Día 7

Nancy estaba sentada en su escritorio mirando hacia atrás.

Había deducido que aquella persona se sentaría en una de las últimas filas por la perspectiva del dibujo. Pero aun así era complicado, muchas personas solían cambiarse de sitio y al fondo solía haber más chicos que chicas.

—¿Me estás escuchando?— preguntó Jennifer con ofensa en su voz.

La castaña volvió a mirar al frente para mirar a su mejor amiga. Se había perdido totalmente en sus pensamientos.

—Lo siento ¿Qué decías?— se disculpó esperando que no se enfadara.

—Ayer la imbécil de Evelyn defendió a una chica que no me dejaba maquillarme ¿No te parece injusto?

Nancy apretó los labios pensando una respuesta que no hiciera que Jennifer pudiera matarla.

—Es verdad que a veces exageras mucho cuando te estás maquillando Jenny ¿Tanto hizo esa chica?

Ella era la más madura de ambas, solía dar una perspectiva distinta a aquello que veía Jennifer.

—Me dijo que dejara de maquillarme para que pudiera acceder al dispensador de jabón— suspiró.

—¿Y tú hermana la defendió, es eso?— dedujo Nancy.

Hermana. La de ojos verdes odiaba esa palabra con toda su alma.

—No es mi hermana. Te he dicho muchas veces que no la llames así.

Nancy suspiró, Evelyn y ella llevaban siendo hermanastras durante casi un año, pero Jennifer se negaba a aceptarlo.

—¿Acaso estás celosa? Si quieres tener una mejor relación con Evelyn deberías poner de tu parte. Al fin y al cabo vivís juntas, no podéis llevaros mal siempre.

La de ojos verdes soltó una sonora carcajada que hizo que el profesor frunciera el ceño.

—Que le den a Evelyn y a esa chica pecosa. Me dan completamente igual.

Ella resopló desviando la mirada y cruzándose de brazos.

Nancy siempre había pensado que su mejor amiga le ocultaba muchas cosas, pero nunca solía preguntarle. Jennifer había cambiado desde la muerte de su padre, pero nunca le había querido sacar el tema, sabía lo delicado que era.

—¿Chica pecosa?— preguntó Nancy ladeando la cabeza con curiosidad.

—Robby, o algo así— no lograba recordarlo.

—¿Robin?— preguntó.

La castaña pensó en la mencionada. Hasta hace unos días no sabía su nombre, incluso se acababa de dar cuenta de que aquella chica de ojos azules se encontraba en su clase unas filas más al fondo.

—Sí, eso.

—Robin parece una buena chica.

—Si tú lo dices.

La de ojos verdes resopló mirando al profesor, el cual estaba explicando cómo hacer un tipo de operaciones.

Nancy miró hacia atrás en dirección a Robin con curiosidad. Le parecía extraño nunca haber notado su presencia y no haber hablado con ella, la primera vez que lo hizo fue la semana pasada para elegir equipos. Parecía una chica amable y graciosa, eso pensaba ella.

Robin se topó con su mirada, Nancy sonrió. La pecosa apartó la mirada rápidamente y la castaña volvió la vista al frente.

Cuando la clase terminó, Nancy se dirigió a los pasillos, sonrió al ver la cabellera corta y ondulada de Robin y se acercó a ella. Quería disculparse.

—¿Robin?

La mencionada apartó la mirada de su taquilla y se dirigió hacia ella. Entreabrió los labios y notó como sus mejillas enrojecían al ver a Nancy Wheeler. Acababa de hablarle.

—¿Yo?

—Creo que no hay más Robin por aquí— rio ella.

Robin sonrió de forma tímida y desvió la mirada avergonzada.

—Venía a disculparme en nombre de Jennifer. Me ha contado lo que ha pasado y pensé que sería buena idea decírtelo.

Esa era una de las razones por las cuales Robin estaba perdidamente enamorada de Nancy.

—Tranquila, tú no has hecho nada, no tienes por qué disculparte en nombre de nadie. Está todo bien.

Robin sonrió. Ni siquiera supo como fue capaz de pronunciar aquellas palabras. Nancy asintió.

—Bueno, voy a clase. Gracias por entenderlo.

La castaña se fue por los pasillos.

En aquel momento Robin era la persona más feliz del mundo.

No sé por dónde empezar hoy. Me he enterado de lo que ocurrió con tu amiga Jennifer. Eres tan buena persona Nancy Wheeler al disculparte con esa chica por ella.

Jennifer tiene mucha suerte de tenerte, le tengo envidia por eso, a veces me gustaría estar en su lugar.

Que acabes de pasar un buen día Nancy. Por cierto ¿Tu piel será igual de suave de lo que parece?

Robin introdujo la carta en su taquilla y se fue de allí sin ser vista.

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