Sinceramente, creo que fue uno de los momentos más incómodos de toda mi vida. Todos se nos quedaron mirando (bueno, más bien a Sarah), y no sabiamos que hacer.

Todos nos miraban estáticos. Nadie sabía muy bien que decir.

- Adler no tuvo hijos. ¡Lo sabríamos!

- Alastor... Creo que lo mejor será escuchar la versión de las chicas. ¿Estais de acuerdo?

Tardé unos segundo en darme cuenta a que se referían a nosotras.

- Claro que, si no os importa quedaros despiertas un rato más.- Mcgonagall puede resultar ser muy simpatica. Aunque, siempre lo ha sido, en mi opinion.

- En absoluto.- miré a la niña, quien asintió, aunque ya se caía del sueño.

Nos guiaron hasta el comedor, y cada uno ocupó sus lugares correspondientes. Dentro de la sala, había dos personas más: Los señores Weasley.

- Molly, Arthur; os presento a Olivia y a Sarah. Unas invitadas.- la señora Weasley se nos acercó, y nos miró bien.

- ¿Como que unas invitadas, Albus? ¡Si son solo unas niñas! ¡¿Porque las invitas a una reunion?! ¡Y sobre todo a la pequeña!- empezó a quejarse, y la verdad es que resultaba bastante cómico.

- Molly, creo que lo mejor será que ellas se expliquen.

Nos invitó a sentarnos en los únicos sitios libres que quedaban. Yo estaba al lado de Arthur, y en frente de Moody. Sarah estaba a mi lado, quien estaba al lado de Tonks, y en frente de Sirius.
El animago la miraba muy curioso.

- Puedes empezar.- miré al director de Hogwarts insegura, y armandome de valor, comenzé:

- Bueno, empezaré por mi. Como ya he dicho, mi nombre es Olivia. Tengo quince años, y hasta ahora vivía en un horfanato caritativo en Londres. El lugar en el que vivía se dedicaba a ayudar a la gente que sufría accidentes de coche, o cosas por el estilo. En uno de esos accidentes, conocí a Sarah.- giré la cabeza para mirarla, y en ese mismo instante, se quedó dormida apoyada en el brazo de Tonks. La metamorfomaga la miraba sorprendida, pero era una imagen muy tierna, ya que tenía su pulgar metido en la boca. Tonks la abrazó de lado, y la niña se acomodó.

- Como decía... Conocí a Sarah en un accidente. Su... Propio accidente.

- La niña sufrió un accidente de... ¿Coche?- preguntó Remus.

- Si... Fuí a ayudar y...

En ese momento me sentí miserable. De alguna forma, notaba que la madre de Sarah era importante para los presentes. Y decirles lo que pasó, no fue fácil.

- La encontré arrodillada, llorando, sobre el cadaver de su madre.- se me quebró la voz. Esta vez, si que lloré por su muerte. Le había tomado mucho cariño a la niña, y, de alguna forma, también a Adler.

Un silencio sepulcral inundó la sala. Los que sabían quien era su madre (y supuestamente la conocían), bajaron la mirada, tristes.

- Todavía no tienes pruebas concluyentes que ella es hija de Adler.- señaló a Sarah, y los Weasley, al escuchar el nombre de la mujer, también bajaron la mirada; ambos tristes.

- Sí que tengo pruebas, o... Eso creo.
Cuidadosamente, le quité la medallita a Sarah, y se la enseñé.- Esto lo llevaba puesto Adler, y ahora, lo tiene Sarah. Es un escudo familiar, creo...- fueron pasandoselo, uno a uno, hasta que llegó de nuevo a mi.
Se lo puse de nuevo a la niña.

- Puede ser robado... No creo que...

- Tengo algo más.- interrumpí a Moody. Cogí la mochila de Sarah, y rebusqué en su interior, hasta encontrar la pulsera.- Esto también lo llevaba Adler, el día del accidente. Sarah me contó que... Su madre le había dicho que se la había regalado su gran amor.

Se la pasé a Moody, quien se la pasó a Dumbledore, y así sucesivamente, hasta que llegó a los merodeadores. Remus miró la pulsera sorprendido, y Sirius... El la miró muy melancólico, y le temblaban las manos.

- Canuto, ¿estas bien?

- Si, Lunático... Es solo que... Yo, le regalé esto... A Adler.

Y de nuevo, todos se quedaron callados. No pude contenerme:

- ¡¿Tu?! ¿Probablemente el mujeriego más grande de sus tiempos en Hogwarts?- mi incredulidad no tenía limite, pero cambié mi cara de sorpresa por otra más seria al ver que nadie más se tomaba el tema con sorpresa.

- Se la regalé al graduarnos en Hogwarts. Estaba en Gryffindor, junto a nosotros dos...- se señaló a si mismo y a Remus.- Era sangre pura, y sus padres no aceptaron que no fuera a Slytherin, y ella se fue a vivir con James... Un amigo nuestro...- tomó una pausa.- Se convirtió en auror, y era de los mejores... Moody la entrenó. Queríamos casarnos... Formar una familia... Pero, un dia, desapareció... Y, no la volvimos a ver...

Creo que lloraba, pero si eso, no se le oía. Fue (al igual que los anteriores), un momento muy incomodo. Sarah se removió incómoda. O se estaba despertando, o tenía una pesadilla.

- Mami... Mami... Despierta...- eligió por lo segundo.

- Sarah... Sarah... Tranquila...- la zarandeé un poco, pero no conseguía que despertase. Comenzó a llorar, y no conseguía que despertara.

- Tonks, dámela. Me la llevaré arriba.-

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¿Quien será?

Besoss y difuu