Carta 30
Querido Diario:
Hoy concluye mi castigo de supletorios, fue una semana interesante; llena de saltos extraños y giros inesperados. No sabría decirte decir si fue una experiencia grata o no.
Sentí raro venir a cursos extraescolares sin la compañía de mis amigos. Pude apreciar otra faceta de mi maestra de literatura e incluso la he llegado a compadecer, sin siquiera conocer todo el transfondo que la rodea. Y por último y no menos importante, tuve un encuentro agradable con Ronaldo.
Concluyendo todos estos eventos en una profunda reflexión sobre mí vida.
Estoy confundida, no sé si es un final feliz o uno triste. Probablemente solo sea un final nadamas. Deberé poner punto final y cambiar de página.
Es momento de avanzar y no mirar atrás.
*****
Sin darme cuenta del transcurso del tiempo, el timbre sonó marcando el final del curso.
Me levanté con pesadez de mi asiento para guardar mis pertenencias, nadie me esperaba en la salida por lo que no me apresure a salir rápido del aula.
Antes de retirarme me despedí de la maestra Lourdes, ya no sentía toda esa irá que me invadía al solo verla. Quizá mi ser ya no tuviera espacio para almacenar más odio, cuál fuera el caso ésto marcaba el comienzo de algo nuevo en nuestras vidas.
Pérdida en mis pensamientos caminaba por el solitario pasillo con dirección a los casilleros, necesitaba recoger unos cuadernos para reciclar en el próximo año.
Estaba a punto de terminar de vaciar mi casillero cuando me percate de la presencia de alguien más que había llegado a mi lado pero no me habló, solo que quedó recargado en los lockers continuos.
Suspiré fuertemente antes des cerrar la puerta y encarar a mi visitante. Contrario a lo que esperaba, arquee las cejas de sorpresa al encontrarme a Austin, en vez de Jampier como imaginaba.
Quedé absorta de la impresión, incapaz de pronunciar palabra alguna; Él fue el primero en romper el silencio.
- Kim, que sorpresa encontrarte aquí.
- Si verdad, lo mismo digo. Respondí nerviosa. - ¿Que hacéis aquí?
Recurso álgebra. Habló con la cabeza baja.
- ¿De verdad? Creía que los jugadores y animadoras salían librados de las clases. Respondí con voz ácida.
- No, son puras mentiras solamente. - ¿Qué harás el próximo fin de semana
- La verdad no lo sé, empezaré a trabajar desde mañana para recuperar una parte de esta semana y supongo que eso ocupará gran parte de mi tiempo.
- Vaya, resultaste ser muy trabajadora.
- Solo así de consigue lo que se quiere ¿No?
- Tienes toda la razón pero no toda la vida es trabajo. Y por ese motivo quería invitarte a mi fiesta que daré el siguiente sábado en mi casa.
Volví a quedarme sorprendida por su invitación brindada . Esta era la conversación más larga que hemos tenido sin que me escapara, lo cuál me sorprendía porque aunque su presencia no me desagradaba tampoco lo consideraba mi amigo.
- Mmm, gracias veré si puedo asistir. Fui incapaz de pensar algo mejor que decirle. Todavía me seguía intrigando su repentino interés hacía mí.
- Me honraría mucho que pudieras ir.
- De acuerdo, anótame tu dirección y veré si Lorraine quiere acompañarme.
Buscaba entre mis pertenencias un bolígrafo para que pudiera escribir cuando me interrumpió poniéndome su móvil en la palma de mi mano.
- ¿Podrías darme tu número? Te mando mensaje con la dirección.
Estaba a punto de negarme, cuándo me di cuenta de los hechos. Si accedía ahora tal vez podría lograr averiguar que intenciones tenía y sacarme está espina de una vez por todas.
Guarde mi contacto en su teléfono antes de que me arrepintiera. Me ayudó a cargar mis demás libretas hasta la parada del autobús.
No negaré que fue un gesto agradable pero carecía de todo el encanto, si lo hubiera hecho Ronaldo en su lugar.
Definitivamente está sería una semana memorable que recordar, repleta de varios recuerdos que conservar en los rincones de mi mente.
Por primera vez en mucho tiempo me sentía plena, sin saber a lo que pudiera afrontar sentía que podía enfrentarme a cualquier cosa.
Nos leemos pronto Diario.
Att. Kim
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