No más



— ¿Cómo has dicho?

— ¿Que por qué no esperas a que Camie deje de jugar con ese idiota tuyo? Quizá después de eso tengas una oportunidad.

De acuerdo. Ese había sido mi límite. No podía quedarme escuchando música y comiendo una maldita manzana cuando sabía de las verdaderas intenciones de esa omega.

Si Katsuki la quería, pues bien por él, pero una cosa muy distinta era dejar que ella jugara con sus sentimientos.

No podía permitir que le rompieran el corazón al chico del que estaba enamorado.

— Con permiso — me incorporé de mi asiento mientras recogía mis pertenencias. — Necesito irme. Fue un gusto conocerte, Neito.

— ¿A dónde vas?

— No es tu asunto ¡Nos vemos!

Ni siquiera escuché su respuesta. Tenía algo más importante que hacer antes de mi próxima clase.



By Katsuki


— Oye, Katsuki.

— Dime.

Camie y yo almorzábamos en la cafetería principal.

— Mañana por la noche mi primo irá a una fiesta, y bueno, tendré la casa para mí sola, ¿sabes?

Era una insinuación. Sabía que debía sentirme feliz, pero algo en sus palabras no terminaba de satisfacerme por completo.

— ¿En serio? — fingí una sonrisa.

— Sí — mordió ligeramente su labio, observado los míos con sutileza. — ¿Qué te parece si vas y me haces compañía?

— Creo que..

— ¡Kacchan!

Esa voz, esa voz que conocía bastante bien me interrumpió. Aunque no lo admitiera, había extrañado con todo mi ser escuchar ese apodo.

— ¿Izuku? — cuestioné por inercia, confundido, observándolo a lo lejos.

Él se quedó en su sitio durante unos segundos. Aún con la distancia entre nosotros podía ver que se hallaba nervioso.

A mi lado, Camie frunció el ceño.

— ¿Quién es? — preguntó.

No responí. Izuku finalmente se acercó a mí.

— Kacch.. — se detuvo, corrigiéndose avergonzado. — Perdón.. uhmm.. Katsuki.

Desde lo ocurrido con Shoto, esta era la primera vez en que conversábamos o siquiera cruzábamos mirada por más de un segundo.

— Lamento molestarlos — se dirigió a Camie y después a mí. — Pero, ¿crees que pueda hablar contigo un momento?

Deseé decirle que sí en ese instante, pero no quería verme tan desesperado por poder hablar con él, así que actué un poco como si lo estuviera pensando.

— ¿Es importante? — fingí desinterés.

— Sí. Prometo que seré breve.

— ¿De qué se trata?

Izuku me observó, observó a Camie y de nuevo volvió a mí.

— Necesito que sea en privado — pidió con súplica en sus ojos.

De inmediato supe que quería hablar sobre nosotros. Aquella pizca de esperanza me hizo revolotear el pecho.

Dios mío, ¿y si me estaba buscando para intentar que arregláramos las cosas?

¡Dile que sí!

Wow, hacia mucho que mi alfa no me hablaba.

Es que he estado ocupado.

¿Ocupado con qué?

Llorándole a Izuku. Ahora ve y dile que sí.

Por supuesto que quería conversar con él, quería que todo volviera a como era antes, pero también quería que se esforzara por ello. No podía dejarle las cosas tan fáciles.

Él me había roto el corazón.

Aunque no engañaba a nadie en realidad, si Izuku me pidiera otra oportunidad, lo más seguro es que yo se la daría sin pensarlo dos veces.

— Bien, ¿te parece si hablamos fuera? — pregunté después de pensarlo mejor.

Asintió.

— Ahora vuelvo. No tardo — fue lo último que le dije a Camie antes de dejarla sola en la cafetería y seguir al omega.


Terminamos en uno de los jardines, ambos de pie mientras nos observábamos en silencio.

Sólo hasta ese momento comprendí la seriedad de lo que estaba ocurriendo. Desde lo de Shoto, Izuku y yo no habíamos estado así de cerca antes.

Los nervios comenzaron a trepar por mi garganta.

Supe que él se encontraba igual o quizá peor que yo, su cuerpo entero lo delataba. Quería lanzarme y envolverlo en mis brazos, pero debía esperar, debía ser paciente y si las cosas salían como creía, más tarde podríamos hacerlo.

Después de un rato sin decir nada tragó saliva, armándose de valor, decidiendo por fin romper con la atmósfera creada.

— Hola, Katsuki— fue lo primero que dijo, aún nervioso. — ¿Cómo has estado?

— He estado mejor — me encogí de hombros. — Pero me parece que no estamos aquí para hablar de eso así que ve al punto y dime qué sucede, por favor.

— Entiendo. Iré al punto — bajó ligeramente la mirada, dubitativo. — Tú.. ¿tú estás saliendo con la chica nueva?

— ¿A qué viene eso? — torcí el gesto.

— Escucha, sé que es extraño, pero hay algo que debes saber. Ella no te quiere realmente.

¿Me buscaba para decirme esto?

¿No estaba intentando arreglar las cosas?

— Sé que probablemente esto se vea mal, pero hablé con su primo y él..

— Espera espera espera — lo detuve en seco. — ¿Su primo?, ¿viniste hasta aquí para contarme que hablaste con su primo?

— Es que él me confesó algo que tienes que saber.

Debía haberlo imaginado.

Izuku no venía a arreglar absolutamente nada conmigo.

— Sea lo que sea, ahórratelo — giré sobre mis talones, listo para alejarme. — No me interesa saber una mierda sobre ti y ese idiota.

— ¡Por favor, Katsuki! — volví a encararlo. Se escuchaba desesperado. — ¡Sólo está jugando contigo!

— ¿Ah?

— Te está utilizando, cuando obtenga lo que quiere de ti te reemplazará por alguien más.

— Vaya — me burlé, sin nada de gracia. — Pues entonces no sería muy diferente de lo que pasó contigo, ¿no es así?

No me interesaba si Camie me veía como a otro imbécil con el que se divertía, prácticamente yo la estaba usando para lo mismo.

Izuku me observó confundido, herido, extrañado por mis palabras. Al parecer, no esperaba que le echara las cosas en cara de ese modo.

Una vez más hubo silencio. La tensión crecía terriblemente entre nosotros, pero esta vez fui yo quien decidió parar de inmediato.

— Si está jugando conmigo, créeme que me da igual — admití. — Te pido que no te entrometas en mi vida, ¿de acuerdo? — una vez más giré en dirección contraria, sólo que ahora comencé a alejarme sin mirar atrás. — No eres nada de mí, Izuku, ni siquiera eres mi amigo, así que si eso era todo lo que tenías que decirme, entonces regresaré con Camie. Adiós.

No me siguió. Era de esperarse.

Me apresuré a salir antes de que pudiera responderme.

— Hey, volviste — Camie me recibió con un beso cuando llegué junto a ella.

— Lamento dejarte así. Fue una emergencia.

— No te preocupes, Katsuki, lo que importa es que ya estás aquí — sonrió, amable. — ¿Estás bien? ¿Quieres hablar sobre lo que pasó con tu amigo?

— No — negué definitivamente. — Mejor recuérdame en dónde nos quedamos.

— Pues te decía que no habrá nadie en mi casa toda la noche y que necesito que alguien vaya y me haga compañía.

A la mierda todo.

— Estaré ahí sin falta.


By Izuku


Bien, Katsuki Bakugō acababa de pisotearme de una manera en la que nunca lo había hecho.

¿Ahora qué?

No quería continuar estando en la academia, sólo deseaba regresar a mi departamento, encerrarme en él y llorar.

Al final me cuestioné, ¿por qué no hacerlo?, ¿qué me detenía realmente?

Terminé pidiendo un taxi.

De verdad no podía más.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top