Jennifer estaba frente al espejo del cuarto de baño arreglándose el maquillaje.

Le gustaba estar perfecta siempre. No toleraba ningún tipo de imperfección en su rostro, no toleraba sentirse vulnerable.

—Vamos a llegar tarde Jenny y nos toca matemáticas— le dijo Nancy—Te recuerdo que a esa profesora no le caes especialmente bien, no deberías llegar tarde. Lo digo por tu bien.

Nancy aguardaba apoyada en la pared mientras esperaba que su amiga terminara. Suspiró por la tardanza.

—Ya voy— resopló ella guardando lo que había utilizado en su mochila.

Ambas salieron del cuarto de baño llegando a matemáticas unos minutos tarde.

—Por los pelos— suspiró la de ojos azules—Menos mal que nos ha dejado entrar.

—Lo importante es que me ha dado tiempo a retocarme el maquillaje— sonrió ella.

Nancy la miró ante sus palabras. Jennifer era demasiado exigente con su imagen, pero quién era ella para juzgarla.

La clase fue lenta, así que Robin se pasó la clase dibujando en su libreta y Nancy, simplemente, pensaba en que diría la nota de hoy.

—Tengo alguna sospecha de quién puede ser el chico misterioso.

Las palabras de Jennifer interrumpieron sus pensamientos.

—¿Cómo?

—En la última nota dio a entender que iba a nuestra clase. Son quince chicos en total, solo hay que ir descartando.

Jennifer sonrió orgullosa ante su deducción. Se había empeñado en saber quién era aquel chico.

—Es una locura Jenny, deja el tema...— negó con la cabeza—Es mejor no darle vueltas, tu misma lo dijiste.

—Pero he cambiado de opinión ¿De verdad no quieres saber quién es?

Nancy suspiró pensativa. Claro que quería, solo habían pasado cuatro días, pero notaba una conexión entre ella y aquellas misteriosas notas.

—La curiosidad mató al gato— respondió la de ojos azules.

A la castaña le gustaba aquella frase hecha, creía que era muy acertada.

—Para tú suerte tu eres una persona— Jennifer la miró fijamente—Y los gatos tienen siete vidas, Wheeler— sonrió.

Nancy tuvo que admitir que tenía razón, pero no entendía aquella insistencia y aquel repentino cambio de opinión.

Cuando la clase terminó, la nota ya estaba en su taquilla. La castaña no entendía como no había podido ver a nadie rondando por su zona.

Cómo siempre, cogió la nota y la desdobló leyéndola en secreto, ocultando su cabeza dentro de la taquilla.

Últimamente, te veo alejada de Steve y cerca de Jennifer ¿Acaso es por mi culpa?

Dejando eso de lado, menuda clase de matemáticas más aburrida ¿Verdad?

Por cierto, quería decirte que dibujarte ha sido muy fácil, tienes unos rasgos y un perfil único. Gira el papel.

Ella hizo lo que la nota decía y al girar el papel se encontró un dibujo precioso hecho a lápiz de ella apoyada en su pupitre de perfil.

Era viernes, eso significaba dos días sin nota y dos días sin ver la sonrisa de Nancy.

Parecía que el viernes había dejado de ser el día favorito de ambas chicas.