Capítulo 07

Will

Cerré la puerta de mi habitación.

Me senté en la silla giratoria frente a mi escritorio, prendí la lámpara que tenía a un lado y me mantuve mirando fijamente la cosa frente a mí.

—Muy bien y.... ¿Qué te gusta hacer?

Obviamente, el cactus no respondió.

Pestañeé aburrido.

—Cierto, primero debo presentarme, perdón —aclaré mi garganta—. Hola soy Will ¿y tú?

Ya saben lo que hizo el cactus ¿no?

Cactus = Nada, 0 movilización.

—Claro —chasquee mis labios—. Eres de pocas palabras, creo que deberíamos conocernos si ahora estaremos mucho tiempo juntos ¿no lo crees? —miré hacia mi derecha y volví a centrarme en él—. ¿Por qué no empezamos con lo que nos gusta?, por ejemplo, a mí me gusta el fútbol, las chicas y....ay parezco estúpido hablando con un cactus —me recosté en mi silla para mirar el techo.

¿Realmente tenía que hablarle?

Sin levantar la cabeza del respaldo, clavé mi vista en el cactus.

Hasta que escuché unos toques en la puerta.

—¿Hijo? —mamá habló detrás de ella.

—¿Mmm?

—¿Está todo bien? Creí escucharte hablar.

—Todo está bien, y no solo...veía un video —respondí, sin dejar de mirar al pequeño ser vivo.

—De acuerdo —respondió, capté como se alejó de la puerta—. Creo que estoy comenzando a delirar —alcance a escuchar que se dijo a sí misma.

—Creo que yo también —dije en voz baja, miré al techo una vez más—. Ah—exclamé y cerré mis ojos.

Esto iba a ser más difícil de lo que creía.

Claris

Me cuestionaba el cómo le iría a Will con la nueva tarea en los siguientes días. Pero más el ¿Cómo le estaría yendo en ese momento? Luego de irnos del parque no se veía muy bien que digamos con el cactus.

No sé porque lo miraba tan difícil.

Era muy fácil.

Coloqué a mi Mevak—mi cactus—en la ventana de mi cuarto, por la parte de adentro. Aquí era buen lugar, ya que entraba luz. Posee mis brazos en la pequeña barrita de la ventana y encima de ellos plasmé mi mentón.

—No te sientas solo, pequeño —le susurré—. Y no te preocupes por tu amigo, sé que está en buenas manos.

Oigan, en buenas manos, ¿se refiere a que está con Will?

Si, me refería a él.

Ay, dios, me asustaste mensa, pero bueno, si tú lo crees nosotros también.

Gracias, aunque siendo sincera, si me preocupaba un poco.

Así que no creí que un poco de ayuda viniera mal.

Tomé mi celular para mandarle mensaje a Will y poder explicarle el mejor lugar para poner a su cactus.

Claris:
Hola, ¿Llegaste bien a casa?

Le di enviar al mensaje y esperé con paciencia su respuesta.


Will

El sonido de una notificación hizo que abriera los ojos y tomará el celular del escritorio.

Inmediatamente al leer de quien era el mensaje, una sonrisa apareció en mi rostro.

Will:
Si, llegué bien.

Pequitas <3:
Que bien, solo quería darte una recomendación para tu cactus.

Will:
Muy bien, señorita de las plantas.
Dígame algo que me pueda ayudar
con este reto. Porque me siento perdido.

Pequitas <3:
Al ser un cactus pequeño y no tener espinas grandes y fuertes.
Es mejor que este en un lugar donde le dé luz, pero no necesariamente directa del sol.


¿Solo eso?


Pequitas <3:
Por ejemplo, yo a Mevak lo puse en mi ventana, por la parte de adentro.
Es un buen lugar, lo tengo cercas y recibe luz.

¿Mevak?

Will:
¿Le pusiste Mevak al cactus?

Pequitas <3:
Si, ¿por qué?

Will:
Pobre, ¿no se te ocurrió algo mejor?

Pequitas <3:
Mevak es muy original.

Will:
Si para ti eso se puede considerar original.

Pequitas<3: 

En lugar de criticar, señor innovador. Deberías pensar en uno y ponérselo a tu cactus, así te sentirás unido a él y, puede facilitar el cuidado.

Will:
Claro.

Pequitas <3:
Por el momento asegúrate de buscar un buen lugar para él.

Miré hacia atrás y la enorme abertura en mi habitación logró que me girará nuevamente para contestarle a Claris.

Will:
No tendré problema con eso.

Pequitas <3:
Genial, entonces nos mantenemos en contacto.
Descansa, Good night.


Ya no me tomaba por sorpresa eso.

Así era ella.

Cortaba la conversación tan rápido que me acostumbré, se pasaba, ya ni yo que tenía un brazo herido.

Pero me gustaba.

Me refería a su actitud.

Ay ajá, Willy.

Will:
Descansa, pequitas.

Pequitas <3:
¡No me digas "pequitas"!


Sonreí de lado y dejé el celular en el escritorio.

Tendría que enseñarle a mandar audios de voz lo más pronto posible, para después pasar a la siguiente etapa: Hacer videollamada.

—Bueno, amiguito, según doña plantas tengo que ponerte un name, así que ¿Cómo te bautizaremos?

Llevé mi mano sana encima del escritorio.

Luego de tanto pensar, una idea llegó a mi cabeza.

Chasque los dedos. Lo tenía.

(ღ)

Cerré la puerta de mi cuarto luego de que Fredi y Alex entraran.

—Ah —exclamó Fredi, aventándose a mi cama—. Extrañaba tu camota, es tan cómoda, Mmm—gimió con comodidad, colocando sus brazos bajo su cabeza, cerró los ojos y entrelazó sus piernas.

—Baja las patotas, idiota —moví sus pies, para que los zapatos quedarán fuera de la cama.

—¡Ay! —se quejó, abriendo los ojos.

—¿Dónde están tus padres? —Alex miraba las cosas sobre mi escritorio.

Tomé asiento en mi cama.

—Papá en un viaje de negocios y mamá fue a visitar a mi tía que...—dejé de hablar cuando sentí a Fredi picarme las costillas—. Deja de hacer eso, idiota.

—Pero si no he hecho nada.

Intenté quitar su mano, pero él continuaba.

—¿Que decías de tu tía? —retomó Alex nuestra conversación, ajeno a nuestra escena.

Él simplemente se paseaba por la habitación.

—Que...basta Fredi —por fin hice que parara—. Ella está moribunda y mi madre fue a llevarle unas cosas.

Miré al flojo tirado en la cama y este sonrío satisfecho mientras se acomodaba.

Le di una miraba seria.

—¿Ya está mejor? —escuché a Alex, quien seguía con su "inspección", pero ahora en la pequeña salita que tenía en mi habitación.

Agarró una de las libretas que tenía ahí.

—Supongo que sí, yo que sé —me encogí de hombros, él me miro con esos ojos azules que lo caracterizaban y me dio una mirada tipo "Willy"—. ¿Qué?

—Debes interesarte más en tu familia —dejó la libreta en la mesita de en medio—. No puedes simplemente parecer despreocupado por una situación así.

—Claro que puedo, ¿por qué debería preocuparme por alguien a quien solo he visto dos veces en toda mi vida y que aparte no sé nada de ella más que solo habla para pedir dinero a mamá?

—Opino lo mismo, papá Alex —exclamó Fredi.

Me incliné hacia él, teniendo cuidado con mi brazo derecho y le despeiné su cabello que solía taparle su frente, para después darle una palmadita en su mejilla.

Él me miró fastidiado.

Y como respuesta le aventé un beso.

—Bueno en parte tienes razón, pero aun así es tu familia, si no sabes de ella entonces pregunta.

—Papá Alex, no es por llevarle la contraria, pero...—comenzó Fredi, moviendo sus pies y mirando hacia el techo—... a Will no le interesa saber sobre ella, así que por más que le pidas que lo haga, no lo hará, así es el ser humano, hace lo que quiere hacer y lo que no, pues no.

—Exacto, aparte mi familia solo es aquella que está siempre para mí y no solo cuando les conviene, mamá y papá son un ejemplo de quien es familia, mamá está todo el tiempo pendiente de mí desde niño y papá igual, sé que está orgulloso de mi y...

Me detuve al percatarme de que la expresión de Alex se había decaído.

Soy un imbécil, que digo imbécil, un reverendo idiota.

—Lo siento yo no...—intenté arreglar lo que dije.

—Está bien, no tienes que ocultar lo que tu padre siente por ti —dijo—. Él mío también lo está de mi—nos dio una sonrisa.

—¿Te refieres a la pareja de tú madre? —preguntó Fredi.

Cerré los ojos.

Cierto, se me olvidó decir ese pequeño detalle, los padres de mi amigo Alex están divorciados y su madre volvió a darse una oportunidad en el amor, hace como siete años, que es con la que sigue actualmente. Es todo.

—Claro, ¿a quién más? —nos dio la espalda y siguió por la habitación.

Miré a Fredi.

—Idiota —le susurré.

Él se levantó y apoyo su palma derecha en la cama.

—¿Yo soy el idiota? —susurró de vuelta, señalándose—. Yo no fui el que dijo el comentario que lo puso triste.

—Fue sin querer.

—Tú todo haces sin querer, menos meter ciertas cosas, en ciertos lugares.

—Eso que...

—¿Qué es esto? —la pregunta de Alex, interrumpió nuestra discusión en susurros e hizo que lo miráramos.

Estaba agachado en una de las esquinas del cristal que separaba el balcón de mi habitación, al cerrarse.

Se levantó, nos miró y en sus manos tenía a...

—¿Un cactus? —exclamó, confundido.

—Si, amigo, es un cactus —afirmó, Fredi, levantándose de la cama y yendo hacía Alex—. ¿Como que hay un ser vivo en tu habitación?

—¿Desde cuándo te gustan las plantas a ti? —volvió a cuestionar Alex.

—Desde ayer, ¿por qué?

—Wow, es tan pequeño —dijo Fredi, admirándolo.

Me levanté y fui hacia ellos.

Los tres miramos al cactus que tenía Alex en su mano.

—Es igual que mi sobrina, pequeña y adorable —añadió, Fredi.

Nos mantuvimos en silencio, admirando a...

—Pequis —dije de la nada.

—¿Ah? —exclamaron los dos, mirándome sacados de onda.

—Así le puse.

—¿Y por qué?, ¿no se te ocurrió algo mejor? Como Hulk u hombre araña, están más padres ¿verdad? —Fredi miró a Alex, buscando apoyo.

Alex alzó sus hombros, dándole igual.

Le puse Pequis, porque me recuerda a Pequitas, el apodo que le puse a Claris, pero claramente no les iba a decir eso.

—El nombre es...curioso —fue lo que dijo Alex—. ¿Quién te lo dio?

—¿Por qué crees que alguien me lo dio y no fui yo el que lo compró?

Me indignaba que no me creían capaz de interesarme en las plantas.

—Pues porque eres William Brethan el chico más flojo para regar una planta, ¿talvez?

Bueno, ahí estaba la respuesta.

—Me la dio Claris —ignoré lo anterior que salió de su boca.

—Ou, así que fue ella —me sonrío—. Quiero conocerla.

—Yo también —Fredi alzó su mano.

—Claro, cuando pueda le diré.

—No, quiero conocerla ahora.

Junté mis cejas ante las palabras de Alex.

—Yo también —volvió a decir Fredi.

—Quiero saber quién es la chica que logró que cuidaras un cactus.

—Y yo, quiero conocer a la chica por la cual me hiciste pasar vergüenza en el hospital y ahora creen que soy un loco —lo apoyó Fredi.

¿Otra vez?

Otra vez.

Moví mi cabeza de un lado a otro, mordí mi labio inferior y puse mi mano izquierda en mi cintura.

Bajé la cabeza, hasta que mis ojos captaron una mano con un teléfono.
Alcé la mirada y ambos me dieron una sonrisilla.

—Anda, llámala, el tiempo es oro —Alex movía el teléfono.


Claris

Miré hacia los lados, esperando no perderme.

Rectifiqué una vez más la dirección, tomé la correa de mi bolsita blanca y continué caminando hasta que identifiqué la cafetería a la que quería llegar.

Al fin.

Esto de seguir o buscar dirección, no era lo mío, mucho menos andar sola en la calle por lugares que no conocía, me perdía con facilidad.

Obvio, que le avise a mi madre y le mande la dirección. Ventaja de tener celular ahora.

Entré al lugar y busqué a Will.

Lo miré en una de las mesas más a fondo. Caminé hacía él, pero me detuve antes de llegar, porque me percaté de que no estaba solo. Para nada solo.

Él me miró y, como consecuencia, se levantó de su silla.

—Claris —exclamó.

Sus acompañantes al escucharlo se giraron hacia mí.

Dos chicos, dos chicos venían con él.

Creí que solo seriamos él y yo, no me comentó nada de que vendría con compañía. Solo escribió "Podemos vernos en tal cafetería, el asunto es muy insistente", fue todo.

Me sentía como extraña, rara, más porque los chicos no dejaban de mirarme como si fuera algo nuevo para la humanidad.

Terminé de acercarme con sus miradas encima de mí.

—Hola —mi voz salió más baja de lo que esperaba cuando le regresé el saludo a Will.

—Esperaba que no te perdieras o algo.

—Estuvo algo...complicado, pero llegué —respondí.

Volví a mirar a sus acompañantes.

—Oh, cierto —exclamó, al aparecer acordándose de ellos—. Claris, quiero presentarte a...

—Mucho gusto —un chico alto, blanco, rubio y de ojos azules, lo interrumpió, levantándose y tomando la palabra—. Soy Alex, amigo de Will.

Estiró su mano hacia mí con una sonrisa en su rostro y le correspondí de inmediato.

¿Alex?

Se me hacía conocido ese nombre.

Haciendo un poco de memoria lo recordé.

Él era el dicho Alex al que Will podía obligar a que le prestara su auto, no tenía nada que ver a como me lo imaginaba, era muy diferente a Will.

Will no era rubio y claramente tampoco tenía ojos azules.

—Hola, soy Claris, soy... ¿amiga? de Will.

Alex seguía con su sonrisa.

—Por supuesto que eres Claris, tenía muchas ganas de conocerte —soltó mi mano—. Will te ha mencionado varias veces que despertó en mí, curiosidad por conocerte.

Posé mi mirada en Will, sonreí al observar como este se llevaba su mano izquierda a la nuca.

¿Qué tanto habrá dicho?

—¡Y yooo! —la voz del otro chico hizo que quitara mi mirada de Will para mirarlo a él, traía una sonrisa de oreja a oreja, era un poco más bajito y su cabello castaño tapaba un poco su frente y su sonrisa era cuadrada—: Soy el amor eterno de William —prosiguió, estiró su mano hacia mi—. Mucho gusto, Fredi, para servirle, bella madame.

Tomé su mano y sonreí divertida.

—El gusto es mío, caballero.

Separamos nuestras manos y miré a Will.

—Ya que se conocieron y dejaran de molestarme —miró a Fredi y Alex—. Podemos seguir—me dio una mirada rápida—. Ven Claris, siéntate aquí—recorrió la silla a su lado para que me sentara.

—Gracias —le agradecí, dejando mi bolsita en una de las esquinas del respaldo de la silla.

Él volvió a tomar asiento a mi lado.

—Dinos, Claris, ¿Perrilla ya te había hablado de nosotros? —me cuestionó Fredi.

—¿Perrilla? —exclamé, confundida, alternando mi mirada de ellos a Will, buscando una respuesta.

Willy apretó sus labios y "sonrió"

—Es un apodo que nos decimos en el equipo en el que estoy, es de cariño —aclaró—. Supongo.

Abrí la boca un poco, comprendiendo ahora. Moví la cabeza arriba abajo, despacio.

—Eh, contestando a tu pregunta —me dirigí a Fredi—. Will los ha mencionado un par de veces.

—¿Te dijo que somos guapos y ardientes? O ¿Qué? —sonrío juguetón, colocando sus brazos en la mesa y alzando sus cejas un par de veces.

—Algo así.

—¿Eso que significa? —le cuestionó a su compañero de al lado.

Alex rodeo los ojos.

—Discúlpalo, te había comentado que Fredi es así —me dijo Will.

—Está bien, no tengo problema con ello —me encogí de hombros, sin quitar mi sonrisa.

—¿Segura? Lo menos que quiero es que te sientas incomoda —me susurró.

—Tranquilo, Will, no me siento incomoda.

Le susurré de vuelta y él solo respiró hondo y regresó su mirada a enfrente.

—Claris —Alex me llamó—. Lamentamos si nuestra presencia te tomó por sorpresa, nosotros obligamos a Will a citarte hoy, queríamos conocerte, conocer a la chica de la que hablaba Will.

—Ou, la verdad si me sorprendí al verlos, pero todo bien, me dio gusto conocerlos.

—Si, y más yo, porque de verdad quería saber quién fue la culpable por la que Will me dejo como un loco para poder entrar a tu habitación de hospital —tomó la palabra Fredi.

—¿Nunca dejaras de echármelo en cara? —Will lo miró serio.

—Noup —le contestó, simple y sencillo—. ¿Por qué...si eres tú la chica del hospital no? —me cuestionó esta vez a mí.

—Creo que sí y, lamento el hecho de que hayas pasado una vergüenza por ello, aunque no creo que haya sido mayor que el hecho de que pensaran que te gustaba Will.

Fredi abrió la boca, sorprendido y solo escuche la risa de Alex.

—Le contaste —le susurró a Will—. Se supone que eso no tenía que saberlo, tenía que quedar cool frente a ella.

—¿Y? —dijo sin importarle, Will.

—Bueno, bueno, paren ya —volvió a hablar Alex—. Por cierto, Claris, nos faltó una personita, por venir.

—Si, se trata de mi hermosa novia —informó Fredi—. Es lindísima, la chica más guapa que tus ojos podrán ver en el planeta...

—Ah, no lo creo —lo interrumpió don innovador—. Claris ve cada mañana en el espejo a la chica más guapa del planeta —Will recargó su espalda en la silla.

¿Ah? ¿Enserio?

—Bueno, aparte —Fredi apretó los labios—. Mi novia es la chica más linda, se llama Mari, no pudo venir hoy, pero estoy seguro que habrá otras ocasiones para que puedas conocerla.

—Encantada.

—Ahora, vinimos aquí para...aparte de conocerte —me señaló, Alex—, también a comer algo, así que...

—¿Quieres ordenar ya? —me preguntó, Will.

Asentí.

—Perfecto.

Llamó a uno de los meseros y nos trajeron los menús.

—Pide lo que quieras, no tengas pena —me dijo.

—Si, Claris, pide lo que quieras, total, Willy paga —dijo Fredi, sin quitar su mirada del menú.

(ღ)

Me gustaba mirar por la ventana cuando iba en coche. Podía pensar o imaginar todo un mundo mágico mientras avanzábamos. Unos podrían pensar que solo voy viendo el paisaje, pero en realidad yo ya estaba en mi quinta guerra contra un dragón.

—Y....—escuché a Will, quité la mirada de la ventana y la pose en él—. ¿Qué tal te sentiste?

—¿Con los chicos? —él asintió—. Bien, hicieron una agradable convivencia.

—Me alegro, la próxima vez, prometo que te recogeré y te regresaré a casa en mi coche —me miró.

—No te preocupes, no tengo problema en ir en taxi.

—Sé que no, pero es algo me gustaría hacer contigo.

—¿Conmigo?, ¿Por qué? —fruncí un poco mis cejas.

Will

—Quiero llevarte en mi coche, por quiero estar a solas contigo, porque quiero que después de cualquier salida o paseo, tener por unos instantes más tu compañía.

Eso fue lo que quise decir, pero de mi boca salió:

—Pues para que más, para presumirte mi coche.

Me dio una media sonrisita y negó con la cabeza.

Entrecerró un poco sus ojos sin dejar de sonreír.

—Por un instante creí que dirías, que por caballerosidad o algo así.

—Es lo primordial.

Miré de nuevo al frente.

Ella hizo lo mismo.

Claris

Miré al frente.

Él hizo lo mismo.

Pero tenía una curiosidad y ganas de preguntar algo.

Así que iba a hacerlo.

Will

Noté de reojo, movimiento suyo.

—Así que, ¿les contaste de mí? —su pregunta me dejó como estatua.

—¿Por qué piensas que les conté de ti? —fue lo primero que vino a mi mente.

—En primera no es algo que antes me haya cuestionado ni nada, y segunda, porque Alex lo dijo, dijo que me habías mencionado un par de veces.

—Bueno talvez dije tu nombre en alguna ocasión, no lo recuerdo.

La miré.

—Oh, bueno, yo no le hable de ti a nadie más que a mi madre, no porque no quisiera, sino porque no tengo más amigos, pero estoy segura que si los tuviera, les contaría de ti sin dudarlo —me sonrío—. Creo que eres de esas personas que la gente debería de saber de su existencia.

Sentí, bonito, no sé cómo explicarlo.

Se sintió lindo que ella dijera que me presumiría si tuviera la oportunidad y lo último se sintió como algo totalmente inexplicable.

Sus palabras me dejaron pensando todo el camino hasta llegar a su casa.

Claris

Bajamos del taxi. Will le pidió al taxista que lo esperara en lo que me acompañaba a la puerta de mi casa.

—Gracias —le dije, cuando estuvimos frente a la puerta.

—No tienes que agradecer nada.

—Tengo que, por que a pesar de que no me lo esperaba, logre conocer y convivir con unas personitas geniales.

Bajó su cabeza y así me miró, sonriendo.

—¿Soy genial?

—No, tú no.

Reímos.

—Creo que...tengo que entrar a casa —asintió como respuesta—. Nos vemos luego —levanté mi mano.

Él hizo lo mismo.

Me giré, y metí la llave a la cerradura, antes de girar la manija y entrar, una mano se colocó encima de la mía. Sentí su calor corporal cerca del mío y por instinto giré mi cabeza para mirarlo.

—Espera —susurro.

Su rostro quedo a tan solo unos centímetros del mío y sentí como la piel se me erizaba ante la poca distancia. Fue como si en ese momento, me hubiera quedado sin palabras y sin movilidad para alejarme.

—Solo quería decirte que, mentí hace un rato sobre si te había mencionado con los chicos —paro un poco, y recorrió con su mirada mi rostro en un acto íntimo—. Porque en realidad te mencione más de dos veces y créeme que tú también eres de las personas que todo el mundo debería saber que existe, porque yo tampoco dudaría en hablarle de ti a cualquier persona, si eso va a ser que piense en ti.






Nota de la autora

¿Sintieron la tensión? 

Y otra cosita, para que tengan mas claro como es la habitación de Will, me base un poquito en la siguiente imagen:


Más que nada es para que sepan como que estilo es la habitación de Will.
Pero aun así, si gustan pueden imaginarla como ustedes quieran.

Solo es para que tengan una idea de que las habitaciones de ambos no tienen nada que ver.

Pd: la habitación de Claris la dejé en la parte de arriba.

Pd2: ya quiero que lean el siguiente capitulo.


Besos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top