Capitulo 1: Querido diario.
2017
Querido Diario:
Parece algo tonto que escriba un diario a mi edad, pero esta será más bien una historia de lo que pasó. Lo mejor será que empieze por el principio... Vereis, yo venía del mungo muggle, vivía con gente muggle, y pensaba que yo misma era una de ellos. Pero eso cambió. Todo comenzó una noche del verano de 1995...
Dormía en mi cama.
Hacía bastante calor, ya que estabamos a finales de Junio. Ese mismo calor me hacía sudar terriblemente, y me removía entre las sábanas de forma incontrolada, buscando ansiadamente un rincón del colchón que estuviera más fresco.
""Un hombre con el pelo castaño. Una mujer con el pelo negro. Ambos con ojos marrones, pero los del hombre eran diferentes, parecían, como de serpiente... La mujer soltó un grito, y un rayó de luz verde la alcanzó, acompañado de un grito del hombre"".
- ¡NO!- me incorporé en la cama, despertando con brusquedad.
Escuché gritos en el pasillo, y dejando de lado la reciente pesadilla, me levanté y fuí a abrir la puerta. La gente corría en dirección al piso de abajo, y rápidamente me cambié de ropa para bajar con ellos. Me hice una coleta improvisada mientras bajaba, y llegué al vestíbulo. Tanta gente reunida solo podía significar una cosa: Un accidente.
En esta casa solo viven... ¿Como decirlo?... huérfanos. Yo entre ellos. Pero no es un horfanato en si. Los directores del lugar, un matrimonio rico, se llevaba a los niños de sus horfanatos de procediencia con ellos, pero solo con una condición: que ayudaran cuando tenían que hacerlo. Es decir, los adoptaban a cambio de trabajar para ellos.
Sí, lo sé: explotación infantil.
Yo, al principio, no entendí bien a qué se referían; pero tenía tantas ganas de salir de mi primer horfanato, que no dudé ni un segundo en irme con ellos. Eso cambió cinco dias más tarde, cuando hubo el primer accidente que presencié. Nuestro trabajo, era ayudar a los médicos con los pacientes en el lugar del suceso. Puede parecer macabro, y la verdad es que lo era. Me arrepentí totalmente de mi decisión, pero era culpa mía, ya que me había presentado voluntaria en cambiarme de horfanato.
Por eso, solo nos "adoptaban", a partir de los once años, ya que según los directores, a partir de esa edad ya estabamos preparados. Ellos no eran tan malos como parece; ambos tuvieron un accidente de coche hacía unos ocho años, y no habrían sobrevivido si no fuese por unos jovenes sanitarios voluntarios que los ayudaron. Decidieron que querian fomentar ese espiritu de bondad, y ellos adoptaban y los jovenes nos enseñaban sobre medicina.
Volviendo al presente; tenía razón. Hubo un accidente a cuatro calles del horfanato. "No estaba lejos", pensé. Un accidente de coche, a las dos de la madrugada. Seguramente un borracho que no prestaba atención al tráfico nocturno.
Desde mis once años hasta ahora (es decir, a los quince), he visto bastantes "casos", así.
Nos explicaron la situación (aunque solo era para los más pequeños), y salimos. Nos montamos por grupos de edad en los autobuses, y llegamos al cabo de diez minutos.
La zona estaba rodeada de patrullas de policía, que a su vez rodeaban el lugar del accidente. Divisé un coche con el morro destrozado, pero la parte de atrás intacta. Otro coche más adelante, destrozado al contrario. Conté tres ambulancias. Me acerqué al primer poli que encontré, y lo saludé.
- Hola, Olivia. ¿Otra vez por aquí?
- Es mi obligación.- contesté secamente. No me hace ilusión que me despertaran por la madrugada.- ¿Otro borracho?
- Ya me gustaría...- lo miré confusa.
- ¿A que te refieres?
- Pues... El coche blanco, el que tiene el
capó destrozado- señaló el coche en cuestión.- chocó contra el trasero del amarillo. El conductor de este está ileso, algunos rasguños, pero nada grave.
- ¿Y del coche blanco?
- La conductora... Ha muerto.- lo miré algo triste, pero se me pasó al momento. No la conocía, asi que no podía sentir nada parecido a la tristeza durante un largo periodo de tiempo.- Pero, hay algo más...
- ¿Qué?
- No iba sola.
- ¿Hay supervivientes aparte del tio del coche amarillo?
- Sí.- bajó la mirada, y después me miró a los ojos.- Una niña, de unos seis años, probablemente la hija de la mujer.
Quedé en shock. Una niña había visto morir a su madre, y además había sobrevivido para recordarlo.
- ¿Donde está?- pero no hizo falta que me respondiera. Unos gritos infantiles se elevaron sobre el sonido de la multitud, y gente corrió a su rescate, yo incluida. A unos diez metros, junto a una camilla, estaba la susodicha niña.
Lloraba sobre el cadaver de su madre, quien tenía el pecho aplastado (probablemente la causa de la muerte), y algunos enfermeros intentaban llevarsela, pero se aferraba al cuerpo sin vida de su madre.
- ¡MAMI! ¡MAMI!- me acerqué a ella, después de observarla bien. Ambas tenían el pelo castaño claro.
Se parecían mucho, físicamente.
Los enfermeros me dejaron acercarme, ya que yo y otros huerfanos más soliamos ocuparnos de los niños traumatizados. Me arrodillé al lado suya, dejando que abrazara a su madre, por última vez, aunque posiblemente la niña no lo supiera.
- Mami, mami despierta...- susurraba la niña. Estos eran los peores momentos: Tener que decirle a un niño o niña que su pariente no va a abrir los ojos, que no va a responder, que no volverán a hablar con ellos.
Esta vez, miré a la mujer. Conducía un coche normal, y por como iban vestidas ambas, eran de clase media, seguramente. Tenía una fina cadenita al rededor del cuello, y una pulsera de plata en la muñeca. Preguntaría si la niña podría quedarselos, como recuerdo.
También me fijé en otra cosa; del bolsillo de sus pantalones ( que era bastante alargado), sobresalía un palo de madera. Sin que nadie lo notara, lo cogí. Sinceramente, me recordó a una varita mágica. La dejé de nuevo en su sitio, y encaré a la niña, quien parecía notar por que su madre no respondía.
- Eh... Hola, yo soy Olivia.- la niña no me miraba.- ¿Tu como te llamas?-
Tardó un rato en responder, pero eso era normal.
- Sarah...- contestó en un susurró.- ¿Mami no va a despertar?
Levantó la cabeza, y chocamos miradas. La suya era profunda, a pesar de sus ojos rojos por el llanto. Sus ojos estaban llenos de lágrimas, pero se podía apreciar su color avellana, algo verde. Se notaba el coraje que había armado para hacer esa simple pregunta.
- No... Lo siento mucho.- asintió triste, y volvió a llorar.- ¿Como se llama tu mamá?
- Adler, Adler Fox...- asentí, y lo apunté en un bloc. En casos así, la información basica de la victima se recoge al instante, para que los niños puedan distraerse; como cual es su nombre, por ejemplo.
- Ahora vengo, ¿vale?
Sarah no respondió, asi que me levanté, y les dejé claro a los que nos rodeaban que dejaran a la niña donde estaba. Vale que hay que llevarse el cuerpo, pero estaría mal no dejar a la niña despedirse, de alguna manera. Le pasé el nombre al informático (el poli de antes también estaba presente), quien encontró a la tal Adler en su ordenador.
- Adler Fox, treinta y cinco años. Tenía una hija, Sarah Fox, obviamente la niña que está ahí.- tomó una pausa.- trabajaba en una cafeteria de la zona, y vivía en un piso que estaba a unas tres calles de aquí.
- ¿Algo más?- preguntó el poli, mientras apuntaba la dirección de la casa.
- Sí, eh... Aquí pone que, hace seis años puso una denuncia a un tio (que está muerto desde hace cinco), por violación. Nueve meses después, dió a luz.
- ¡¿Me estás diciendo que esa niña nació por una violación?!
No me lo podía creer. Esa dulce niña, que le tenía tanto cariño a su madre, producto de una violación. Madres así son las que merecen la pena, las que quieren a sus hijos, da igual la circumstancia por la que los tienen.
Me calmé, y me giré hacia el poli:
- La niña; ¿puede quedarse con un collar y una pulsera que tiene la mujer? Tiene solo.- miré la pantalla del ordenador.- cinco años y medio, como recuerdo de su madre...
- Hablaré con la cientifica, pero no creo que haya ningún problema. Está claro que no es homicidio...- no lo escuché más.
Volví con Sarah, quien seguía igual.
- Sarah.- levantó la cabeza para mirarme.- he hablado con esos señores de ahí, y me han dicho que puedes quedarte con el collar y la pulsera de tu madre.- ella asintió, y seguidamente le quitó cuidadosamente los accesorios a su madre, para ponerselos ella.- ¿Me explicas que son?
- Este... Este collar, es de su familia. Y... Y la pulsera... Mami decía que su... Su gran amor se-se la había regalado...- bajó la mirada triste, y volvió a llorar.
- ¿Me dejas verlo?- Extendió el brazo izquierdo, y miré la pulsera. Había una inscripción en ella:
Eres mi único y gran amor. Te amo, S.B.
Esas eran las iniciales de un nombre, pero no merecía la pena buscarlo.
Tampoco había nada de la familia Fox en los registros, y eso significaba que la niña no tenía familia. Genial, es huerfana a los cinco años. Notese la ironía. Peor que yo, que lo soy desde... ¿Siempre?
Ella recordará a su madre, y yo al menos no me acuerdo de ningún familiar. Como sea; unos medicos (mezclados con policias), nos señalaban. Bueno, a mi directamente no, sino que a Sarah y a su madre.
Sin compasión alguna, se acercarón y cogieron a Sarah por los brazos y se la llevaron a rastras, y los medicos forenses taparon el cuerpo de Adler.
Sarah gritaba, chillaba, y se esforzaba al máximo en volver con su madre, pero no la dejaron. La camioneta con el cuerpo se fue, y la niña rompió en el llanto. Logró soltarse, y hizo algo que nadie se esperaba: corrió hacia mi y me abrazó. Yo me arrodillé, y le devolví el abrazo.
- Mami, quiero a mi mami...
- Lo sé, pequeña, lo sé.
- No tiene familia con quien ir, por lo tanto vamos a llevarla a un horfanato que está en la zona.- un poli se me acercó, con intención de llevarse a Sarah, pero se lo impedí.
- No. Ella se vendrá conmigo. También es como un horfanato. Hablaré con los directores, la admitirán, estoy segura.
El primer poli con el que hablé hoy se me acercó, y me dejó llevarme a la niña.
- ¡Ah! ¡Casi se me olvidaba! La científica escuchó nuestra conversación de antes, y creyó que la niña también querría esto. Dice que es simbólico, o algo así...- sacó una bolsita transparente, y me la dió. Dentro estaba "la varita mágica", que tenía Adler en el bolsillo de su pantalón.
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PARA LA GENTE QUE HA EMPEZADO AHORA LA NOVELA:
ESTE ES PROBABLEMENTE EL CAPÍTULO MÁS TRÁGICO DE TODOS, ASÍ QUE, SIGUE LEYENDO LA NOVELA.
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