Capitulo 22: El departamento de Misterios.
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Harry tenía planeado ir a la chimenea de Umbridge, para asegurarse de que Sirius estuviese bien, pero Kreacher le dijo que "el amo", había salido de casa. No mencionó a Sarah, y Harry se comenzó a preocupar aún más. Umbridge nos pilló. Ojalá hubiese estado ahí Albus, pero este escapó al descubrir Umbridge el ED. La brigada inquisitorial ( constituida en su mayoría por gente de Slytherin), nos retuvo, y junto a Hermione, inventamos la excusa de que Albus tenía un arma en el bosque. Harry, Herms y yo guiamos a Umbridge hasta el bosque, donde encontramos a Grawp, el hermano gigante de Hagrid. Los centauros se llevaron a Umbrigde cuando esta comenzó a insultarlos, y los demás llegaron ( Ron, Ginny, Luna y Neville).
Volando sobre Threstals ( que por alguna razón yo podía ver), volamos hasta el Londres muggle, en donde entramos al ministerio por "la entrada de visitas".
Corríamos hasta el departamento de misterios, uno tras el otro, con varita en mano. Cuando estuvimos delante de la puerta que daba al departamento en cuestión, Harry salió corriendo ansioso de poder abrirla por fin. La sala de las profecias de asomaba ante nosotros, y entramos.
- Harry... ¿Seguro que has visto a Sirius... En esta sala?
- Ya te he dicho que si, Hermione.
- ¿Y... Kreacher te ha dicho que... Ni el ni Sarah estaban?
- No ha dicho nada sobre Sarah... Cuando le pregunté por ella... Solo sonrió mezquinamente.
- Seguro que Sirius y su hija están bien, Harry.
- Ginny, sabes que ella en si no es su hija.- repliqué yo. Los presentes me miraron algo enfadados.- ¿Qué? Sabeis que tengo razón. Ya os he dicho que no lo acepto y...
- ¡Es aquí!- Harry salió corriendo al encontrar el pasillo correspondiente. Corrió a través de el, y miró a su al rededor impaciente al no encontrar a nadie.- El... El tendría que estar aquí.
- Harry... Aquí pone tu nombre.- miramos lo que señalaba Ron. Era la profecía. Harry se acercó a ella, y después de examinarla un momento, la cogió.
- Harry...- antes de poder seguir hablando, vimos como nos rodeaban, y Lucius Malfoy apareció de entre las sombras.
- Hola, Potter. Esperabamos encontrarte por aquí.
- ¡¿Donde está Sirius?! ¡¿Que han hecho con el?!
- Chico... Deberías saber ya sobre los poderes que tiene el señor tenebroso.
- ¿Era... Una trampa?
- Si. Y ahora, dame la profecía.
- ¿Todo esto... Para conseguir la profecía?
- ¿No lo entiendes, verdad? Solo pueden coger, ver u escuchar una profecía las personas a las que les corresponde ,a no ser que una de esas personas se las dé a otra persona cuando ya la ha cogido.
Su forma de hablar era irritante.
Bellatrix Lestrange apareció de entre las sombras, y nos hizo frente.
- ¡El niño Potter no quiere dar la profecía! ¡Y viene acompañado de sus amiguitos! Tu eres Neville Longbottom, ¿cierto? Conocí a tus padres, ¿sabes?
- ¡Y ahora serán vengados!- iba a ir hacia ella, pero lo detuve.
- Haz caso a la chica, niño. Tu me resultas familiar... Creo que conocí a tus padres.- me señaló, y la miré sorprendida, y a la vez enfadada, por el tono de burla que usaba al referirse a ellos.
- Pues que bien por ti, ¿no?
Ella iba a responder, pero Lucius la detuvo. De un momento a otro, salimos corriendo, lanzando y esquivanco hechizos.
- ¡Expulso!- un mortífago salió disparado a mi derecha, dandole a una estanteria. Esta se comenzó a derrumbar, tirando otras consigo.- Mierda... ¡CORRED!
Esquivando profecías volantes, llegamos hasta una puerta al final de la sala. Entré detrás de los demás, sin recordar que caería al vació. Caí sobre el duro suelo, con los demás a mi al rededor.
Rapidamente me levanté, y me acerqué a los demás para ayudarles.
- Las voces... Vienen de ahí.
- ¿Qué voces, Harry?
- Yo también las oigo.- Luna y Harry se acercaron al velo de la muerte para escuchar mejor las voces, y rapidamente fui hasta ellos para impedirselo.
- Chicos, no os acerqueis a ese velo, ¿entendido?
Confusos, asintieron. Me estaba poniendo algo nerviosa, y que pudiese oir las voces que provenían del velo no ayudaba.
- ¡Poneos detrás de mi!- los mortífagos estaban entrando en la sala. Cada uno agarró a uno de nosotros, a mi incluida. Luicius me cogía con fuerza del brazo izquierdo mientras caminaba lentamente hacia Harry.
- ¡Sueltala!
- ¿En serio creiais que una panda de crios como vosotros podría escapar de nosotros?- Bellatrix rió.- Dame la profecía, Potter.
- ¡No se la des, Harry!
- !A callar!- Bellatrix asió más fuerte a Neville.
- Dame la profecía, o les haremos daño a tus amiguitos; empezando por tu querida novia.- lo último lo dijo en tono sarcástico.- Creeme Potter, tenemos nuestros espías dentro de la escuela, sabemos que es lo que más os duele, a cada uno. Asi que, si no quieres que alguien salga herido, damela, ahora.
Estiró el brazo, y Harry se la entregó. Lucius me soltó, y fui hasta Harry torpemente y lo abrazé de lado, mirando a Lucius, con varita en mano. Unas luces aparecieron por la sala. Blancas.
- Deja en paz a mi ahijado.- Sirius apareció detrás nuestra, y le pegó un puñetazo a Lucius.
La batalla había comenzado. Maldiciones por doquier, y los miembros de la orden comenzaron a actuar. Sirius nos llevó detrás de una roca.
- Escuchadme bien. Quiero que cojais a los demás y os largueis de aquí, YA.
- Sirius, no. Me quedaré contigo.
- Lo has hecho muy bien. Los dos. Pero debo encontrar a Sarah, y acabar con esto de una vez.
- ¡¿Donde está Sarah?! ¡¿No estaba contigo?!
- Sí...No... La he buscado por toda la casa, y no estaba. Los mortífagos la tienen, y debo liberar a mi hija.- se levantó a esquivar un hechizo, proveniente de Lucius.
Harry y yo nos unimos a el.
Eramos tres contra dos: Dolohov y Malfoy nos atacaban con maldiciones leves, pero muy seguidas. La cosa se iba poniendo más seria. La profecía estaba ya rota, y el enfado de Lucius no aminoraba.
- ¡No la encontrarás, Black!- Dolohov lanzó un cruciatus que desvió.- ¡Era todo una mentira!
- ¡¿Que habeis hecho con ella?!- lanzó una maldición a Lucius.
- ¡Está en mi casa, idiota! ¡El estúpido elfo la trajo!
Lanzé lejos a Dolohov, y Harry desarmó a Lucius de una de las dos varitas que llevaba. Sirius le lanzó unos buenos conjuros y maleficios, hasta que también calló.
Vimos como el cuerpo de Tonks caía aturdido por las gradas, y como Bellatrix se dirigía hacia nosotros.
Sirius fue a su encuentro, y comenzaron a luchar.
Pronto, la única pareja que luchaba eran Sirius y su prima. Todos notamos la llegada de Albus excepto ellos.
- ¡VAMOS! ¡¿ESO ES TODO LO QUE SABES HACER?!- Sirius se burló de su prima, quien pronunció una maldición imperdonable.
El momento había llegado.
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Creeis que Sirius morirá???
Dejadlo en los comentariooosss.
Besoss y difuuuu
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