Especial: Luna de miel


Yoongi fue el primero que entró al hotel.

Jimin se tardó un poco, dándole unas indicaciones a las personas de servicio, quienes le preguntaron que deseaban de comer y esas cosas.

Veía todo a su alrededor. Aún incrédulo de que acababa de casarse hace unas horas atrás.

La vida que había planeado con Jihyo, ahora sí era como una historia de fantasía, imposible e inalcanzable.

Mordió su labio inferior mientras sobaba su brazo. No podía llorar por más que quisiera. Aunque era difícil considerando que su vida era un asco.

Vio de reojo a Jimin, un sonriente Jimin. Lo que aumentó más su tristeza e impotencia.

Dentro de unos minutos, entraría a la habitación junto con él y...y pasaría lo que tenía que pasar. Era inevitable.

Un hombre lo iba a tocar, acariciar, besar, a corromper de manera "dulce" su cuerpo. Un hombre le arrebataria su virginidad y su primera vez.

¡Un hombre!

Agachó su cabeza, apretando fuertemente sus ojos.

Tan solo de imaginarlo, le daba náuseas. Jimin podría ser un hermoso alfa en todos los sentidos, pero seguía siendo un hombre.

Veía hacia todos lados. Por un momento se le ocurrió escapar, encontrar la manera de llamar a Jihyo y huir juntos como lo tenían planeado.

Pero se demoró mucho.

Una cálida mano tocó su hombro. - Ahora sí, vamos mi amor.

Yoongi trataba de disimular sus temblores de miedo, mientras asentía. No quería decir nada, porque estaba seguro que no iba a poder articular palabra alguna.

Llegaron hasta al ascensor y entraron junto con dos personas más. Yoongi se alivió un poco, al menos le quedaban unos segundos sin estar a solas con Jimin.

Pero solo fueron eso, segundos. Pues cuando se dio cuenta, ya estaban frente a la puerta de su habitación.

Sus piernas temblaban, al igual que su cola no podía dejar de moverse inquieta y miedosa. Jimin le estaba diciendo algo, pero él no podía descifrar nada.

Finalmente estaban dentro. El "clic" de la puerta cerrarse le hizo dar un leve brinco.

Se quedó quieto en su lugar, pues sentía sus rodillas entumecidas.

Las personas de servicio habían traído sus maletas, las cuales estaban cerca de la cama. Yoongi solo tenía puesta su pequeña mochila.

Observó como Jimin recorría la gran habitación emocionado y sonriente.

- Todo está hermoso - dijo mientras volteaba a verlo y caminaba hacia él. - ¿te gusta? - preguntó con voz baja, y muy cerca de él.

Yoongi retrocedió unos pasos por inercia y asintió. - S-si, está muy bien. - llevó las manos a su chaqueta y la cerró discretamente.

Pero Jimin no era tonto, sabía lo que le estaba pasando a su gatito. Suspiró y sonrió levemente, mientras lo tomaba de la mano y lo acercaba. Los dos quedaron sentados en la esquina de la cama.

- Mi vida... - tomó sus mejillas -, no solo tu estás nervioso, créeme que yo también lo estoy aunque no parezca, pero tranquilo, lo tomaremos con calma, no hay apuro alguno ¿si? - sus pulgares acariciaban sus enrojecidas mejillas.

Yoongi tragó grueso incapaz de mirarlo a los ojos, y asintió.

- Bien, el viaje fue largo, ¿deseas tomar una ducha? Después de eso podemos descansar un poco y comer algo.

A Yoongi le costaba creer que Jimin estaba nervioso, actuaba de una manera tan fluida. Pero sin pensarlo dos veces, se levantó y fue hacia donde se suponía era el baño.

- Si, m-me duchare primero - tomó su maleta donde tenía su ropa y entró al baño.

Apenas cerró la puerta, se dejó caer al suelo arrimandose en la pared de al lado. Escondió su cabeza en sus brazos y rodillas, y dejó salir las lágrimas que estaba reteniendo.

Por otra parte, la emoción y nervios de Jimin, no lo dejaron percibir las leves feromonas de tristeza de Yoongi. Pues el cuarto estaba lleno de las suyas. Feromonas de emoción y alegría.

Era cierto lo que había dicho. Estaba nervioso. Desde la primera vez que había visto a Yoongi y sintió su aroma, lo deseó. Deseó este momento, donde por fin pudieran estar solos, y tenerlo entre sus brazos. Los dos, sin prenda alguna. Sintiéndose, acariciandose, demostrando con acciones cuanto se amaban.

Su lado bestial se moría por tomar el control, y más al percibir la timidez de su omega. Quería besar aquel pálido cuello y dejar su marca allí.

Pero Jimin se controlaba lo mejor que podía. Su gatito estaba muy nervioso y hasta asustado como para dejar salir su lado salvaje. Después de todo era la primera vez de su omega. Tenía que ser dulce y paciente.

Un rato después, después de que Yoongi terminó de secar sus orejitas y cola con la secadora, salió del baño. Se había puesto una ropa fresca, una camiseta y un pantalón de tela fina.

Jimin ya se había sacado la mayor parte de sus prendas, quedando solo en pantalón. Yoongi tragó grueso mientras sentía sus manos sudar, apartó la mirada de inmediato.

- Yoonie, trajeron los pedidos de comida, puedes elegir lo que te guste, iré a ducharme - Jimin pasó por su lado, y dejó un beso en su coronilla, apretando suavemente su brazo.

El pelaje de la cola de Yoongi se erizó ante aquel tacto.

Cuando Jimin salió de su vista, pudo dejar de disimular que no percibía las feromonas de emoción y lujuria que había dejado Jimin.

Fue hacia la ventana tomando su celular, pensando en que aún tenía escapatoria. Mientras buscaba en sus contactos, veía de reojo la puerta del baño, pero entonces, se detuvo.

No tenía forma de escapar. No estaba en Corea. No conocía este lugar, y tampoco tenía dinero suficiente.

Miró las bandejas con comida, pero no había forma alguna de que pudiera ingerir bocado. Simplemente se sentó en la cama, con sus rodillas recogidas y arrimado al respaldar.


Tanta presión sentimental, había hecho que Yoongi se quedara dormido sin darse cuenta.

Al ir abriendo sus ojos, sintió unas suaves caricias en su mejilla y cabello.

- Hola, dormilón - habló Jimin mientras sonreía.

Yoongi terminó de abrir los ojos, y se quedó viendo a Jimin quien estaba muy cerca. Su perfil contrastaba con la luz del atardecer, y sus colmillos le daban a su sonrisa un efecto pícaro.

- ¿Dormiste bien?

Yoongi se sentó y asintió. Ni él sabía cuando se quedó dormido. - ¿Qué hora es?

- Las 6 de la tarde - respondió Jimin acariciando sus despeinadas orejitas.

Había dormido mucho.

Dejó sus pensamientos a un lado al recordar su situación, pues sentía la profunda mirada de Jimin encima.

Apretó las manos en su regazo cuando Jimin alzó su mirada.

Los ojos de Jimin tenían un color carmesí y un brillo inusual. Amor y lujuria reflejados en su mirada.

No quería verlo. No quería nada de él.

- Yoongi... - susurró Jimin acercándose poco a poco a sus labios - te amo.

Yoongi quería llorar. Quería que se detenga.

- Te amo, y te necesito.

- J-jimin... - aléjate - tengo m-miedo - al menos sus lágrimas tendrían justificación.

- Mi amor, yo seré dulce, jamás te lastimaría, no temas, ¿confías en mi?

- Y-yo... - no quiero que me toques - no estoy listo p-para la marca - la voz de Yoongi salía muy baja.

Jimin entreabrio los labios quedando en silencio unos segundos. - Mi gatito, lo haremos cuando estés listo ¿si? No te marcaré hoy - acarició su mejilla - sólo, no tengas miedo.

Si tengo. Y mucho. Siento que no voy a soportarlo.

Jimin acarició su cola con ternura, tratando de que se relajara. También estaba conteniendo su lado bestial, el cual se oponía a no marcarlo.

Dejó salir más feromonas para tranquilizar a su omega. El omega de Yoongi agradecía aquel delicioso aroma, aún cuando este se oponía.

- Eres mi gatito, mío - pronunció Jimin, para finalmente unir sus labios en un suave beso.

El omega de Yoongi, lo obligó a que moviera sus temblorosos labios y que recibiera con gusto lo que su alfa quería darle.

Apretó con sus manos la camiseta de Jimin, mientras el beso seguía avanzando y subiendo de ritmo.

La habitación ahora estaba llena de feromonas de excitación, tanto del alfa, como del omega.

Jimin ya había besado anteriormente a Yoongi, pero jamás de esta manera tan íntima, pasional y profunda. El sentir los gruesos labios de Jimin sobre los suyos, revolvía el estómago de Yoongi, de tan solo pensar que era un hombre.

Las manos de Jimin penetraron por debajo de la camiseta de Yoongi, acariciando su suave piel. Rompió el beso con un chasquido, y atacó su cuello. El aroma a leche y miel, lo tenía loco.

Yoongi contuvo la respiración, ante todas las sensaciones que estaba experimentado por primera vez, al sentir las manos de Jimin pasear por su torso, y su boca saborear su cuello.

El ritmo con el que iba Jimin era el adecuado para ser la primera vez, pero aquello solo desesperaba más a Yoongi. El quería que acabara rápido. Lo más rápido posible.

Cuando estuvo acostado en la cama. Presenció como Jimin retiraba su ropa, sin dejar de mirarlo en ningún momento.

Por favor, detente.

Ahora estaba completamente desnudo, y de esa manera se colocó encima de él.

- Mi cuerpo es tuyo, y tu cuerpo es mío, no tenemos que avergonzarnos - Jimin sonrió dejando un beso en sus labios.

Sentir el cuerpo desnudo de otro hombre, lo hacía querer gritar de impotencia.

Cerró los ojos, cuando Jimin le estaba quitando la ropa. Ahora sus cuerpos se rosaban sin nada que estorbara.

Jimin veía con adoración y encanto, el pálido cuerpo de Yoongi, sus manos y labios recorrían cada parte de su piel, mientras Yoongi jadeaba inevitablemente.

Los temblores de Yoongi, excitaban cada vez más a Jimin, e instaban a su lado bestial para que mordiera aquella deliciosa piel.

Sus colmillos rosaban aquella lechosa piel sin poder evitarlo. Yoongi tenía agarrada la sábana en forma de puño.

Jimin estaba recorriendo todo su cuerpo. Se sentía mal, se sentía sucio y asqueado.

Su cola no dejaba de moverse animosa, pues su omega estaba más que feliz a comparación de él.

Jimin susurraba palabras mimosas en su oído, mientras rosaba esta con sus colmillos, pero Yoongi no le prestaba atención.

Su cuerpo temblaba y sudaba a mil. Parecía que en cualquier momento le daría un paro cardíaco. El peso de dolor en su pecho contrastaba con el dolor en su vientre bajo y su miembro, el cual estaba goteando pre semen por las estimulaciones de Jimin.

Ya terminalo, por favor.

Quería llorar y gritar cuando sintió los dedos de Jimin acariciar su mojada entrada. Definitivamente jamás hubiera estado listo para algo así.

Sentir el musculoso y fuerte cuerpo sobre el suyo, le hacía ver lo infieror que era.

- Mi gatito, lo haré despacio, cualquier cosa solo pídeme que pare ¿si? - Jimin besó sus mejillas.

Si, para.

Yoongi solo asintió.

Vio como Jimin se acomodaba mejor, y abría sus piernas acariciando sus muslos en el proceso. Sintió como la cabeza del miembro de Jimin, se colocaba en su mojada entrada.

Mordió su labio inferior, conteniendo las ganas de empujarlo.

Un hombre le estaba haciendo el amor. Un alfa estaba a nada de consumir su virginidad.

Las manos de Jimin acariciaban su pecho, contorneando sus duros pezones.

Yoongi abrió sus llorosos ojos cuando el miembro de Jimin lo penetró lentamente. Las paredes de su interior, abriéndose y abrazando aquel pedazo de carne de una manera dolorosa.

- ¡Ahh...ah...! - un grito agudo escapó de sus labios.

¡Oh por dios! Ardía, dolía, quemaba, ¿qué placentero había en esto?

Jimin jadeó, cerrando por unos segundos sus ojos, ante la deliciosa y desesperante sensación que le proporcionaba tener su miembro dentro de tan apretado agujero.

Alzando una pierna de Yoongi, se recostó encima de él, acariciando sus mejillas y limpiando sus lágrimas. - Lo siento mi amor, ¿te lastimé? - sonaba preocupado, mientras dejaba besitos en su cara, y masajeaba su glúteo con la otra mano.

- D-duele, duele mucho - lágrimas seguían saliendo, mientras sentía como latían sus paredes.

- ¿Quieres que me retire?

Jimin sentía un leve susto por la respuesta de Yoongi. Pues ahora lo único que quería era hacer suyo a su compañero.

Quería decirle que si, que saliera de su interior. Pero eso solo retrasaría las cosas, y daría más largas a lo que en algún momento iba a suceder. Así que con toda su fuerza de voluntad, Yoongi lo miró a los ojos y negó.

- N-no, solo continúa.

- ¿Seguro? - Yoongi asintió.

Entonces Jimin comenzó a moverse lentamente.

- Shhh...tranquilo - sus embestidas eran acompañadas con besitos desde su cuello hasta su pecho.

Yoongi apretaba sus dientes, hasta el punto de lastimarse un poco con sus propios pequeños colmillos. No quería gemir ni gritar, y menos de placer. Porque si, ahora lo estaba sintiendo. Sobre todo cuando golpeaba aquel punto dulce. Su omega soltaba feromonas extasiado y pidiendo con su aroma más.

Cuando Jimin lo sintió, aumentó sus embestidas. Jadeaba encima de la piel del cuello de Yoongi. La sensación de su miembro entrando y saliendo de su gatito, lo tenía fuera de si. Solo quería seguir tomándolo.

La cola de Yoongi se enrosco en el muslo de Jimin, lo cual lo prendió aún más. Amaba la sensación del pelaje de su gatito acariciando su desnuda piel.

Otro profundo y jugoso beso tuvo lugar.

El omega de Yoongi lo obligaba a responder de una manera u otra.

- Uhh..mmm... - un jadeo y gemido escapó de la boca de Yoongi cuando Jimin volvió a golpear su próstata.

Sentía que iba a desmayarse cuando los labios de Jimin se adueñaron de uno de sus pezones.

Ya no. Ya no.

Lágrimas de impotencia y placer siguieron deslizándose sobre sus mejillas. Su miembro se contrajo. Estaba a punto de liberarse.

Jimin se dio cuenta, y levantándose un poco, tomó el miembro en sus manos, acariciandolo mientras subía el ritmo de sus embestidas.

Entonces Yoongi se vino. Un leve grito lo liberó.

Jimin no dejaba de admirar toda reacción de Yoongi. Era simplemente perfecto y hermoso.

Acariciando la cola de Yoongi, aumentó su ritmo, buscando su liberación. Su vista fija en el cuello de Yoongi, tratando de contener a su lado bestial para no morderlo.

Con un fuerte gemido se vino dentro de Yoongi.

El lubricante natural se escurria por sus muslos. Causándole leves cosquillas.

Sus respiraciones se calmaron poco a poco.

Jimin sentía el latir del corazón de Yoongi, pues estaba recostado en su pecho tratando de reponerse. Aunque eso sería difícil, pues todo lo que sintió al hacer el amor con su gatito era inolvidable e indescriptible.

Yoongi miraba el techo. Su mirada perdida. Aún sentía claramente su entrada latir, y los fluidos escurrirse.

Había acabado. Su primera vez había acabado.

Jimin salió con suavidad de él. Retiró el condón y lo botó a la basura. Regresando de inmediato junto a su omega.

Lo tomó entre sus brazos y recostó en su pecho, sintiéndo los leves temblores de Yoongi.

- ¿No te lastimé mi amor? - susurró en su orejita, mientras dejaba caricias en su espalda y cabello.

- No...estoy bien.

- Me alegro, porque me encantó hacerte el amor - rió - creo que será una de mis cosas favoritas de ahora en adelante.

Yoongi sentía el calor del pecho de Jimin. Quería apartarse.

No quería volverlo a hacer. Se sintió horrible.

- Te amo... - Jimin alzó su mirada, acariciando su mentón.

La mirada de Jimin reflejaba el cariño y sinceridad de sus palabras.

- Y-yo también...

Jimin lo volvió a besar, encantado de ver como la cola de Yoongi se movía bajo la sábana.

Siempre te amaré, Jihyo.






















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