Quédate Quieto

Apostar no es bueno, menos si sabes que existe la posibilidad de perder, estaban ahí debatiendo su futuro incierto con alguien que sabía perfectamente, lo odiaba, dorado y negro chocaron con intensidad.

Miro sus cartas una última vez, si fallaba Dios sabrá que le haría el bicolor que tanto lo odiaba, debió seguir dialogando para llegar a un acuerdo mejor, pero no, se encontraba apostando en un mísero juego de póker.

──── ¿Piensas tirar? ────esa mirada confiada no le transmitía nada bueno, le hacía sentir tan vulnerable como si no pudiese erguirse y verse intimidante, diez centímetros más intimidantes que el enano con olor a llama.

────Cállate Conchetumare. ────saco al fin, cuatro cartas de nueve, sus políticos se emocionaron al ver tan formidable y difícil de ganar método uso Chile, Perú se sorprendió un poco, no fue tan mal rival el de estrella como creyó.

Una escalera real hizo que el lado del peruano celebrara y el rostro de Chile palideciera, ¿Perdió? él había perdido, nunca creyó que se sentiría pequeño al lado del bicolor, no desde que los roles se invirtieron, donde el intimidador vivía en los zapatos del intimidado.

Hubo gritos de fondo pidiéndole a la representación de la blanquiroja pensarlo mejor, que una guerra no era la solución, la inestabilidad económica no era buena para una guerra y Chile lo sabía perfectamente.

────Si vienes a mi cuarto hoy en la noche y logras convencerme, cancelo todo y olvidare que tu gobierno casi hunde tres de mis barcos. ────tuvo miedo después de muchos años.

Cuando llego el momento sus manos sudaron, su garganta se secó y su cola tembló, tomo aire antes de pasar, no toco la puerta por mero desinterés en enunciar su llegada, y lo vio, el menor que lo orillo a venir solo para no iniciar otra guerra entre ellos. Él estaba ahí, en bata, bebiendo, con el cabello húmedo y la mirada perdida en algún punto de la habitación.

────Cierra la puerta con seguro, no me gusta ser interrumpido. ──── el de parche acato sin rechistar la petición, los nervios no lo dejaron mover más que su vista que seguía los ligeros movimientos del bicolor en bata, al final, cuando dejo de lado su bebida le miro directamente ──── ¿Sabes que voy a pedirte? o ¿te haces alguna idea? ────Chile siendo sincero consigo mismo no tenía idea de lo que pediría, no se esperó más que lo peor, tal vez solo tendría que dejarse golpear o en el peor de los casos humillar.

────Ninguna, ¿Qué quieres de mí? ────en medio de la pregunta le hicieron la señal de tomar asiento, acato sin despegar la mirada de los ajenos, la pequeña sonrisa perversa que le dedicaron no le dio buen presentimiento, es más, le calo en lo profundo de sus huesos.

────Ahí veces donde me pregunto ¿Qué sentiste tú? ────al verse desentendido aclaro sin borrar la sonrisita ──── ¿Qué sentías cuando estabas encima mío? ¿Disfrutabas la vista? ────el rubor se apodero de las mejillas del chileno, suponiendo que podía seguir aclaro su garganta levemente para soltar su petición ────Quiero que me dejes metértela, no, eso no, deja que te haga sentir lo mismo que yo, Chile. ────el nombrado se levantó enojado, se dispuso a dejar al loco y su loca proposición olvidando algo ────Entonces prepárate para la guerra, Chile. ────él no estaba ahí para hacer nada más que obedecer, se negaba a más sangre en su historia, se negaba con lo más profundo de su ser a tener que hacerle daño a alguien de nuevo.

────Bien... hare lo que me pides.

Comenzó la noche más larga que imagino.

Ya estaba desnudo en la amplia cama esperando mientras se mentalizaba para lo que venía, nunca fue "el de abajo" ¿Sería mucho pedir que el bicolor fuese lento? ¿Qué lo tratase con cuidado por ser su primera vez recibiendo? se respondió por su cuenta al verlo llegar igual de desnudo que él, había olvidado lo delgado y plano que era él menor, con esas casi inexistentes caderas y cintura apenas notable, las diversas marcar imborrables y lo que más le gusto en algún momento de su existencia, ese cabello ligeramente largo, poco más arriba de los hombros, que le encanto jalar junto a la piel sensible que portaba.

───Te sugiero que te prepares que no lo hare yo. ────claro, la ensoñación se le borro al verlo, también olvido lo imponente que llegaba a ser, lo fácil que era hacerse crecer las garras, si su espalda en su momento apenas pudo resistir aquello, temía por su integridad física "tranquilo, si te arranca algo, te volverá a crecer" se alentó mientras se preparaba con el lubricante que le arrojaron hace solo instantes.

Podía con esto, se siguió alentando, el precio de esa noche valdría si evitaba una guerra, no le importaba ganar o perder, le importaba quienes morirían, el sufrimiento de una noche valía todo, si con ello evitaba una guerra.

──── ¿Qué wea teni en la cadera? ────espantado miro un miembro de silicón que tenía, ¿Cuánto media esa mierda? ¿pensaba metérselo? se golpeó mentalmente por sus interrogaciones, claro que se lo metería no por nada lo tenía puesto.

──── ¿Creíste que yo te lo metería? no Chilito, quiero que sientas lo mismo que yo, sería lindo solo metértela. ────gateando se le aproximo el menor, se apoyó en sus piernas para luego arrodillarse en medio de sus piernas, al tomar una posición erguida tomo aquel aparato de satisfacción intima ────Según sé, te gustan grandes. ────el miedo no dejo que aclarara o negara nada, pues de una estocada le habían metido la punta.

──── ¡W-Weon! ¡Quédate quieto por la chucha!

──── ¿Te duele mucho?

──── ¡Sí, no t-

────Que bueno es verte sufrir Chile. ────otro poco se adentró en él, del dolor grito y sollozo, su cola se enrollo en la cintura para apartarlo, su diestra rasguño sin medir fuerza el brazo zurdo donde reposo para alejar al bicolor.

──── ¡M-Mierda! ────cuando sintió que por fin había terminado de sumergirse en él elevo la vista, le transmitió un claro mensaje, "Suéltame" vio lo que hizo, no solo la sangre escurría de su entrada, el brazo donde enterró sus uñas también lo hacía, su cola ya estaba dejando morada la cintura.

────Recién estoy metiéndola. ────y lo que más le asusto mirar, aun le faltaba la mitad, sabía que no planeaban esperarlo así que soltó lo debido despacio, dándole unos míseros segundos a su cuerpo de acostumbrase.

Estuvo así por un buen rato, sintiendo como si lo fuesen a atravesar, con su entrada ardiendo como el infierno, con los ojos nublados por sus lágrimas, su propia cintura fue rasguñada con las filosas garras del bicolor, su cuerpo empañado de sudor, se sintió al borde del desmayo, toda esa mierda para que esa cosa terminara de entrar en él.

Sintió un extraño alivio al tener la pelvis del menor chocar con su trasero, su vista no era la que esperaba, jadeante y mojado de sudor, así se encontraba el pequeño quien recostó su cabeza en su pecho sin salir, había arañado fuertemente la espalda y tal como recordaba su piel sensible aun sangraba.

──── ¿C-Como hacías esto sin cansarte? ────si me cansaba, pensó, y ahora ya estaba ligeramente más acostumbrado al tamaño y anchor exagerado del miembro falso.

──── ¿Tan malo fui contigo? ────no respondió la pregunta anterior, él formulo algo que no lo dejaba dormir tranquilo ¿Fue tan cruel en el pasado? Bolivia lo había perdonado a su manera que era no hablarle ni mirarle, lo evitaba. En cambio, ahora el hermano se encontraba vengándose de su actuar pasado.

────Me hiciste usar una correa desnudo mientras me paseabas por tu casa, no hubo una noche donde me golpearas o tiraras, me mordías casi arrancándome la piel, usabas tus juguetes en mi sin importarte mi dolor, me hiciste tener un trio. ────sí, había olvidado aquellos detalles, su mente no tuvo cavidad para aquello cuando él también se fue a la mierda, disfruto de hacerle daño a quien ahora mismo se lo devolvía, tal vez solo fue él quien olvido y avanzo ────Y tuviste razón Chile, solo debía amarme mucho más a mí que a ti, pude haberte perdonado, pero tenías que lastimar a mi hermano y eso, nunca lo perdonare. ────comenzaron las embestidas.

Araño los brazos por el dolor que le producía, se arrepentía tanto en estos momentos de nunca haber pensado en los sentimientos de los demás──── ¡Ah! ¡duele! ────olvido lo fuertes que podían ser los countrys en ese estado casi animal, una de sus piernas fue levantada para profundizar aún más las embestidas, sin querer lanzo un arañazo directo en el rostro al de arriba.

──── ¡Ya sé que duele! ────con esfuerzo miro el rostro del peruano, lagrima de dolor, ¿él se sintió de esta forma cuando hicieron el trio? no terminas de entender algo hasta que te sucede, acepto su castigo el resto de la noche.

Tal vez en algún punto sus gruñidos de dolor calaron el corazón de quien antes lo amo pues salió de él quitándose el miembro de silicón.

Fue mordido, arañado y besado de manera tosca dejando moretones en todo su cuerpo, también se tomó la molestia de meterle un vibrador de tamaño más aceptable lo que irremediablemente provoco orgasmos cada cierto tiempo.

Y cuando sintió que su cuerpo ya no podría ni moverse, golpeo su rostro con cachetadas, lo quería consiente en todo momento supuso. Lo inmovilizo de las manos con una soga que tenía en algún lugar escondido dándole libre albedrío a su pecho, mordió y jalo aquella zona, no buscaba darle placer, quería hacerle sufrir, pero no lo logro, Chile en algún punto empezó a disfrutar del trato.

Provoco el irremediable enojo del ojidorado, lo ahorco hasta desmayarlo, antes de cerrar sus ojos tuvo el ultimo orgasmo de esa noche.

Al despertar miro a su alrededor, estaba vestido con un pijama, sus heridas atendidas y limpio, en la entrada se encontraba su menor con una bandeja de desayuno.

No dijo nada cuando recibió la comida y menos al momento que presencio como se curaba él mismo los arañazos de ambos brazos, esperaba que el peruano cumpliese su parte del trato.

────Sí, no habrá guerra, mantén vigilado a tu gobierno, a la próxima no hablaremos. ────lo haría sin duda alguna, no volvería a pasar algo así ────Vete cuando puedas caminar.

No volvieron a hablarse

Su relación simplemente no tenía arreglo

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