Carta 18.
Queridos Beatles ;
Que bailaba fatal
pero que no me importaría para nada
que me pisará siempre los pies,
su risa lo compensaba todo.
Que cantaba y cantaba,
que la llamabas en madrugadas somnoliento
sin ningunas ganas de dormir por sobre exceso de pensamientos,
y te la encontrabas llorando
con música de fondo para no sentirse tan sola.
Que todos estamos hechos de polvos de estrellas,
pero ella brillaba diferente para mi.
Tenía la luz hasta en las manos.
Y que bonito acarician las estrellas.
Tenía boca curiosa,
preguntaba más de la cuenta
y la utilizaba hasta en causas perdidas.
Era extrema y dura,
no se si como Extremadura
porque a veces era extremista
y llovía más que en Asturias.
Era tímida,
y que sociedad sin la palabra asco acompañada,
no tenía sentido para ella.
Pero a veces incluso la vida le sorprendía.
Y no sabes cómo le gustaba.
Que las promesas siempre están de más, están tan sobrevaloradas
que la gente las infravalora demasiado,
no se si me explico,
pero es algo así como los te quiero que se dicen sin sentirlos.
Y ella siempre se estrellaba
como la estrella que era
sin importar el brillo que perdiera en el camino.
Tenía algo mágico,
ella no lo sabía
pero algún loco ya había perdido la cabeza por sus cicatrices.
Y ella,
ella se conformaba con enamorarse de los momentos
en los que la vida no era tan jodida
y incluso a veces parecía que le sonreía.
Ella te soltaba un let it be
y seguía sonriendo,
a la noche ya dejaría escritas las heridas.
PD: Aún no sabe que todas las canciones hablan de ella.
...
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