No es correcto

By Izuku

¿Acababa de besar a Katsuki?

¡Dios mío, pero claro que malditamente acababa de besar a Katsuki!

¿Por qué demonios lo había hecho?

¿¡Qué me ocurría!?

Lo que había sucedido el fin de semana no había sido correcto. Mis acciones no habían estado bien y lo sabía.

Yo amaba a mi madre, de verdad lo hacía, pero comenzaba a pensar que la vida me castigaba enviándomela justo ahora para darme cuenta de lo erróneas que eran mis acciones, o al menos para entrar en vergüenza por ellas.

Cuando Katsuki se fue, lo primero que hice después de terminar de recoger fue ir a hablar con ella.

Me hallaba de pie justo frente a la puerta de su habitación, armándome con todo el valor posible para confrontarla y recibir el castigo que tenía planeado para mí.

Un minuto más tarde simplemente toqué, resignado.

— Mamá, ¿puedo entrar?

— Adelante.

Ni siquiera me observaba cuando entré.

— ¿Ya se fue tu amigo?

— Se fue hace un rato.

Ella se encontraba recostada en su cama observando su móvil, sin prestarme atención, obviamente a propósito.

— Escucha, mamá — terminé por soltarlo. — Lo lamento. Katsuki realmente no tenía en dónde pasar el fin de semana. Y bueno, hace unos meses se portó bastante amable conmigo en una fiesta. Me ayudó, ¿sabes?, me pareció justo devolverle el favor.

— ¿Una fiesta dices? — hasta ese entonces me encaró, dejando su móvil de lado.

— Sí. Mi primer fiesta aquí.

Su expresión cambió.

— Ni siquiera me contaste que fuiste a una fiesta — se escuchó apenada, sentándose sobre la cama para verme mejor. — ¿Cómo estuvo?, quiero decir, ¿la pasaste bien?, ¿te divertiste?

La voz de mi madre parecía culpable y dolida, como si el hecho de que yo no le contara sobre aquello le doliera, pero entendiese que era algo normal, un efecto secundario al ella no pasar el debido tiempo conmigo.

Suspiré.

— Todo bien — mentí. — Uraraka estuvo conmigo la mayor parte del tiempo, pero cuando bailábamos un chico ebrio derramó alcohol sobre toda mi ropa. Katsuki se hallaba cerca, me ofreció ayuda y me prestó parte de lo que él llevaba para cubrirme.

Terminé por cambiar un poco la verdad, claro, porque esa en la que iba disfrazado de playboy, Uraraka me abandonaba, me embriagaba como imbécil y Kacchan me llevaba a su casa para pasar la noche juntos.. no sonaba tan bien, en especial a oídos de una madre conservadora.

Me observó con un poco de lástima antes de ofrecerme un abrazo.

No pude oponer resistencia. Tan pronto como ella extendió ambos brazos, yo cedí, dejándome envolver por su aroma.

De pronto sentía ganas de llorar.

— Te extrañé.

— Yo a ti.

Los dos llevábamos un rato abrazándonos sin decir nada, sólo permitiendo que el tacto del otro fuera lo único que sucediera en esa habitación. Aún así, mi madre podía amarme, pero no iba a dejar pasar algo así tan fácil. Ella no olvidaba.

Se separó y me observó con determinación.

— Creo que el joven Bakugo es un buen amigo tuyo, y agradezco que se haya portado amable contigo antes, pero no siento que prestarle a un omega una prenda de ropa se compare con dejar que un alfa duerma contigo en tu departamento — puntualizó aún seria, aunque ya menos que antes. — ¿Eres consciente de lo que pudo haber pasado si algo salía mal?

— Sí — confesé muy a mi pesar. — Se cómo se ve, pero no pasó nada de lo que estás pensando.

— ¿Y el alcohol que estaba en la sala cuando llegué?

Maldije en mis adentros.

— De acuerdo — me aclaré la garganta. — Eso sí fue una tontería. Lo lamento. Ayer, Katsuki y yo estuvimos platicando hasta tarde y en algún punto me pareció buena idea ofrecerle sake.

— ¿Y se embriagaron aquí en el departamento?

— No — me apresuré a aclarar. — Yo ni siquiera bebí, sólo él.

Una vez más mi madre suspiró con cansancio. La desaprobación emanaba de cada uno de sus poros.

— Bien. Para empezar, no creo tener por qué explicar lo irresponsable que fue darle de beber a un alfa y quedarte a solas con él, ¿o sí? — negué, apenado. — Sabes que no tengo ningún problema con que bebas, ni siquiera que lo hagas con amigos, pero mientras sean betas u omegas. Con los alfas.. es otra cuestión, Izuku. Ellos no pueden controlarse. Su lado animal les gana, y yo jamás me perdonaría si algo te sucediera por no cuidarte de la forma correcta.

— Lo entiendo, pero sé que Katsuki nunca me lastimaría. Es un buen chico, de verdad lo sé, lo he visto.

— No todos los alfas son así de buenos.

— Él lo es.

Mi madre parecía tener más que decir, pero se limitó a mover la cabeza de un lado a otro, como si yo fuera demasiado ingenuo. Supuse que había sido demasiado para ella cuando intentó cambiar de tema.

— Y a todo esto.. — hizo una breve pausa, tratando de poner una sonrisa maternal para dar por terminada la conversación. Ya no tenía caso hablar de lo mismo. — ¿Qué tal Shoto?

Sentí un nudo en la garganta.

— ¿Qué? — me hice el desentendido.

—  ¿Cómo está?, ¿cómo han ido las cosas con él?

— Bien.

Se quedó esperando un momento.

— ¿Y ya?, ¿sólo bien?

— Está fuera del país — un sentimiento de culpa comenzó a recorrerme entero. No quería hablar de él. — Tuvo que ayudarle a su padre con uno de sus negocios.

A mi madre le brillaron los ojos sutilmente.

— Me agrada. Tiene un buen futuro.

— Supongo que sí.

Me encogí de hombros, intentando no entrar en demasiado detalles sobre Shoto. Hablar de ello me hacía sentir tan miserable como un criminal.

— ¿Pasa algo, cariño? — arrugó el entrecejo. — ¿Es por Shoto?, ¿te está tratando bien?

Mi madre era mi madre al final del día, por supuesto que no pasaría desapercibido nada de lo que me sucedía. Si algo me molestaba, me hacía feliz, me incomodaba o me ponía triste, ella era la primera en notarlo cuando se encontraba cerca.

Pensé bien antes de responderle. Podía mentirle a todos con respecto a mis sentimientos, pero a Inko Midoriya no.

— Shoto es el chico más caballeroso que he conocido — comencé, dubitativo. — Da todo de él sin esperar nada a cambio. Es amable, es atento, y siempre procura hacerme sentir querido, siempre intenta cuidar a los suyos, cuidarme a mí.. es sólo que, no lo sé.

— ¿Qué no sabes?

— Creo que él de verdad siente algo fuerte por mí, me refiero a algo realmente fuerte.

— Eso es bueno, ¿no? — parecía confundida. — Por lo que me has dicho, es una buena persona.

— Sí, pero eso significa que merece a alguien que sienta lo mismo por él — yo tampoco parecía muy seguro de mis respuestas. — Quiero decir, yo lo quiero, en serio. Sé que lo quiero mucho, pero no sé si eso sea igual que lo que siente por mí — confesé. — ¿Cómo sabes diferenciar entre un cariño normal, y algo como el amor?

— Bueno, pues para empezar, el amor no es algo que pienses tanto, simplemente lo sientes y ya, y no basta con querer, es algo más allá. Cuando piensas en alguien como para pasar el resto de tu vida con él, supongo que ahí es el amor. Si no te imaginas con Shoto en un futuro, quizá no ansías tanto tener uno a su lado en primer lugar.

— ¿Verme a futuro?

— Sí. Es extraño, pero cuando estás enamorado en verdad, de algún modo sabes que estás con esa persona porque es para toda la vida, al menos así lo esperas, de lo contrario no lo estarías.

Aquello me dejó pensando.

— Izuku, ¿te imaginas con Shoto en cinco años?

Sí, sí lo hacía, pero no estaba seguro que fuera como mi pareja.

— Creo que no — admití con vergüenza después de un momento.

— Entonces deberías hablarlo con él. No deberías estar junto a una persona que no amas. No sólo porque quizá esa persona sí te ame, sino también por ti. No es justo intentar obligarte a pasar tus días con alguien por quien te tienes que esforzar para poder quererlo. Así no funciona el amor. No es sano para ninguno.  

Ambos nos mantuvimos en silencio durante un rato hasta que ella nuevamente agregó:

— Habla con él.

— No me responde desde el viernes.

Mi madre negó.

— No, Izu. Estas cosas se hablan en persona.

Suspiré. Como siempre, mi madre tenía razón.

Después de meditarlo durante toda la noche, al final supe lo que tenía que hacer.

Debía terminar lo que sea que tuviese con Shoto. No era justo para ninguno de los dos.

Hablaría con él en cuanto volviera de su viaje.


By Katsuki

El chofer de mi madre me estaba dejando en el instituto.

Me sentía feliz. Bueno, feliz era poco.

Sentía que la vida había adquirido una nueva paleta de colores, una mucho más viva, mucho más hermosa.

Estaba enamorado, era cierto. No podía negarlo, de hecho, no quería, no podría siquiera intentarlo ahora, al contrario, lo que deseaba era gritarlo, hacerle saber a todo el mundo que lo estaba. Yo, Katsuki Bakugō estaba enamorado.

¿O era mi alfa quien lo estaba? No lo sabía, ni siquiera quería averiguarlo. Lo único que estaba claro era lo que sentía y con eso me bastaba.

Finalmente me habían correspondido.

Después de llegar a mi casa había terminado por enviarle un mensaje a Izuku por primera vez desde que nos conocíamos. No sé lo diría jamás, pero el sábado mientras veíamos el televisor e intercambiamos contactos en nuestros teléfonos, casi chillo como una adolescente hormonal cuando por fin tuve el suyo.

Le envié un simple "¿Todo bien?" para asegurarme de que las cosas no se hubiesen salido de control con su madre por mi culpa. Sin embargo, nunca recibí una respuesta.

Intenté no pensar mucho en ello, quizá no había visto mi mensaje. Igual no era para tanto, no era nada que no pudiera preguntarle en clase. Ahora que habíamos aclarado las cosas, ya no había razón para ignorarnos en la academia.

Ya ansiaba verlo.

Continué caminando, apresurando mi paso cada vez más, distinguiendo con mejor precisión su aroma mientras más me acercaba a nuestra aula.

Cuando llegué con él.. simplemente me derretí.

No entendía muy bien qué me sucedía, pero en verdad que no me interesaba. Sólo quería seguir sintiéndolo, seguir sintiéndome de ese modo por Izuku.

Nos observamos durante un segundo.

Sin pensarlo mucho le sonreí.

Él por otro lado giró hacia Yaoyorozu, otra de nuestras compañeras de clase, ignorándome por completo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top