Capitulo 23: Di algo.
(Poner canción de arriba☝🏻️)
Antes de que la maldición impactara en el cuerpo de Sirius, de alguna forma, mi varita actuó por si sola, desviando la maldición asesina.
Aún así, Sirius cayó al suelo, con cortes en el pecho que emanaban sangre.
La maldición asesina no lo había matado, no; pero si que le había rozado, prococando heridas en la parte de tórax.
Bellatrix rió triumfante, al verlo caer, y salió dando saltitos hasta el vestíbulo.
Harry fue tras ella.
Albus fue lentamente tras ellos.
Los chicos estaban quietos, apartados.
Los miembros de la orden que todavía estaban en pie detuvieron a los mortífagos.
Remus estaba paralizado, mirando el cuerpo de Sirius en el suelo, incapaz de moverse.
Yo.
Yo estaba con Sirius, arrodillada a su lado. Sus heridas echaban bastante cantidad de sangre, y los encantamientos curativos casi no hacían efecto.
- Sirius... Te vas a poner bien, ¿si? Aguanta, por favor...
- Sarah...- un debil susurro salió de sus labios, casi imperceptible.
- Ella estará bien. Irán a buscarla, tu solo aguanta.
- Cuida... De ella...
- Sirius...
- Cuida... De mi avellanita...- lentamente fue cerrando los ojos, y sus latidos se fueron haciendo cada vez más distantes.
- ¡NO! ¡Sirius! ¡Aguanta!
Los conjuros ayudaban, si; pero no lo suficiente.
- Agunta Sirius... Por Harry... Por mi... Por tu hija.- ví como abría levemente los ojos, y esbozaba una muy leve sonrisa.- Es tu hija, ¿vale? Sarah es tu hija; tu princesa, tu avellanita... Aguanta por ella, no dejes que pierda a su padre, ¿me entiendes? Eres su padre, su papi, ella te necesita...
Noté que había gente a nuestro al rededor, hablando a voces. Alguien se acercaba a nosotros, bastantes personas.
La gran parte lloraba.
Alguien se arrodillo al otro lado de Sirius. Era Harry.
- Sirius... Padrino... Canuto... Despierta.- hablaba entre hipidos, causados por el llanto.
Albus se puso a nuestro lado. Intercambió unas palabras con otras personas, y me tocó el hombro. Al instante nos aparecimos en San Mungo.
En mi opinión, demasiado arriesgado en el estado en el que se encontraba Sirius, pero sus heridas no se hicieron más graves al aparecerse. Unos enfermeros se nos acercaron, y pusieron a Sirius en una camilla.
Se lo llevaron a una habitación con ventanas de cristal (los cuales permitían ver lo que ocurría al interior), que estaba al final del pasillo.
No importaba que fuera prófugo o
un supuesto asesino; en ese momento era un ser humano que necesitaba asistencia medica urgente, y los medimagos anticipaban eso a cualquier cosa.
Albus se separó de nosotros, quedandonos solos en medio del pasillo.
Por primera vez, me permití llorar.
No paraba.
Los dos. Harry y yo, abrazados en medio del pasillo, llorando sin poder contenernos; sollozando. La gente se paraba a mirarnos, pero no les hicimos caso.
En un momento de "desesperación", me solté de Harry, y corrí apartando todo a mi paso por el pasillo. Llegué a la habitación del fondo, y ví lo que ocurría en su interior:
Las heridas de Sirius estaban ya sanadas (o al menos no echaban sangre, dadas las bendas), pero los medimagos lo estaban intentando reanimar, al estilo muggle.
Su corazón no latía, o al menos no como debía.
Golpeé el cristal con la mano, gritando su nombre, sollozando.
Imagenes cruzaban por mi mente, de todo tipo:
Sirius con Sarah, con Harry, conmigo... Y como estaríamos si el muriera.
Grité, sollozé, y todo eso a la vez hasta que unos enfermeron me llevaron a una habitación, y me dieron un calmante. El sueño se apoderó de mi, y lo último que ví fueron unos ojos esmeraldas, enrojecidos, mirandome.
"" Era una sensación rara. Veía todo a mi al rededor, todos pasaban a mi lado, sin darse cuenta de que yo estaba ahí. Lo más raro fue verme a mi misma, dormida, en la cama de hospital. Harry seguía a mi lado, llorando, cogiendo mi mano.
Yo misma alzé la mano, la que el me estaba cogiendo, pero no sentí nada. Lo veía cogerme de la mano, pero yo misma no lo sentía. Noté a alguien a mi lado, y me sorprendí al ver quien era:
Adler.
Realmente, junto a su hija eran como dos gotas de agua; idénticas. Ella veía la escena que teníamos delante, y de un momento a otro, giró su cara hacia mi, y sonrió levemente. Me hizo una seña para que la siguiera, y así lo hice.
Caminamos a través del pasillo del hospital, y subimos dos pisos hasta pararnos delante de una sala grande. Era una sala de espera, de los quirófanos. Me sorprendí al ver a cierto animago sentado en una silla, mirando confuso a su al rededor.
- Hola, Sirius.- el nombrado levantó la mirada, y abrio desmesuradamente los ojos al ver a Adler. A mi no me veía, y estaba al lado de la mujer. Corrió hacia ella, y la abrazó. Se podían tocar.
¿A caso estaba muerta? ¿Sirius había muerto?
- ¿Co-como...?
- He venido para decirte algo. No tenemos mucho tiempo.
Sirius miró con melancolía a su ex-prometida, y poco a poco se fueron acercando, hasta fundirse en un cálido y amoroso beso.
Al igual que yo hice con Harry anteriormente.
Se separaron, y lagrimas cruzaron por las mejillas de ambos.
- ¿Donde estamos?
- En San mungo. Cariño, debes vivir.
- ¿Qué?
- Ahora mismo, tu cuerpo está metido en una de esas salas, y te estás muriendo. Debes luchar, debes seguir en el mundo de los vivos.
- No... No te entiendo...
- Te están operando. ¿Recuerdas la batalla en el ministerio?- el asintió, confuso.- Yo estuve ahí. Es cierto que la varita de Olivia te salvó la vida, pero recuerda que antes fue la mía. Una parte de mi está ahí, y impidió que te mataran, y ahora estás a punto de morir ahí dentro.
Señaló una puerta en la que ponía "quirofano heridas no-mágicas/ muggles".
- Debes vivir... Por tu hija.
- Sarah es tu hija, no la mía. Es cierto que lo siento así, pero...
- Nada de peros. En todo caso ahora sería nuestra hija, la que soñabamos con tener, ¿recuerdas? Sobre la que
hablabas con James por las mañanas mientras yo dormía.- Sirius sonrió con melancolía.- Yo la traje al mundo, y tu cuidarás de ella por mi. Tu eres su padre ahora, y ella tu niña. Cuidala por los dos, y dile que la quiero con locura, y que siempre estaré con vosotros.
- Adler...
- Te amo, Sirius. Cuida de tu princesa. Y también de Olivia y de Harry.
Disimuladamente (o no), miró en mi dirección, y sonrió.
- Cuida tu también de ellos, Livi.
- ¿Ella... Está aquí?
- Si, amor. Debo irme. Os quiero muchísimo, nunca lo olvideis, ¿vale? Vivid y luchad por ser felices.
Se fue alejando, a pesar de las llamadas de Sirius, y fue sustituida por una luz blanca, seguida de total oscuridad.""
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Os juro que estoy llorando.
Que os parece??
Creeis que morirá o no???
Comentaaad y votaad
Besoss y difuuu
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