Carta 46
Regresé a casa envuelta en un mar de emociones, las mismas que me provocaron una crisis nerviosa.
Consuelo me lleno de atenciones, se lo agradezco enormemente aunque con una infusión de manzanilla era más que suficiente.
No quiero que me compadezcan.
Algo que he aprendido durante estos años llendo a terapia es que ninguna emoción es completamente negativa. Sin embargo el exceso de cualquier emoción no es recomendable.
Lo mismo ocurre con la ansiedad.
Por mucho tiempo se ha creído que es algo malo que debemos eliminar y no es así. Al contrario, es un mecanismo de defensa para protegernos, solo que tiene métodos poco ortodoxos.
Ninguna emoción es completamente dañina, absolutamente todas son necesarias. Y en lugar de luchar contra ellas deberíamos aprender a controlarlas.
Aunque es un poco contradictorio. Todo él mundo dice que debemos manejar nuestras emociones y no te explican como hacerlo.
Decirlo es fácil, hacerlo es completamente difícil. Además ¿Cómo puedes controlar lo que sientes? Y peor cuando tú vida está sumida en la angustia y problemas.
A veces creo que la vida es una infeliz a la que le gusta vernos sufrir. Te patea cuando estás en el suelo.
Sé que es una actitud pesimista, trato de cambiarla un paso a la vez.
*****
No pude dormir hasta entrada la medianoche recordando cosas que quisiera olvidar. Me llene de melancolía, lloré hasta quedarme dormida pero me sirvió desahogarme en lugar de reprimir mi dolor.
Desperté mucho mejor, como si me hubiera quitado un peso de encima.
Baje a desayunar, pasé toda la mañana horneando muffins de chocolate y vainilla con chispas.
Mi cuerpo necesitaba algo dulce, además quería compartirlos con mis seres queridos.
No obstante seguía sintiendo un pequeño vacío inexplicable que no sabía como llenar.
Las palabras y acciones no parecen ser suficientes, necesitaba algo más profundo para expresarme.
Cogí mi guitarra, y me senté junto a mi ventana. Toqué con suavidad las cuerdas de mi instrumento. Nada en particular, solo arpregios tristes y melancólicos que poco a poco se convertían en una sinfonía para Foster, quién era espectador de mi concierto privado.
Podía tocar cuánto quisiera sin que importará. Era como si el tiempo se detuviera y todo a mi alrededor se desvaneciera dejándome sola con mi música
"Lo importante es que la música suene más fuerte que los problemas ".
Kurt Cobain
Nos leemos pronto Diario.
Att. Kim
Créditos de la imagen a la aplicación "Cici".
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