Capítulo 11
Departamento de Matteo y Simón
La fiesta continuaba mientras los chicos seguían bailando todos juntos, algunos fueron a sentarse para reponer energía y otros estaban algo cariñosos como Delfina y Nicolás, quienes al parecer estaban viviendo la mejor historia de amor que una pareja podría tener, sin embargo, como dice el dicho donde hay dos corazones felices, siempre hay un tercero roto.
—Yam, me quiero ir—dijo Jazmín con tristeza.
—¿Por qué? Si la estábamos pasando tan bien—respondió la rubia sin entender nada.
—Hay cosas que no puedo tolerar—susurró la pelirroja.
—Ya veo—Yam volteó hacia la pista encontrándose con la pareja y entendió a su amiga—Bien vámonos—agregó.
—¿Ya se van?—preguntó Ramiro al ver que las chicas se preparaban para irse.
—Si, no tenemos nada que hacer aquí—respondió Yam.
—Justo cuando la fiesta se ponía mejor—dijo el de rulos.
—Supongo que podemos quedarnos unos minutos más—dijo Jazmín al ver la cara de su amiga toda enamorada.
—Ese es el espíritu que me gusta—Ramiro abraza a lambas chicas, y las lleva hasta la pista de baile.
*****
Como día viernes muchas personas gustan de salir a alguna parte a distraerse y no pensar en los deberes que tienen que hacer durante la semana, pero otros simplemente están tirados sobre sus camas sin panorama alguno tal como era el caso de Nina quien esperaba que su novio Tomás se dignara a enviarle un mensaje dando sus señales de vida.
—¿Aburrida hermanita?—preguntó Claudio.
—¿Y a ti que te importa?—Nina le lanzó una almohada.
—Oye tranquila, yo no tengo la culpa que Tomás no te haya enviado ningún mensaje—Claudio se sentó en la cama de Nina—Sabes, siempre me he burlado de ti y te molesto porque tu novio no te toma en serio, pero te doy un consejo cuando un chico de verdad quiere a una chica no la ignora por nada del mundo—añadió con cierta nostalgia.
—Sabes hermano, siempre me he preguntado como es que estas solo si eres un excelente chico—Nina le sonrió a su hermano.
—Hay cosas que aún no puedo confesar...El punto es Nina que debes dejar de pensar en Tomás aunque sea por esta noche—suplicó el castaño.
—No lo sé...Tal vez deba dormir y pensar ciertas cosas—titubeó la pelinegra.
—Vamos Nina hazlo por mi hace tiempo no salimos los dos—Claudio comenzó a tironear del brazo a su hermana.
—Supongo que tienes razón me cambiaré de ropa—dijo Nina imitando una sonrisa.
—Le avisaré a los chicos—gritó entusiasmado Claudio.
—¿Qué chicos?—preguntó extrañada la de gafas.
—A Michel y Eric—dijo para luego salir de la habitación de su hermana.
—Okay—dijo Nina en un leve susurro que la hacía sentirse incomoda.
*****
—Creo que Nico bebió demasiado—dijo Ramiro observando a su amigo.
—Llamaré a sus padres—Delfina sacó su teléfono para marcar el número de los padres del rubio.
—Estoy bien solo un poco mareado—decía Nico tratando de mantenerse en pie.
—Siempre dices lo mismo—soltó Jazmín de pronto.
—¿Cómo es eso?—preguntó Ámbar con intriga.
—Creo que nosotros nos debemos ir—Yam tomó a su amiga para luego salir del departamento.
—That was very strange—dijo Emma con una cara de sorpresa.
—¿Cómo la has pasado Emma?—preguntó Emilia.
—Súper bien—respondió la rubia.
—Creo que debo vomitar—la voz de Nico se escuchó.
—No digas eso delante de mí—Delfi no pudo evitar el vómito que se asomaba y terminó ensuciando la alfombra de Matteo.
—Mi alfombra—gritó Matteo.
—Lo siento mucho, Matteo prometo limpiarla—decía Delfi con inocencia.
—Matteo te ayudaré a limpiarla mañana—dijo Simón divertido.
Después de ese momento tragicómico los chicos siguieron con la fiesta, aunque claro ahora solo conversaban y se reían de alguno que otro chiste que Ramiro lanzaba, sin embargo alguien no lo estaba pasando tan bien y ese era Benicio, pues había querido hablar con Emilia durante toda la fiesta y explicarle la razón de su reconciliación con Ámbar, pero no era posible ya que la ojiazul había estado junto a el durante toda la noche.
—Amor, ¿Sucede algo?—preguntó Ámbar con preocupación.
—Estoy aburrido—respondió Benicio con pesadez.
—Creí que la estabas pasando bien—dijo Ámbar.
—Iré a hablar con Gastón—dijo Benicio para luego ir hasta donde su amigo que se encontraba en un rincón.
*****
—Oye, tu princesa está sola—bromeó Matteo.
—¿El tarado de Benicio se fue?—preguntó Simón con entusiasmo.
—No, de hecho esta sentado con Gastón, pero Ámbar sigue sola—dijo el italiano.
—Iré a hablarle—Simón dejó su vaso en la mesa y se dirigió hasta donde se encontraba Ámbar llegó en un muy buen momento, pues la rubia aún seguí sola con una mirada triste, con precaución se acercó hasta ella y titubeando por fin pudo formular alguna palabra.
—Ámbar, hola—saludó sintiéndose tonto por la forma en la que lo hizo.
—Un poco tarde para saludar ¿No crees?—rio la rubia.
—Soy un poco torpe—el chico pasó su mano por la cara en señal de vergüenza.
—Desde siempre lo has sido... Por eso me caes tan bien—Ámbar le brindó una sonrisa sincera.
—Jamás volviste a ir a mi casa—dijo Simón en un susurro que la rubia no logró escuchar.
—¿Decías?—cuestionó al no entender lo que Simón había dicho.
—Nada, parece que Ramiro y Emma se llevan increíble—cambió de tema lo más rápido que pudo.
—Emma es el tipo de chica que le gustaría a Ramiro, sin embargo, creo que esta vez la quiere solo como amiga—afirmó Ámbar mientras observa a su amigo.
—¿Qué hay de Delfina y Nicolás?—preguntó Simón con interés.
—No le veo mucho futuro a Delfi la conozco hace poco, pero a Nicolás lo conozco hace mucho y creo que pronto se aburrirá de ella—dijo la ojiazul con seguridad.
—Eres como una consejera sentimental, siendo así ¿Qué hay de mi prima? Digo hace nada que terminó con Matteo y se ve tan normal—dijo Simón observando a su prima conversar con Delfina en otro extremo de la habitación.
—No lo sé, tu prima es especial no muestra mucho interés en el amor en un momento pensé que le gustaba Ramiro o Gastón, pero me di cuenta que no he llegado a pensar que está enamorada de alguien casado—dijo Ámbar soltando una risa al final.
—No lo creo ¿Y qué crees de mi?—preguntó el chico con timidez.
—Creo que eres un buen chico—dijo Ámbar para luego irse.
—¿Te vas?—preguntó Simón.
—Si, se hace tarde además mañana tengo clases de violín—respondió la chica.
Ámbar fue hasta donde estaba Benicio luego de un par de palabras ambos se fueron acompañados por Gastón, unos minutos después se fue Ramiro, Emma y Nicolás quedando en el departamento Delfi, Emilia, Matteo y Simón quienes se quedaron conversando.
—Y bueno ¿Por qué terminaron?—preguntó Delfi a Matteo.
—No éramos compatibles—respondió sin preocupaciones Emilia.
—De hecho si somos, pero ella está enamorada de otra persona—agregó Matteo.
—¿Qué?—gritaron todos los demás.
—Delfi ¿Tú y Nico de verdad se aman?—cuestionó Emilia evitando lo que Matteo había dicho.
—Me gusta mucho—respondió la pelinegra escuetamente.
—Pero no lo amas—dijo Matteo.
—Llevamos muy poco tiempo para hablar de amor—dijo Delfi con seriedad.
—Me gusta tu actitud—dijo Matteo sonriente.
Los cuatro chicos siguieron conversando sobre el amor, los estudios y otros temas sin importancia hasta que Delfina y Emilia se fueron.
La rubia llegó a su casa se acostó en su cama no hizo nada más que pensar en Benicio ese chico que tanto le quita el sueño, ese chico por el que perdería una amistad, ese chico que tal vez no la quiere como ella cree, pero que a la vez la hace sentirse como flotando entre nubes...Luego de tantas divagaciones se quedó dormida.
Sábado
—Emi, te buscan—llamó su madre.
—Voy—dijo desganada la chica— ¿Quién puede venir a esta hora?—bufó.
—Hola—dijo Benicio para sorpresa de Emilia.
— ¿Qué haces aquí?—preguntó con sorpresa.
—Quiero hablar contigo—dijo Benicio.
—Pasa—Emilia abre un poco más la puerta, pero Benicio la detiene para besarla ella se sorprende, pero rápidamente corresponde el beso de forma intensa, los dos están sumidos en un mundo paralelo sin darse cuenta de su alrededor en ese momento solo existían los dos, sin embargo, alguien los observaba con rabia y dolor en su mirada.
—¿Benicio?—preguntó la chica con la voz entrecortada.
—Ámbar...—pronunció Benicio sorprendido.
—Ustedes dos no existen para mí—gritó Ámbar para salir corriendo del lugar, Emilia trató de seguirla pero Benicio la detuvo.
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Ya entramos a la recta final de esta historia!
Las Amo!
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