Ella es... El único recuerdo que me queda de Adler y... Me siento responsable de lo que le ha pasado...- bajó la mirada, triste.

- Sirius, escuchame. NO es culpa tuya. ¿Fue ella la que se largó, no?

- Pero... Si no hubiese puesto a Pettigrew como guardián, James y Lily no estarían... Y no me habrían mandado a Azkaban y... Puede que incluso me podría haber casado con Adler... Y puede que tu incluso sabrías quienes son tus padres.

- Canuto. Recuerda que Adler desapareció antes de lo de los Potter, no es culpa tuya lo que le ha pasado.

Después de eso bajé de nuevo, y no volví a ver a Sirius hasta la noche. Me preocupé un poco, pero lo dejé pasar, ya que, bueno, yo no había dicho ninguna mentira.

Por la tarde, entraron por la puerta Harry y Arthur. Como ya sabía, estaba absuelto de todos los cargos. Molly organizó una fiesta, para Harry (al ser absuelto), y a Ron y Hermione por ser nombrados prefectos. La fiesta era bastante divertida, estaban bastantes miembros de la orden, y nosotros ( los menores de edad, incluyendo a los gemelos aunque no fueran ya).

Harry hablaba con Moody. Con las chicas, y algunos más bailabamos al son de la música que sonaba en la radio, y los demás felicitaban a los aludidos, o hablaban de otras cosas.

Después de la confirmación de Moody, Molly subió al salón para encargarse del Boggart encerrado en el escritorio. Por instinto, la seguí.

Cinco minutos después, Molly se enfrentaba al supuesto cadáver sangriento de Ron. Saqué la varita, y me acerqué a ella cuando comenzó a gritar. Se oían pasos que subían. Me interpuse en su camino, sin saber muy bien que me esperaría como boggart.

Sujeté firmemente la varita en el mismo momento que el boggart se transformaba en... Adler, la madre de Sarah, muerta. Su caja torázica estaba aplastada, y tenía los labios azules. Las venas de los brazos se le marcaban más de lo normal, y tenía los ojos desenfocados.

Durante una práctica del hechizo, todo resulta muy fácil, pero ahí, en una situación real, me resultó imposible.

Noté como gente iba entrando en la estancia, y oí gritos y chillidos... Unos brazos me rodearon, y me apartaron del boggart. Ví como Remus se enfrenta al boggart, primero transformandose en la luna llena, y después desapareciendo en forma de globo.

Comiencé a temblar, y me agaché hasta abrazar mis rodillas. Me balanceé de delante a atrás, y noté, como inevitablemente, me desmayé.

La razón por la cual me desmayé, la descubrí bastante tiempo más tarde.

Cuando desperté, era de dia, y estaba sobre una cama. Había una persona a mi lado, y me sorprendí bastante al verlo.

- ¿Harry?- lo zarandeé un poco, y despertó. Estiró los brazos, y se colocó bien las gafas.- Levanta dormilón.- sonreí, y el también.

- ¿Estás bien? Digo por, el desmayo, y eso...

- Ah, si. Estoy bien, solo que... No se muy bien que pasó. No me acuerdo mucho, la verdad. Todo está como... Borroso.
- Pues... Comenzamos a subir cuando oímos gritar a la señora Weasley. Estabamos casi todos, es decir... Remus, Sirius, Moody, Ron, Hermione, Tonks... Y, bueno, unos cuantos más. Vimos el... Cadáver... De una mujer, y entonces notamos que... Bueno, Sarah, nos había seguido. Empezó a chillar, y... Sirius gritó. Te aparté del boggart, y Remus se encargó de el. En ese momento te desmayaste y, te trajimos aquí. Me quedé a... Cuidarte.- se sonrojó, bastante.

¿Por qué tenía que ser tan mono?

Me explicó un poco más sobre lo que pasó, y decidimos bajar. Noté que estabamos en el cuarto piso. Al llegar al tercero, me detuve al escuchar algo, y, aparentemente, Harry también lo escuchó. Provenía de una de las habitaciones del fondo.

Le hice una seña a Harry para que no me siguiera (y, sorprendentemente me hizo caso), y fui hasta la habitación en concreto. Era la de Sirius, y me bastaba estar a solo unos pasos para escuchar la voz de Sarah, llamando a su madre, y a Sirius, intentando calmarla.
Ambos lloraban, se notaba.

Bajé la cabeza, enfadada conmigo misma, y pasando de largo de Harry, me fui a mi habitación (cuarto piso), y me encerré en ella. Si no hubiese seguido a la señora Weasley, y me hubiese interpuesto entre el boggart y ella, no habría aparecido el cadáver de Adler, y Sarah no habría visto a su madre muerta. Y Sirius no habría visto a su ex-prometida muerta. Y no habrían visto lo débil que soy, ante un simple boggart. Todo era culpa mía.

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