Capítulo 4

Emilia llegó a su casa saludó a su madre, y rápidamente se fue a cambiar ropa para su salida con Matteo quien llegó puntualmente a la hora acordada.

—Emi te buscan—dijo la madre.

—Voy—dijo Emilia.

—Soy Matteo—el chico saludó a la mujer mayor.

—Lidia ¿Tú y mi hija tienen algo?—preguntó.

—Ehh... si somos novios—respondió Matteo nervioso.

—Mamá—bufó la rubia—Llegaré a cenar—dijo tomando la mano de Matteo y saliendo de la casa.

—Vengan los dos tengo que conocer al novio de mi pequeña—dijo la mujer despidiéndose en la puerta.

—Tu madre es muy simpática—dijo Matteo riendo.

—Si demasiado diría yo—dijo Emilia.

— ¿Quieres ir a comer antes de ir al cine?—preguntó Matteo con una sonrisa.

—No, debemos comer palomitas—dijo Emilia, y ambos se encaminaron hasta el cine.

*****

El camino estaba siendo un poco incómodo para Benicio y Ámbar quienes llegaron en completo silencio a la casa de la chica quien no podía dejar de pensar en la broma que su ruloso amigo había dicho, y ¿si lo decía en serio? ¿Si Benicio tenía a otra? ¿Quién sería la chica? Pensaba sin darse cuenta que ya estaban en el umbral de la puerta.

—Ámbar llegamos—dijo Benicio amable.

— ¿Quieres pasar a cenar?—preguntó Ámbar saliendo de sus pensamientos.

—No con el helado quedé bien, y además tengo muchísima tarea para mañana—se excusó el chico.

—Entiendo ¿vendrás el sábado?—preguntó algo desganada.

— ¿El sábado?—preguntó confundido.

—Si es el cumpleaños de mi mamá—dijo Ámbar comenzando a alterarse.

—Ah sí obvio aquí estaré—dijo Benicio—Nos vemos mañana en el Colegio—dijo dándole un corto beso en los labios.

Benicio se fue, y Ámbar no pudo evitar soltar una pequeña lágrima en otro momento el italiano sería el más entusiasmado por cenar con ella, y ahora quería irse lo más rápido posible a hacer su tarea pendiente, y es que el chico no era el estudiante más aplicado del mundo sin dudas algo estaba pasando, y tenía que averiguarlo antes de que fuese demasiado tarde.

Entró a su casa sin ánimos de cenar, por lo que subió directamente a su habitación estaba nerviosa y confundida así que decidió llamar a Ramiro él podría tener las respuestas que necesitaba escuchar.

—Ramiro contesta—le gritó al celular ya que no recibía respuesta de su amigo, dejó el celular en su mesa de noche y se tiró en la cama odiando a su amigo por meterle cosas en la cabeza. El sonido del celular la hizo reaccionar rápidamente.

— ¿Rubiecilla?—preguntó su amigo.

—Hasta que me contestas ¿Qué hacías tanto? Bueno no me importa—decía alterada.

—Me estaba duchando, y ya relájate ¿Qué pasó ahora?—decía con tranquilidad.

—Cuando dijiste lo de que Benicio estaba con alguien más de verdad era broma—preguntó rápidamente.

—Ambi, ¿en serio lo preguntas?—interrogó Ramiro.

—Si es que o sea...—dijo Ámbar con inseguridad.

—Ámbar, Benicio te ama ustedes se aman, y terminaran casándose con dos hijos Santiago y Paulina—rio.

— ¿De verdad lo crees?—preguntó la rubia.

—Eso es obvio y para que te quede claro todo fue una broma no he visto a Benicio en nada raro, y si algún día lo llego a ver te lo contaré—dijo el pelinegro dándole tranquilidad a Ámbar.

—Lo siento Ramiro, nos vemos mañana—colgó el teléfono sin esperar respuesta.

La explicación de su amigo la había dejado más tranquila, pero seguía sintiendo algo extraño en su pecho como una sensación de que todo podría cambiar rápidamente, y ella le tenía miedo a los cambios se acostó a dormir para disipar toda clase de dudas que no tendrían respuesta.

*****

— ¿Te gustó la película?—preguntaba Matteo.

—Sí estuvo entretenida fue una buena elección—dijo Emilia sonriente.

—Bien vamos a tu casa—Matteo sonaba entusiasmado considerando el hecho de que ellos no eran novios sino sólo amigos con ventaja o como sea que se llame lo que ellos tenían.

Llegaron a la casa de Emilia la madre de la chica los estaba esperando con pastas al pesto un plato delicioso para Matteo, conversaron un poco de la vida, la mujer mayor se sorprendió de no haber conocido antes al chico siendo éste amigo de su sobrino favorito, y quizás por eso le agradó aún más la noche pasó rápido, y Matteo decidió que era hora de volver a su casa se despidió de Lidia quien le dijo que tenía que ir más seguido, y luego se despidió de Emilia con un beso en la mejilla no quería ser irrespetuoso delante de la mujer mayor.

*****

—Esa clase de inglés la odio—se quejó Emilia.

—You can not hate something so cute—bromeó Delfi.

—Delfi no es necesario—dijo Emilia.

—Ayer nuestra pequeña Delfi se fue con Gastón ¿Cómo estuvo eso?—dijo Ámbar guiñándole a la pelinegra.

— ¿En serio? Anda cuéntalo todo—Emilia se aproximó a ellas.

—Nada solo me acompañó a casa—dijo Delfi con tranquilidad.

— ¿Sólo eso?—preguntó Emilia.

—Me invitó a salir—dijo Delfi tímida.

— ¿Y qué le dijiste?—preguntaron ambas rubias al mismo tiempo.

—Que si—las chicas comenzaron a sonreír­—Pero...—Delfi se quedó en silencio.

— ¿Pero? ¿Dijiste pero?—preguntó Emilia.

—También le dije que si a Nico—dijo la pelinegra con sonrisa tímida.

—Espera no me digas que fijaste ambas citas para el mismo dia—preguntó Ámbar.

— ¿Tú no hiciste eso?—preguntó Emilia riendo.

—¿Estuve mal?—preguntó Delfi algo avergonzada.

—Si—dijo Ámbar.

—No—refutó Emilia—Tú estás soltera, y los chicos también asi que porque habría un problema—dijo la rubia relajada.

—Pero Emi ellos son amigos—argumentó Ámbar.

—En el amor no juega la amistad—respondió Emilia.

—La amistad es primero siempre existen códigos el novio de tu amiga no cuenta está prohibido, y para los hombres es igual—decía Ámbar muy segura.

—Tampoco es que Delfi esté enamorada de alguno de los chicos sólo va a salir con ellos, además Gastón y Nico no son los mejores amigos del mundo—dijo Emilia bajándole la intensidad al asunto.

—Sí, Ámbar relájate no me casaré con ninguno de ellos—dijo Delfi finalizando el tema.

*****

—Vamos con las chicas—dijo el rubio.

—No, deben estar hablando cosas privadas—decía Ramiro.

—Siempre lo hacen ¿Qué pasa no quieres estar cerca de ellas?—preguntó curioso.

—Nada no pasa nada—dijo relajado Ramiro.

— ¿Te enojaste con Emilia?—preguntó Nico.

— ¿Por qué? Nada que ver—Ramiro estaba algo nervioso, pero su amigo no notó nada.

— ¿Dónde puedo llevar a Delfi el sábado?—preguntó Nico preocupado sin despegar su vista de la pelinegra.

—Mmmm... No lo sé ella es muy divertida llévala a algún karaoke—propuso el ruloso.

—Si buena idea sólo espero que se divierta—dijo Nico entusiasmado y preocupado a la vez.

— ¿Te gusta de verdad?—interrogó el pelinegro.

—Parece que sí espero esta vez no me equivocarme como con cierta persona—dijo Nico.

—Espero no te equivoques—sentenció Ramiro.

— ¿Y tú qué onda?—preguntó Nico con una mirada picara.

—Yo nada no hay nadie que me llame la atención—dijo el chileno despreocupado.

—Claro obvio que no, por eso siempre estás con Emilia ¿Qué onda Ramiro te gusta?—preguntó sin vacilaciones.

— ¿Emilia? Pfff para nada es sólo mi amiga es como mi hermana—dijo el ruloso seguro.

—Tengo mis dudas—dijo Nico.

—Mejor vamos a retirar los atriles para la clase de artes—dijo Ramiro intentando evitar las preguntas de su amigo Nico el ahora llamado encuestador.

*****

—Oye tú ¿Por qué estás tan sonriente?—preguntó Simón mientras caminaba junto a su amigo a la Universidad.

—Ayer la pasé muy bien con Emilia—dijo Matteo sonriendo.

—Así ¿Qué tan bien?—el mexicano lanzó una mirada seria.

—No es eso que te imaginas—se defendió rápido—Fuimos al cine, y luego a cenar tu tía Lidia es muy simpática—explicó.

—Si ¿Pero por qué tanta felicidad? Sigo sin entender—decía Simón confundido.

—No lo sé con Emilia me pasa algo creo que me estoy enamorando—dijo Matteo.

—Seguro lo mismo dijiste de Antonia, y ya sabemos como terminó todo—rio Simón.

—Oye Simón te he dicho que siempre arruinas todo—Matteo golpeó el brazo del chico, y siguieron su camino.

*****

—Jazmín llegó mi momento—dijo la rubia.

— ¿Qué momento?—preguntó Jazmín.

—Hoy en la clase me di cuenta que Ramiro y Emilia no estuvieron para nada cerca—decía Yam con una gran sonrisa.

— ¿Y eso qué?—preguntó la pelirroja sin entender nada.

—Eso significa que ellos están peleados o algo pasó entre ellos—dijo Yam segura.

—Entiendo ¿Pero cómo te acercarás?—preguntó Jazmín.

—Ramiro se va acercar a mí—sentenció la rubia con una sonrisa enorme.

*****

—Benicio ¿Por qué estás evitando a Ámbar?—preguntó Gastón a su amigo.

—No la estoy evitando sólo que teníamos que hacer esto—dijo Benicio mostrándole la investigación a su amigo.

—Sabes perfectamente que esto es para la próxima semana—regañó Gastón.

— ¿A dónde quieres llegar?—preguntó Benicio dejando de lado todo lo que hacía.

—Dos opciones la primera es que quieres estar libre la próxima semana, y la segunda es que no quieres estar cerca de Ámbar ni mucho menos de Emilia—dijo Gastón.

—Sabes ¿A dónde vas a llevar a Delfi para tu cita?—preguntó evadiendo totalmente el tema.

—Sabes que tengo razón, pero como cambiaste de tema lo dejaré hasta aquí por hoy, con respecto a Delfi la llevaré al planetario ya te lo dije—dijo algo molesto.

—Gastón ¿Por qué tanta obsesión con el planetario?—preguntó, y Gastón se quedó pensativo recordando.

Flashback de Gastón

—Papá no puedo ver las estrellas—decía una niña.

—¿No funciona?—decía el hombre mayor.

La niña había comenzado a llorar, porque al parecer su telescopio no funcionaba entonces Gastón se acercó a ella, y comenzó a observarla no podía permitir que la niña siguiera llorando por lo que el le cedió su telescopio para que pudiera ver las estrellas que tanto anhelaba.

—No llores ten este si funciona—le pasó su telescopio.

—Gracias—dijo la niña tímidamente.

La niña vio las estrellas, y después de un rato le devolvió el telescopio a Gastón.

—Chao—dijo ella saliendo de la mano con su padre.

—Chao—respondió Gastón.

Ni siquiera sabía el nombre de la niña, lo que si sabía es que la recordaría siempre, porque esos ojos cafés intensos que a tan corta edad se habían quedado clavados en su retina, y ese cabello pelirrojo eran imposibles de olvidar...

Fin del flashback

—Gastón—dijo Benicio golpeándole el hombro.

—¿Qué pasa?—respondió Gastón.

—Te quedaste pegado mirando hacia la nada—bromeó su amigo.

—Estaba pensando—dijo Gastón pestañeando muy rápido tratando de evadir ese recuerdo que cada vez llegaba a su mente aun no creía que esa pequeña años más tarde sería su compañera, pero lamentablemente ella no lo recordaba...

¿Vivir de recuerdos o crear recuerdos nuevos?

¿Arriesgar por lo desconocido o mantenerse con lo conocido?

***********************************************************************

Amé escribir este capítulo espero que ustedes también lo amen!!

¿Les gustó la historia de Gastón? Porque yo lo amé, y no lo digo porque yo la haya escrito.

Sé que estan esperando que haya Bemilia, Simbar y Mattelfi, pero no se preocupen ya llegaran para mi es súper importante contar la historia, y ya luego el romance no se si me entienden...

Las quiero muchísimo!

Gracias por leer y apoyar esta novela!

Besos!

Si hoy me inspiré demasiado, pero no saben lo entusiasmada que me tiene esta novela!

Ahora si me voy!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top