Carta 16.

Querida sonrisa;

Que bonito es verte sonreír
y darme cuenta de como brilla mi trastienda por la que entran rayos de vida
por la ventana que hiciste a mi casi vida
esa que ya empiezas a completar.

Que no se ni cuando entraste
pero cuando te vi
te juro que fue flechazo a primera risa.

Y ahora juraría que me muero
si me sonrisa no consigue ser lo suficientemente bonita
para que te quedes algo más que en esta sucia y vieja trastienda,
porque no sé si el otro tanto que tengo por ofrecer
será capaz de hacernos felices.

Que hay cosas de mi que jamás sabrás
y tu siempre has odiado los misterios.
No te sirve lo sencillo
porque sabes que aquí nada lo es.
Pero yo nunca cerraré la ventana por la que entraste
porque eres libre
y así se ventilan mejor los miedos.

Que en esto que tenemos
siento que yo gano exponencialmente
con todos los decimales que se te quedaron en la coma de la goma de tu pelo
intentando aguantar lo insostenible
sostenible por tus besos.

Que tu risa ya no son flechas,
son balas que cuesta mucho más sacar,
y que soportaría todos los disparos y aceptaría mi corazón deforme con su típico palpitar fuera de ritmo
si tu te quedaras un rato más en la cama
todas las mañanas que desapareces
porque dices que ahora le toca al sol darme calor.

Que trepes a mi espalda
y subas las escaleras de todas mis costillas con los dedos relamidos de deseo incontrolable,
controlable por el odio,
y que aún así lo hagas.

Así que odiame
pero no te dejes olvidadas las llaves
porque sabes que acabarás volviendo.
Yo de mientras te esperaré imaginado como de bonita será la próxima bala que me dispararas,
así como si solo fuera un disparate más
de la cordura que siempre te ha faltado y nunca has echado en faltar.
La verdad que yo tampoco.
Así de loca me gustas aún más.

PD: No hay PD solo que puto amo tu sonrisa y punto.
...

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