Día 24

Nancy estaba en el lavabo de las chicas, lavándose la cara intentando mantenerse en pie. Lo que había hecho Steve la había dolido, había jugado con sus sentimientos.

¿Y si él había escrito más notas? A lo mejor debía dejar aquello.

—¿Estás bien?

Robin había entrado al baño. No pudo evitar acercarse a Nancy al verla en aquel estado. Se preocupó al instante.

—Robin...— sonrió—Está todo bien, no te preocupes.

—Puedes confiar en mí. No quiero ofenderte, pero no me parece que estés bien.

Nancy la miró a los ojos. Confiaba en ella más que en muchos, la había ayudado sin conocerla demasiado, sabía que Robin era muy buena persona.

—¿Te acuerdas de las notas?

—Sí, lo recuerdo— asintió.

Se apoyó en la pared y comprobó que no hubiera nadie en los lavabos.

—Hace un par de días me llegó una nota diciendo de quedar, estaba muy ilusionada por conocer a la persona que me había estado haciendo todas las notas.

Robin entreabrió los labios sorprendida, no entendía nada. Ella no hubiera sido capaz de quedar tan pronto con ella.

—El caso, ayer fui, resulta que todo fue un plan de Steve. Él abrió mi taquilla y cambió la nota.

—Menudo...— Robin apretó los puños.

—Imbécil— afirmó.

Nancy agachó la cabeza.

Robin estaba enfadada, no podía creer que Steve hubiera hecho aquello, si fuera más valiente le diría más de una palabra, y no bonitas.

—¿Y si él ha escrito más? Tal vez tenga razón y soy una ilusa...Tal vez este viviendo una fantasía.

—¿Por qué dices eso?

—¿Empezar a sentir algo por alguien que ni siquiera conozco? Esto es la vida real, no una película.

El corazón de Robin comenzó a latir muy rápido, notó sus ojos azules sobre los suyos e intentó no parecer nerviosa.

—A veces las películas se convierten en realidad. No has de temer por ello Nancy— dijo ella dedicándole una sonrisa—Una persona no siente porque sí, algo ha ocasionado aquello.

Nancy escuchó aquello palabra por palabra mientras miraba los ojos azules de Robin, que por unos segundos la habían dejado hipnotizada.

—No hagas caso a Steve, solo te causará problemas. Créeme.

—Gracias, Robin— sonrió algo avergonzada.

—Puedes confiar en mí ¿Somos amigas, no?

—Claro. La verdad es que me has ayudado más que mucha gente.

Robin sonrió, nada la hacía más feliz que haber ayudado a Nancy.

Ambas salieron del cuarto de baño encontrándose con Steve en el suelo, algunas lágrimas de dolor asomaban por sus ojos.

—¿Qué ha ocurrido?

Jason, que se encontraba allí observando la escena, se dirigió hacia ellas.

—Jennifer le ha dado una patada...en la zona prohibida.

Nancy sonrió.

Solo Jennifer se atrevía a hacer esas cosas, su mejor amiga se había enfadado mucho al saber lo que había ocurrido, ahora (de nuevo) se encontraba en el despacho del director esperando que no la expulsaran.

No sé qué ha ocurrido, solo sé que Steve estaba en el suelo, eso me ha gustado. Recuérdame no meterme nunca con Jennifer.

Ten cuidado con él y sobre todo confía en lo que sientes. Yo te prometo que todo lo que he dicho es sincero. Nunca te haría daño. Jamás.

Nancy cerró la taquilla y rápidamente guardó la nota con una sonrisa.

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