Capítulo 8

Mierda, ¿Será buena idea hacer esto tan pronto?

Me sorprendí cuando mis padres me llamaron desde el comedor tan a la noche, había llegado hace poco a la casa y estaba a punto de irme a dormir, cuando Midorikawa-san me pidió que bajara, parecía importante.

Y vaya que lo era.

- Masaki, necesitamos pedirte algo, este... Mm... Hiroto, ayuda.

- Kariya, mañana no asistirás al instituto, al menos no en las primeras horas.

¿Papá pidiéndome faltar a clases? Vaya, eso no se ve todos los días, ¿Será que tuvieron otra de sus reuniones de emergencia y por eso está de tan buen humor?

No, descartado, mamá está sentado, normalmente estaría de pie después de eso, y con un notable dolor de trasero.

- ¿Para qué quieren que no asista?

- Masaki-kun, hablamos con Kazemaru hace un rato, el psicólogo de Kirino-kun dice que ya es momento... Qué es mejor hacerlo ahora antes de que pase más tiempo.

"Ya es momento", ¿Cómo saben si ya es momento? ¿Cómo tienen la certeza de eso?

A decir verdad, tengo mucho miedo, mucha ansiedad ahora mismo, trato de mostrarme calmado evidentemente para no alertar a Sempai, pero por dentro estoy muriendo de nervios.

Porque sí, le engañé, todos lo hicimos, le engañamos durante meses sobre el paradero de su madre, haciéndole creer que había conseguido una oferta de trabajo muy lejos y que por eso no se habían visto.

Joder, es que me doy asco, soy una mierda de persona.

¿Qué pasará después de esto? No me sorprendería si Kirino-sempai no vuelve a dirigirme la palabra, o si no vuelve a mirarme y simplemente comienza a pasar de mi existencia, probablemente yo haría lo mismo, o aún peor, explotaría diciendo mil cosas sin sentido sin preocuparme si daño a los demás, me encerraría en mi cuarto y no volvería a salir por quizás cuántos días, hasta que mamá consiguiese tranquilizarme y hacerme razonar.

Soy un volcán, maldita sea.

Sé que puede que sea lo mejor el que le digan la verdad ahora, platiqué con Kazemaru-san un poco antes de que fuéramos a buscar a Ranmaru a su habitación, puedo observar que le apoyan y tratan de hacer lo mejor para que él se sienta bien y poco a poco se acostumbre a su "nueva familia", de manera inconsciente.

Sinceramente, creí que Kirino-sempai me preguntaría alguna cosa sobre porqué los quise acompañar al hospital, mas no ha hecho ningún comentario al respecto, solo me sonrió y luego salimos de la casa.

Ahora vamos caminando rumbo la instalación, se le ve relajado, concentrado en no pisar las marcas de la acera, es un pequeño juego que hace en su mente sin darse cuenta, puede pasar horas así sin enterarse de lo que sucede a su alrededor, es como si todo se esfumara, hasta que alguien le despierta.

Aquello lo aprendí después de unos días yendo al instituto juntos, le pedí a Kazemaru-san si no le molestaba que le fuera a buscar de vez en cuando, él respondió de manera muy alegre, supongo que mandar a Ranmaru solo después de todo lo ocurrido le causaba cierto nerviosismo.

Bueno al caso, toqué a la puerta de su casa y al verme se extrañó un poco, era obvio que no esperaba verme ahí, por suerte él ya estaba casi listo para irse así que no tuve que esperarle mucho, luego de unos minutos salimos en dirección al Raimon.

Estuvimos platicando un rato, él me contaba acerca de que estaba un poco ansioso por volver a la escuela después de tanto tiempo, que aún no se acostumbraba a levantarse temprano todos los días y que el día anterior había llegado a su casa horriblemente cansado, tanto que se durmió por casi toda la tarde, vaya, imaginar esa escena me sigue dando mucha ternura.

Luego de eso mi celular sonó, era un mensaje de Hikaru, por un estúpido trabajo de lengua que debíamos entregar para la semana próxima pero que era muy extenso de hacer. Sonará grosero, pero no quise prestarle mucha atención a lo que Kageyama me dijo, ya podríamos hablarlo luego en clase, así que después de leer brevemente de lo que se trataba, volví a guardar el móvil.

Kirino-sempai estaba demasiado callado, en un principio creí que era porque como yo estaba con el celular, él había decidido esperar a que terminase para volver a continuar con la plática, pero no fue así.

No recuerdo qué broma le hice, o si le pregunté alguna cosa, el caso fue que no me respondió nada, lo cual se me hizo extraño.

Me fijé un poco más en su expresión, estaba con el ceño levemente fruncido, con los labios apretados y sus ojos fijos en la acera, joder, se veía tan lindo de esa manera...

Me quedé embobado observándole, creo que ya es obvio, pero es que maldición, ¿Alguna vez han visto unos orbes tan hermosos? Él estaba tan concentrado en no sé qué que ni cuenta se dio de que le miré durante todo el camino.

Eso sonó algo psicópata, continuemos.

"¡Perdí!" Exclamó después de un rato, estábamos casi llegando al instituto, yo le miré con cierta confusión, aunque tengo que admitir que se me fue imposible no soltar una pequeña risa, a pesar de que él es mayor que yo, suele tener actitudes un poco aniñadas a veces.

"¿Ya despertaste del sueño, Sempai?" Le pregunté, él se sobresaltó un poco, creo que también sintió algo de vergüenza porque sus mejillas se formaron de un color ligeramente rojo mientras formaba una perfecta y pequeña "o" con los labios, qué decir, que casi me da un derrame nasal en ese momento.

"L-Lo siento, me distraje un poco..." Me respondió, apartando la mirada y con una mano por detrás de tu nuca, pude notar además que a los segundos se eso su rostro se tornó algo triste, yo ya tenía consciencia sobre que se suele sentir algo culpable cuando cosas así suceden, según Kazemaru-san es producto de todo lo que sucedió con Shindou, oh, cierto, olvidé contarlo, ya hablé con mi padre acerca del caso, ya todos saben sobre lo que ocurrió dentro de la relación con Kirino-sempai, excepto él, mamá dice que hacer la denuncia demorará un tiempo, y hasta entonces, que es mejor no abrumar a Ranmaru con tantas cosas.

En fin, que me voy por las ramas.

"Está bien, Sempai, ¿Qué hacías tan concentrado? Casi que se te salen los ojos de tanto mirar al piso" reí pasando mi mano por encima de su hombro, no sé porqué pero él tiende a tener la facilidad de encerrarse en su propio mundo muy rápido, y por más que yo estuviera hablándole y hablándole no me haría caso sin un estímulo físico que lo trajera de vuelta a la realidad.

"Yo, esto... Son las líneas de la acera" Me dijo señalando al piso, en un principio no le entendí, mi cerebro no suele funcionar muy bien por las mañanas, ante esto él continuó hablando, "Es un juego, ya sabes... No pisar las líneas y todo eso", joder, alguien que me agarre porque me lo llevo a casa y no lo vuelvo a soltar.

"Sempai, una carrera a que llego antes que tú al instituto sin pisar las líneas" propuse después de salir de mi mini-trance de verle de ese modo, tan nervioso, tan inocente... Que me voy de nuevo, joder.

Maldición, a veces me pongo a pensar en cómo pudo el estúpido de Shindou hacerle tanto daño a él, ¿Por qué? ¿Para qué? El motivo de su discusión el día del accidente sigue siendo un completo misterio para mí y los demás, preferimos no tocar el tema aún ya que es delicado, pero sé que debe haber algo oculto allí, algo que se nos está yendo de las manos y que aún no conseguimos ver.

Acabamos de llegar al hospital, Kazemaru-san fue a avisarle a las de recepción mientras yo estoy sentado en una de las bancas junto con Kirino-sempai, le noto un poco ido, distraído, sus párpados se han empezado a cerrar de a pocos, ¿Habrá dormido mal anoche?

Sí, creo que eso fue lo que pasó, porque su cuerpo ha comenzado a tambalearse levemente debido al notable sueño que tiene.

Suspiro, puede que después me arrepienta de esto.

Le tomo del brazo y lo apoyo en mi hombro, no hace ningún tipo de fuerza para resistirse, ya está dormido. De forma inconsciente voy pasando mi mano por sus cabellos, una vez más los trae sin las coletas, libre al viento.

Estoy preocupado, ¿Será buena idea decirle la verdad ahora? ¿Qué pasa si las cosas salen mal? ¿Y si no logra soportarlo? ¿Y si intenta suicidarse de nuevo? Porque vaya, sí que tendría razones para hacerlo.

— Créeme que tengo las mismas dudas que tú. — Me sobresalto al escuchar eso, ¿En qué momento Kazemaru-san volvió de hablar con las secretarias? — Acabo de volver, dicen que en unos minutos ya nos llaman.

¿Me leyó la mente o qué?

— Kazemaru-san... — Titubeo — ¿Qué cree que ocurra después de esto? — Ambos suspiramos.

— La verdad... No lo sé, pero sea lo que sea que pase, sé que Kirino podrá salir adelante, por eso estamos aquí con él ahora, para apoyarle y protegerle en lo que necesite, ahora más que nunca creo que será cuando menos haya que dejarlo solo. — Asiento en respuesta.

Kazemaru-san tiene razón, tenemos que estar para él ahora más que nunca.

Volteo a mirarle, no sé qué sea lo que está soñando, pero ha empezado a fruncir el ceño y a moverse un poco.

Vuelvo a acariciarle el cabello, al parecer eso le relaja porque solo segundos después su expresión cambió nuevamente, calmándose.

No quiero que sigas sufriendo, Sempai...

Quiero ser yo quien te ayude a superar los que sea que se venga por delante, quiero estar para ti en todo lo que necesites...

Yo quiero protegerte, Sempai...

Yo voy a protegerte.

— Masaki-kun, ya vengo, estoy casi seguro de que Mamoru se olvidó el almuerzo en casa, voy a llamarlo para preguntarle si quiere que le lleve algo luego. — Se levanta. — ¿Podrías comenzar a despertar a Ranmaru, por favor? En cualquier momento nos llaman.

— Claro, no hay problema.

Él se retira y yo quedo solo con Sempai, no quiero desperarle, maldición.

— Oye, Sempai... — Nuevo su hombro un poco. — Despierta, ya nos llaman. — Hace un ruido con la boca y arruga la nariz. — Anda, no te pongas así.

— Cinco más... — Susurra, aún medio dormido.

— De eso nada, vamos.

Trato de moverle nuevamente, pero él vuelve a acomodarse antes de poder si quiera tocarle.

Oh, me está abrazando.

— V-Vale, solo cinco más. — Digo nervioso, Kirino-sempai asiente débilmente y se acurruca en mi pecho, siento algunos cabellos de su flequillo hacerme cosquillas en el cuello.

Genial, mi corazón está acelerado y las manos me sudan, estupendo.

Nótese el sarcasmo.

¿Y ahora que se supone que haga? No quiero ni siquiera moverme.

"Ranmaru Kirino, sala 18" resuena a través de los parlantes.

Bueno, creo que Sempai tiene peor suerte que yo.

— ¿No conseguiste despertarle, verdad? — Pregunta divertido Kazemaru-san, guardando el móvil dentro de uno de los bolsillos de su pantalón, acaba de llegar. Yo niego con la cabeza. — Anda, déjamelo a mí. — Se acerca y toma a Kirino-sempai en brazos. — Le despertamos allá adentro, ya debemos ingresar, nos están esperando.

Trago saliva fuertemente.

Llegó la hora.






































Spoiler:
-----------------------------------

El sonido del celular me despierta, es media noche, Kazemaru-san me está haciendo una llamada.

— ¿Hola?

— Masaki-kun, ¿Kirino está contigo?

¿Por qué estaría conmigo a estas horas?

Oh, mierda.

— ¿No ha vuelto a casa?

N-No, debía volver hace dos horas y nada que aparece, no responde a su celular ni a los mensajes, llevamos buscándolo con Mamoru desde entonces.

Maldición.

— Voy para allá con mis padres.

¡Joder, Kirino! ¿Ahora adónde te metiste?

----------------

Mamá...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top