CAPÍTULO 9: LOS PRIMEROS CASOS

Madison

— Tengo que... tengo que ducharme — alcanzó a decir mientras se levantaba de la cama para apagar la alarma.

— Si... yo tengo que prepararme — me levanté torpemente y salí de la habitación sin comentar nada más. Sentía que aún no había recuperado el aliento del todo.

«¿Enserio iba a haber pasado?» 

Me pregunté a mí misma en mi cabeza. No tuve mucho más tiempo de pensar en ello porque Stephen apareció al fondo del pasillo saliendo de su habitación.

— Hombre, que madrugadora Madison — dijo mientras se colocaba los puños de la camisa.

Ya desde primera hora de la mañana tenía ese aire superior tan suyo. Trate de sonreírle para no tener siempre la misma cara de asco cuando le veía, pero me costaba.

— Si... hay examen a primera hora, quería repasar antes de entrar al instituto — mentí.

— ¿Te ibas en pijama?

Bajé los ojos hacia mi ropa y volví a mirar a Stephen.

— Eh no, iba al baño primero — la puerta de Ashton se abrió detrás de mí y me quedé congelada al verle otra vez sintiendo que no podía moverme del sitio —. Mejor voy luego — me atraganté con las palabras y di media vuelta hacia mi habitación.

Cerré la puerta y me regañe a mí misma por haber tenido esa reacción tan estúpida. No había pasado nada, nada por lo que tuviera que estar comiéndome la cabeza. Habíamos tenido un momento de confesiones y eso había sido todo. Confesiones por su parte porque yo aún no había soltado prenda.

Ashton quería ayudarme al igual que yo a él y yo solo estaba sacando las cosas de contexto. Debería haberle colgado un cartel de "intocable" a la espalda para recordármelo a mí misma porque así debía ser. Una pieza de cristal que tenía prohibido tocar porque sabía que la acabaría rompiendo.

Vestirme me tomó más tiempo del normal. No paraba de darle vueltas a miles de cosas en mi cabeza entre prenda y prenda. Me quedé mirándome en el espejo de mi habitación esperando que me diera una respuesta correcta. Pero el reflejo era el mío, esa era la respuesta. Una continua disputa entre lo que desearía ser y lo que realmente era.

Puro caos.

El sol se asomaba entre las rendijas de la ventana. Contenía una luz dorada propia del amanecer derritiendo la nieve del día anterior, en su ciclo infinito. Por mucho que la nieve tratara de permanecer, el sol venia cada mañana a acabar con ella para más tarde volver a cederle el turno al frío. Así nada permanecía constantemente intacto.

Una sutil metáfora de que ninguno de nosotros pertenecíamos a un lugar concreto hasta que realmente deseamos volver de nuevo y formar parte de ello. Seguramente esa era la razón por la cual sabía que no pertenecía a ningún lugar, porque aún no había querido volver a ninguno.

Salí de mi habitación y la puerta del baño estaba abierta. Ya no había nadie dentro. Pasé de largo y bajé a la cocina. Lena estaba sentada en la mesa removiendo el café con la mirada perdida. Por desgracia me estaba acostumbrando a verla así e iba en aumento al igual que el comportamiento extraño de Stephen. Apenas notó mi presencia dentro de la cocina.

— Lena, ¿va todo bien? — la toqué al ver que no reaccionaba.

Parecía que estaba ida y sobre todo demasiado cansada al ser solo las siete de la mañana.

— Si, Madison perdona. He tenido una noche larga en el hospital —se apretó el puente de la nariz y frunció los ojos tras responder.

— ¿Hay algún problema? Últimamente te pasas más tiempo allí que en casa, seguro que apenas duermes un par de horas al día.

Me miró y dio un largo trago a su café.

— No debería de decir nada, pero la situación en el hospital está empeorando por eso necesitan que todos los sanitarios posibles doblemos turno.

La miré confusa. Su mano temblaba sujeta a la taza de café, dudosa de si continuar hablando.

— ¿Por qué necesitan más sanitarios? ¿Qué es lo que ocurre?

Mi preocupación era notable porque se veía lo derrotada que estaba. Siempre estaba metida en el hospital desde primera hora de la mañana hasta pasada la medianoche y tenía que tener una explicación lógica. Ashton apareció por el umbral de la puerta haciendo que las dos lo miráramos. Parecía que Lena estaba esperando a que apareciera para contar lo que ocurría.

— ¿Pasa algo? — preguntó sentándose a nuestro lado.

— Llevamos algún tiempo con casos de intoxicación por drogas en jóvenes, pero todos ellos admiten no haber consumido nada que haya podido provocárselo. Todos los que vienen al hospital entran en muy malas condiciones y no sabemos a qué se debe aún. La policía piensa que alguien está tratando de drogarles por alguna razón... No quería decir nada para no preocuparos, pero los casos están aumentando con los días. Quiero que tengáis cuidado y vigiléis a la gente que os rodea.

— Pueden ser robos sin más, ¿no? — sugirió Ashton —. Que les estén drogando para poder robarles sin que se resistan.

— Podría ser, pero tienen todas sus pertenencias cuando llegaban a urgencias.

Los pelos se me empezaron a poner de punta.

«¿Ahora debía estar alerta para que nadie se acercara demasiado a mí por miedo a que me drogaran?».

— ¿Desde cuándo lleva ocurriendo? — me atreví a preguntar. La policía debía tener el secreto bien guardado ya que en el instituto no habíamos oído hablar de nada parecido.

— Un par de días, pero es demasiado alarmante. No sabemos que querrá esa persona porque los chicos muestran tener lagunas mentales, no recuerdan la mayoría de las cosas. Estamos ayudando a la policía todo lo que podemos, pero sin los testimonios de los chicos no tenemos nada.

Ashton resopló.

— Por eso el padre de Alex ha estado sin parar de trabajar, ¿verdad? — preguntó Ashton.

Lena asintió.

— ¿Qué tiene que ver el padre de Alex con todo esto?

— El padre de Alex es el jefe de policía de la ciudad. Sabía que algo raro estaba pasando cuando Alex me dijo que apenas estaba viendo a su padre por casa.

— Si el padre de Alex no le ha dicho nada no podéis decírselo. Estamos tratando de mantenerlo en secreto el mayor tiempo posible para no causar el caos entre la gente.

— Si alguien se está dedicando a drogar a adolescentes la gente debería saberlo al igual que nos lo estás contando a nosotros — le repliqué.

Soltó la taza de café y nos cogió a ambos de las manos con la mirada sumergida en nosotros.

— De momento no es lo idóneo Madison. Os lo he contado porque quiero que os cuidéis el uno al otro y estéis pendientes de vuestros amigos en el instituto porque yo no puedo hacerlo. Se supone que nadie fuera de los hospitales y de las comisarias conoce esto. En el momento que esto se sepa públicamente será más complicado dar con quien lo esté haciendo.

Lena estaba en lo cierto. Contra más gente conociera lo que estaba ocurriendo, más riesgo tenía la policía de acabar en un callejón sin salida. Todos se echarían las culpas entre ellos desconfiando de hasta su propia sombra y probablemente el verdadero responsable no volvería a asomar la cabeza. Lena no nos podía contar nada más, pero era suficiente como para permanecer alerta. La situación era alarmante y lo peor era la expresión de Lena al saber que ella no podía hacer nada al respecto.

— ¿Y cómo son los síntomas? — preguntó Ashton.

— Son síntomas cercanos a una sobredosis. Respiración agitada, náuseas, aspecto cansado, fiebre... en cuanto investiguemos más con las pruebas de sangre que les estamos haciendo podre saber más.

Aquella lista de indicios me dio de pensar. Había estado con una persona el día anterior con signos parecidos.

— Por lo que sudoración también, ¿verdad? — pregunté mientras mi mente seguía rebuscando en mi cabeza.

— Sí, es uno de los síntomas más frecuentes también. ¿Conoces a alguien con esos síntomas?

— Puede que no sea nada, pero... — dirige mi mirada hacia Ashton — ¿Te acuerdas de que ayer Alissa estaba muy rara? Yo no la conozco, pero en el recreo estaba totalmente ida. Luego antes de salir del instituto me la encontré en los baños y estaba sofocada frente al espejo y sudando, pero el tiempo que hace aquí no es precisamente el más cálido como para sudar.

Ashton dirigió su mirada hacia la mesa, recorriéndola de esquina a esquina como si tratara de recordar a Alissa el día anterior.

— Es cierto y yo no he sabido nada de ella desde ayer. Fue la única que no estuvo en el partido y ni me había dado cuenta...

— Podría estar pasándole lo mismo — nos afirmó Lena.

No era precisamente cercana a Alissa, pero si alguna persona había estado lo suficientemente cerca de ella como para drogarla sin que ella lo supiera, era posible que también estuviera cerca de nosotros. Pero lo peor de todo era que nadie se había percatado de la ausencia de Alissa desde el día anterior en la última hora.

— Cuando lleguéis a clase comprobar que está y si no me llamáis para ver si está en el hospital.

Apenas llevaba media hora levantada y el día ya empezaba más enrevesado de lo que me había imaginado. Ahora no solo tenía mis batallas pendientes en mi lista si no que tenía que añadir un criminal en la siguiente línea.

¿Si no había robo de ningún tipo que querían de ellos? Bueno mejor dicho de nosotros ya que entrabamos en el rango de edad y era lo que más asustaba a Lena. Tal vez debería de haberme sentido más vulnerable, pero sabía que nadie podría acercarse a mí con esas intenciones sin salir herido en el intento. Pero si me asustaban los demás. Lo que le pudiera ocurrir a Ashton, Nancy y Alex. Incluso en ese momento se me pasaron por la cabeza Harper, Connor y Alissa. También estaban desprotegidos como el resto de los chicos de la ciudad.

— Deberíamos irnos ya. Será mejor que lleguemos cuanto antes y comprobemos que Alissa está bien.

Asentí con la cabeza tratando de procesar aún toda la conversación.

— Voy a por el abrigo — salí de la cocina y me puse el abrigó para colgarme por encima la mochila.

Lena y Ashton estaban cuchicheando en la cocina, pero no lo suficientemente bajo como para que no los pudiese oír.

— No la pierdas de vista por favor — le pidió Lena en un tono casi de súplica.

— Nunca permitiría que le pasara nada — la consoló con un pequeño abrazo y después se acercó a la puerta.

Fingí que no les estaba escuchando, pero no pude esconder la sonrisa que se formó en mi cara al oírle. Después quise darme una bofetada por haber sonreído por eso.

— Tener cuidado, ¿vale? — Lena no pudo reprimir las ganas de abrazarnos a ambos antes de marcharnos por la puerta.

— Lo tendremos — le aseguré tratando de calmar sus nervios.

Nos faltaban muchos datos por saber para poder protegernos al cien por cien, pero era lo que teníamos por el momento. Lena se iba a ir de nuevo al hospital a seguir batallando con lo fuera a venirle ese día y nosotros solo necesitábamos estar atentos a lo que ocurriera a nuestro alrededor.

Era seguro que la situación seguiría en aumento si nadie había descubierto aún quien era la persona que lo estaba causando. Solo acaba de comenzar y los casos se habían escondido realmente bien ya que en el instituto nadie se había alarmado por un comportamiento extraño en ningún estudiante. Menos la apariencia de Alissa que habíamos pasado por alto el día anterior.

Podríamos estar más pendientes de lo que sucediera en nuestro entorno y jugaba con un as bajo la manga. Si el efecto de esas drogas provocaba fiebre en la persona que las tomara, con la ayuda de mis ojos podría captar ese cambio de temperatura. Lo complicado iba a ser poder utilizarlos sin llamar demasiado la atención, pero no me iba a privar de usarlos si eso podía ayudar a la gente. Por una vez tenía la oportunidad de cambiar el uso de mis poderes y no la iba a dejar pasar.

Ashton caminaba a mi lado, en completo silencio. Parecía demasiado serio, concentrado en algo que daba vueltas en su cabeza.

— ¿A que le das vueltas?

Sacudió la cabeza y me miró.

— Nada, es que... — hizo una pausa —. Me parece todo muy extraño. O Lena no ha querido decirnos más o algo falta.

— Supongo que aún no sabrán mucho más. Si dice que los chicos no son capaces de explicar lo que les ha pasado...está complicado averiguar más.

— No deberíamos de estar separados, al menos hasta que sepamos de que va esto.

No había sido capaz de separarme de él desde que habíamos arreglado las cosas asique no creía que me fuera a escuchar a mi misma en adelante.

Asentí con la cabeza y él me sonrió.

Sentía que se me daba la vuelta al estómago cuando hacía eso. Mirarme y sonreírme sin razón aparente. Parecía que ambos estábamos evitando hablar de un tema mayor. Qué había ocurrido esa noche o que había estado a punto de ocurrir.

Necesitaba saber si había sido imaginación mia o él también lo quería.

Estar a solas con él cada vez se hacía más peligroso, pero lo necesitaba. Era demasiado egoísta por mi parte, pero no podía ocultarlo por más tiempo. Me gustaba estar en compañía de Ashton, aunque eso pudiera acabar en catástrofe. Todo riesgo era poco por poder pasar tiempo a su lado.

Llegamos a la acera del instituto antes de que sonara el timbre. Mis ojos iban de un lado a otro recorriendo el parking en busca de Alissa, pero no la encontré. A quien si vi fue a Nancy de camino a la entrada. Me frené en seco al verla, sintiendo de nuevo esa punzada en el pecho.

— ¿La has encontrado? — preguntó Ashton al ver que me detuve.

— No, he visto a Nancy y ni si quiera he pensado aún que decirla — suspiré pasándome las manos por el pelo.

— Tu ve a hablar con ella. Explícaselo como me dijiste a mí y lo entenderá, estoy seguro. Yo buscaré a Alissa, a ver si alguien la ha visto.

— Está bien... te veo en la primera hora.

Me dio un apretón en el hombro como si no se atreviera a más. Yo tampoco me veía capaz de acercarme tanto a él de nuevo.

Nos separamos y yo entré para seguir a Nancy. Ashton se dirigió al aparcamiento para seguir buscando a Alissa. Abrí las puertas de la entrada y la vi de nuevo girando en la esquina del pasillo. No supe que estaba haciendo en ese momento ya que no tenía pensado nada que decirle. Nada que fuera a arreglar las cosas. Aun así seguí tras ella, tratando de encontrar la respuesta a cada paso que daba.

Me frené en seco en el pasillo.

No podía hacerlo.

No así porque podía empeorar más las cosas si iba a quedarme callada frente a ella. Nancy llegó a la puerta de clase y sabía que no podría evitarla por mucho tiempo, pero me di la vuelta temiendo que me viera ahí plantada mirándola. Al girarme tratando de huir, me choqué de frente con Alex.

— Oh, lo siento Alex. No te he visto.

— ¿A dónde ibas tan rápido? La clase esta para el otro lado — soltó una carcajada, pero yo aún intentaba que Nancy no me viera.

Estaba siendo una cobarde como de costumbre, pero entraba pánico solo de pensar en volver a hablar con ella y que estuviera igual de decepcionada cuando mis respuestas fueran las mismas.

— Tengo que ir un momento fuera — traté de pasar de largo, pero Alex se puso en frente de nuevo.

— Me parece que no, no estarás evitando a Nancy, ¿verdad? — me acusó de forma burlona.

— No, claro que no — mentir no se me daba bien y él se dio cuenta.

— Mejor porque ahí viene — se río una última vez y se marchó por el pasillo.

Mierda.

«¿Está ahí o solo me lo ha dicho para ponerme a prueba?».

No me costó mucho averiguarlo ya que a los pocos segundos sentí una mano sobre mi hombro.

— ¿Madison? — la voz de Nancy a mis espaldas me confirmó que Alex no mentía.

Me giré, manteniendo la calma. La tenía delante de mí asique había llegado el momento.

— Hola Nancy... ¿cómo estás?

— Bien, bueno... estuve pensando en lo de ayer y quería decirte que no fue justo por mi parte ponerte en una situación así... entiendo que tengas cosas que necesites guardarte para ti asique lo siento...

«¿Se está disculpando ella?».

Las tornas habían cambiado y ni si quiera lo había visto venir. Me quedé muda unos segundos procesando que decirla. ¿Cómo podría decirle que la perdonaba si ella no había hecho nada? Pensaba que estaría cabreada como el día anterior o como mínimo indignada conmigo, pero acababa de venir a pedirme perdón por algo que no había hecho.

— Nancy no tienes que disculparte tú, yo hice las cosas mal y lo siento... solo necesito tiempo — volvía a repetirme, pero ese no era el lugar indicado para darle más explicaciones.

— Lo entiendo de verdad, confió en ti. Sé que tienes tus motivos y debo respetarlo.

No supe que decir de nuevo. De todas las maneras en las que me había imaginado acabando esa conversación, esa no fue una de ellas.

El tema había quedado aparcado por el momento y no había tenido que contarle nada sobre mis poderes ni lo que me había estado ocurriendo los últimos días.

— Gracias, de verdad.

Me sentía aliviada de nuevo. El nudo en el estómago se había aflojado dándome un respiro. Debía tener cuidado de mis próximos movimientos para no volver a complicar la situación si Nancy estaba involucrada, pero esa paz no me iba a durar mucho. Ashton venía directo hacia nosotras.

— Harper no la ha visto desde ayer al igual que los otros y aún no ha llegado al instituto — dijo él con velocidad.

— ¿Quién no ha llegado al instituto aún? — preguntó Nancy.

Ashton acababa de aparecer justo en el peor momento. Lena nos había pedido que no dijéramos nada de lo que estaba ocurriendo y Nancy estaba delante. Le lancé una mirada a Ashton para que entendiera que su intervención no había sido lo más oportuno, pero ya era tarde. No iba a seguir ocultándole cosas a Nancy, no después de que dijera que confiaba en mí de nuevo.

— Alissa estaba algo rara ayer, ¿recuerdas? Creemos que la ha podido pasar algo porque no ha venido a clase aún y desde ayer nadie la ha visto.

No era muy claro, pero le daría más detalles cuando estuviéramos a solas. Ashton no dijo nada al respecto, supuse que entendía que la situación estaba pendiendo de un hilo y no podría soportar más secretos.

— ¿Enserio?, puede que esté con Connor — sugirió ella.

— No creo. Ayer se pelearon durante el recreo, ¿recuerdas? — respondí.

— Además Connor está ahí — Ashton señaló con su barbilla al pasillo por el que venía Connor.

Venía entre risas con los jugadores del equipo de hockey. Ni si quiera se habría parado a pensar en Alissa ni un segundo.

— Deberías hablar con Alex — le sugerí a Ashton.

Esperé que entendiera que lo decía por su padre, siendo el jefe de policía sabría algo más y con suerte se lo habría contado a Alex al igual que Lena a nosotros.

— No voy a meterle en algo así.

— Créeme que sé a dónde llevan los secretos y no deberíamos guardar esto para nosotros. No te lo perdonarías si le pasara algo a Alex por no contarle esto.

Ya no iba a dar marcha atrás. Tenía miedo por lo que nos pudiera ocurrir a todos e ir tapando la verdad solo le daba ventaja a aquella persona. Si Alissa había sido uno de sus conejillos de indias debíamos saberlo. Ashton me miró detenidamente, como si estuviera tratando de elegir la elección correcta. Sabia tan bien como yo que estar a ciegas no nos iba a ayudar.

— Lena nos va a matar — había accedido, pero aun así le preocupaban las consecuencias.

Negué.

— No tiene por qué enterarse, confía en mí — el timbre sonó y me dirige a Nancy —. Te lo contaré todo después, te lo prometo.

Ella asintió, algo aturdida por lo que acababa de pasar porque desconocía de que se trataba. Sabía que no supondría ningún problema el hecho de que Nancy y Alex conocieran lo que estaba ocurriendo. Todos estaríamos juntos y podría protegerles el tiempo que fuera necesario o al menos intentarlo. Aunque pensar en que mis poderes se pudieran descontrolar con ellos cerca me asustaba. Siempre había tenido la duda de en qué momento sería capaz de convivir de una manera totalmente normal con mi poder, pero no veía ese día llegar. Lo veía cada vez más lejos al sentir que todas las emociones que tenía a mi alrededor me descontrolaban el doble.

Mis sentimientos encontrados por Ashton, el aprecio que sentía por Lena, el cariño que le tenía a Nancy, el vínculo que se estaba formando con Alex e incluso el odio que empezaba a crecer en mi interior por Connor. Todas esas sensaciones me acabarían llevando al límite.

Estaba sintiendo demasiado y ya no podía detenerlo.

Tanto por lo bueno como por lo malo era una Madison nueva. Mas descontrolada pero más viva que nunca. Sintiendo la necesidad de defender a la gente que le importaba con dientes y uñas. Como si fuera una heroína cuando siempre había sido la mala.

Podía rescribir mi historia.

La primera clase se me hizo demasiado larga. Las miradas de Harper desde el otro extremo del aula me apuñalaban las espaldas lo que seguía haciendo que me preguntara que la había hecho. Al instante recordé que en la madrugaba había estado a punto de besar a Ashton y sentí que me merecía todos y cada uno de sus lanzamientos.

Ella no podía saberlo. Básicamente porque no había llegado a ocurrir nada y si Ashton la hubiera dicho algo yo estaría muerta. Harper se habría encargado de matarme de alguna manera retorcida. Alex creía que estábamos en una lucha por la atención de Ashton y que yo iba ganándola, pero no sentía que fuera así. Yo no estaba peleando por nada que ella no tuviera.

Fijé mi vista en Ashton, fantaseando más de lo que debería. Parecía desconcentrado totalmente. En el primer tercio de la clase apenas se movió manteniendo su cara fija sobre la superficie de la mesa. Como si estuviera esperando que el pupitre le diera una respuesta.

— Tierra llamando a Madison — susurró Nancy mientras me daba un pequeño codazo haciendo que reaccionara.

Nancy abrió un poco más sus ojos e inclinó su cabeza hacia adelante esperando a que dijera algo.

— Perdona me he quedado un poco ida.

— ¿Un poco ida? No has parado de mirarle en toda la hora, ¿qué ocurre?

Dudé un segundo, pero ¿por qué no contarle lo que me llevaba rondando por la cabeza desde esa la noche?

— Anoche casi ocurrió algo. Algo en lo que no puedo dejar de pensar... algo que no puedo dejar que pase — dije tratando de mantener el tono de voz más bajo que pude.

— ¿Con él? — frunció el ceño.

Asentí, echándole una última mirada a Ashton antes de responder.

— Creo que casi nos besamos.

Levantó las cejas esperando a que dijera algo más pero no sabía cómo continuar con la frase.

— ¿Te gusta?

El enredo de nervios que se me creaba en el estómago cada vez que le veía no podía significar otra cosa.

Con mi silencio ya lo estaba admitiendo.

Me gustaba Ashton.

— Pero... ¿no sería un poco extraño? — añadió Nancy —. Se supone que aquí sois hermanos, ¿no? Al menos eso cree la gente. Que hubo un problema en tu registro del instituto y que tu apellido desde un principio era Allen.

— Una razón más para mantenerme alejada de él — susurré.

Debía seguir viéndole como una pieza de cristal que podía romper. Algo intocable a lo que cada vez me costaba más mantenerme alejada.

— ¿Te puedo decir algo?

Atrajo mi atención y la miré, esperando lo que iba a decir.

— Sé lo que es distanciarse de todos, como si nada ni nadie te importara y solo hay un motivo para eso Madison.

«Es el resultado del dolor». Me dije a mi misma.

Nancy también sabía lo que era el rechazo, las miradas que te juzgaban y la sensación que eso provocaba.

— Si lo sabes, ¿por qué quisiste ser amiga mía? — solté de forma directa.

Lo pensó unos instantes y después habló.

— Creo que entre las personas rotas nos reconocemos. Vi a alguien igual a mí cuando te vi.

La profesora chistó en señal de que nos calláramos y Nancy se apartó de mi. Su respuesta me dejó pensando en una opción que no me quería plantear. Sabía que era cierto. Que esa coraza que tenía era el resultado del rechazo y el dolor. Puede que de la misma manera que Nancy había visto a alguien como ella en mi, yo me hubiera visto reflejada en ella.

Ashton estuvo distraído en el resto de clases  y podía haber varios motivos para ello. El primero quise ser yo. Tal vez estuviera pensando en lo que pasó esa mañana. Aunque tenía otras preocupaciones encima no dejaba de pensar en ello. En lo que había sentido estando tan cerca de él.

No debía sentirme así, no debía querer tenerle cerca.

El otro motivo, podía ser Alissa. Aún no se había presentado a ninguna de las clases. Ella era su amiga por muy malhumorada que pareciera estar siempre y Ashton estaría algo inquieto por no saber dónde estaba. Por alguna razón los demás no estaban preocupados por su ausencia. Harper era su supuesta mejor amiga, pero no estaba ni si quiera preocupada. Tal vez fuera normal en ella faltar a las clases, pero de los días que yo había llegado a asistir el día completo, si la había visto.

Connor parecía prestar atención en las clases, pero algo en su mirada me decía que estaba pensando en sus cosas, ¿también estaba tan tranquilo después de que Alissa llevara desde ayer sin aparecer?

Caí en la cuenta de que los únicos que conocíamos la verdad para suponer lo que podía haberle pasado a Alissa éramos Ashton y yo. No quería ser negativa, pero Alissa tenía todas las papeletas para haber sido una candidata para esos experimentos extraños. Puede que estuviera en su casa sintiéndose mal sin saber por qué, pero no teníamos modo de comprobarlo mientras estuviéramos en clase. Nos faltaban demasiados datos por parte de Lena para descubrir que ocurría.

Cuando llegó la hora del almuerzo, Ashton y yo decidimos hablar con Nancy y Alex sobre lo que estaba ocurriendo. No teníamos mucha información, pero debían saber al menos lo mismo que nosotros. Una parte de mi me decía que no era buena idea hacerlo pero, ¿cuándo había tomado yo una decisión correcta?

Desobedecer a Lena valía la pena si así Nancy y Alex podían estar más seguros. Antes de salir de clase, Ashton intercambió una mirada conmigo en la que pude ver la duda reflejada en él. Una parte de él también comprendía que lo que íbamos a hacer era necesario, aunque no fuera lo correcto.

Nos dirigimos todos a la cafetería. No pude evitar pensar en que opinaría Harper al vernos a todos en grupo yendo a su propia mesa.

— ¿Qué vamos a hacer cuando Harper y Connor vengan? ¿Deberíamos contárselo también? — pregunté mientras avanzamos por el pasillo.

— Están yendo a la pista para el entrenamiento, le he pedido a Harper que fuera y le dijera a Connor que Alex y yo íbamos en unos minutos.

— Vale, no tardaremos mucho — le respondí.

— La verdad es que me estáis asustando con todo esto — dijo Nancy.

— Sí, no tiene muy buena pinta — dijo Alex dirigiéndose a Ashton — ¿Se puede saber que ocurre?

Ashton suspiró, aun no muy seguro de saber cómo manejar todo aquello. Nos sentamos en la mesa tratando de mantener la calma, pero nuestras miradas nos delataban. Me adelanté a hablar al ver que Ashton no pronunciaba palabra.

— Hemos estado hablando con Lena esta mañana y nos ha contado algo que ha estado ocurriendo en el hospital... en verdad tiene que ver con toda la ciudad y nos involucra a nosotros.

— ¿Nosotros? — preguntó Nancy frunciendo el ceño.

Ashton parecía tenso, pero continuó con la conversación.

— Han llegado algunos casos al hospital de adolescentes con síntomas cercanos a una sobredosis. Juran no haber ingerido nada por voluntad propia, pero no recuerdan haber estado con nadie que les pudiera haber hecho eso — le echó una mirada a Alex, mirándole fijamente a los ojos como si estuviera esperando que reaccionara —. Les estuvieron haciendo análisis, pero no creo que Lena se arriesgue a contarnos más.

Alex soltó un suspiro acercándose más en su silla al centro de la mesa.

— ¿No se sabe que quiere esa persona o personas que están haciendo esto? — preguntó Alex mientras pasaba su mirada de mi a Ashton.

Ashton y yo negamos con la cabeza.

— ¿Por eso estabais buscando a Alissa esta mañana? — dijo Nancy mostrándose preocupada. Por muy mal que se llevaran entendía la gravedad de la situación y que Alissa podía estar en problemas.

— Si. Puede que no haya venido por que la haya ocurrido algo relacionado. Ninguno la ha visto desde ayer — contestó Ashton en un suspiro como si se sintiera ahogado de nuevo.

— Yo fui la última en verla ayer en el baño y... posiblemente tenía los síntomas, estaba muy rara.

— Habrá que encontrar a Alissa y ver que ha ocurrido con ella — sugirió Alex —. Lo más probable es que esté bien.

— Puede que tu padre sepa algo más. Han tenido que denunciar lo ocurrido — respondí.

— Si están en una investigación no me dirá nada. Probablemente Lena tampoco debía de haberos dicho nada.

— Nos lo ha contado a Ashton y a mí porque tiene miedo, cree que estamos expuestos cada vez que salimos de casa.

— Pero ¿por qué haría alguien algo así? ¿Qué quieren conseguir? — preguntó Nancy.

Me encogí de hombros sintiéndome impotente por no poder aclarar más el tema ya que no sabíamos más.

— No se sabe nada porque no tienen agresiones de ningún tipo ni les han robado nada. De momento no lo van a compartir para que la gente no se ponga histérica, pero si esto empeora lo harán público para alertar a la gente.

Alex y Ashton se levantaron de la mesa echándose una última mirada haciendo que me cuestionara si sabían algo que yo no. Habían estado mirándose como si conocieran un detalle que a mí se me había pasado por alto.

— Nos tenemos que ir a entrenar, os vemos luego — Ashton se levantó de la mesa junto con Alex y se marcharon dirección a la pista.

Las dos nos quedamos en la mesa, sumergidas por el barullo de la cafetería y yo por el ruido de mi propia cabeza.

— ¿No crees que es un poco extraño? — me preguntó Nancy después.

— Ya, a mí tampoco me gusta esto...

— No, eso no — Nancy se quedó pensativa unos instantes —. Bueno lo que está ocurriendo es escalofriantes no extraño realmente, pero me refiero a ellos dos, ¿no te parecía que sabían algo más?

Me quedé callada unos segundos pensando en que contestarle ya que si Nancy opinaba lo mismo que yo no podía ser coincidencia. Se habían estado mirado como si mantuvieran una segunda conversación entre ellos en sus cabezas.

¿Podrían saber algo que nosotras no?

— He pensado lo mismo — confesé —, pero ¿qué motivo podrían tener para no decírnoslo?

— Ya sabes que todos tenemos secretos — dijo haciendo alusión a lo que yo misma me callaba con todos, pero no lo hizo con malicia sino como recordatorio de que todos teníamos cosas que callábamos y no podíamos compartir.

Solté un suspiro apoyándome sobre el respaldo de la silla. Cada vez todo se volvía más confuso haciendo que cada respuesta se tornara en un callejón sin salida.

— Entonces supongo que tendrán sus motivos — dije mientras volvía a acercarme a ella — ¿quieres que hablemos de lo que ibas a contarme ayer?

— Estoy más relajada con el tema... puede que fueran alucinaciones mías.

— Aun así, me gustaría saberlo, de verdad. Estabas muy mal por ello y no pudimos hablarlo...

— Esta bien... — se acercó más a mi comenzando a susurrar —. Era sobre mi madre, ¿recuerdas? Lleva un tiempo comportándose de forma muy rara y hubo una vez en la que también se comportaba así.

— ¿A qué te refieres con que se comporta de una forma rara?

— Cada vez que la veo es como si la estuviera pillando haciendo algo, se pone nerviosa, está todo el día fuera, aunque no la toque trabajar y evita decirme a donde va.

— Y, ¿qué ocurrió?

— Fue cuando empezó a verse a escondidas con el padre de Harper.

Mi expresión cambió a una más seria al entender a que se refería Nancy. Sus palabras me hicieron pensar. Esa actitud nerviosa y su ausencia constante la estaba presenciando yo en Stephen desde hacía días. Podía ser una coincidencia o que Nancy estuviera en lo cierto, pero decidí no darla más problemas ya que era una suposición de la cual no tenía pruebas. Stephen podía ser quien estuviera viéndose con Sharon a escondidas de todos. Probablemente la que no hubiera notado su ausencia era Lena al pasarse todo el día en el hospital y él aprovechaba para marcharse sin esperar encontrarse conmigo.

— ¿Crees que se está viendo con alguien ahora?

Asintió.

— Y por cómo actúa me temo que sea otro hombre casado... ¿Sabes qué ocurriría si toda la historia se repite de nuevo? Podría ser el padre de Harper de nuevo, el de Connor o incluso el de Alex... — suspiró enterrando sus manos en su rostro —. Todos volverían a echarme las culpas de todo.

— No tiene por qué ser así — dije mientras me acercaba más a ella — la culpa no es de tu madre. Ella no está casada y si la otra persona lo está, es su responsabilidad lo que haga.

— La gente no lo vería así. Ya lo hicieron una vez poniéndose todos de parte de Harper. Además, su padre es el alcalde asique creyeron que mi madre era una manipuladora que solo quería sacarle el dinero... Necesito saber quién es, no quiero más problemas.

— ¿Si hablas con ella crees que te lo diría?

— Lo dudo. Lo negaría y sé que está con alguien.

— Puedo ayudarte si quieres. Stephen trabaja con ella, puedo intentar averiguar si ha pasado alguien por el bufete a verla o si ha mencionado a alguien en el trabajo.

Puede que sí que fueran imaginaciones mías y ellos solo fueran compañeros de trabajo ya que sería lo más razonable, pero si Stephen se ponía nervioso al preguntarle por Sharon, tendría al culpable.

— ¿Y si fuera Stephen? — preguntó con miedo —. No quiero decir que Stephen sea así, es solo que puede que... no sé...

Me quedé callada por unos segundos sin saber que contestar.

— No... no te preocupes Nancy, entiendo a qué te refieres — suspiré, cansada de que mis problemas comenzaran siempre con Stephen —. Llevo viviendo con ellos semanas, pero siento que no conozco a Stephen para nada. Si fuera él, lo averiguaré y serás la primera en saberlo.

Suspiró como si estuviera agotada por la situación, guiando su mirada por encima de la mesa hasta llegar a mí.

— Esto no es nada justo... lo siento por si fuese cierto... yo...

— Nancy tú no tienes que pedir perdón, ni nadie realmente. Aún no sabemos si tu madre está viendo a alguien o está comportándose diferente por alguna otra cosa.

Nancy parecía más aliviada al haber compartido el secreto que la atormentaba conmigo, aunque hubiera pagado lo que fuera por conocer que ocurría con ellos. Esperaba equivocarme y que Stephen no tuviera la vergüenza de engañar a Lena con la madre de Nancy.

Seria Stephen el que tendría que lidiar conmigo y darme una explicación si no quería que le quemara los pantalones llevándolos puestos. Lo que menos necesitaba Lena en ese momento era una infidelidad. No podía imaginarme como eso la destrozaría.

Nos fuimos a la siguiente clase como de costumbre encontrándonos a la gente a empujones por los pasillos. A medio camino Connor se cruzó en nuestro camino obligándonos a parar.

— Vaya prisas, ¿no? — dijo apoyando una de sus manos en la pared mientras se peinaba el pelo con la otra.

Suspiré al presentir que iba a empezar con uno de sus juegos.

— ¿Qué quieres Connor?

— ¿Por qué iba a querer algo? — dijo haciéndose el ofendido.

Levanté las cejas dándole a entender que siempre quería algo. No era una situación nueva.

— Venga empecemos de nuevo. Borra esa imagen tan mala que tienes de mí.

— La tengo porque tú has hecho que sea así.

— Solo dime que tengo que hacer para que eso cambie.

Rodé los ojos cansada por sus suplicas, ¿por qué le importaba tanto mi opinión sobre él? Había sido un capullo desde que le conocí y lo había hecho a conciencia.

— Tendrías que haberlo pensado antes — guie mis ojos hacia Nancy para que entendería que su error fue meterse entre ella y yo.

Pasé por su lado para dejarlo atrás, pero mis respuestas parecían no haber sido suficientemente directas como para hacer que dejara de insistir.

— Venga Madison, lo que quieras.

Nancy me echó una mirada, como si estuviera tratando de decirme que estaba igual de cansada de él como yo.

— ¿Lo que quiera? — dije tras girarme sobre mis talones.

Connor se asombró, pero no supe si era porque había accedido a intentar cambiar la imagen que tenia de él o porque quisiera pedirle algo a cambio.

— Si, dime. Puedo conseguir lo que sea.

— No es nada material — le aclaré.

— ¿Entonces?

— Quiero que te comportes con Ashton, que le veas como alguien del equipo ya que se ha ganado el puesto.

— ¿Enserio? — dijo soltando una risa —. Podrías haber pedido más, ¿lo sabes?

— Se que eso te costará más que cualquier otra cosa.

— Él y yo somos amigos, ¿recuerdas?

— A veces no lo parece, es como si le tuvieras envidia.

— Solo por ti, no creo que tenga nada más que me interese.

"No creo que tenga nada más que me interese".

— Yo no soy de nadie.

— Entonces no te importara quedar conmigo el sábado.

— ¿No estabas saliendo con Alissa? ¿A qué estás jugando? — le exigí saber empezando a cabrearme.

— A nada — respondió levantando las manos al aire —. Un favor por otro favor.

— No, tú quieres que cambie mi idea de ti asique lo único que tienes que hacer es tratar a Ashton como alguien más del equipo. Nada de citas, el favor te lo estoy haciendo yo a ti.

Pude ver en su cara que no estaba conforme con lo que había logrado, pero no iba a conseguir nada más por mi parte.

— Bueno todo a su tiempo — estaba resignado, mostrando una última sonrisa mordiendo su labio inferior como si ya estuviera planeando su próximo encuentro.

Me costaba creer que fuera a cambiar, pero en realidad me daba igual, mientras que dejara de mirar a Ashton por encima del hombro me servía. Por alguna extraña razón él quería que hiciéramos borrón y cuenta nueva, pero eso me hacía pensar más en que motivo tendría para ello.

— Tremendo novio que tiene Alissa... — susurró Nancy.

— ¿Se les puede considerar novios? — dije con ironía.

— Espero que no. Ni si quiera Alissa se merece a alguien así.

— Demasiado arrogante...

— ¿Quién es demasiado arrogante? — la voz de Ashton apareció a nuestras espaldas haciendo que me estremeciera al oírle.

Tenía la respiración entrecortada y las mejillas algo rojas. Llevaba el cabello mojado haciéndolo ver aún más oscuro de lo que ya era. El agua de sus rizos resbalaba en su sudadera creando algunas manchas pequeñas alrededor de sus hombros.

— Nadie — dije quitándole importancia —. A parte de la Sra. Kelly, claro.

— Yo que tú no hablaría muy alto, tiene oídos en todas partes — dijo mostrando una sonrisa.

— ¿Qué tal os ha ido el entrenamiento? — preguntó Nancy.

— Bien la verdad, me voy haciendo a ello. Este fin de semana tendré el primer partido, ¿vendréis?

Unos brazos se posaron en Nancy y en mí sobresaltándonos de nuevo.

— Claro que vendrán, tendrán un hueco en primera fila para que vean bien como le pateamos el culo al otro equipo — Alex estaba eufórico y al tener el pelo húmedo como Ashton comenzó a mojar nuestra ropa.

— Solo si dejas de asustarnos — respondió Nancy mientras reía.

— Pues puedo ser más silencioso — Alex rio y comenzó a sacudir su pelo sobre nosotras.

— ¡Alex para! — le pedí tratando de taparme el rostro al igual que Nancy sin poder evitar reírme.

Ashton vio como reíamos y comenzó a hacer el mismo movimiento que Alex mojándonos aún más.

— ¿No os han dejado una toalla para secaros el pelo? — solté entre risas.

— No nos ha dado tiempo — contestó Ashton encogiéndose de hombros.

Dentro de lo malo siempre había algo bueno. Ahí lo supe, en mitad de nuestras risas. Estaba a gusto, segura y hasta podría decir que feliz con ellos, pero eso no podía suceder así. No era buena para ellos. Y aun así ahí estaba. Riéndome a carcajadas como si fuera una más a pesar de que era una bomba. Era cuestión de tiempo que explotara y les arrastrara conmigo. No quería eso, no podría soportarlo.

Mi plan se estaba torciendo demasiado.

La Sra. Kelly pasó a nuestro lado echando una ojeada a todos los que estábamos ahí para que entráramos. Alex y Nancy se adelantaron cuando Ashton me dio un pequeño toque en el brazo haciendo que me girara. Esperé a que me dijera algo, pero simplemente sonrió.

Definitivamente mi plan se estaba yendo a pique.

Si me hubiera visto la cara me hubiera sentido estúpida, pero no podía mirarle de otra forma. Cada día era más importante para mí y no podía ignorar lo que sentía. Era una debilidad. Una debilidad que no quería tener, pero aun así seguía dejando que sucediera todos los días cada vez que él estaba cerca.

No esperé algo como él.

Alguien que despertara una parte de mí que nunca supe que tenía. Las mariposas que se formaban en mi estómago se quemaban antes de llegar a escapar. Era la respuesta de mi cuerpo para advertirme de que esos sentimientos eran peligroso, pero también significaba que eran reales.

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