✉ Dos
Querida Luna
Sigo esperando que mi deseo se cumpla, hoy es navidad y la manada la está celebrando, pero yo hice una promesa y por eso estoy en mi cuarto escribiendo de nuevo...
Mi Omega quizás me este esperando, ya quiero verlo...
A veces me pregunto cómo será, pero me dijiste que sería esponjosito y mi lobo también lo cree, mamá dijo que no me preocupe, que mi Omega llegará a mis brazos en luna nueva... no entendí eso, pero en luna nueva se hacen realidad todos nuestros deseos...
- Yoon...- la voz suave de su pareja le alerta- Alfa...
- Minnie- el Alfa le sonríe, más aun al ver que su pareja tiene abierta la caja donde están sus composiciones y cartas de la niñez, así como muchos recuerdos. En esa cajita guarda cada carta que le hizo a la luna cuando solo era un cachorro que quería a su Omega con él.
YoonGi puede verse jugando con el Omega que ahora, le da todo el amor que tiene, que le ha dado un cachorro hermoso y cuida en su vientre a su cachorrita.
- ¿Dónde estabas?- pregunta el Omega frunciendo el ceño. Había extrañado a su Alfa durante el día.
- NamJoon me necesitaba, quería que resolviera algunos asuntos que tiene que ver con las fronteras...- le dice y se acerca, en el nido puede ver a su pequeño Alfa bebé durmiendo muy cómodo junto a su padre Omega.
- ¿Es peligroso?- pregunta JiMin preocupado de que alguna guerra comience y les arrebate la paz. Sobre todo porque esta esperando a su segundo cachorro.
- No...- responde con calma- Solo son acuerdos que se tienen entre las manadas vecinas...- le dice besando la frente de su pareja. Su mate es hermoso, su lobo aulla cada vez que lo mira, de verdad que está muy enamorado de JiMin.
- Entiendo... JungKookie y yo no hemos salido hoy... cada vez está más cerca la fecha y no quiero alejarme de tu aroma....- le dice el Omega mirando su vientre. Su cachorrita está a días de llegar y lo que menos desea es salir de su nido, porque allí se siente seguro, y su lobo se reconforta con el aroma de su pareja.
- Me emociona tenerla con nosotros...- le dice y con cuidado se acomodan para no despertar a cierto lobito dormilón. JiMin descansa entre los brazos de YoonGi, un poco acostado, para descansar de ese día, después de todo su Alfa ha llegado de noche.
YoonGi deja que su pareja siga leyendo sus cartas, cuando JiMin las encontró, lloraba y eso le preocupó, pero su Omega le explicó que estaba tan feliz, por ocupar los pensamientos del Alfa cada día hasta que pudieron encontrarse.
Se conocieron cuándo YoonGi ya tenía casi ocho años, su Omega era menor que él por dos años y por eso supuso, en su mente infantil, que la luna se había tardado, su Omega todavía no existía y por eso no podía tenerlo con él. Pero lo recibió mirandolo curioso, el pequeño lobo Omega le miraba intrigado, sobre todo por ese aroma tan dulce que tenía, primero mantuvieron la distacia hasta que YoonGi le preguntó sí le gustaban las flores.
JiMin le dijo que sí, su voz era tan dulce que hizo al lobito de YoonGi menear su colita de felicidad, queriendo saltar sobre el pequeño Omega, y jugar un rato.
Cuándo crecieron y maduraron cómo lobos, ambos supieron que era pareja destinada.
Sus padres lo intuían desde que fueron unos cachorros, y la unión entre ambas manadas sentó muy bien a los líderes, la luna hizo las alianzas que desde generaciones atrás ambas familias querían hacer.
Nadie esperaba ver a un Alfa haciendo el ridículo por su Omega, correr solo porque las frutas de su bosque eran más ricas que las de dónde vivían. Aunque JiMin no era un Omega caprichoso, su Alfa nunca supo negarle nada, cualquier comentario que hiciera, iba a ser tomado en cuenta por su pareja...
YoonGi sonríe al ver a JiMin durmiendo. Las últimas noches es todo un reto dormir para su Omega, su cachorrita parece que se ha confundido y duerme por el día para despertar por la noche.
Pero estando allí, acariciando el vientre del menor, su pequeña parece estar tranquila. Mira a su lado y encuentra a su pequeño hijo durmiendo también.
Ya es tarde, su Omega trata de esperarlo despierto, cada vez que va a una reunión del Consejo o en pro de la manada, ya no solo es una, ahora son dos manadas juntas que dependen de YoonGi.
Pero aunque la responsabilidad a veces lo abrumen, jamás dejará de agradecer cada luna nueva, en cada noche por que su compañero ha llegado, porque entre sus brazos y en su nido descansan sus mayores tesoros.
YoonGi solo quiere que en sus siguientes vidas, cada vez que sus espiritus lobunos regresen, puedan amarse tanto cómo lo hacen en esos momentos...
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