Carta 19.

Querido "no estoy bien" ;

Cuanto rato puedo quedarme aquí. Esperando. Estoy mirando el tono pastel rosa del trapo de cocina y me tranquiliza. Si levanto un poco más la vista están las verduras, seguramente en algún proceso de autodestrucción. Me duele la cabeza. No soporto el ruido de la televisión y mi madre espera conmigo mientras friega los platos paciente. Yo decido mirar otro punto. Fijo. El mar. Esta muy lejos y a penas lo veo. Mejor ese trocito de cielo que nada. Cuanto me gustaría estar allí. Estoy cansada de esperar, toco el plato por abajo. Aun sigue caliente. Tengo tiempo. Me levanto. Mi madre no dice nada. Me limito a seguir mirando más allá de todo y pienso en lo que la trigonometría podría llegar a calcular desde la altura de una montaña hasta tus ojos. Que distancia habrá? No se calcularte. Eres impreciso. Quizás porque tu mirada es infinita, y no hay número para la infinitud, solo olor a mar. No lo soporto. Salgo de aquí. Hace muchísimo frío fuera. Tanto como en otro sitio bien dentro de mi. Hoy me han preguntado que me pasa. He respondido que nada. Quizás también me estoy engañando a mi. En la ventana que da a mi terraza todo parece estático. Estoy lejos de la realidad. Puede que este loca y no sólo me lo esté volviendo. He decidido poner la oreja a ver que me dice el viento. Sí, lo estás. Se que puede que me lo esté diciendo mi cabeza en un intento de comprenderme. Soy consciente. Quizás sea una loca inteligente. Pero ahí enfrente, por fin un camión se ha movido hacia la derecha y me he dado cuenta que estaba la ropa tendida. Así me siento un poco yo. Tendida, digo. Puedo sentir como mi corazón, mi alma y mi piel están tendidas en orden esperando más bien que llueva, que hace mucho que no lo hace. Lo echo de menos. Que este sol y esta vida me consumen. Y que aquí al lado del mundo exterior aún he cogido más frío. No importa. Mi aliento ha dejado la humedad en el cristal y he visto huellas que no sabía reconocer. Puede que alguna sean mías y otras tuyas, no lo sé. He hecho algún que otro dibujo en el cristal y una redonda perfecta con la nariz, hasta que he decidido volver a intentarlo. Uno. Dos. Tres. Pasos. Y retrocedo. No es tan fácil. Pero iré. Se que tengo que ir. Sigo teniendo frío. Ahora cada vez más dentro de mi. Me escondo en una vieja manta del sofá. Y ojalá que nadie me encuentre. Podría acostumbrarme a ser fantasma ya que a persona no lo logro. Aquí se está mejor. Respira. Respira. Tranquila. Respira. Todo pasará.

PD: Ya puedes volverlo a intentar.
...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top