Capítulo 1

—Emilia levántate—la dulce voz de su madre la despertó.

—No quiero—susurró restregándose los ojos.

—Emilia, último llamado no me hagas subir hasta tu habitación—gritó algo molesta.

Las vacaciones de invierno ya habían terminado, y era hora de volver al infierno más conocido como colegio, Emilia tomó sus cosas, no alcanzó a tomar el desayuno causando el regaño de su madre por no haber despertado temprano, sacó una manzana para el camino, se despidió de su madre, y salió de su casa.

El recorrido era siempre el mismo, y como vivía relativamente cerca del colegio optaba por caminar claro que no lo hacía sola cada mañana pasaba a buscar a Ámbar su mejor amiga, o eso era lo que hacía hace dos años cuando la chica aún no era novia de Benicio.

—Hoy sí que te tardaste—bufó Ramiro el mejor amigo de Emilia

—Desperté tarde—se defendió.

— ¿Otra vez Ámbar te dejó sola?—preguntó algo tímido.

—Desde que está de novia...—dijo en tono nostálgico.

—Por suerte que estoy yo tu segunda opción—se señaló el chico.

—Cada vez te soporto menos, y cada vez soporto menos esa relación—dijo Emilia molesta.

—Okay—murmuró sorprendido.

—Lo siento Ramiro, pero no pasé ningún día con Ámbar en estas vacaciones—dijo disculpándose el chico sólo le sonrió.

Ambos chicos se fueron rumbo al colegio iban conversando sobre las vacaciones que el chico pasó en Chile, y ella bueno ella estuvo en su casa, y de vez en cuando salía con Simón su primo, en una de esas salidas conoció a Matteo un chico italiano para variar, pero era soltero así que Emilia no dudó en acercarse a él, simplemente necesitaba dejar atrás sus verdaderos sentimientos y auto convencerse de que podía enamorarse de otra persona.

—Bien llegamos—habló Ramiro.

—Por fin—soltó Emilia con un suspiro.

—Supongo que Ámbar se sentará contigo—preguntó.

—Yo creo que si, por suerte Benicio está en otro curso—dijo aliviada.

Emilia se sentó y sacó su cuaderno donde anotaba frases o pensamientos que se le ocurrían "Será amor no correspondido, pero para mí sigue siendo amor..." Escribió, y rápidamente cerró su cuaderno cuando sintió que alguien se sentó junto a ella.

—Emilia, no te vi llegar—dijo Ámbar saludando a su amiga.

—Llegué hace mucho—dijo con una sonrisa.

— ¿Por qué no fuiste ayer?—preguntó curiosa.

—No quise hacer mal tercio—respondió con una sonrisa.

—Nos estuviste evitando todas las vacaciones—dijo Ámbar con tristeza.

—Ámbar sólo fueron dos semanas, y supuse que ustedes querrían estar solos—explicó.

—Pero eres nuestra amiga y siempre estábamos juntos de verdad te extrañamos—dijo haciendo un puchero.

—Lo sé Ámbar, sólo quería que ustedes celebraron su aniversario juntos como novios—explicó.

—Eres la mejor amiga que pude haber escogido—la rubia abrazó muy fuertemente a Emilia.

—Soy la peor amiga que alguien podría tener—pensó Emilia mientras correspondía el abrazo.

— A Benicio no le gustó la película que elegí—Ámbar puso cara de desagrado.

—Supongo que no le pediste ver Crepúsculo—rio Emilia y al ver la cara de su amiga cambió de expresión a una más seria.

—Ámbar, él odia todo lo que tenga que ver con vampiros—dijo algo molesta.

—No lo sabía... Quizás se me olvidó—dijo dudosa—Pero cuéntame ¿Qué hiciste durante las vacaciones?—preguntó.

—Salí con Simón, y nada conocí a un amigo suyo Matteo—respondió con naturalidad.

—Sabía que encontrarías el amor—la volvió a abrazar

—Buenos días—saludó la profesora.

—Luego te cuento los detalles—murmuró para que la profesora no se diera cuenta.

*****

Si ser la chica nueva era algo realmente malo, imagínense serlo cuando el año escolar ya está bastante avanzado eso sí que era someterse a una tortura medieval o eso es lo que pensaba Delfina.

—Bien señorita Alzamendi, su sala es la 208, suerte—dijo una mujer.

—Gracias—dijo y caminó hasta la sala indicada con inseguridad, que tal si sus nuevos compañeros eran igual de malos que los anteriores, que tal si volvía a sufrir de bullyng, tomó todo el valor de su corazón y logró tocar la puerta, al oír que respondieron entró asustada.

— ¿Usted debe ser la nueva estudiante?—preguntó la maestra amable.

—Si—dijo bajo—Delfina Alzamendi—se presentó.

—Bien señorita Alzamendi siéntese junto a Ponce—indicó al chico.

La pelinegra caminó hasta el banco indicado, y se sentó junto al chico de rulos quien fue muy agradable con ella.

—Dime Ramiro—dijo sonriendo.

—Delfi—le devolvió la sonrisa.

La chica sacó sus respectivos útiles escolares y los puso en su pupitre Ramiro la miró extrañado, pues nadie hacía eso, sin embargo, no dijo nada. Al cabo de 30 minutos la maestra anunció un trabajo grupal, Delfi algo asustado miró a todos lados se quedó inmóvil no conocía a nadie para realizar un trabajo.

—Vamos Delfi—le dijo su compañero.

— ¿A dónde?—preguntó desconcertada.

—A nuestro grupo—señaló a las chicas.

—Hasta que llegas ruloso pensé que tendríamos que enviarte tarjeta de invitación—bromeó un chico rubio.

—Que gracioso Nico convencía a Delfi de venir con nosotros no les molesta que este con nosotros—preguntó.

—No para nada Delfi eres bienvenida—dijo una chica rubia.

—Emilia tiene razón, yo soy Ámbar—dijo otra chica rubia.

—Bien terminemos con esto—dijo Nico.

—Sí, porfa que tengo hambre—dijo Ramiro tocándose el estómago.

—Delfi puedes sentarte con nosotros—invitó Nico.

—Sí, le enviaré un mensaje a Benicio para que nos aparte la mesa más grande—dijo Ámbar sacando su celular.

—Gracias—dijo Delfi.

—Bien ahora si continuemos con esto—sentenció Emilia.

*****

—Y bien campeón ¿Qué tal tus vacaciones?—preguntó a su amigo.

—Bien supongo—respondió sin preocupación.

—Me contagias tu felicidad—dijo fingiendo una sonrisa.

—Me pasó algo que nunca me había pasado con Ámbar... Y es que no me sentí bien—respondió con cierta inseguridad.

— ¿Quieres decir que ya no te gusta Ámbar?—preguntó sorprendido.

—No, eso Gastón, Ámbar es la chica más hermosa del colegio, pero...—se calló al pensar bien lo que iba a decir.

— ¿Hay alguien más?—preguntó su amigo.

— ¡Se pueden callar!—una chica pelirroja se volteó hacia ellos.

—Con ese humor nunca seremos novios—dijo Gastón riendo.

—Ni aunque fueses el último chico en la tierra estaría contigo—hizo una mueca de asco.

—Eso dices ahora, luego te arrepentirás Jimenita—sonrió triunfante.

— ¡Silencio!—habló el profesor.

—Jimena comenzó a molestarnos—se defendió Gastón.

—Périda retírese de la sala—ordenó el profesor.

—Oye aparta una mesa de las grandes—pidió Benicio.

—Lo que la novia pida—bromeó Gastón.

—Périda ¿Qué está esperando para salir de la sala?—dijo el profesor y Gastón salió de la sala con rumbo al comedor para apartar la mesa más grande que pudo encontrar mientras llegaban sus amigos.

*****

La etapa universitaria puede ser la mejor de tu vida, eso si eres el chico más popular, el que vende drogas y alcohol, el capitán de algún equipo, o el gigolo de la institución, pero si eres alguien normal tu vida universitaria será un eslabón más para lograr sobrevivir en la sociedad en la que vivimos.

Matteo Balsano y Simón Álvarez eran la clase de chicos que preferían estudiar un viernes por la noche antes que salir de fiesta, y terminar con una resaca de aquellas en las que no recuerdas ni tu nombre como muchos de sus compañeros lo hacían, y es aquí es donde ellos tenían ventajas con los profesores por ser excelentes alumnos, ambos chicos se conocieron en el colegio, y decidieron estudiar juntos serían los mejores Ingenieros automotriz e instalarían su propia tienda, Claro que para eso faltaba bastante, y ellos solo iban en primer año, pero soñar es gratis.

—Esta clase estuvo más que difícil—se quejó Simón.

—No tanto—respondió Matteo.

— ¿Así que mi prima y tú están en algo?—preguntó el castaño.

—Define estar... Porque tú y yo estamos—dijo Matteo queriendo evitar el tema.

—Sabes a lo que refiero...Lo que no entiendo es por qué de todos los pretendientes que tiene mi prima, te eligió precisamente a ti—decía Simón tratando de encontrar una explicación lógica.

—Eso es obvio soy guapo, soy más grande que ella, soy italiano—explicó Matteo con una sonrisa triunfante.

—¡Si todo eso! Pero se conocen hace 2 semanas—dijo Simón extrañado.

—¡Ay Simón! La vida pasa así rápido no puedes estar esperando toda la vida por alguien—dijo el chico mirando su celular.

—¿Lo dices por Ámbar?—cuestionó.

—Amigo lo digo por ti, deberías buscar en otros lados... Ámbar tiene novio y dudo que lo deje—respondió Matteo.

—Algún día lo hará... Y tú solo te pido que cuides a Emilia ella es como mi hermana—advirtió, y Matteo sólo sonrió en señal de aprobación.

*****

—Al fin terminamos—dijo Nico relajado.

—Anda a dejarlo—pidió Ramiro.

—Yo voy—sugirió Delfi.

—Bueno nosotros iremos al comedor—dijo Emilia saliendo junto a Ámbar y Ramiro.

—Yo esperaré a Delfi—dijo Nico.

—Vaya pensé que se habían quedado encerrados—bufó Gastón.

—Terminábamos un trabajo—explicó Emilia.

—Emi hola—Benicio se acercó a saludarla muy animadamente causando risas y extrañeza en algunas personas.

—Benicio vamos a pedir algo de comer—Ámbar se acercó a su novio y juntos fueron hasta el mostrador para ver que podían comer.

—Él es Gastón—dijo Nico señalando a al chico.

—Hola soy Delfi—se presentó la pelinegra.

—Gastón para lo que quieras—dijo el chico algo nervioso por la presencia y belleza de la chica.

—Pedimos una pizza familiar... Hola soy Benicio tú debes ser Delfi—el chico saludó y luego se sentaron fue algo incómodo, pues si las miradas mataran algunos ya estarían muertos de amor o de odio, pero nadie dijo nada, sin embargo, las sospechas no se hicieron esperar...

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He aquí el primer capítulo espero les guste  voten y comenten me encanta leer sus reaccione!

Besos! 

Y disfruten esta novela tanto como yo !!

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