«—Lo siento, todo había sido una apuesta.»

Había hecho una apuesta con Mineta y Sero, en que no lograría tener una novia durante dos meses completos.

Al final la había ganado pero, ¿cómo podía decirte la verdad sin romperte el corazón?

Tú miraste al piso y sonreíste triste.

Aquello me rompió el corazón.

«—Lo entiendo. Gracias por estos dos meses, aunque hayan sido falsos.»

Y sin más te fuiste, quería detenerte, abrazarte y repetirte una y mil veces que lo sentía, que no era mi intención lastimarte.

Pero solo veía como te alejabas. 

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¡Adapta de mi historia "quédate" de Kentin, con leves cambios!