T r e s

Hoy conocí a alguien bastante amable.

Era un niño que parecía de mi edad, pero era menor. Jugamos un rato, y yo debí irme. El no quería que me vaya.

Se sintió bonito.

Aún así debí volver a este lugar que llamo hogar.

Mamá y papá no estaban.

Sólo me fui a mi cuarto, y comencé a apuñalarme nuevamente hasta que quedé inconsciente.

Pude jurar que en mis sueños, abundaban hermosos colores vivos, contagiando su alegría a quien los viera.

Pero al despertar, sólo vi mis manos llenas de mi sangre. Ni papá ni mamá llegaban aún. Limpié mi propia sangre y ahora te escribo.

Aunque ahora tengo bastante sueño. Iré a dormir un rato.

Te escribo mañana.

Adiós.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top