69. Si, acepto.


Querida Barcelona:

Cuando era niña siempre desee casarme como lo hacían las princesas de Disney, con vestidos ostentosos y en un gran palacio, pero ahora ese pensamiento cambio por completo, porque ahora no me importa ni el vestido, ni el lugar, únicamente me importa poder casarme con el gran amor de mi vida y padre de mis pequeñas hijas.

Como las olas que besan la orilla con pasión y luego se retiran tímidas, mi corazón oscila entre el anhelo y el temor en este instante crucial de mi vida. Hoy ,una ilusión de pequeña se a hecho realidad, envuelta en lienzo color blanco, listo para que el amor pinte nuestra historia.

Este vestido, elegante como un poema, abraza mis hombros con delicadeza, como tus brazos protectoras, querida Barcelona. Cada fibra de mi ser, como las palabras que se entretejen en un cuento encantador, susurra que este es un paso importante, un camino que me lleva a un futuro incierto. Los minutos son como hilos de incertidumbre que tejen una trama de nerviosismo en mi alma.

Nuestro gran enlace, un capítulo secreto de nuestra historia, se vuelve más real con cada minuto que pasa. Ella anuncia nuestro camino con palabras de poder, como un prólogo misterioso que prepara a los lectores para lo que está por venir.

Cuando por fin ingreso en ese hermoso lugar de Catalunya, mis pasos son como versos en un poema sin fin. La espera se convierte en un suspiro eterno, y mis ojos buscan a Pablo, el protagonista de mi historia de amor. Su mirada, como el primer rayo de sol en la mañana, me llena de emoción.

"Vivo en un sueño", me dice mi amado y no puedo evitar sentir lo mismo. Este cuento, nuestro cuento, es un regalo que el destino nos ha brindado. Y aquí, en Barcelona, el amor es la tinta que escribirá el resto de nuestra historia.

Se despide la mujer más afortunada de Barcelona:

Jude Torre Wallace.

Cuando finalmente tú encuentras al amor de tu vida, sabes en el fondo que luego de años de estar con esa persona, tú mas profundo deseo es contraer matrimonio con el amor de tu vida, con esa persona que cuando la viste por primera vez, quedaste más que flechado/a.

Jude se encontraba viéndose al espejo, mientras admiraba el vestido que tenía puesto, un bello vestido blanco, el cual era elegante, tenía un escote en forma de "V" y le dejaba ver sus hombros, en el cabello, el cual estaba muy bien peinado, portaba el velo, la chica sentía que en cualquier momento el aire le faltaría, estaba demasiado nerviosa, luego de un año después del nacimiento de las gemelas, la pareja decidió casarse de una manera muy privada y con personas demasiado seleccionadas para tener ese ambiente íntimo.

—¿Nerviosa?—pregunta Mikky mientras se acerca a su amiga y la abraza por los hombros, mientras aprecia el hermoso vestido de Jude.

—Demasiado, ¿tú tuviste nervios cuando te casaste?—cuestiona al final la castaña mientras mira a su amiga con ayuda del espejo.

—Claro, era una muerta viviente, tenía las manos demasiado frías y sentía los pies como gelatina—le confiesa la neerlandesa, ocasionando que la protagonista niegue riendo.

—¿Enserio?, pues ando igual o peor, todo esto es demasiado para mi....—se abre respecto a sus sentimientos la británica.

—¿Y si nos escapamos?, ¿Qué dices?—se escucha que una voz masculina pregunta, así que ambas chicas se giran y se topan con Carter, el gran amigo de años de la castaña.

—¡Viniste!—expresa con emoción Jude mientras su sonrisa aumenta aún más.

—¡Obvio que vendría!, pero déjame decirte que te miras bellísima con ese vestido, aunque debo admitir que jamás pensé verte apunto de casarte, pero me alegra que sea con alguien a quien realmente amas—le comenta el británico, y la protagonista se limita a sonreírle y acercarse a él y darse un fuerte abrazo.

—Gracias por venir Carter, y gracias por el cumplido—le contesta la castaña mientras siguen en el abrazo.

—¿La novia ya está lista?—pregunta la morena de Alice, mientras aparece con una especie de audífono en el oído derecho y un tablero donde tiene hojas y revisa a cada segundo.

—Más que lista—le confirma Mikky mientras se acerca a Jude y le acomoda mejor el velo.

—¡La novia está preparada!, ¡Ya vamos en camino!—informa Alice a través de un walkie-talkie, para poder darle el paso libre a Jude, la cual suspira un tanto nerviosa y finalmente salir de la habitación, pero sin dejar de sentir los nervios correr por su espalda.

La castaña caminaba de lo mas normal, aunque realmente se estaba muriendo de nervios por dentro, con ayuda de sus amigos llegó al pequeño salón que alquilaron en Catalunya para poder contraer matrimonio con Pablo.

—Tienes que esperar unos minutos aquí Jude, iré a verificar algo adentro y regreso a poder darte paso—le explica la morena, mientras Jude asciende con la cabeza a manera de confirmación, así que Alice se marcha juntamente con Mikky y Carter los cuales le desean lo mejor a la castaña y se van.

—No me digas que estás nerviosa....—comenta una voz, a lo que Jude gira un tanto confundida, topándose con Pedri, la castaña se limita a negar riendo.

—Un tanto demasiado—le responde la británica mientras se acerca a Pedri y se dan un ligero abrazo.

—Estás preciosa, sin lugar a dudas tendrás toda la atención—le halaga el canario.

—Gracias Pepi, tú no te quedas atrás claro, vienes muy guapo hoy, y gracias también por venir—contesta la escritora.

—Me halagas Moody, y no agradezcas, tenía que venir si o si, bueno, creo que ya tengo que entrar, pero vuelvo a decirte que luces preciosa, nos vemos adentro—le responde el futbolista a lo que Jude le guiña el ojo en señal que entendió todo, Pedri camina hacia la puerta para ingresar, pero se gira y mira nuevamente a la británica, para extenderle una sonrisa y sin más, ingresar al lugar.

Los minutos que se hicieron horas para la impaciente de Jude, terminaron finalmente, así que luego de que Alice le confirmase su entrada, la escritora, se coloca en posición, para después comenzar a escuchar "Lover" pero en su versión instrumental, la chica ingreso junto a Xavi a pasos lentos, mientras los pocos invitados se colocaban de pie y apreciaban lo hermosa que se miraba Jude.

La británica  y el Míster finalmente llegaron hacia donde estaba Pablo, él cual trataba de controlar sus lágrimas al apreciar a Jude con ese vestido blanco, el entrenador catalán, fue el que entregó la mano de Jude al cántabro, él cual la recibió un tanto nervioso.

—Cuídala mucho por favor Pablo, se que lo harás—le pide una de las leyendas del Barcelona.

—Lo prometo Míster—le asegura el castaño, para poder tomar mejor de las manos a Jude, y el entrenador irse a su respectivo lugar.

—Muchas gracias por estar esta tarde en muestra de cariño hacia la pareja, pueden tomar sus asientos—agradece y pide el Padre que los casaría, a lo que la familia de ambos lados y sus amigos proceden a tomar asiento.—Como sabemos, hoy nos encontramos reunidos para celebrar la unión en matrimonio de Jude y Pablo, es un momento especial en sus vidas, donde prometen amor, respeto y compañía mutua, en presencia de sus amigos y familiares, damos comienzo a esta ceremonia—inicia el casamiento el Padre.

Y luego de decir eso, pidió a la pareja tomar asiento y dar una pequeña reflexión acorde a la celebración, pasado ese tiempo, la pareja vuelve a colocarse de pie.

—Es momento de pasar a uno de los puntos más importantes, el sello de este compromiso—informa el padre, mientras recibe los anillos, y los coloca en una mesita que tiene en frente—Jude Wallace, ¿tienes algo que decirle a Pablo?—pregunta el Ministro, a modo de que se continué con los votos, la británica asciende con la cabeza.

—Si, Pablo, desde que te conocí en aquel café donde trabaje por un tiempo, supe que nuestra historia sería extraordinaria, y se esta cumpliendo, ahora que tenemos a dos bellas pequeñas en casa, Pabli, me has enseñado el significado del amor verdadero, y hoy, en presencia de todos, quiero decirte que acepto ser tu esposa, acepto amarte en las alegrías y en las tristezas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida, hasta que muera—le expresa la escritora, mientras le da una de sus mejores sonrisas a el castaño.

—Pablo Torre, ¿tienes algo que decirle a Jude?— ahora es cuando Pablo tiene que decir sus respectivos votos, dejándole el Padre el tiempo.

—Jude, aunque adoro decirte Judy, desde el primer momento en que nuestros caminos se cruzaron, supe que eras la razón por la que había estado esperando años, a esa mujer que me hiciera reír en mis peores momentos, a esa mujer que soñará con ser madre, a esa mujer que trabajara por cumplir sus sueños, a esa madre que todos los días trata con un cariño único a esas pequeñas bodoques y hoy te tengo aquí en frente, acepto con gratitud y felicidad ser tu esposo, y prometo amarte, respetarte y cuidarte en todas las circunstancias de la vida, estoy emocionado en seguir compartiendo este camino llamado vida a tu lado, y sabes que te amaré todos los días de mi vida—es ahora Pablo el que expresa finalmente lo que siempre soñó decirle a su chica, mientras la pareja escucha aplausos y sollozos por parte de sus amigos y familiares los cuales se encuentran emocionados ante tales palabras de los chicos.

—Excelente, muy bien, Jude Isabella Wallace Baker, ¿aceptas a Pablo Torre Carral como tu legitimo esposo, para amarlo y respetarlo en la salud y en la enfermedad, en la alegría y en la tristeza, todos los días de tu vida?—pregunta a manera de protocolo el Padre, mientras le extiende en anillo a Jude, para poder colocárselo a Pablo.

—Si, lo acepto—confirma la británica, para deslizar por un dedo el anillo el cual Pablo finalmente portaría.

—Pablo Torre Carral, ¿aceptas a Jude Isabella Wallace Baker como tu legítima esposa para amarla, respetarla en la salud y en la enfermedad, en la alegría y en la tristeza, todos los días de tu vida?—la pregunta se formula ahora para el futbolista.

—Si, la acepto—acepta el cántabro, para colocarle ahora el anillo a Jude, deslizándolo lentamente por el dedo de la británica.

—En ese caso, por el poder que me ha sido conferido como ministro, y por el compromiso que acaban de expresar, los declaro marido y mujer, Pablo, puedes besar a la novia—termina por decir el Padre, para después la pareja unirse en un pequeño y tierno beso, mientras que sus amigos y familiares gritan y aplauden con emoción ante tal situación.

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Pablo y Jude finalmente eran esposo y esposa, un sueño que ahora era una realidad para ambos, la pareja se encontraba afuera del salón donde todos estaban bailando, bebiendo y comiendo pastel, la fiesta estaba en su mejor punto, pero ellos decidieron por tener un momento únicamente entre ellos.

Jude se encontraba portando un vestido blanco corto elegante, mientras tiene posaba su cabeza en el hombro del Cántabro, él cual ya no contaba con su saco, únicamente con su camisa medio abierta blanca y su pantalón formal.

—¿Se supone que debemos sentirnos diferentes por casarnos?—es lo primero que pregunta Pablo, luego de la pareja estar en silencio unos minutos, Jude aprecia el rostro de su ahora esposo, la luna le hacía ver los ojos de su pareja como una bella obra maestra, esos ojos azules la derretían sin lugar a duda.

—No, no que yo sepa, aunque cuando pasen los días, ya lo sabremos—contesta la castaña, sin dejar de ver los ojos del español.

—¿Crees que Gwen y Stella nos extrañen?—realiza otra pregunta el castaño mientras mira con duda a su esposa.

—Posiblemente si, pero están en buenas manos, seguro que ahora deben de estar durmiendo, ¿tú estas bien?—comenta y pregunta al final Jude, mientras toma por las mejillas al futbolista.

—Si, estoy bien cariño, solamente es que....no puedo creer que ahora puedo llamarte "esposa", todo esto es tan increíble—se a sincera el 32 del equipo, a lo que la escritora lo atrae hacia ella y deposita un cálido beso en los labios del chico.

—Créeme que para mi también es algo surrealista que ahora te llamaré "Esposo", pero también me alegra saber que después de todo lo que vivimos, llegamos a esta celebración, y ahora poder ser esposos, solamente nos demuestra que valió la pena todo lo que pasamos—contesta una Jude tranquila, mientras vuelve a colocar su cabeza en el hombro de su esposo.

—Ya..., en eso tienes razón, ¿te parece si bailamos?—propone el futbolista, a lo que Jude asciende con la cabeza y se colocan de pie, para Pablo minutos después comenzar a reproducir "Lover", para después colocar sus manos en la cintura de su esposa y ella colocar sus manos en los hombros de su marido.

Ambos comienzan a bailar lentamente, mientras analizan aún mejor la letra de la canción, dejándose llevar por la melodía mientras siguen bailando al compás de la música, para antes de que la canción acabase, Jude posar su cabeza en el pecho de Cántabro y cerrar sus ojos, sintiendo una paz tan refrescante.

—Amada mía, te amo—le susurra en el oído el español, a lo que la escritora levanta la vista y se topa con esos bellos ojos azulados.

—Y yo te amo a ti, amor de mi vida—le contesta la británica, para después, en esa bella luna llena, mientras ambos se miran a los ojos, Pablo la toma por el mentón de manera tan delicada y posa sus labios contra los de su esposa, para darse un beso lleno de amor y pasión, un beso que la ciudad de Barcelona se alegraba de ver.

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-En la luna de miel-

La ahora Familia Torre Wallace, se encontraban de viaje por una de las islas Italianas, y aunque se supone que sería la típica luna de miel, Jude y Pablo decidieron convertirlo en un viaje familiar, y así incluir a las gemelas.

—¡Uy!, al parecer a Gwen le encanta el agua, mira, no quiere dejar la piscina—le informa Jude a su esposo, él cual se encontraba "jugando" con una pequeña pelotita con la pequeña Stella.

—¿Tendremos a la próxima Katie Ledecky en esta familia, eh pequeña Gweny?—pregunta el castaño mientras se acerca hacia donde están su esposa e hija.

—¡Ya veremos Papá!—dice con una voz más aguda Jude mientras mueve las manitas de Gwen, ocasionando risas para Pablo, él cual se limita a depositar un beso en la cabecita de su hija.

La pareja de esposos, luego de disfrutar un rato en una piscina con las gemelas, deciden ir a ver el atardecer a la playa, la cual les quedaba demasiado cerca, Pablo colocó una toalla sobre la arena, para después tomar asiento la familia y admirar el horizonte.

—Siento que todo esto es un sueño, vivo en un sueño—expresa Pablo mientras mira a los ojos a su esposa, la cual tiene abrazada a Gwen.

—¿Por qué lo dices?—pregunta dudosa la británica.

—Por esto, estar aquí contigo, y con nuestras hijas, recién casados, ¡buah!, cualquiera diría que es una historia perfecta—le explica el futbolista, a lo que Jude niega riendo.

—Eso pasa cuando tienes el guion de tu lado—contesta a modo de chiste la castaña. (*guiño, guiño por parte de la escritora*)

La pareja continua viendo el horizonte, mientras Jude coloca su cabeza en el hombro de su esposo, y las pequeñas Torre encuentran el momento apropiado para quedarse dormidas, ese plano de la playa únicamente nos deja ver como es que cuando conoces al amor de tu vida, no hay nada ni nadie que lo pueda destruir.

Continuará................................................

¿Qué les pareció este capítulo?.

¿Lloraron?, ¡Porque yo si!.

Leí por Whats y aquí que hoy es el cumpleaños de una de mis lectoras más fieles a mis fics, así que este capítulo es dedicado a ti: mel

¡Felices 22 Reina! (¡María, va a reputar!JSJSJS)

Sin más que decir................

¡Nos leemos prontooooooooooo!.







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