¿Vuelta a la rutina...?

"Aprende como si fueras a vivir toda la vida y vive como si fueras a morir mañana."

Charles Chaplin

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Mi casa no parece la misma...yo no parezco la misma...nada parece igual.
Algo ha cambiado en mí después del accidente...
Hubo algún momento de pánico en el que pensé que no lo conseguiríamos y esa sensación de precariedad me hizo darme cuenta de que la vida es imprevisible. Y aunque suene a topicazo, que lo es, hay que vivir el presente porque no sabes que te depara el futuro, y yo tengo que hacer borrón y cuenta nueva.
De alguna manera pensaba que si lo hacía estaría traicionando a Carlos, que como él no había seguido adelante, yo tampoco debería...
Recuerdo los versos de una canción..."A partir de hoy, voy a ser mi ángel guardián... A partir de hoy, no me dejaré llorar... A partir de hoy, voy a darme mi lugar. Cuidaré mi corazón como un tesoro."
Y eso es lo que pienso hacer. Pienso volver a sentir...volver a vivir.

Cuando Carlos y yo nos separamos, decidí quedarme con la casa que habíamos comprado. No habíamos empezado a restaurarla y estaba hecha un desastre, pero me encantaba. A él pareció no importarle, aunque nada parecía importarle por aquel entonces. Fuimos al notario y arreglamos todo el papeleo.
Es una casita preciosa en mitad de la nada, en un pueblecito de la Sierra Norte de Madrid. Un pueblo pequeñito que no está bien comunicado, y por no haber, no hay ni tienda de comestibles, pero me encanta. Todos los días viene el panadero y una vez a la semana el camión de los congelados, para todo lo demás hay que coger el coche y desplazarse a uno de los pueblos cercanos.
Pero para mí, que me paso la vida rodeada de gente, es perfecto.
Antes de comprar la casa, hablamos con un amigo arquitecto y le pedimos que le echase un vistazo.
La casa es de piedra y madera y aunque necesitaba unos arreglos en gran parte del tejado, la estructura estaba intacta, así que la compramos.
Aunque de momento no he tenido tiempo que dedicarle a todos los arreglos que la casa necesita, sí he arreglado el tejado. Quería mudarme cuanto antes y para eso tenía que asegurarme de que no se me iba a caer el techo encima...

De momento sigo viviendo en un pisito del centro. Un pisito sín apenas luz natural y donde podrías freír huevos en el suelo del calor que hace, así que en cuanto hable con los albañiles y me confirmen que no se me va a caer ninguna teja en la cabeza, me mudo.
El médico me ha dicho que de momento no me va a dar el alta. Como mínimo me esperan dos semanas más de baja, así que tengo un montón de tiempo libre para convertir esto en un hogar...pasito a pasito.

Hablo todos los días con Paco, ya se levanta y puede dar pequeños paseos por el hospital. Creo que tiene a toda la plantilla de enfermeras revolucionada...si ellas supieran.
Cata también sigue de baja. Al final se le ha complicado el esguince de la muñeca y todavía le duele, aunque yo creo que lo que le pasa es que no tiene ningunas ganitas de trabajar.
Así que como tiene tanto tiempo libre, la he reclutado como mano de obra barata. Mucho no puede hacer, pero es una gran conversadora...

Hoy es Lunes y empiezo la semana con muchísima energía.
He quedado con Cata a las nueve de la mañana. Ya me han devuelto el coche, así que paso a recogerla por su casa.
Tengo muchísimas ganas de empezar con las reformas.
Decido que vayamos directamente a la casa y así empezar a ver que es lo que se puede ir haciendo para que sea más habitable.

Cada vez que la veo me gusta más.
La casa consta de dos plantas. En la planta de abajo hay dos porches, uno en la parte delantera y otro en la trasera con salida a un jardín espectacular. Está bastante abandonado ya que los dueños anteriores eran mayores y lo habían descuidado. Pensé en contratar a un paisajista para que lo arreglase, pero como ahora voy a tener bastante tiempo, creo que prefiero hacerlo yo. En la misma planta está la cocina, un aseo y el salón comedor con una chimenea enorme y unos grandes ventanales. En la segunda planta hay cuatro habitaciones . La habitación de matrimonio tiene un balcón maravilloso y un baño privado. También tiene un pequeño cuarto que pienso convertir en el vestidor de mis sueños...
Dos de las habitaciones están separadas por un cuarto de baño y además hay otro baño más. Vamos que me voy a pasar el día limpiando váteres...ainsssss.

- Baby ¿Estás segura de lo que vas a hacer? Esta casa necesita muchos arreglos cariño, además de un montón de tiempo y dinero ¿No sería mejor venderla y empezar de cero en otro sitio? - me pregunta Cata.

- ¿Tan mal lo ves? - le pregunto descorazonada.

- No sé cielo, no te quiero desanimar. Pero dudo mucho que tan solo con el arreglo del tejado puedas mudarte. Tendrías que revisar las cañerías y la instalación de gas. Es verano y aquí hace fresco por no decir frío. No quiero ni pensar lo duros que tienen que ser los inviernos por aquí - me dice.

- No puedo seguir viviendo en ese pisucho Cata, me ahogo ahí dentro. Necesito más luz, más espacio, no sé, más de todo... y desde luego no pienso mudarme a casa de mis padres hasta que esto esté arreglado. Adoro a mi madre y lo sabes, pero acabaríamos tirandonos de los pelos...

- Vale ¿Y qué te parecería mudarte conmigo un tiempo? Sabes que me sobra espacio y me vendría muy bien la ayuda con los gastos de la casa - añade.

Sé perfectamente que Cata no necesita ninguna ayuda económica. Heredó muchísimo dinero cuando sus padres fallecieron. De hecho trabaja porque quiere, no porque tenga que hacerlo. Podría dedicarse al arte contemplativo y aún así vivir como una reina.
Vive en un ático enorme y maravilloso con vistas al Retiro, y es cierto que le sobra muchísimo espacio.

- ¿Lo dices en serio? ¿Vivir juntas y volar juntas? A ver si me voy a enamorar de ti, eres un buen partido - le digo guiñandole un ojo.

- Eres una panfila - me dice dándome un manotazo...con la mano sana, eso sí.

- Creo que me encantaría - le digo dándole un abrazo. Y es verdad, creo que es justo lo que necesito - gracias baby.

- Pues ya sabes lo que tienes que hacer. Habla con tu casera y a ver si con un poquito de suerte le vale con el aviso de dos semanas y para principios de mes estamos compartiendo piso. Aunque con el cariño que te tiene, seguro que no te pone ninguna pega. Mientras tanto consigamos el teléfono de un buen fontanero y de un buen electricista y avisa a los del gas para que vengan a revisar la caldera ¿Te parece? - me pregunta.

- Me parece - le contesto dándole un sonoro beso en la mejilla. Muakkkkk.

Ya estamos a principios de Septiembre y Cata y yo llevamos viviendo juntas casi una semana. La verdad es que apenas nos hemos visto. Ella ya se ha incorporado y yo, lamentablemente sigo sín trabajar. Sí, eso he dicho, lamentablemente, y es que se me está haciendo un poquito cuesta arriba la baja.
Hoy tengo cita con el médico como todos los lunes. A ver si con un poquito de suerte me da el alta.
A mis padres y a mí hermano les tuve que contar alguna mentirijilla que otra. Tanto tiempo en casa, les parecía muy raro. Sobre todo porque con mi afán de recuperar el tiempo perdido, estaba en su casa día sí y día también. Así que les dije que había cambiado mis vacaciones y que entre días libres y demás, me había juntado con un montón de tiempo libre.

Mi padre, ya jubilado y bastante aburrido, había decidido echarme una mano con la casa. A pesar de que él también opinaba que no valía demasiado la pena el esfuerzo, pudiendo venderla y comprarme algo que no necesitase tanta inversión, fue el primero que se ofreció en cuanto vio que necesitaba ayuda.
Así que poquito a poco la casa iba cogiendo forma.

¡Sí! ¡POR FIN! ¡Tengo el alta en mis manos! Me persono en las oficinas de mi empresa y entrego todos los papeles.
Ya estoy oficialmente de alta, aunque me han dicho que como ya había comenzado el mes, hasta Octubre no tendría una programación normal.
Agggggg...
De guardia otra vez lo que me queda de Septiembre, que le vamos a hacer.

¡Hoy por fin llega Paco! Tengo muchísimas ganas de verle. Aunque de momento sigue de baja, su médico le dijo que ya estaba lo suficientemente recuperado como para viajar en avión.
Así que aquí estamos Cata y yo, en llegadas internacionales con una pancarta ridícula llena de purpurina, que seguro le va a encantar.
Se abren las puertas de la sala de llegadas y aparece Paco sentado en una silla de ruedas...parece uno de esos chistes malos de "se levanta el telón y aparece..."
Paco vive en Barajas y comparte piso con otros dos compañeros. Cata y yo estuvimos hablando y pensamos que como iba a necesitar cuidados y está solito en Madrid, le acogeríamos con nosotras un tiempo, así podríamos cuidar de él y no tendría que dar ninguna explicación a nadie.

- ¿Lo decís en serio chicas? - nos pregunta emocionado.

- ¡Claro! - contestamos Cata y yo al unísono.

Paco habló con sus compañeros y les comentó que se mudaba un tiempo con nosotras, pero que seguiría pagando el alquiler.
Pasamos a recoger algunas de sus cosas y ya está instalado en una de las múltiples habitaciones del piso de Cata...
Así que aquí estamos los tres mosqueteros, tomando un café en la terraza del ático intentando volver poquito a poco a la rutina de antes del accidente...

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