Día 29 | Primera parte
Robin estaba realmente nerviosa.
No había podido prestar atención a ninguna de sus clases del día, Nancy y ella irían al cine, no se lo podía creer. Necesitaba ayuda.
—Robin, debes tranquilizarte— le aconsejó Evelyn mientras acababa de recoger sus libros.
—¿Cómo quieres que me tranquilice?
Evelyn sonrió cerrando su taquilla. Robin ladeó la cabeza.
—Tengo una idea. Ven a casa antes de quedar con ella. Te ayudaré a prepararte.
Los ojos de Robin brillaron al oír aquellas palabras, definitivamente necesitaba la ayuda de Evelyn.
—Gracias Ev, eres la mejor.
—Lo sé— rio ella.
Espero que te haya ido bien el día, no sé qué planes tendrás hoy, pero estoy segura de que son buenos.
Gracias por tu sonrisa de nuevo, de verdad que es la luz de mi día a día.
Unos minutos después de comer, Robin se dirigió a la casa de Evelyn, recordaba haber ido alguna vez.
Picó al timbre y después de unos segundos, la chica la abrió. Observó el lugar y subió unas escaleras para entrar a su habitación. Una cantidad razonable de ropa se encontraba sobre la cama.
—¿Y esto?— preguntó.
—La mayoría es hecha por mí— sonrió orgullosa—He seleccionado algunas prendas para que te las pruebes, una de las cosas más importantes en "tu primera cita" es la ropa que vas a llevar.
Robin se alarmó, nunca lo había pensado de esa manera. Se acercó al montón de ropa doblada con apuro.
—¿Por dónde empezamos?
—Eso déjamelo a mí.
Evelyn comenzó a darle algunos conjuntos de ropa y Robin empezó a probárselos.
Por desgracia, ninguno le convencían, no eran su estilo.
—Mi estilo es más sencillo.
—Tu estilo es aburrido— suspiró una voz femenina detrás de ellas.
Jennifer apareció por la puerta con cara de mala gana. Robin dio un salto y se escondió detrás de Evelyn.
—¿Quieres ayudarnos, Jen?— sonrió Evelyn.
A Robin le pareció que desde que la situación con Jason se había calmado ellas estaban mejor.
—Hacéis mucho ruido— miró a Robin—Así no vas a impresionar a Nancy. Yo debería ayudarte a elegir la ropa. Además, quería ayudar a dos damas en apuros— bromeó.
—Ja— rio la de ojos marrones—Adelante.
Jennifer cogió ropa de su armario y se la entregó a Robin, esta fue a cambiarse y volvió roja. La ropa de Jennifer era algo ajustada y marcada.
—Jennifer, no se va a una fiesta en la piscina.
—¿Perdona? Si tiene tetas que las enseñe, así seguro que Nancy se fija en ella.
Robin ignoró su pelea y comenzó a mirar las diferentes prendas de ropa.
Encontró un conjunto sencillo, una blusa negra y unos tejanos azules. Decidió cogerlos y probárselo mientras ellas no miraban, se miró en el espejo y sonrió.
—Así sí que parezco yo misma.
Ambas se giraron para mirarla. La sonrisa de Robin las contagio.
—Es perfecto— sonrió Evelyn.
—Sí, no está mal— confesó Jennifer.
—Gracias, chicas.
—Próximo paso, el maquillaje, mi especialidad— sonrió orgullosa Jennifer, la cual había traído un bolso con bastantes cosas.
Robin arqueó una ceja nada confiada. Ella nunca iba maquillada.
—No te dejaré como un payaso, tranquila. Te haré algo natural.
—Confía en ella— sonrió la de ojos marrones.
La castaña suspiró y asintió.
Jennifer comenzó a maquillarla, un maquillaje natural, pero que resaltaba sus rasgos.
Evelyn observaba cómo esta lo hacía con una sonrisa inconsciente. Robin se miró en el espejo y sonrió, se veía bien.
—Recuerda Robin, no estés nerviosa. Vais a ver una película— sonrió Evelyn.
—No le hagas caso. Has de aprovechar este momento, has de hacer que Nancy te vea como algo más que una amiga.
Robin miró a ambas y estalló a carcajadas. Era muy cómico ver ambas personalidades.
La de ojos azules estaba preparada y no podía esperar más, iría con Nancy, verían una película juntas, se sentía eufórica y haría todo lo posible para que Nancy sonriera en todo momento.
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