Take a breath... rest your head...

"No sé si pido mucho, igual sí, no lo sé... pero me conformaría con poder besarte al menos una vez al día, abrazarte cada vez que tuvieras ganas de llorar y hacerte reír a cada momento. Esperarte cuando salieras del trabajo, cocinar a medias y hacerte olvidar los miedos a base de polvos. Escuchar música todo el día entre las sábanas, ver películas de miedo y simplemente observar como ves llover tras la ventana.
Y sí, ya sabes como soy, me gustaría poder escribirte algún texto pequeñito cada día, sólo por el placer de ver tu sonrisa al leerlo.
Ah, y no te olvides de que podría ser capaz de amanecer cada mañana con mi cabeza entre tus piernas.
Ahora, valóralo, y si es poco, me lo dices."

Defreds

------------

Paco

- ¿Alicante? - pregunto. Mi voz es apenas un susurro y hablar me cuesta muchísimo esfuerzo - ¿Quién está en Alicante...? ¿Torres...?

- Sí, Torres. Torres está cerca de Alicante, ya le tenemos. Seguramente Anna y Cata estén con él. No creo que se arriesgue a perderlas de vista - contesta nervioso.

Eso espero...

- Tengo que montar un dispositivo para sacarlas de allí - me dice - Y llevarte al hospital Paco. Tenemos poco tiempo... joder.

- Espera, por favor - le pido - Matt... Matt... - joder. Me reclino hacia atrás y vuelvo a apoyar la cabeza en los almohadones del sofá. El dolor de cabeza va empeorando y me cuesta estar incorporado.

- ¿Paco?

- Matt iba a intentar rescatar a su mujer para hacer el intercambio. Si te adelantas... puede que acaben muertas...

- Paco, tengo que sacarlas de allí. No puedo esperar a ver si ese hombre puede rescatar a la mujer de Torres o no... joder. Están en peligro, Torres es un hijo de puta y sólo pensar que están indefensas en sus manos... me revuelve las entrañas...

- Tienes que esperar... él dijo que la rescataría. Torres le dio noventa y seis horas para hacerlo... tienes que esperar...

Y entonces recuerdo el teléfono de Cata. Se me había olvidado por completo... Miro a mi alrededor y no lo veo. Intento incorporarme pero no soy capaz.

- ¿Qué coño haces? Dime que necesitas - me dice Carlos.

- El teléfono de Cata... lo tenía en mi mano... ¿Dónde está...?

- Aquí - me contesta mientras se dirije a la mesa y lo coge - ¿Es éste? - me pregunta mientras me lo da.

Asiento como puedo y rezo para que aún le quede algo de batería al dichoso cacharro. Toco la pantalla táctil y se ilumina... menos mal. Abro la lista de contactos y encuentro justo lo que estaba buscando. El número de teléfono de Matt...

---------------------------

Matt

Todavía no hemos salido de Chicago, cuando suena mi teléfono móvil. Es un número español y un escalofrío me recorre de arriba abajo.

- ¿Sí? - pregunto

- ¿Matt? - no reconozco la voz y eso me pone aún más nervioso.

- Sí - contesto - ¿Quién eres?

- Soy Paco. El compañero de Anna...

- Joder Paco... ¿Estás bien?

- No. No muy bien. Escucha. Creemos que están en Alicante, cerca de Valencia...

Su voz apenas se oye y puedo notar que le está costando muchísimo esfuerzo hablar.

- Paco... ¿Qué ha pasado...? ¿Qué te han hecho...? - pregunto. Taylor detrás del volante me mira con sorpresa. Hemos decidido hacer turnos para conducir y a él le ha tocado el primer turno.

- Bueno... digamos que me advirtieron de lo que podría ocurrir si avisaba a la policía... El problema es que la policía ya está aquí.

- ¿De qué hablas Paco? ¿Qué policía? Dime que no llamaste a la policía... por favor - si lo ha hecho, todo se va a complicar muchísimo, joder.

- Mierda... claro que no. Hablo de Carlos. Al no poder localizarnos, se ha presentado aquí con dos de sus hombres. Pero Torres se las ha llevado hace horas... Matt...

- Joder... - no sé si el hecho de que Carlos esté allí, es algo bueno o malo. Tengo que intentar pensar con la cabeza y no con el estómago - ¿Crees que podría hablar con él?

- Espera - me pide Paco - le paso el teléfono. ¿Matt..?

- ¿Si?

- No vas a dejar que les pase nada ¿Verdad? - me pregunta.

- Tranquilo - contesto con una seguridad que no siento.

Le oigo suspirar antes de balbucear algo parecido a un "gracias". Como si tuviese algo que agradecerme. Están metidos en esta situación por mi puta culpa. Tenía que haber tomado precauciones, tenía que haberlos protegido... joder. Una voz al otro lado del teléfono interrumpe mis pensamientos.

- ¿Sí? - preguntan.

- ¿Carlos?

- Sí.

- Soy el Capitán Matthew O'Connor - le digo. Y no sé porqué siento la imperiosa necesidad de recordarle que en estos momentos no está hablando con Matt. Que está hablando con un Capitán de los marines de Estados Unidos.

- Sé quién eres - me contesta.

- Bien. Yo también sé quién eres tú. Así nos ahorraremos las presentaciones.

- Eres el culpable de que Anna y Cata estén en esta situación.

Joder... ha sido como un puñetazo en plena cara.

- ¿Crees que podemos intentar hablar de como vamos a solucionar ésto sin que el rescate se convierta en concurso para ver quién mea más lejos? - le pregunto con rabia.

Le oigo maldecir y sólo espero que la razón le gane la batalla al corazón en esta ocasión y seamos capaces de trabajar en equipo.

- Puedo intentarlo - me contesta.

Es un primer paso...

Respiro hondo antes de hablar.

- Me ha dicho Paco que están en Alicante ¿ Cómo de segura es esa información? - le pregunto.

- Bastante segura - me contesta ya más tranquilo - Cuando vine a visitar a Anna el día que volvió de Chicago, metí un localizador en su bolso. Sabía que era una apuesta arriesgada, pero necesitaba tenerla localizada.

- Joder Carlos. ¿Y si hubiese cambiado de bolso? ¿O lo hubiese visto? Podías habérselo dicho y ya está.

- Digamos que cuando hablé con ella, no estaba demasiado dispuesta a escucharme o a recibir mi ayuda. Me costó bastante convencerla de que me dejase ponerle protección. Y al final, ya ves, no sirvió para nada. La mierda del localizador no estaba funcionando, y de repente, hace sólo unos minutos, empezó a dar señal.

- ¿Y no crees que pueda ser una trampa? ¿Qué Torres lo haya descubierto?

- Existe esa posibilidad. Pero es lo único que tenemos Matthew.

- ¿Alicante entonces? - le pregunto.

- Eso parece.

- ¿Hay alguna manera de averiguar si esa información es cierta sin levantar sospechas? - le pregunto.

- La única manera es desplazarme hasta allí e intentar averiguarlo por mis propios medios. De manera extra oficial - me dice.

- Creo que sería lo más sensato Carlos. Los dos conocemos bien a Torres. Y aunque su prioridad ahora mismo sea recuperar a su mujer, si se siente acorralado no dudará en deshacerse de ellas. Lo sabes tan bien como yo - le digo. Y no puedo evitar que algo del miedo que siento se cuele en mis palabras.

Le oigo suspirar justo antes de aceptar mi propuesta.

- Ésto es lo que haremos - me dice - Vamos a intentar coordinar nuestros movimientos. Yo cuento con algunos hombres de mi entera confianza. Me desplazaré hasta Alicante e intentaré averiguar todo lo que pueda. Estaremos en comunicación constante y así sabremos como actuar. Te mando ahora mi número de teléfono para que puedas informarme de cualquier novedad y yo haré lo mismo. En cuanto saques a esa mujer de dónde quiera que esté, iré a por Anna y a por Cata. ¿Tenemos un trato?

- Lo tenemos - le contesto.

Corto la llamada y pienso en Anna y en Cata, indefensas, a merced de ese hijo de puta y de sus hombres... La rabia y la impotencia me corroen sin dejar espacio para nada más.

- ¿Estás bien? - me pregunta Taylor - ¿Qué ha pasado? ¿Qué te han dicho?

- Poco. Creen que Torres se las ha llevado a Alicante.

- ¿Alicante?

- Sí. En la costa Este de España. No muy lejos de Valencia.

- Eso es bueno ¿No? Por lo menos sabemos donde se esconde ese hijo de puta.

- No sé cuan segura es la información. Pero lo que más me preocupa ahora mismo es si Torres piensa cumplir con su parte del trato o no... Os he metido en todo ésto y ni siquiera sé si va a servir de algo... joder.

- Servirá. Tenemos algo que él quiere y no creo que vaya a hacer nada que ponga en peligro a su mujer y a su hijo.

- Ese es el problema Taylor, que no tenemos nada. No tenemos a su mujer y no sé si conseguiremos sacarla de allí.

- Lo conseguiremos - me contesta.

- Pareces muy seguro - le digo - ¿Cómo puedes estar tan seguro de que lo conseguiremos?

- Porque no puede ser de otra manera.

--------------------

Anna

Llevamos un rato tumbadas en la cama. El suelo estaba frío y cada vez estábamos más incómodas. Ninguna de las dos dice nada... nos damos la mano y miramos al techo como si la respuesta o la solución a esta situación estuviese escrita en la bóveda blanca de la habitación. El dichoso chisme que encontramos entre mis cosas, descansa en el fondo de mi bolso. Seguimos sin saber qué es... pero algo me dice que no tiene nada que ver con Torres. Así que ahí se ha quedado...

- ¿Qué nos va a pasar? - me pregunta Cata susurrando.

Me gustaría tener una respuesta, pero lo cierto es que no la tengo. Me gustaría poder asegurarle que todo va a salir bien, que Matt nos sacará de aquí y que viviremos felices y comeremos perdices... Pero no lo sé. Quiero creer que no nos va a pasar nada, y que con el tiempo ésto pasará a ser un amargo recuerdo y nada más...

- No lo sé cariño... no lo sé - y es lo único que le puedo decir.

- ¿Crees que Matt nos sacará de aquí? ¿Crees que encontrará a la mujer de Torres y dejarán que nos marchemos...? - vuelve a preguntar.

que está asustada, yo también lo estoy. Ni en mis peores pesadillas, me habría imaginado que algún día pudiese estar en esta situación. Me gustaría poder consolarla, pero no puedo. La abrazo con todas mis fuerzas intentando transmitirle algo de ánimo... y esperando que sea suficiente de momento.

Sé que Matt hará todo lo posible por sacarnos de aquí... pero no sé si será suficiente. No sé si Torres realmente tiene intención de hacer el intercambio o simplemente se deshará de nosotras en cuanto pueda.

- Estoy muerta de miedo... - me dice Cata.

- Lo sé cariño, yo también - le digo. Y sé que no es consuelo, pero estoy aterrorizada y no sé qué más puedo decir - Deberíamos intentar dormir un poco - le sugiero - o al menos descansar.

- No creo que pueda... - me dice. Bueno... yo tampoco creo que pueda.

Seguimos abrazadas hasta que noto como su cuerpo se va relajando y su respiración se va suavizando.

Pienso en mi familia. Mis padres, mi hermano y mi cuñada... y los niños. Pienso en todas aquellas pequeñas cosas que das por sentado y a las que no le dedicas el tiempo suficiente porque piensas que ya lo harás en otro momento o que ahora estás muy ocupada, que no hay prisa... Pienso en la precariedad de la vida, en como no siempre encontramos el tiempo de disfrutar de esos momentos que podrían marcar la diferencia. Una llamada de teléfono, un café con las chicas, una cena con los amigos... Vives tu vida pensando que ya tendrás tiempo para hacer todas esas cosas en lugar de simplemente hacerlas y exprimir cada segundo.

Abrazada a Cata, noto como el cansancio y el sueño van haciendo mella en mí y poco a poco me voy relajando y dejando todos esos pensamientos a un lado. Caigo en un inquieto descanso poblado de angustiosas imágenes.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top