17| Sensaciones extrañas.

Capítulo 17: Sensaciones extrañas.

08 de abril, 2017.

Me coloco de lado frente al espejo en mi habitación y me miro con detenimiento. El short negro de mezclilla se ciñe a mi cintura y hace que mis piernas luzcan largas, pero el problema que veo es con la camisa que tengo puesta. Decidí combinarla con una especie de crop top blanco que deja a entrever parte de mi estomago y las palabras de mi madre resuenan en mi mente.

«Has engordado un poco. Se nota un poco en el área del estómago»

¡Agh! Realmente no tenía complejos con la forma de mi cuerpo y de hecho estaba convencida que mi peso y la forma estaba bien, pero ahora cada vez que me pruebo algo siempre tengo que desviar la vista hacia ahí. Es como una espinita en mi cerebro que pincha para restregarme cada que recuerdo que muy probablemente esté acumulando grasa ahí y que se ve mal.

Restriego mi cara, frustrada. ¡No puede estarme pasando esto justo en esta etapa de mi vida! ¿Debería de empezar a hacer dieta? Leí por ahí que el té verde era muy bueno para adelgazar, aunque la idea de beber agua caliente con hierbas me hace replanteármelo.

No es que sea muy fan del té.

Camino hacia el closet y empiezo a buscar alguna otra camisa que no me haga dudar sobre mi peso, pero mientras lo hago diviso una camiseta de mangas largas con diseño de cuadros.

Mmm, esto podría verse bien y disimular un poco.

Me la pruebo frente al espejo y me gusta el resultado. Completo mi outfit con unos converse blancos y vuelvo al espejo para esbozar una sonrisa a mi reflejo y me repito internamente: «Eres hermosa y no hay nada mal contigo»

«Eres hermosa y no hay nada mal contigo»

Tomo mi pequeña mochila y mientras bajo las escaleras la acomodo sobre mis hombros. Cruzo el salón vacío y me aseguro de tomar las llaves del mueble que está en el recibidor antes de salir de casa. Papá está hoy en su vivero y mamá está en la televisora, pero, aunque no había nadie en casa siempre he tenido que pedir permiso para poder salir porque, aunque tenga dieciocho años sigo siendo hija de dominio.

Cuando llego al colegio, Lely está frente a la entrada con el móvil en su mano. Parece aburrida y me extraña no ver a Suki con ella. Se supone que ella también tiene que estar aquí.

-¡Hey, Lely! -exclamo colocando mi mano sobre su hombro.

La castaña pega un respingo haciendo que suelte su celular y empiece a hacer malabares con el hasta finalmente atraparlo.

Uh, por poco y cae al suelo.

-¡Rizzia! -grita con una mano sobre su pecho-. ¡Por poco y me quedo sin móvil!

-Si bueno, ayer por poco y quedo sin vida -murmuro entre dientes, recordando el fatídico momento de mi asfixia-. Pero eso no es importante.

Lely me mira con su ceño fruncido y poco a poco sus mejillas van adquiriendo un leve rubor.

-¿Aún sigues con eso? Ya te pedí disculpas.

-Entonces, ¿habrías pedido disculpas si hubiera muerto? -Miro hacia el cielo fingiendo desinterés y ocultando la risa que quiere emanar de mi boca.

-¡No aguantas nada! -exclama alzando su mano para golpearme en el hombro y darme un leve rempujón.

-¡Auch! -me quejo-. Y todavía sigues lastimándome.

-Porque eres una llorona -Se defiende la castaña. Le miro intentando arquear una ceja para parecer más amenazante, pero creo que me miro como si tuviera un tic en el ojo porque fracaso en el intento. Lely empieza a reír y me saca la lengua tal cual niña pequeña.

-A todo esto, ¿dónde está Suki? -pregunto sacando el móvil del bolsillo de mis jeans.

-No lo sé -Lely imita mi acción y la veo escribir algo-. Supuestamente ya venía en camino.

-¿Le habrá pasado algo? -comento un tanto preocupada. No es que Darena sea una ciudad insegura, de hecho, casi todo Iverny es muy seguro. Los índices de robo y delincuencia en general son muy bajos, pero tal y como dice mi padre, en la calle siempre hay algún desquiciado que intenta romper el orden.

-¿Has notado que Suki está un poco extraña últimamente?

La pregunta de Lely me desconcierta.

-¿A qué te refieres?

-Bueno -Apaga su móvil y lo mete en el bolsillo de su falda-. Sabes que ella es de muy pocas palabras, pero últimamente está más callada de lo normal. ¿Recuerdas el otro día que andaba en un estado de animo muy diferente a lo usual? -Asiento haciendo memoria de que hasta faltó a clases por una semana y nosotras pensamos que estaba resfriada o algo así. Lely continúa-:

» Bueno pues a partir de ahí la he venido notando diferente. En las mañanas siempre suele dormirse, se ve que quizás tiene insomnio porque esas ojeras que se carga no son así por así y además la percibo como decaída -murmura fijando su vista en el piso-. Suki no es así, es una chica que a pesar de ser muy silenciosa emite otro tipo de vibra...

-¿Tendrá problemas en casa? -inquiero ladeando mi cabeza. La verdad es que es hasta este momento que estoy siendo un poco más consciente de lo que la castaña dice y me siento un poco mal por ser tan descuidada.

-No lo sé -Suelta un sonoro suspiro-. Sabes que ella nunca suele hablar de lo que le agobia y en parte me preocupa porque cuando suprimes los problemas llega un punto en el que no lo soportas más y explotas... y eso, es un caos.

-Intentemos hablar con ella -Sugiero-. O vayamos a algún tranquilo las tres, si ella no quiere decirnos tendrá sus motivos, pero al menos podemos ayudarle a distraerle.

Lely asiente dubitativa y nos mantenemos en silencio. Hay bastantes chicos de nuestro colegio ingresando para ver el partido, así como del equipo contrario. En medio de la muchedumbre, mis ojos divisan a la japonesa usando un vestido negro de tirantes con una camisa blanca debajo; su cabello lo lleva trenzado y por la forma de su trenza me recuerda un poco a Elsa, pero versión asiática.

Una vez se acerca a nosotras, Lely se le tira encima queriéndola abrazarla. La pobre chica no dice nada, sino que intenta respirar todo el oxigeno que le es posible mientras trata de devolverle el abrazo a la castaña al mismo tiempo. Esbozo una sonrisa al ver la escena y me acerco a ellas para tomarlas de la mano y caminar hacia el gimnasio.

-¿Por qué tardaste tanto? -Se queja Lely en el camino.

-Lo siento -murmura con timidez, acariciando su brazo izquierdo-. He descargado un juego nuevo y perdí la noción del tiempo. Cuando me vine a fijar ya era tarde.

-¿Juego? ¿Qué juego? ¡Déjame ver!

Suki es gran amante de los juegos RPG así que no pongo en duda el que verdaderamente se haya viciado al punto de olvidar que tenía que estar aquí a la hora que habíamos acordado. Veo como la japonesa saca su móvil y mientras caminamos ambas chicas se sumergen en una platica acerca del dichoso juego. Me mantengo en silencio únicamente escuchando y mirándolas con detenimiento, sobre todo a Suki.

Sus ojos parecen brillar con emoción cuando habla del juego, le explica a Lely cuáles son los controles, qué poderes tiene, cuál es su historia y mientras lo hace se percibe su entusiasmo en su voz y en los gestos que hace con su mano.

Finalmente nos adentramos al gimnasio y escogemos nuestro sitio para sentarnos. Está muy lleno, la mayoría de estudiantes del Darena HighSchool han venido a apoyar y digamos que, en comparación del otro equipo, tenemos la afición más grande.

Apoyo mi cabeza sobre el hombro de Suki mientras veo como juega con entusiasmo. Lely tiene apoyada su cabeza en el hombro derecho de la asiática también, pero ella no solo se limita a verla jugar, sino que la atiborra a preguntas sobre el juego y la anima cuando la muñequita tiene que pelear con monstruos de fantasía.

Desvío mi mirada hacia la cancha y veo como los chicos de nuestro equipo ya están ahí calentando. Alcanzo a distinguir a Kian con el número once plasmado en la parte de atrás de su camiseta y solo me basta guiar mi vista hacia una esquina donde se encuentra Asher, el chico con el número nueve, hablando con el entrenador.

El sonido del silbato retumba sobre todo el lugar, el algarabío de todos los chicos presentes aumenta con fuerza cada uno apoyando a su equipo predilecto. Suki guarda su móvil y se mantiene en silencio observando todo a su alrededor mientras que Lely se une a los gritos de unas chicas atrás de nosotras apoyando al equipo del colegio.

Cuando ambos equipos caminan hacia el centro de la cancha y se dispersan en toda el área hacia sus posiciones, me doy cuenta de que tal y como dijo Asher, ahora está jugando nuevamente. Le veo mirar con ansias hacia donde esta el público y de un momento a otro mi mirada logra dar con la de él. El primer impulso que tengo es alzar la mano, pero temo que no me haya visto y entonces quede como la autentica burla, así que me limito a sonreír.

Asher no me devuelve la sonrisa y continúa recorriendo el sitio con su mirada hasta que suelta un suspiro y mira hacia el centro de la cancha donde se encuentra Dirk y otro chico dispuestos a pelear el balón.

Bueno, supongo que no me vio.

El silbato de inicio suena, la pelota es lanzada hacia arriba y ambos chicos saltan para lograr tomarla resultando como dueño Dirk. Los gritos de nuestros compañeros no se hacen esperar y veo como el chico esboza una sonrisa maliciosa antes de lanzar pase a Shawn quien lo recibe de una manera limpia y aunque tiene dos chicos marcándole no hace pase, sino que se arriesga a lanzar.

Todos miran expectantes el recorrido del balón, que para nuestra desgracia no cae dentro del aro, sino que rebota en el tablero y el pívot del Eagles Iverny consigue adueñarse de él empezando así el contraataque.

-El Darena lo tiene muy fácil -comenta Suki. Tanto Lely y yo nos giramos a verla con extrañez.

-¿Por qué lo dices? -Inquiero.

-El Eagles es muy conocido por sus tácticas de defensa, pero en cuanto a ataques se refiere, son muy débiles -Señala con su barbilla hacia el frente y en efecto, ahora el balón ya no está en manos de el equipo contrario, sino que Asher ha conseguido arrebatárselos y van de nuevo hacia arriba queriendo conseguir la anotación.

-¿Pero no es malo si ellos tienen una buena defensa? Quiero decir, si son buenos en ese aspecto les será muy difícil a los chicos el poder anotar -musito viendo desconcertada como el tiro de Asher es interceptado por el pívot.

-Es un arma de doble filo, sí -Se muestra de acuerdo la asiática-. Pero solo basta con que el Darena consiga hacer algunos cuantos puntos para que ellos se desesperen y su defensa flaquee.

-El detalle está en que quién sabe en qué momento los chicos conseguirán anotar -murmura Lely con la mano en su mentón.

Doy un leve asentimiento de cabeza y vuelvo mi vista hacia el frente, observando como el balón naranja sale de la línea de juego y el silbato del árbitro suena en todo el lugar. Un chico del otro equipo es el encargado de sacar y el juego se reanuda. Se viven algunos momentos de tensión pues ninguno de los dos equipos puede anotar, el primer set termina y los chicos lucen un poco cansados. Nuestros compañeros aumentan sus vítores con esperanza de elevarles la moral al Darena y no puedo evitar fijarme en el rostro de Asher quien luce un poco frustrado.

Solo espero que no se estrese al punto de volver a cometer el error que lo llevó a estar en una banca por un mes.

-Tengo una pregunta -murmuro en el oído de Suki. La asiática asiente y yo continúo hablando-: ¿Qué pasa si los chicos pierden el partido de hoy?

-Técnicamente no habría problema alguno -responde pensativa-. Creo que están segundo en la tabla de posiciones y además estamos en la fase regular, son partidos que se dividen en distintas jornadas donde se hace posible que todos los equipos puedan jugar entre sí sin dejar a ninguno fuera.

Abro mi boca sorprendida y luego me giro abruptamente hacia Suki. ¿Desde cuándo sabe tanto sobre el baloncesto? Me impresiona mucho como sabe cada detalle sobre el tema, de hecho, sé las posiciones de cada jugador solo porque ella me los enseñó.

El segundo set da inicio y con ello los chicos parecen más enérgicos y decididos a atacar en lugar de defender. Mis ojos dejan de estar pendientes de todo el equipo y como si fueran atraídos por una fuerza magnética me enfoco solo en Asher, quién marca a un chico del otro equipo que tiene el balón. El chico logra evadir la marca de Asher y la lanza hacia su compañero de al lado, Asher continúa marcando y cuando ve que ya van en terreno del Darena, les grita a todos que bajen a defender pues solo Kian está en la canasta.

Dirk consigue arrebatarles el balón e inmediatamente se lo lanza a Asher quién lo atrapa dando un salto justo a mitad de la cancha. Rebota el balón tres veces y mira a su alrededor, tiene muchas marcas y Shawn, Will y Dirk también. Miro de él hacia la canasta y niego con mi cabeza.

No, no creo que se atreva.

Sin embargo, si lo hace y doblando sus rodillas se prepara para saltar y con ello lanzar el balón desde esa distancia. No pierdo de vista como su mano se dobla hacia abajo una vez lanza el balón y creo que todos los del Darena estamos conteniendo la respiración viendo la trayectoria de la bola naranja que como si supiera el ambiente tenso que está creando, rueda por todo el aro como si lo estuviese acariciando y se tambalea un poco antes de decidir caer al centro.

Todos estallamos en gritos, las chicas detrás de nosotras se levantan de un salto y se abrazan entre ellas mientras gritan con emoción. La adrenalina invade nuestros cuerpos y es una sensación que nunca había sentido, es como si toda la emoción que despiden las personas a mi alrededor se transmite hacia mí impulsándome a gritar y saltar como ellos. Mi corazón late con rapidez y siento como mi voz se pierde ante la magnitud de los demás.

Los chicos en la cancha corren hacia Asher a chocar palmas y abrazarse entre ellos, mientras que el otro equipo luce frustrado. El silbato se escucha y el luego se retoma, siendo que a pesar de que solo hay tres puntos, el Darena se siente revitalizado mientras que los Eagles se muestran un poco preocupados.

Lo que me lleva a preguntarme si al final, ¿será que la teoría de Suki podrá cumplirse?

Pues sí.

Creo que Suki es una especie de Nostradamus o algo así porque el Darena anotó muchos puntos, pues tal y como dijo la japonesa el equipo contrario entró en desesperación cuando Asher hizo los primeros puntos, luego de eso fue un desastre para los Eagles pues parecían desconcentrados y no había un verdadero trabajo en equipo.

Ahora todos los estudiantes del Darena estamos gritando, celebrando la victoria del equipo y los chicos lucen felices y muy satisfechos. El juego ha terminado por lo que varias chicas salen disparadas hacia la cancha para dar unas felicitaciones un poco más "cercanas" supongo. Veo como algunos jugadores abrazan a sus novias y otros simplemente se ven rodeados de chicas que tienen una enorme sonrisa en sus rostros.

Intento localizar a Asher con la mirada, pero me es imposible dar con él entre tanta gente. Suki y Lely se ponen en pie para buscar la salida, pero en lugar de ir con ellas les digo que me esperen fuera porque quiero hacer algo antes de irme. Suki asiente sin problemas, pero Lely me da una mirada recelosa mientras sonríe con picardía.

Niego con mi cabeza mientras bajo las gradas que llevan hacia la cancha. Me apoyo en la baranda que separa ambos lugares mientras me pongo en puntillas buscando al chico con el número nueve en su espalda.

-¿Rizzia? -La profunda voz de un chico me distrae de mi búsqueda y cuando guío mi vista hacia abajo veo a Kian quien luce un poco confundido-. ¡Si eres tú! -exclama revolviendo su cabello-. ¿Qué haces acá?

-Kian -respondo sonriéndole alternando la mirada entre él y el resto de personas queriendo dar con Asher-. Pues, he venido a ver el juego.

-¿Y ese milagro? -Lleva una de sus manos hacia su pecho, sorprendido-. Nunca te había visto por acá.

Sí lo hiciste el otro día, quiero responderle, pero luego recuerdo que esa vez vi como discutía con Asher y creo que no es buen momento para recordar incomodas situaciones.

-Buen, comienzo a tomarle gusto a los deportes -Me encojo de hombros.

El pelinegro suelta una risa.

-¿Te gusta el baloncesto? ¿Puedes jugar?

Muerdo mi labio inferior, dudando en mi respuesta.

-Eh pues no es que pueda jugar y... hasta hace poco es que comencé a interesarme en ello. Realmente no soy una chica que se muera por los deportes.

En realidad, solo he venido dos veces por Asher.

-Con razón no juegas ninguno cuando tenemos educación física -murmura en voz baja pero no lo suficiente pues logro escucharlo.

Esbozo una sonrisa un tanto apenada.

-Es que soy muy mala -Cubro mi rostro con ambas manos-. Es como si tuviera un imán en mi cuerpo que atrae a las pelotas -La risa de Kian hace que me cubra aún más y sienta como mi cara de repente empiece a tornarse caliente.

-Rayos, debería pedirle al profesor de física que juguemos algún día en clases para ver eso.

-¡No, ni se te ocurra! -grito espantada, quitando las manos de mi rostro. Kian da un leve respingo ante mi gesto, pero sigue con la sonrisa en su cara. El chico está lleno de sudor y se ve que aún se encuentra agitado pues su pecho se eleva y desciende con rapidez-. Ya tuve suficiente cuando decidió que aprendiéramos voleibol -suelto un suspiro lleno de frustración guiando mi vista hacia mi mano izquierda-. Los balones iban a dar solo a mi dirección -cierro mis ojos estremeciéndome al recordarlo-, e incluso mi dedo meñique salió lastimado, por no poder lanzar bien el dichoso balón.

Kian se mantiene atento a todas mis quejas y de repente me olvido de todo, concentrándome en la charla sobre mi decepcionante experiencia con los balones. En algunas ocasiones, Kian deja escapar una que otra risa, pero luego su cara se torna en un gesto lleno de preocupación cuando le cuento sobre mis tragedias porque digamos que esta mala suerte la cargo desde pequeña.

Desde fracturas en mis dedos, golpes en la cabeza por parte de los balones de futbol hasta impactos contra mi cara es solo una pequeña cantidad de cosas que he sufrido con los balones.

-Pensándolo bien es mejor que te mantengas alejadas de ellos -murmura Kian negando con su cabeza-. Corres mucho peligro.

Asiento repetidas veces.

-Es por eso que no debes abrir tu bocota con el profesor de educación física.

El chico arruga su nariz haciéndolo lucir un poco adorable.

-Aunque por las risas debería intentar hacerlo, aunque sea una vez -Luce muy decidido y solo de escucharlo siento como mi presión arterial se comienza a desestabilizar. Kian parece notarlo y empieza a reír nuevamente-. ¡Oye, pero no te pongas tan pálida! Solo estoy bromeando.

Convierto mis manos en puño y alzo mi brazo dispuesta a pegarle en el hombro, pero solo la dejo en el aire cuando veo a Asher a lo lejos.

-¡Vaya que novedad! No sabía que podías bromear -refunfuño, mientras reanudo mi camino hasta bajar las gradas por completo y entrar a la cancha.

-Todo mundo puede hacerlo -Se encoge de hombros sin despegar su mirada de mi-. No soy un robot, Rizzia.

-Ya, pero normalmente pareces uno. -El chico resopla con molestia y yo sonrío, al mismo tiempo en el que guío mi vista hacia atrás queriendo ubicar a Asher que parece venir hacia esta dirección-. Aunque pensándolo bien, hoy has estado riendo mucho.

-Porque eres muy graciosa -responde con cierta mofa.

Desvío mi mirada hacia Kian, entrecerrando levemente mis ojos.

-¿Acabas de decirme payaso?

-Bueno, tú has dicho que soy un robot. Estamos a mano.

-Pero... -La presencia de Asher unos cuantos pasos atrás de Kian me deja con las palabras en la boca. Esbozo una sonrisa y Kian parece notar la presencia del número nueve pues se gira y no paso por desapercibido como suelta un bufido cuando le ve.

Asher en cambio se muestra impasible y un poco serio, su gélida mirada se desvía de Kian hacia mí, brindándome una tensa sonrisa.

-¡Rix!

-Bueno, te veo el lunes -Se despide Kian asegurando el agarre de su bolsa de entreno en el hombro. La sonrisa traviesa que tenía en su rostro ha desaparecido y su gesto se ha tornado un tanto amargo. Ni siquiera me da tiempo de despedirme pues se aleja a paso rápido dejándonos solos a Asher y a mí.

Suelto un suspiro viéndolo alejarse. ¿Quién entiende a estos chicos? Es decir, ¿pueden jugar de lo más bien juntos en la cancha, pero luego se odian a muerte terminando el partido?

-¡Pensé que no vendrías! -El entusiasta tono de voz de Asher interrumpe mis pensamientos.

-Y yo pensé que no me verías -respondo jugando con mis dedos.

-¿Por qué?

-Bueno -Froto mi sien un poco tímida-, hay mucha gente. Y...

¿Debería decir esto? Guardo silencio debatiéndome en hacerlo o no.

-¿Y? -insiste con curiosidad.

Muerdo mis labios queriendo inventar una excusa, pero en esta ocasión mi boca es más rápida que mi cerebro y las palabras salen con rapidez.

-Parecía que buscabas a alguien con la mirada antes de que iniciara el juego.

¡Ay! ¿Pero qué he hecho? Inmediatamente llevo mis manos hacia mis labios y me doy palmadas por ser una bocazas.

¿Es en serio? ¡Por qué mi cuerpo está jugando tan en contra mía! Eso ha sonado extraño hasta para mí.

La suave risa de Asher hace que alce la mirada poco a poco hacia su rostro, lo que me lleva a preguntarme, ¿en qué momento la aparté de él?

-Te estaba buscando -Sus ojos grises brillan con intensidad y cuando de su boca salen esas palabras empiezo a sentir como si una corriente eléctrica me recorre todo el cuerpo. Me estremezco asustada y doy un paso hacia atrás.

¿Y ahora qué hago?

Sobo mi brazo izquierdo y desvío la mirada hacia el piso, sin saber qué decir.

-¿Estás bien?

-¿Eh? -Sacudo mi cabeza en un intento de despejar mi mente.

¡Espabila, Rizzia! ¿Qué rayos te sucede hoy?

» Claro, por qué no lo estaría -digo aclarando mi garganta.

-¡Genial! -exclama y cuando su mano se coloca sobre mi cabeza, despeinándome, ahogo un grito y mis ojos no pueden encontrar un lugar en el cuál fijarse-. Entonces, ¿quieres esperarme? Si tienes tiempo podemos ir a por un café.

Trago saliva y ladeo mi cabeza, un poco renuente.

-Creo que... -Mi voz suena como si estuviera a punto de llorar, por lo que tengo que carraspear sintiendo como mis mejillas y casi todo mi rostro está caliente-. Creo que hoy tendré que rechazarlo -Miro hacia manos y empiezo a quitar el esmalte restante de mis uñas acrílicas, lo que me hace recordar que tendré que ir pronto al salón de belleza para quitármelas.

» No puedo llegar tarde a mi casa -murmuro relamiendo mis labios-. Si lo hago, mis padres van a regañarme.

-Oh... -Noto una ligera decepción en su tono de voz-. Entiendo, bueno no te preocupes. Podemos dejarlo para otro día, si te parece bien.

Doy un asentimiento y alzo mi mirada.

-¡Felicidades por el juego! Lo hiciste muy bien.

Asher asiente, rascando su cuello ligeramente avergonzado y yo esbozo una sonrisa ladeada, al ver como sus mejillas se sonrojan un poco.

» Tengo que irme -musito acomodando la correa de mi mochila-. Se me hace tarde.

-Está bien -Asiente con una sonrisa-. Te escribiré más tarde.

-Vale.

Muevo mi mano para despedirme y me doy la vuelta, lista para salir de aquí. Sin embargo, apenas he dado el primer paso cuando lo escucho llamarme.

-¡Rizzia! -Giro al escuchar mi nombre y le veo un poco agitado-. Gracias por venir -masculla, sosteniendo mi mirada-. Me ha hecho muy feliz el hecho de que vinieras a verme jugar.

Mi sonrisa flaquea al escucharlo y esa sensación de la corriente vuelve a acecharme. Me remuevo incomoda queriendo dejar de sentir eso. Es casi similar a un escalofrío porque mi piel se estremece, pero cuando miro mis brazos, mis vellos no están erizados. Así que no entiendo que es lo que me está pasando.

-Y-ya sabes -tartamudeo-. No es nada.

Asher asiente y yo vuelvo mi vista hacia el frente colocando una mano sobre mi pecho. Sacudo mi cabeza y retomo mi camino, teniendo cuidado de donde piso porque con la suerte que me cargo no dudo en que por querer acelerar el paso termine enredándome con mis propios pies y cayendo al piso.

Una vez salgo del gimnasio y el aire del exterior golpea mi rostro, suelto un profundo suspiro sintiendo como ahora mi cuerpo parece sentirse mejor. Me detengo un momento y giro mi vista hacia atrás.

¿Qué hay en ese gimnasio que me sentí de forma extraña mientras estaba ahí?

Cierro mis ojos y sacudo mi cabeza.

¡Bah! A lo mejor todo lo que sentí fue sofocación por la cantidad de personas que había ahí.

Sí, no dudo en que haya sido eso.

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¿Quién más sintió sensaciones extrañas como las de Rizzia, alguna vez en su vida?👀😂

Helooooou. ¿Cómo me las trata la vida?

Perdón por la inactividad, but tenía algunos problemillas que me llevó cierto tiempo solucionar, sin embargo, eso ya no importa porque por fin tenemos capítulo. 💃💃💃

¿Qué les pareció?
¿Team Asher?
¿Team Kian?

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Muchas gracias por todo su apoyo❤

¡Nos leemos el próximo sábado!

Baiii.❤❤

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