Jimin y Yoongi se conocen pt2
Los ladridos y arañazos del perro seguían en la puerta.
Yoongi se había arrastrado casi hasta quedar en el regazo de Jimin, él cual lo sostuvo de la cintura tratando de calmarlo.
El pelaje erizado y orejitas decaídas conmovió a Jimin.
De hecho, el híbrido que ahora estaba en su regazo huyendo de un perro era muy bonito y tierno.
- Hey, hey, tranquilo, estás bien, el perro no te hará daño, tranquilo.
Yoongi se detuvo y parpadeo varias veces, tratando de calmar su respiración.
- Eso, cálmate. - susurró Jimin, masajeando sus hombros en señal de ánimo.
Sus miradas se encontraron. Debido a que Yoongi seguía en el regazo de Jimin, estaban demasiado cerca.
Una extraña sensación invadió el pecho de Jimin. Además su nariz picó al sentir un delicioso y confuso aroma.
Los ladridos del perro hicieron que Yoongi entrara en razón, y salió del regazo de Jimin, sentándose en el puesto copiloto.
Jimin parpadeó, y sacudiendo la cabeza, arrancó de nuevo el auto. Alejándose ahora si por completo de aquella caótica situación.
Minutos después, se habían alejado lo suficiente.
Yoongi se había puesto el cinturón y mantenía su bolsa de compra apegada a su pecho. Su pelaje ya no estaba erizado. Estaba más calmado. Aún sus orejitas latian adoloridas, pero ya se le pasaría.
Entonces, percibió el aroma a chocolate que envolvía todo el cerrado espacio. No solo chocolate, también olía a menta.
Apretó su bolsa más fuerte, cuando el auto se detuvo.
¿Estaba percibiendo dos aromas? ¿Por qué? Se suponía que los únicos que podían distinguir dos aromas eran los desti...
Un carraspeo de garganta hizo mirar al hombre, el cual era un alfa de vampiro.
¡Un alfa de vampiro! ¿Cómo es que recién caía en cuenta?
- ¿No estás herido verdad? - Yoongi negó en silencio.
Jimin ensanchó sus fosas nasales, percibiendo también dos aromas provenientes del omega híbrido a su lado.
Todo su auto era una mezcla de su aroma, y de leche y miel. Leche y miel. Dos aromas. ¡Definitivamente eran dos aromas!
Ambos se quedaron mirándose, ahora sin nada que interrumpiera el silencio.
Las pupilas de los ojos de Jimin se oscurecían mientras más olía el dulce aroma. La cola de Yoongi no paraba de moverse.
Los dos sabían lo que estaba pasando.
- Uhh...mu-muchas gracias, de verdad, lo-lo siento por tu auto, a-adiós. - Yoongi abrió la puerta y salió rápidamente. Tenía que alejarse de ese alfa lo más rápido posible.
Jimin salió del auto y dio la vuelta alcanzando a Yoongi.
- ¡Espera! - lo tomó del brazo - ¿Por qué te vas?
- ¿Qué?
- Tu...yo...
Yoongi estuvo a punto de negarlo.
- Estoy seguro que también lo sentiste - Jimin se acercó un poco más - Somos compañeros.
La sonrisa de Jimin dejó más a la vista sus colmillos. Sus feromonas envolviendo a Yoongi.
Yoongi tragó grueso y apretó aún más la bolsa en sus manos.
- Nunca pensé que encontraría a mi compañero en una situación... - Jimin rió - ...una situación tan fuera de lo común, pero vaya... - mordió su labio inferior.
- Yo... - había sido mucho para Yoongi, aún no terminaba de asimilarlo todo.
- Mucho gusto, soy Park Jimin.
El celular de Yoongi comenzó a vibrar. Sabía que era Jihyo, lo había estado llamando desde hace rato. Lo más probable es que estuviera preocupada.
- ¿Cómo te llamas?
- Y-yoongi
- Yoongi - repitió Jimin casi en un susurro.
El alfa de vampiro llamado Jimin le seguía sonriendo y soltando feromonas de emoción.
Un extraño día. Una situación tan fuera de lo común. Hasta un poco random.
¿De donde había salido ese perro? ¿Qué ocurrió con él? Nunca supieron. ¿El auto de Jimin? Con una buena pintura y barnizado estuvo como nuevo. ¿Su primer encuentro como compañeros? Inolvidable sin ninguna duda.
Jimin aún tenía en su mente la imagen del hermoso omega híbrido subido en el tejado de su auto con el pelaje erizado.
Ese fue el más extraño pero también el mejor día de su vida.
El destino había puesto a su compañero en su camino, de una loca manera, pero no importaba.
Yoongi era su gatito, su amor, su todo...
No iba a permitir que por culpa de un maldito malentendido su felicidad le fuera arrebatada.
Su respiración estaba errática y su mandíbula tensa, mientras tocaba la puerta frente a él. Tratando de no ser brusco.
Pero en realidad estaba más que desesperado.
Volvió a tocar otra vez.
- ¿Quién es a esta ho... - la puerta se abrió, dejando ver a un furioso SeokJin.
Este al ver a la persona que tenía enfrente, dejó atrás todo su enojo. Frunció el ceño. - ¿Jimin?
SeokJin se asustó ante la apariencia de este. Sus ojos estaban rojos e irritados, su labio inferior lastimado como si se hubiera estado mordiendo y su cabello un poco despeinado. Parpadeo incrédulo.
- Pero, ¿qué está pasan...
- SeokJin - Jimin contuvo un sollozo. - ¿Yoongi está aquí verdad?
Jin no entendía nada. - ¿Yoongi? No, el no está aquí, ¿porque habría... - no pudo terminar de hablar, porque Jimin entró a su departamento de imprevisto
- ¡Hey! - sorprendido ante aquella actitud, cerró la puerta y fue tras él- ¡Jimin, ¿qué está pasando?!
Jimin camino arededor de la sala como buscando algo. Cerró los ojos y respiró hondo. Comprobó que el aroma de Yoongi no estaba en el lugar.
- ¡Jimin! Explícame por favor. ¿Qué haces aquí en Daegu a estas horas? ¿Y qué sucede con Yoongi?
SeokJin estaba desesperado y asustado. Era muy tarde en la noche.
Jimin llevó las manos a su negro cabello y lo jaló para atrás. Cerró sus ojos sintiendo el ardor por las lágrimas. - Yoongi se fue - susurró.
- ¿Qué?
- Creí que estaría aquí - sollozó- necesito encontrarlo Jin, explicarle todo.
- Jimin, no entiendo...
- Yoongi cree que le fui infiel... - lágrimas resbalaban por las mejillas resecas del alfa.
Jin entreabrio sus labios, llevando una mano a su boca.
- Oh dios - susurró. - ¿Pero qué...como...?
Jin no sabía que pensar ni como reaccionar.
- No es cierto Jin, yo jamás lo traicionaría de ninguna manera, él es mi todo, tengo que encontrarlo, tengo que...
- Tranquilízate, tranquilízate por favor - Jin suspiró nervioso. Ver a Jimin derrumbarse en llanto le causó un leve shock.
Él era un alfa de vampiro. Un hombre fuerte. Pero hasta esa clase de alfas tenía a su compañero como su mayor debilidad.
- ¿Qué está pasando Jinnie? - Nam salió de uno de los cuartos con sus ojos adormilados. Pero estos se abrieron del todo al ver a Jimin. - ¿Jimin?
Jin se volteó a verlo, negando con la cabeza para que Nam se ahorrara sus preguntas. Nam asintió extrañado.
- ¿Qué está sucediendo? - le preguntó Nam a Jin en voz baja al ver la demacrada apariencia de Jimin.
Jin suspiró cabizbajo. - Jimin... - lo tomó del brazo e hizo que lo mirara a los ojos. - Necesito que te calmes y me expliques todo, solo así sabré cómo puedo ayudar.
Jimin sollozó y asintió.
¿Qué hiciste Yoongi-ah?
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