Carta 22.

Querida yo,

Comercializaste mi voz en una parada de puerto
sin intentar enamorar ninguna sirena.
Escribiste en pergamino antiguo
las cartas que me enviaba a mí misma,
para perender mas fuego a todos nuestros miedos.
Y saltaron chispas,
me chamusqué los dedos
por intentar mantener las constantes altas
de algo que parecía nuestro, 
pero solo intentaba salvar yo. 

Me castigue por sentir siempre
un poco más,
por dar un poco más,
por ser todo lo que llena en un suspiro ahogado
en un intento por no llorar. 

Y tú,
tú tenías un pésimo sentido de la orientación
pero sabias justo donde hurgar en la herida.
Perdiste las coordenadas justas para acaricarme
porque siempre me quisiste bajo planos a tu medida,
y yo me pierdo a mi misma
incluso cuando todo el mundo me ve.

Acabaste desorientado
por intentando seguir el ritmo de un reloj
cuando la que llega tarde soy yo.
Cuando la que falla soy yo.
Cuando la que pide perdón siempre soy yo.
Cuando la que te quiere soy yo.
Cuando soy yo.
Soy yo.
Yo...

PD: Sigue siendo tu pequeña...
Y tranquila, volverás a sentirte grande en tus propios brazos.

...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top