Capítulo 5

Mis ojos se abrieron de par en par ante lo que acababa de escuchar.

"Quédate por mí"

¿A qué se refería? ¿Una broma de mal gusto? No lo sabía, y sigo sin saberlo, un sueño enorme invade mi cuerpo, seguramente es por el calmante que me puso la enfermera por haber querido quitarme la intravenosa apenas desperté... Creo que fue Masaki quién le llamó, o llegó sola debido a todos los gritos que solté.

Mi pecho duele, es una pesadez enorme la que estoy sintiendo en estos momentos, como si alguien hubiese agarrado y apretado mi corazón a tal punto de casi romperse... Qué va, tengo que ser sincero, al menos conmigo mismo, lleva mucho tiempo roto.

[...]

Mi atención se centra en las luces que cuelgan del techo, tres tubos de luces puestos de forma perfectamente simétrica... Bueno no, hay uno que no está tan derecho como los otros, qué fastidio.

Kariya está afuera hablando con la enfermera, creo, hace un momento me dijo que se iría y que ya volvía, pero sinceramente estaba tan atrapado pensando en las luces que ni atención le tomé.

Ahora estoy solo en la habitación... Creo que estamos en un segundo piso, como mínimo... No es mucha altura pero cayendo de forma correcta podría funcionar... ¿Será que puedo...?

Bueno... Supongo que no pierdo nada con intentarlo, en el peor de los casos quedaré con un par de raspones, y en el mejor... Ya todo esto acabaría.

Lo siento, mamá, no sé qué excusa te haya dicho Shindou esta vez, pero si sé que todas aquellas mentiras tarde o temprano las descubrirás, te darás cuenta de que un millón de veces te mentí en la cara, cuando me preguntabas que cómo lo había pasado en los viajes con Takuto y yo te respondía que todo había sido maravilloso, cuando en realidad, había sido como el mismo infierno para mí.

Lo siento, Takuto, sé que esto te ha traído demasiados problemas por mí culpa, sé lo estresado que estabas con tratar de cumplir las expectativas de tus padres, siempre ha sido así, una vez de pequeños me lo contaste, estabas harto de no poder quedarte hasta tarde viendo alguna película o no poder embarrarte en el lodo como todos hacíamos, tú eras un Shindou, y eso no les era permitido. Tus padres nunca me lo dijeron cara a cara, pero sé que todos sus planes de que fueras el hijo perfecto se fueron desmoronando poco a poco por mi llegada, y eso a ti te dolía, porque ya no tenías el reconocimiento de antes, ya no te trataban igual.

Lo siento, Masaki... Siento haberte hecho perder meses de tu tiempo, sí todo lo que me contaste es cierto, estuve aquí al rededor de cinco meses, y por lo que escuché, tú me viniste a visitar todos los días... Es por eso que lamento que hayas desperdiciado tu tiempo conmigo, debió ser agotador, entre las escuela y el equipo... Y todo para que esto termine así.

En fin... Creo que ya es hora.

Me incorporo como puedo de la cama, vaya, mis movimientos son más lentos de lo normal.

Retiro por segunda vez la aguja que va conectada a un montón de bolsas plásticas con líquidos dentro, quisiera hacerlo rápido mas el estado de somnolencia en que me encuentro ahora no me lo permite, estar dopado nunca facilita las cosas que necesitan precisión.

Dejo la intravenosa caer al piso, aunque no llega a tocarlo, el tubo que la sostiene lo impide. Observo mi muñeca, está sangrando, vale, creo que duele un poco.

¿Será buena idea dejar las ligas aquí? Es decir, cuando muera ya no las voy a necesitar, no sé qué haya más allá de la muerte, pero si eso del infierno y el cielo es cierto, dudo mucho que al señor del inframundo le importe que vaya con el cabello suelto.

Ahora que lo pienso, ha pasado demasiado tiempo desde que no me quito las ligas, las he llevado desde que era un crío, en segundo año de primaria más o menos, le pedí a mi madre que me las hiciera con la excusa de que me era incómodo correr y que todos los pelos se me vinieran a la cara... Eso también fue una mentira, lo siento mamá, la verdad era que me molestaban en la escuela y no tenía el suficiente valor como para decírtelo, sé que tú amabas mi cabello.

- Ya está, me estoy tardando demasiado...

Deslizo mis manos por ambas coletas, retirando las ligas al tiempo. Las observo por un rato, son demasiados recuerdos. Suspiro y las dejo encima de la cama.

Me levanto apenas, estoy demasiado mareado como para lograr caminar en línea recta.

Tengo que intentar abrir la ventana sin hacer ruido, por suerte es bastante grande así que mi cuerpo debería entrar sin problema.

Me encuentro en el borde, mirando hacia abajo, efectivamente, estamos en un segundo piso, tengo que pensar bien en cómo hacerlo para caer de forma correcta, solo tengo una oportunidad...

Es el todo o nada.

Me dejo caer al vacío.

Siento como mis cabellos vuelan, libres, pasando por toda mi cara, yo también quiero esa libertad, yo también quiero sentirme libre una vez más.

Oigo pasos apresurados viniendo desde el pasillo, lástima, ya es demasiado tarde.

- ¡Qué ni se te ocurra! - Grité con todas mis fuerzas, mierda, sabía que no debía ir con Fuyuka-san cuando me llamó, es decir, lo que me dijo si es importante, demasiado importante, pero desaparezco dos segundos y Kirino-sempai ya se quiere matar de nuevo.

¡Joder! Está muy lejos, ¿Qué se supone que haga?

¡Piensa Kariya, maldición!

¿Será que...?

- ¡Red de caza!

Sí, acabo de utilizar una técnica de futbol para intentar salvar a mi Sempai, solo espero haberlo conseguido.

Me acerqué a paso apresurado a la ventana, tenía el corazón a mil y sentía que en cualquier momento me explotaría.

- ¡Kirino-sempai!

Por un momento sentí como si mi alma me hubiese vuelto al cuerpo, para mi fortuna, ahí estaba, enredado entre todas las redes de mi supertécnica, tengo que decir que me sorprendí bastante, nunca pensé que serviría para algo tan útil como esto.

Lo atraje hacia mí en un abrazo apretado, necesitaba sentirle, tocarle, convencerme de que seguía aquí conmigo y que no había caído.

A pesar de lo que pude llegar a pensar, él no rechistó nada, no me gritó, de hecho ni siquiera me dirigió la palabra, sus orbes se veían perdidos, creo que ni él mismo creía lo que acababa de pasar.

Lo recosté en la camilla de vuelta con delicadeza, acariciando sus cabellos que ahora que me daba cuenta, no llevaban las características ligas de siempre. Fui pasando mi mano de manera suave, vaya, apesar de todo su pelo se sentía tan sedoso, tan fino... Así estuve unos minutos hasta que me percaté de que Kirino-sempai se había dormido, seguramente por todo el ajetreo recién vivido, su cuerpo debe seguir aún muy débil.

Me aseguré de que ya hubiese alcanzado el sueño profundo y llamé a Fuyuka-san para que volviera a conectarle la intravenosa.

Sentí un ruido, había sido mi celular, un mensaje de mamá.

Midorikawa-san (mamá):
Masaki, recuerda volver antes de la hora de la cena, y si necesitas que te recojamos mándanos un mensaje, es peligroso que te vengas a la casa solo tan tarde.
Leído 19:23✓✓

Que sí, mamá, dejen de preocuparse tanto, ya no tengo 8 años, sé cómo cuidarme solo.
Leído 19:24✓✓

Midorikawa-san (mamá):
Perro que ladra no muerde.
Leído 19:24✓✓

Guardé mi celular después de eso, vaya que detesto a veces la infinidad de refranes que tiene mamá y su facilidad para meterlos en cualquier ocasión, aunque no vengan al caso.

Aunque muchas veces no lo parezca, les estoy muy agradecido a ese par por permitirme formar parte de su familia, siempre llegaban con regalos y helados al Sun Garden, aunque nunca llegué a convivir mucho con ellos estando allá, yo me apartaba, mientras los demás niños gritaban y jugaban, yo me mantenía en silencio, con un viejo balón de fútbol en un rincón del patio.

- Hola pequeño, ¿Te gusta el fútbol?

Si no me gustara no estaría jugando con la pelota, ¿No crees?

- S-sí, me gusta un poco...

- ¿Quieres que juguemos juntos? ¿Sabes? Yo a tu edad también practicaba mucho, con mi equipo fuimos los campeones de muchos torneos.

Gracias por la información, señor ególatra.

- Yo... Jamás he hecho equipo con nadie, no soy bueno con ese tipo de cosas.

- Bueno, puedes empezar conmigo, anda, vamos.

Mierda, ¿Ahora cómo me lo saco?

- Está bien... Esto...

- Hiroto Kiyama, pero puedes llamarme solo Hiroto, ¿Y tú eres?

Genial Kariya, acabas de aceptar algo con alguien que ni siquiera conoce tu nombre, estupendo.

¿Será que le invento algo?

- Yo, este... Aitor, Aitor Cazador.

En ese entonces no se me ocurrió ningún otro mejor nombre, era un crío de menos de diez años que acababa de conseguir su primera supertécnica, ¿Qué esperaban?

Con el paso del tiempo me enteré de que mi plan de pasar encubierto no había resultado, resultó ser que ese Hiriti Kiyimi era el hermano de Hitomiko-san, la encargada que nos cuidaba, ella le había dado toda la información sobre mí incluso antes de que se acercara a hablarme, tal parece que ya tenían en sus planes adoptarme mucho antes de eso.

Qué decir, no los culpo, soy un amor de persona, es imposible que la gente no se fije en mí.

Bien, eso sonó a algo que el tío Fuusuke diría, creo que tengo que dejar de juntarme tanto con él.

Volví a la habitación de Kirino-sempai solo por instinto después de pensar tanto en mis padres, se veía tan tranquilo, calmado, dormía con la boca ligeramente abierta y tenía unos cuantos cabellos por encima de su rostro, los cuales retiré con cuidado para no despertarlo.

A pesar de todo, su piel se sigue pareciendo a la porcelana, tan fina, tan delicada, tan suave, tan jodidamente perfecta.

Mierda, me estoy enamorando más de la cuenta.

Me senté a su lado y me quedé pensando en la conversación que tuve con Fuyuka-san minutos antes de salvarlo, me había llamado con su tono dulce de siempre, sin embargo, pude ver la inquietud en sus ojos.

Flash Back

- Kirino-sempai, por favor, quédate... - Agarré su camisa del hospital. - Quédate por mí.

La cara de sorpresa no se hizo esperar, las lágrimas aún corrían por sus mejillas y por un momento ambos quedamos estáticos en la misma posición.

No quería que se fuera, no quería perderlo, maldición, ese estúpido afeminado había captado toda mi atención.

- Kariya...

- Sempai, por favor, solo... Déjame ayudarte, joder... No quiero que te vayas... - Susurré.

Lo tenía tan cerca, pude ver como su rostro poco a poco se relajaba, se estaba calmando, y yo también.

No supe bien en qué momento, pero ambos comenzamos a acercarnos lentamente, era agradable, estábamos en silencio, un silencio para nada incómodo, donde lo único que se escuchaba eran nuestras respiraciones las cuales poco a poco comenzaban a mezclarse gracias a la cercanía.

"Solo se vive una vez".

Era ahora o nunca.

Sus párpados comenzaban a cerrarse a medida que la distancia disminuía, y qué decir, los míos también. Mi vista se centró en sus labios, finos, un poco agrietados a causa de todo el tiempo que pasó en coma, pero ante todo, malditamente hermosos.

Sí, se me apetecían, tanto o más que un pastel de fresa.

Nuestras narices comenzaron a rozarse, estaban demasiado cerca. Lo agarré por detrás de la nuca con cuidado, él me tomó por la espalda.

Mi estómago comenzó a dar mil vueltas, estaba nervioso, demasiado nervioso.

Estábamos a tan solo milímetros de juntar nuestros labios...

Pero como siempre, nada podía ser perfecto. Excepto mi Sempai, él sí que lo es.

Sentí unos pasos desde el pasillo, y segundos después entró Fuyuka-san a la habitación.

- Kariya-kun, ¿Podrías acompañarme un momento?

Mi sangre hirvió como nunca.

PERO ENFERMERA ESTÚPIDA, ¿NO TE DAS CUENTA DE QUE ESTÁBAMOS EN ALGO IMPORTANTE?

La miré con odio, ahí fue cuando me dí cuenta que ni siquiera nos había visto, tenía los ojos fijos en una pequeña libreta.

"No es su culpa, Kariya, no es su culpa, no, no trates de matarla" me repetí constantemente.

Suspiré resignado, abrazando a Ranmaru antes de irme, digo, si ya nos habíamos acercado tanto, mínimo que sirviera para algo.

Mantuve mi cabeza apoyada en su hombro, luego deshice el abrazo y le ayudé a recostarse, él se quedó con la mirada un tanto perdida en el techo de la habitación.

- Vuelvo en un momento, Kirino-sempai.

Salí del cuarto, le pedí a la enfermera que le colocara la aguja nuevamente, solo por precaución, creo que también le agregó un sedante, luego de eso nos dirigimos al pasillo.

Joder, ¿Qué podía ser tan importante como para que no pudiera esperar ni cinco minutos?

Fuyuka-san me hizo un gesto para que me sentara en uno de los bancos de fuera del cuarto, ella hizo lo mismo, tenía una expresión extraña, creo que jamás la había visto así en todos los meses que llevo viniendo al hospital, trataba de parecer tranquila, sin embargo sus ojos la delataban, estaban brillosos y se movían hacia todas partes con tal de evitar el contacto visual.

- ¿Qué sucede? - Pregunté, su actitud ya me estaba preocupando, creo que sí era importante.

- Esto... Kariya-kun, hay algo que tienes que saber - Suspiró. - Verás, llamamos a la madre de Kirino-kun apenas despertó, ya nos habíamos intentado comunicar con ella antes, desde que Ranmaru ingresó al hospital.

- ¿Y qué con eso? - Estaba angustiado, ¿Cómo podía su madre ser tan irresponsable? Su hijo literalmente casi muere y ella ni enterada.

- El caso es que... - Titubeó. - Nunca recibimos respuesta... Hoy fueron unas personas del hospital a su domicilio para notificarle sobre el estado de Kirino-kun, al ser menor de edad no puede ser dado de alta sin un adulto que le cuide, alguien que esté a cargo de él, menos después de intentar atentar contra su vida.

- Fuyuka-san, ¿Puede llegar al punto? - ¿Que si estaba irritado? Pues sí, la enfermera le estaba dando demasiadas vueltas al asunto.

- Kariya-kun - Me miró fijamente. - Hoy cuando entraron a la casa de Ranmaru encontraron a su madre muerta.

Abrí los ojos de par en par, ¿Escuché bien?

- ¿C-Cómo así?

- Al parecer, luego de lo de Ranmaru, entró en una horrible desesperación, dejó una nota escrita, que ahora debería estar siendo revisada por uno de los policías de investigación. No sé mucho más sobre el tema, solo me dieron detalles generales, lo demás es materia de los profesionales.

Escuchar todo aquello fue igual a que si me tirarán un balde de agua fría por la espalda, ¿Pero qué carajos estaba pasando?

- Masaki-kun, sé que no debí decirte esto, pero en este momento eres el único que se ha preocupado más que nadie por la salud de Ranmaru-kun. - Suspiró. - Aún no le daremos la noticia, por obvias razones eso podría ponerlo muy en peligro y podría intentar quitarse la vida una vez más.

- ¿Y qué hacemos entonces? ¿Dejarlo aquí hasta que cumpla la mayoría de edad? ¿Qué harán cuando empiece a preguntar por su madre? - Cuestioné cortante, mierda, yo sabía a todo lo que Kirino-sempai tendría que enfrentarse, quedarse solo, vivir en un orfanato y rezar porque alguien lo adoptara, o quedarse allí hasta que fuera un adulto y tener una vida solitaria, al igual que yo cuando niño.

- Por ahora debemos enfocarnos en su salud mental, en curar su depresión y todo eso... Ya después veremos qué hacer con el resto. - Sentí sus brazos rodearme, me estaba abrazando. - Masaki-kun, solo te pido que no te alejes de él, no lo dejes solo, por favor.

Asentí levemente, aún en estado de shock.

Fin Flash Back

Observé con tristeza su rostro, eran demasiadas cosas para un solo día, si yo me sentía abrumado no puedo ni pensar en cómo se sentirá Sempai una vez que se entere...

Él no es estúpido, tarde o temprano se dará cuenta de que algo está mal o querrá ir a visitar a su madre, y cuando eso pase, sinceramente no sé qué haré.

Mierda, ¿Por qué todo esto tiene que estar pasando justo ahora?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top