- Mamá, ¿soy un Alfa?- preguntó el pequeño cachorro de seis años, mirando a su progenitora de aroma floral sentada en el sofá de su estudio de lectura.

- Así es, bebé- le dice con una sonrisa.

- ¿Dónde está mi Omega?- la pregunta desconcierta un poco a la Omega adulta. Mira a su pequeño confundida y el niño sigue esperando una respuesta.

- Pero YoonGi, es muy pronto para que pienses en tener Omega, debes crecer primero- dice la mujer con cariño y llamando a su cachorro para que se siente a su lado.

- Pero soy un Alfa... y quiero un Omega- expresó el pequeño con desilusión, dejando que el aroma de su madre calmara a su lobito emocionado que ahora estaba triste.

- Puedes escribir una carta...- le motiva la Omega, su lobo interior no puede ver tan triste a su cachorro- Dile a la Luna como deseas que sea tu Omega...- le sonríe y acaricia el cabello oscuro de su bebé.

El cachorro le mira de nuevo, esperando una idea de cómo empezar una carta, y su rostro brilla ante la posibilidad de tener a su Omega pronto. Salta del sofá y antes de salir del estudio de su madre, besa la mejilla de ella quien sonríe ante su emoción, el pequeño cachorro sale corriendo y sube los escalones con cuidado hasta el segundo piso y vuelve a emprender su carrera hasta llegar a su habitación. Saca las páginas que usa para colorear... quizás a la Luna le guste ver sus dibujos, o deba decirle algo bonito o quizás deba regalarle flores... ¿qué clase de flores?

Con el ceño fruncido, decide salir al campo, sabe que habrán muchas flores bonitas, aun cuando hay algunos Betas que lo siguen temiendo por la vida del heredero del clan Min, no pueden dejar que el menor con solo seis años escape de sus vistas.

YoonGi va hasta el bosque y comienza a analizar cada flor...
Hay rosas, flores silvestres, margaritas, tulipanes... hasta que encuentra dientes de león. Esas le gustan, se ven bonitas...

Cómo ya está atardeciendo, cree que lo mejor es esperar a la Luna para verla.

Se queda sentado sobre una roquita y cuidando la flor entre sus manitas.

La noche aparece, y la Luna aparece en el manto oscuro de la noche. El menor sube a un árbol, y los guardias que le cuidan, se asustan cuando lo ven trepar.

- Señora Luna...- YoonGi comienza a decir.- Señora Luna, señora Luna le traigo una flor...- mientras iba subiendo poco a poco sobre el árbol, según YoonGi iba a alcanzar el cielo sí se subía al árbol más alto. Y todos los árboles eran altos... así que sí o sí la Luna lo escucharía.

Extendió lo más que pudo su brazo para que la Luna la pudiera alcanzar también. Una suave brisa, hace que el diente de león se desprenda y vuelen...

- Yo solo quiero a mi Omega...- dice sintiendo que va a llorar y siente cómo una suave neblina le cubre por un momento.

- Y tendrás a tu Omega... precioso Alfa...- la Luna le dice, una mujer vestida de plata se coloca a su lado y acaricia su mejilla- Mantén tan puro tu corazón y tu Omega llegará muy pronto, pequeño...

- ¿De verdad?- pregunta, y le mira. La mujer es muy bonita, y tiene un cabello muy largo. Le cree...- ¿Será esponjosito?

- Lo será y te va a querer mucho...- los ojos de YoonGi se iluminan con eso, su Omega lo va a querer mucho. La Luna sonríe ante su emoción.

- Cuando llegue lo deberas cuidar mucho, ¿lo harás YoonGi?- pregunta la diosa plateada.

- ¡Sí!- dice levantando sus manitas.

- Bien... es hora de regresar pequeño, tus padres te esperan para cenar... y a tu Omega esponjosito lo verás pronto...- la Luna le ayuda a bajar, y uno de los soldados lo atrapa a tiempo cuándo lo divisa caer entre las ramas.

Aunque realmente YoonGi solo sintió estarse deslizando. Cuando regresa a su hogar, su madre le está esperando y le abraza.

- ¿Dónde estabas cachorrito?- pregunta la Omega adulta, el padre Alfa le mira con una sonrisa, supo que su hijo Alfa, recién presentado ha preguntado por su Omega.

- Buscaba a mi Omega...- responde YoonGi sonriendo feliz.- Muy pronto lo encontraré...


Exactamente... muy pronto vería a su Omega esponjoso...

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