Carta 18
Querido Diario:
La mañana amaneció fría en la ciudad, no me he despojado de mi abrigador suéter, y lamento mucho no haber traído café caliente en un termo para beber; Esté clima es ideal para quedarse acostada todo el día.
Entre escalofríos y bostezos pasó parte de la mañana sin quedarme dormida.
Los días jueves son mi día favorito de la semana, siempre me llenan de buena vibra por algún motivo; y con mayor razón por qué comparto todas las clases del día con Lorraine, su compañía alegra la amargura de mi ser.
La hora del almuerzo y las demás clases transcurren con suma tranquilidad sin ninguna interrupción por parte de nadie, al menos así fue hasta la hora de lógica después del desayuno, a mitad de la clase ambas fuimos llamadas a traer por el coordinador de la escuela.
Sin saber el motivo lo seguimos en silencio por los pasillos del corredor hasta llegar a la puerta de la oficina de la asesora académica. Sin decirnos palabra, más que tenía que hablar con nosotras tocó la puerta y de fue caminando en silencio.
Al entrar a la oficina anticuada con frases motivadoras colgadas en las paredes, Lilian nos invitó a tomar asiento.
Con toda la calma del mundo se tomó el tiempo para informarnos que mi amiga y yo fuimos elegidas como estudiantes sobresalientes para dar tutorías de algebra y física.
Por lo regular para éstos puestos suelen avisarte con tiempo en caso de que decidas aceptar o buscar a alguien más de lo contrario, pero en esta ocasión no nos dieron elección.
Ni siquiera se tomó la molestia en preguntarnos si estábamos interesadas en dicho puesto, solo se limitó a ordenar por encima de nuestra opinión.
De cualquier modo no me habría importado ayudar a cualquier susodicho que necesitará ayuda en una de mis materias favoritas, sino fuera por qué no se encontraba presente y teníamos que buscarlo al mediodía en las audiciones de fútbol.
No me importa que sea un nuevo estudiante recién transferido, ya no quiero tener nada con alguien que se relacione con ese maldito deporte.
¡Porque me persigue la desgracia!
Tras media hora de quejas y berrinches terminó aceptando y llendo con Lorraine hacia la cancha detrás del instituto.
El campo de entrenamiento estaba repleto de alumnos ilusos que esperaban formar parte del equipo de fútbol el próximo año.
Cómo siempre Jampier encabezaba las audiciones acompañado de sus fieles súbditos Austin y Morgan, había una extensa fila frente a ellos, mejor optamos por irnos a sentar a las gradas. No sabíamos cuánto tiempo nos llevaría encontrar al interesado pero aprovechamos para platicar varios asuntos pendientes que teníamos.
Nos sentamos en la última fila para tener una mejor vista de asechamiennto, intente no quebrarme hay mismo al observar como idolatraban a mi amigo.
- Kim. La voz de amiga interrumpió mis pensamientos.
- Perdón, estaba distraída. Intente explicarme.
- Me dí cuenta. Se río de repente. - Haz estado muy perdida éstos últimos días. ¿Es por Jampier?
Claramente mi mejor amiga estaba al tanto de lo que sentía por mi amigo de la infancia, Cuándo le confesé mi secreto sentí que me quité un enorme peso de encima.
A partir de ese momento ya no ha vuelto a existir más secretos entre nosotras, ella fue mi cómplice durante mi enamoramiento y el hombro que estuvo ahí para mí todas las veces que lloré desconsoladamente.
- Sí. Respondí finalmente al recordar todo aquello que atravesamos juntas.
- Kim es un idiota, incapaz de ver lo que tiene frente a él.
- Lo sé, pero me siento estúpida por haber sentido algo por él.
- No te sientas mal Kim, nadie elije con quién nos ocurre, y menos la primera vez que experimentas ese sentimiento.
Lamento que tú primer experiencia en el amor fuera amarga. Habló con sinceridad.
- Descuida, lo voy superando. Su última publicación me hizo darme cuenta que es una perdida de tiempo esperar algo sobre él.
- Efectivamente, hay muchos mejores que él.
- Sí, es un gilipollas. Y sabes, cuándo nos presentó a su desagradable novia me di cuenta que es el tipo de persona con quién no quiero tener nada más.
- Lo sé, Adeline es la típica chica desagradable de las que abundan en el colegio.
- Es un placer que ninguna de las dos seamos así. Reímos fuertemente, desvíe la vista unos centímetros y observé a la multitud formando un círculo al centro de la cancha, algo pasaba, tal vez ya terminaron las audiciones y los afortunados fueron elegidos y todos se acercaban para celebrar; en cualquier caso esa escena en particular llamó nuestra atención lo suficiente para bajar de inmediato directo a la muchedumbre.
Lorraine y yo nos abrimos pasó entre el gentío para encontrarnos al trío de capullos hablando con la nueva alineación deportiva.
Austin al notar nuestra presencia, se acercó de inmediato con nosotras.
- Hey vinieron. ¿Que les pareció el juego?
- No presté atención la verdad. Buscamos a alguien, nos dijeron que estaría aquí, tal vez lo conozcas.
- A lo mejor. ¿Quién es?
- ... Estaba a punto de hablar cuándo la voz de Jampier a mi espalda me interrumpió, la frustración me invadió de pronto.
- Chicas, ¿Que están haciendo aquí? Preguntó de repente.
- La asesora nos mandó a buscar a un chico de nuevo ingreso para darle tutorías. ¿Sabes quién es? Le pregunto Lorraine.
- Recién transfirieron a dos hermanos, uno es deportista puede que sé presentará hoy; dime su nombre.
- Rafael Cantú Castro.
- Tenía que ser. Exclamó con molestia. - Hey Rafa. Se alejó unos pasos y le gritó al susodicho.
- ¿Ocurre algo con él? No pude evitar preguntar al percatarme del tono de su voz.
- Está celoso porqué al fin encontró un digno oponente, el próximo año será interesante. Murmuró con malicia Morgan.
- Genial, finalmente alguien derrotará tu reinado. Se burló Lorraine.
- Ya veremos, allí está quien buscan. Respondió de mala gana señalando con la cabeza la ubicación del chico.
No dijimos nada más, caminamos en la dirección indicada sin embargo un agarre en mi brazo por parte de Austin me detuvo.
- Kim espera. ¿Podemos hablar un momento? Me miró suplicante.
- En otra ocasión, estoy ocupada ahorita. Respondí tajante soltando me de su agarré. Corrí para alcanzar a mi amiga antes de que intentará algo más.
- Disculpa, ¿Tu eres Rafael Cantú? Le preguntó educadamente Lorraine.
- Ese mismo. ¿Vienes a felicitarme por mi desempeño en la cancha?
- En tus sueños, venimos por qué necesitas ayuda en unas clases pero sino te interesa lo entenderemos. Habló con sarcasmo Lorraine expresandolo hasta en sus movimientos corporales.
- ¿Podemos hablar más tarde? Tengo que celebrar mi victoria. Habló de manera burlona, acrecentando mi rabia.
- Escúchame, mi amiga y yo no rogamos; así que tienes dos opciones: te haces tiempo ahora mismo para enseñarnos tu horario o te olvidas de las tutorías particulares. Y créeme, si hablamos con las maestras se irán con todo en tú contra solo por cretino, pero tú decides. Exclamé sujetando lo del cuello de la camisa.
- De acuerdo, busquemos un mesa libre en el patio.
Caminamos por el pasillo rodeado de árboles hasta encontrar una banca disponible, nos sentamos y Rafael abrió su mochila para sacar su horario escolar. No coincidíamos en ninguna clase, algunos días incluso salía más tarde que nosotras, tomaba varias clases extras para regularizarse; iba a resultar muy difícil establecer un horario en el que todos coincidiéramos o que no resultará agradable.
Al final acordamos de vernos en su casa para las tutorías, sería más cómodo estudiar en su hogar que la escuela, y más fácil de obligarlo a prestar atención con un adulto cerca.
Nos escribió la dirección de su casa donde iniciarían las cátedras a partir del lunes por la tarde, necesitaríamos todo el fin de semana para prepararnos.
Esté día había sido muy inusual, creía que nadie notaba mi presencia en la escuela pero hoy me di cuenta de que no era así.
Lilian la asesora académica estaba al tanto de mis altas notas en física, nadie le tomaría importancia pero asignarme como tutora de un chico nuevo era algo sorprendente.
Lorraine se percató de mi tristeza por Jampier y mi desagrado de su conquista, no pude engañarla por ningún momento.
Y en cuanto a Austin no sabía lo que ocurría con él exactamente, por qué de pronto tenía interés en acercarse conmigo. ¿Que intención tenía? No lo sabía pero lo averiguaría.
La vida tiende a ser muy extraña y a estar llena de sorpresas.
Nos leemos pronto Diario.
Att. Kim
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